Premio Fundición Codina para el 81 Salón de Otoño de la AEPE

Tal y como se especifica en las Bases publicadas para la convocatoria del 81 Salón de Otoño 2014, quedaba abierta la posibilidad de concesión de otros premios que en el momento de difusión de las bases, estaban aún pendientes de confirmar.

Fruto de una intensa y estrecha labor de colaboración con la Fundición Codina, se acaba de establecer la concesión del “Premio Fundición Codina”, dotado con una importante escultura artística salida de sus talleres para la edición número 81 del tradicional Salón de Otoño.

sello Codina

El pasado jueves 17 de julio, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, acompañado por el Vicepresidente, Alejandro Aguilar Soria, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, y el Director de la Gaceta de Bellas Artes, Juan de la Cruz Pallarés, mantuvieron una reunión de trabajo con los hermanos Codina, Mª Luisa y Miguel Angel, fruto de la cual nació la concesión del premio que con el nombre de la Fundición, se incluirá a partir de este Salón de Otoño.

En el transcurso de la reunión se trataron además diversos temas de interés para la Asociación Española de Pintores y Escultores, cuyos resultados podrán ser visibles en un no muy lejano espacio de tiempo.

Recordemos que la historia de la Fundición Codina se remonta a finales del siglo XIX, y han cumplido ya más de 120 años, cuando Benito Codina comienza en Barcelona esta actividad artesanal, y junto a su socio Campins, se hace con la fundición del artesano Masriera, en la que ambos trabajaban.

En 1906, Benito se traslada a Madrid y trás establecerse en la calle Tarragona y pasar dos temporadas en las calles de Cartagena, Tarragona y Ardemans, asienta su factoría a mediados de los cincuenta en la calle Albarracín. Allí, una quincena de operarios, fundidores, cinceladores, todos artesanos, trabajan en los hornos y talleres de la fundición.

En esta sede, la demanda no cesa. A su nave han llegado desde hace cuarenta años los modelos esculpidos por centenares de los mejores artistas españoles, y también extranjeros. Entre ellos, un Cristo de 11 metros de altura que fue colocado en la frontera de Bolivia con Chile, para zanjar la polémica de la anhelada mediterraneidad boliviana. En otra ocasión, varios aviones Jumbo trasladaron pieza a pieza a México la réplica de la famosa estatua de la Cibeles que, en bronce, decora una bella plaza de la ciudad azteca.

En el año 1999, la fundición se traslada al domicilio actual en Paracuellos del Jarama, donde sus bisnietos María Luisa y Miguel Ángel, y su tataranieto Julio, continúan con el maravilloso arte de la fundición.

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