Por Mª Dolores Barreda Pérez
Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes
de la Asociación Española de Pintores y Escultores
La Gaceta de Bellas Artes 1922 Francisco Blanco Blanco
Como hemos visto en Gacetas anteriores, la Junta Directiva de marzo de 1921designó a los Vocales Lorenzo Aguirre y Tomás Gutiérrez Larraya, además del Contador Francisco Blanco y Blanco, para las labores de la Gaceta. No sabemos si compartieron tareas de redacción, pero sí queda claro su dedicación a la misma.
Del periodista Francisco Blanco y Blanco pocos datos hemos podido obtener. Inscrito en la Asociación de Pintores y Escultores como pintor, nació en Cádiz, aunque vivía en Madrid, en la calle de las Delicias, 13..
Escribió algunos artículos para la Gaceta de Bellas Artes. Envió obra a la exposición que se celebró en Santander en 1919.
En 1921 fue nombrado Contador de la Junta Directiva de la AEPE. Participó en el I Salón de Otoño de 1920 con las obras:
82.- Las Calatravas, óleo, 0,67 x 0,56
83.- Sol de tarde. Monasterio del Parral, óleo, 0,56 x 0,67
En diciembre de 1931 el diario ABC publicaba una nota que decía textualmente: “Cosmos”.- Con este título ha empezado a publicarse en Madrid una excelente revista gráfica y literaria, cuyo primer número está avalorado por interesantes trabajos de firmas prestigiosas y por muy atrayentes grabados. Dirige la nueva revista, a la que deseamos próspera vida, el distinguido periodista D. Francisco Blanco”. El mismo dato, aparece publicado en La Libertad solo unos días más tarde.
Sin poder aportar ninguna reseña biográfica más, no queremos dejar de mencionarlo, puesto que mantuvo su trabajo en la Gaceta de Bellas Artes.
La Gaceta de Bellas Artes 1922- 1930 Pedro García Camio
Tras la dimisión como Secretario General de Cándido Medina Queralt, se encargó de la secretaría de la Asociación Pedro García Camio. Secretaría que llevaba aparejada el cargo de Director de la Gaceta de Bellas Artes.
Al estrenar año, la Gaceta estrenó también cabecera con un diseño de marca de la Gaceta de Bellas Artes que había quedado registrado el 15 de diciembre.
Fallecido Daniel Zuloaga, además de un comentario, en el número de 1 de enero se le dedicó la primera página a una obra suya.
Después de la celebración del Salón de Otoño de 1921 las sucesivas Gacetas fueron publicando algunas fotografías de las obras presentadas al mismo, si bien no eran muchas, teniendo en cuenta el elevado número de obras inscritas en el Salón.
El pintor y crítico de arte, miembro además de la Junta Directiva en años posteriores, José Blanco Coris, comenzó a escribir por esa época una serie de comentarios críticos y ya creía necesario, y pedía, un Ministerio de Bellas Artes.
Yago Cesar de Salvador, también pintor, escultor, grabador, escritor y crítico de arte, comenzó a escribir en la Gaceta de Bellas Artes en la sección de Tribuna libre, bajo el seudónimo de “El Barón de Labledán”. El socio Yago César de Salvador era, junto a Joaquín Ciervo y Apolonio de Azolas, responsable de la revista ilustrada Gran Mundo, que se editaba en Barcelona y alcanzó un gran éxito de crítica y público.
La Gaceta de Bellas Artes comenzó a publicar también en 1923 una sección de teatro.
Desde 1921 contaba ya entre sus colaboradores habituales con el socio y pintor Bernardino de Pantorba, dedicado a comentar exposiciones o la obra de artistas, mientras que José Blanco Coris prefería artículos de opinión con temas de interés general crítico o de análisis del mundo del arte y de los artistas, como el artículo que publicó en el nº 211, donde se reproducía un dibujo retrato de Picasso hecho por Sebastian Junyent.
La Gaceta en esos tiempos era deficitaria, cubriéndose con ingresos extraordinarios.
En 1924 la Gaceta de Bellas Artes era una revista quincenal ilustrada, con portada de cartulina, color tierra, que se decía dedicada a la pintura, escultura, grabado, arquitectura, artes decorativas, poesía, teatro, música, literatura, etc., lo que se cumplió, dentro de las limitaciones de páginas, disponiendo unas secciones más o menos fijas de cada tema, aunque los centrales fueran la pintura y la escultura.
El número normal costaba 50 céntimos, pero el extraordinario de abril dedicado a la Semana Santa, costó 60. Incluía en la portada una foto sobrepuesta en blanco y negro, que en los sucesivos números fue indistintamente de pintura o escultura.
La Gaceta vino reservando durante el año una página gráfica para el tema del desnudo en el arte, desde el 15 de agosto una para dibujos y grabados y a partir del 15 de octubre se pretendió reservar otra para el retrato. También en agosto se inició una sección de escritores españoles.
La Gaceta de Bellas Artes era visada por la censura militar. Colaboraron en ella por estos años Emilia Pardo Bazán y José Ortega y Gasset.
Pedro García Camio, además de pintar y ocuparse de la Secretaría de la Asociación y dirección de la revista, colaboraba también en alguna otra publicación de arte, como Gran Mundo, de Barcelona.
Pedro García Camio
CAMIO, Pedro García P 1919 17.jul.1898 MADRID MADRID/PARIS 1.abr.1963
Socio de Mérito
Socio de Honor
Secretario de la AEPE
El artista en una fotografía de 1932
Pintor especializado en figura femenina y retrato, nació en Madrid, el 17 de julio de 1898.
Su padre, Pedro García Rincón, natural de Paradinas, Salamanca, era aparejador, constructor o maestro de obras, y su madre, Constanza Casiana Cámio de Arrillaga, de origen santanderino.
El matrimonio tuvo además otros dos hijos: Gregorio y Francisco.
Con apenas doce años, fallece su padre, y ocho años después lo hace su madre, por lo que Pedro estuvo en todo momento protegido por su hermano mayor Gregorio, casado y sin hijos, que trabajaba en Explosivos Riotinto y vivían en la calle de la Cruz, 16, en el Puente de Vallecas.
Con una gran facilidad para los idiomas, hablaba con soltura francés, inglés, italiano y portugués.
El artista en su estudio
Tras su primera educación en un colegio de frailes, estudió en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado, donde obtuvo tres medallas. Allí tuvo de maestros a Moreno Carbonero, José Garnelo y Alda, Rafael Doménech, Miguel Blay, Cecilio Pla, ambos fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores.
Desde joven, no ocultaba su admiración por Velázquez, el Greco, Ticiano, Miguel Ángel y Leonardo, siendo su preferido Rubens. Pero también Fortuny, Madrazo, Vicente López… y entre sus coetáneos, otra vez miembros de la AEPE: López Mezquita, Julio Moisés, López Cabrera, Rusiñol, Serra Farnés y Sorolla.
En 1917 participó por primera vez en la Exposición Nacional de Bellas Artes, pero no fue hasta la de 1922 cuando comenzó a destacar en las mismas, obteniendo una bolsa de viaje dotada con 500 pesetas.
En 1919 ingresó en la Asociación de Pintores y Escultores ocupando distintos puestos.
Una fotografía de Pedro García Camio de 1929
En 1921 opositó a la plaza de pensionado de Historia para la Academia de España en Roma, pero finalmente fue pensionado con beca para estudio de Retrato en París y Londres durante seis meses, plazo en el que dejó la Secretaría de la AEPE a Lorenzo Aguirre y la dirección de la Gaceta a Bernardino de Pantorba.
En los viajes de estudios pintaba y visitaba museos, pero tomaba también notas de viaje acerca de todo lo que veía. Así escribió un total de 106 artículos firmados publicados en la Gaceta de Bellas Artes, pero además hizo críticas sobre exposiciones y otras muchas colaboraciones en medios de la época que no firmaba.
De 1923 a 1925 colaboró asiduamente en la revista Gran Mundo de Barcelona, en la revista Coleccionismo, Hispania y en otras publicaciones de España, América, Bruselas, etc.
En la Exposición Nacional de 1926 obtuvo la Segunda Medalla, con su Rerato de Rey Barral, adquirido para el Museo de Arte Moderno.
Naturaleza muerta
Para Francisco Alcántara, socio también de la AEPE, ese retrato “resulta una gallarda prueba de pintor de las que no suelen verse en las exposiciones y es verdaderamente delicioso el encuentro con obras de pintura como esta”.
José Francés, quien fuera Presidente de la AEPE, comentaba en La Esfera que “a los retratos de Pedro García Camio siempre me parece que les sobra fondo… pero indudablemente deslíen el valor intrínseco del retrato; le restan intimidad, simpatía. Sobre todo teniendo en cuenta el estilo mesurado, sobrio de Camio. Su predilección por los grises; su casticismo, ajeno a pompas coloristas y ese decoro de sí mismo que es la condición más laudable de un artista. Testimonio de ambas cosas, de magalometría y de maestría pictural, el retrato de Rey Barral, uno de los mejores de la Exposición”…
Ese mismo año viajó por Italia y participó en la exposición realizada en Cádiz, junto a más de 100 artistas del momento y en la Exposición de Bellas Artes de Cádiz.
Otra fotografía del artista de 1929
En 1927 fue pensionado para estudiar Retrato durante tres meses en Bélgica y Holanda, viaje que aprovechó para participar de una forma muy activa en la organización de la exposición de las Artes del Libro en Leipzig, en la sección española que fue preparada por la AEPE.
Entre 1924 y 1926 Pedro comenzó a ser conocido como Camio, pasando ya a figurar en los índices alfabéticos de la G a la C.
El Heraldo de Madrid, 1924
En 1929 publicó su libro Artistas catalanes, editado por la Biblioteca Ascasibar, con 225 páginas y 77 reproducciones, con artículos sobre los principales artistas contemporáneos y socios de la AEPE, como Casas, Rusiñol, Masriera, Anglada Camarasa, Julio Antonio, Mir, Clará, Llimona, Meifrén, Blay, Urgell, Sunyer, Oslé, Esteve Botey,….
En 1929 había oído que su buen amigo Francisco Soria Aedo, tenía una guapa modelo granadina y le pidió que se la enviara para servirle de modelo en algunos cuadros. Así se enamoró de Elisa Alarcón Cortés, hija de Bernarda Cortés, conocida como “la perla del Albaicín” por su belleza, que ya no volvió a posar para ningún otro pintor más que él y con la que se casó en 1930.
Pedro y Eloísa se instalaron en la calle Alonso Cano, 11, trasladándose después a la Calle de la Cruz, 8, hoy Sierra de Cameros, en Vallecas, cerca de la Escuela de Artes, donde pasados los años, nacerían sus hijos y fallecería. El matrimonio tuvo dos hijos, Pedro, reconocido cardiólogo ya retirado y Eloísa, a quien llamaban Chipi, que estudió la carrera de francés.
En 1929 realizó una exposición en el Salón de Bibliotecas y Museos de Madrid, donde presentó 24 retratos, incluido un autorretrato y en las Galerías Layetanas de Barcelona. Presentó además obra a la Exposición Internacional de Barcelona.
En la Exposición Nacional de 1930, pese a ser votado para Primera Medalla, no la consiguió, si bien vendió la obra “Paseando”, que con este motivo fue reproducida en la Gaceta de Bellas Artes del 1 de septiembre.
Ese mismo año presentó una exposición en la Galería Delcaux de Bilbao, a la que llevó doce cuadros y cuya presentación del catálogo corrió a cargo de Bernardino de Pantorba, quien aseguraba que …”sus cuadros tienen también su espíritu y vive en sus retratos algo que es valor universal, además del logro de una técnica bien empleada”…
Fotografiado en 1932
En la Exposición Nacional de 1932 se le concedió la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, votada por sus compañeros artistas.
El Heraldo de Madrid, 1931
En 1933 presentó una exposición en las Galerías Layetanas que tuvo buena crítica. Para Enrique Bonet, “la pintura de Camio como la de Mazo, Pereda, Sorolla, Chicharro, Hermoso y Benedito, es una renovación de la naturalista española, y como aquellos maestros, se complace este artista en expresar la naturaleza, sin mentirla ni calumniarla, buscando, a través de la pincelada franca y certera, toda la fuerza constructiva del dibujo, colorido y expresión de vida”…
En aquellos años, Camio era Ayudante meritorio de la Escuela de Artes de Vallecas, cuyo edificio estaba situado en la calle Antonia Cala primero, desde donde pasó a la Avenida de la Albufera para trasladarse definitivamente a la Avenida Ciudad de Barcelona esquina a Menéndez Pelayo, donde aún hoy se encuentra.
Retrato de Enrique de Larrañaga
En 1934 inauguró una exposición en Madrid en la sala que poseía la Agrupación Castro Gil, en la calle del Prado, 23, una colección de retratos de modelos, tipos de mujeres… “donde destacan su valiente concepto del arte y la modernidad de su pintura”…
Crónica, 1935
La guerra civil la pasó en Madrid, mientras que su esposa Eloísa lo hacía en Valencia, donde tenía familia. Pedro fue muy buscado entonces porque las tropas republicanas querían saber el paradero de su hermano y su cuñada, de fuertes convicciones católicas y efectiva ayuda a los necesitados, que habían tenido que esconderse en la capital.
Casi al finalizar la contienda, Pedro fue movilizado y llegó a Valencia, donde encontró un trabajo oficial relacionado con el Tesoro Artístico, que pudo ser como conservador, con un pequeño sueldo.
De regreso en Madrid, con las manos y los bolsillos vacíos, retomó sus clases como profesor de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Vallecas.
Firma autógrafa de Pedro García Camio
En 1945 viajó con su hijo a la salmantina Candelario, junto al pintor Agustín Segura y su esposa, y el escultor Avalos y su hijo, realizando apuntes y cuadros muy bien aprovechados.
En 1946 se le nombra profesor interino de término de dibujo de la Escuela de Artes de Vallecas, obteniendo la plaza en propiedad hacia 1950.
Tras un paréntesis de doce años, en 1946 volvió a exponer en Madrid, en los Salones Macarrón de la calle Jovellanos, con gran éxito de crítica. Destacaba el ABC …”en la madurez de su talento, muestra una gran obra de retratos, composiciones y paisajes, pintados con la factura más española”…
Para José Prados López, Secretario de la AEPE, los retratos expuestos eran una “seria lección estética para muchos pintores, maestros del escamoteo y el camelo artístico, con apariencia de geniales, que no engañan a nadie, ni siquiera a ellos mismos… Pedro G. Camio está dando una lección de buena y sólida pintura… y después de una prolongada ausencia, nos trae el tono potente y exacto de un pintor que no puede ser vencido ni alejado de un prestigio que está por encima de las recompensas oficiales”.
La niña de la rosa
En 1947 realizó otra exposición en la galería Delsa de Bilbao que la prensa calificó como …”una perfecta lección de pintura, de buena pintura, viene a demostrarnos también que para él el oficio no tiene dificultades ni secretos. Bodegones, retratos y paisajes son tratados por su exquisita sensibilidad con indudable perfección y buen gusto”…
Ante el éxito de la muestra, volvería un año más tarde a la misma galería con una muestra de la que la Gaceta del Norte destacó que “las figuras de Camio tienen un punto de sugerencia y de expresión que inmediatamente atraen y encantan; nos referimos al dibujo que vive con esplendidez en las manos de las modelos… conoce como nadie el secreto de los ropajes y sabe sacar todo el partido posible a la gracia de anudarse el mantón… su pincel se recrea en sacar finuras y suavidades a la seda”…
1932
En 1950 volvió a exponer en Bilbao, esta vez en la Galería Arte y Hogar (antigua Delsa).
En 1951 participó en la I Bienal Iberoamericana de Arte que se celebró en los palacios del Retiro y al año siguiente regresó a Bilbao, a la misma galería, donde llevó 24 cuadros.
En 1953 expuso en San Sebastián. En la Hoja Oficial de San Sebastián se podía leer: “Dibuja, compone y pinta sabiamente, y no se diga que su pintura es fría. No. Llena de calidades, capta la luz en sus más tenues matices y da a sus cuadros la atmósfera adecuada… magnífica exposición en la que cada lienzo es un acierto”…
Pedro García Camio en 1927
Tras este nuevo éxito, ese mismo año presentó exposición en Madrid, en el Salón Cano de la Carrera de San Jerónimo. Decía José Prados López de ella que “con la serenidad que da el dominio, la inteligencia y la autoridad artística, características acusadas del pintor… en la exposición vemos la verdadera solera de una pintura siempre de moda y siempre española… por lo que encierra de madurez, de universalidad, de inteligente concepto, abarcando la seguridad de una técnica eterna, siempre mentora y catedrática”…
En 1954 regresa a Bilbao, a la galería Arthogar (antigua Delsa y Arte y Hogar), con bodegones y retratos, y un año más tarde presenta sus obras en el Salón Cano de Madrid.
La gallina
En 1958 vuelve a en Bilbao y un año más tarde presentará allí una exposición monográfica de exhibición donde se pudieron ver trece retratos.
En 1961 al Salón Cano de Madrid llevó un total de 27 obras: dos retratos, trece figuras y doce bodegones que Prados López calificó como un “conjunto de géneros con que el pintor asegura su personalidad al dominio perfecto de una técnica… y señoreando el conjunto, sus retratos en los que Camio ha logrado siempre victorias justísimas”.
Su última exposición fue en 1962 en Bilbao, la ciudad que tantas alegrías le dio.
En los últimos años de su vida, su salud se fue resintiendo, y la mañana del 1 de abril de 1963, sufrió una crisis hipertensiva, con hemorragia cerebral que le causó la muerte. Fue enterrado en la Sacramental de Santa María.
Por la prensa de la época encontramos que fue comparado con Sorolla, por su facilidad, con López Mezquita por la maestría, con Madrazo por su pincelada… reconociendo que “sus retratos eran magistrales, sus fondos, maravillosos, sus pliegues, admirables, sus grises, insuperables, sus manos… las manos marcaron un día el precio de sus cuadros porque las manos contienen la mayor fuerza emocional y significativa de cada uno de los lienzos. En ellas está contenido el elogio de la obras que se abre en una armonía deliciosa de color”…
La Esfera, 1925
Decía un antiguo compañero de estudios de él que “desde la adolescencia ha seguido ya una línea recta: adolescente aplicado, de meticulosa probidad, que no se dejó ganar a lo largo del camino de su vida por sentimientos contrarios a su idiosincrasia, de una seriedad reflexiva”.
Pedro García Camio era alto, vigoroso, de ademanes sobrios y precisos. Para el trabajo, serio y constante, con la familia, alegre y abierto y con los amigos, juerguista y animado.
Era equilibrado, sereno, dueño de sí mismo, no gustaba de ridículas farsas, amigo de sus amigos, que fueron muchos.
Amante de la música clásica, sinfónica y la ópera, lector empedernido, aficionado al cine, que frecuentaba dos veces por semana, amigo de las tertulias, frecuentando las del café Gijón y La Perla.
Seco de carácter, nada vanidoso ni pedante, honesto, cabal, algo introvertido pero con una conversación amable al intimar.
Pedro García Camio, Secretario de la AEPE, retratado por Solís
Pedro García Camio y la AEPE
Con 21 años, ingresó en la Asociación de Pintores y Escultores, donde había participado ya en la exposición de pintura, escultura y grabado que en 1919 se organizó en Bilbao.
Con posterioridad formó parte de la ponencia que estudió el Reglamento del Salón Permanente de Exposiciones de 1921, fecha en la que fue nombrado Contador de la Junta Directiva.
Un año más tarde, por ausencia de Cándido Medina Queralt, ocupó el cargo de Secretario de la AEPE, siendo elegido en Asamblea en 1923, con motivo del que la Gaceta publicaría un retrato suyo de cuerpo entero dibujado a lápiz por Solís Ávila, haciéndose cargo de la revista.
De su estancia en París se trajo la experiencia de haber sido miembro de la Asociación de Artistas Españoles en Francia, siendo nombrado su representante en Madrid.
Participó en la exposición de pintura española en México que organizó la AEPE en 1926.
También lo hizo en la exposición del Grand Palais de París, Salón de Otoño de 1926 en el intercambio que llevó a cabo la AEPE con el Salón de París.
En 1927 formó parte del comité seleccionador de obras de la Exposición Internacional de Grabado de Florencia. Un año más tarde, asistió en representación de la AEPE al Congreso de Cooperación Artística Paneuropeo que se celebró en Austria.
Formó parte de numerosos jurados de certámenes de pintura y carteles, como el de Carteles de Oleicultura de 1924, de Ceregumil de 1925, del Concurso Nacional de Escultura o del Salón de Mayo de 1935.
Organizó y logró llevar a cabo en 1927 una exposición de carteles de artistas de la AEPE en varias ciudades holandesas y alemanas, en colaboración con el Presidente del Círculo Español Holandés de Enschende.
En reunión de la Junta Directiva del 19 de mayo de 1930, dimitió Camio de su cargo de Secretario por diferencias referentes a temas de jurados con motivo de la Exposición Nacional. Constó en acta el sentimiento de la directiva por su marcha. El 23 de mayo envió una carta en la que dimitía también del comité de redacción de la Gaceta.
Camio se presentó a todos los salones anteriores a la guerra civil excepto a los de 1929, 1932 y 1933.
En el tercer Salón de Otoño de 1923 fue nombrado Socio de Mérito y un año después, Socio de Honor.
Volvió a presentar obra a los Salones de 1952, 1954, 1956, 1958, 1959,1960 y 1963, obteniendo Primera Medalla y el Premio Duque de Alba en el XXVIII Salón de 1956.
Joven segoviana con cántaro
Dama