Fallece Julio López, el escultor del alma

La Asociación Española de Pintores y Escultores quiere expresar su más sentido pésame por la triste pérdida de uno de los más grandes artistas de España, a sus familiares y amigos, especialmente a sus hijas y a Marisa y Miguel Ángel Codina, a quien unía una estrecha amistad.

José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, junto a Julio López y S.M. la Reina Doña Sofía, Presidenta de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, en el acto de entrega del 50 Premio que lleva su nombre

El escultor Julio López Hernández, perteneciente al grupo de los «Realistas de Madrid», falleció el pasado día 8 de mayo de 2018, en una clínica de Madrid, a la edad de 88 años,  donde estaba internado desde hace un mes tras sufrir un ictus.

Julio López pertenecía al grupo de grandes artistas, junto con Antonio López, y su propio hermano Francisco, fallecido en enero de 2017, que en la década de los 50 retomaron una alternativa de la tradición realista, con el llamado realismo mágico o transcendente, alejado del realismo más académico y del vanguardismo que en esa época cultivaron Saura, Tápies y Millares.

De hecho, defendía el realismo como una de las expresiones artísticas propias de la actualidad: «El realismo está hoy tan vigente como la abstracción.

Julio López formaba parte junto con su mujer, la pintora Esperanza Parada, del grupo histórico y generacional de pintores y escultores que vivieron y trabajaron en Madrid desde la década de 1950, unidos tanto por el vínculo de su formación y de su trabajo como por sus relaciones personales y familiares.

Además de por este matrimonio, el grupo estaba compuesto por Antonio López García, su esposa, María Moreno, el escultor Francisco López Hernández, hermano de Julio, su mujer, la pintora Isabel Quintanilla y Amalia Avia, casada con el artista Lucio Muñoz. Aunque no todos ellos habían nacido en Madrid, esta ciudad fue el lugar principal de residencia y trabajo.

Hijo y nieto de orfebres, nació en Madrid en 1930. Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, y con 19 años ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde entabló amistad con otros artistas como Antonio López García y Lucio Muñoz. Obtuvo una beca del Liceo Francés y la Pensión de Bellas Artes de la Fundación Juan March, lo que le permitió ampliar su formación en Francia e Italia.

En 1962 contrajo matrimonio con la pintora Esperanza Parada (fallecida en 2011), con la que tuvo dos hijas, modelos de muchas de sus obras. Desde 1970, ejerció como profesor de Modelado en la Escuela de Artes y Oficios. A lo largo de su vida, recibió numerosos premios y distinciones, entre ellos, el Premio Nacional de Artes Plásticas 1982, el Premio Nacional de Medalla Tomás Francisco Prieto de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. En 1986, ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Julio López ha volado hoy en Madrid

Desde sus primeras tallas religiosas, evoluciona del expresionismo al realismo y sus obras van ganando cotidianeidad, con el bronce como material más empleado y una gran relevancia a las texturas. A principios de los 50, participó en el Proyecto de Escuela de Escultores de Coca, donde conoció a César Montaña y Eduardo Capa. Algunas de sus grandes obras públicas son el torso de Jorge Manrique, el monumento a Federico García Lorca o el busto de Fernando de los Ríos.

Desde su primera exposición individual en 1965, en la Galería Juana Mordó de Madrid, su obra ha sido expuesta en importantes salas de todo el territorio nacional, desde la Fundación Rodríguez Acosta de Granada a la Caja de Ahorros de Asturias, el Monasterio de San Francisco en Cáceres, el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, la Fundación Santillana o la Galería Leandro Navarro de Madrid.

Sus obras se pueden encontrar en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Museo Nacional de la Moneda, Museo de Figueira de Foz, Museum Atheneum de Helsinki, Muzeum Sztuki Medalierskiej de Varsovia, British Museum, Museo Vaticano, Colección Fundación Juan March, Museo al Aire Libre de Hakone (Japón), Museo del Prado, Palais de l´Europe (Estrasburgo) y Chase Manhattan Bank (Nueva York), entre otros.

A los 88 años, continuaba trabajando incansable. El año pasado inauguró dos exposiciones en Madrid: fue uno de los protagonistas de la muestra que el Museo Thyssen dedicó al realismo madrileño y expuso en solitario en la Academia de Bellas Artes. “Mis esculturas se reencuentran y dialogan con los dibujos que las originaron. Yo hago dibujos muy acabados, que no son bocetos, y de grandes dimensiones. Son la esencia de la creación de un escultor».

Al quedarse viudo empezó también a escribir. Publicó además el libro «Notas a pie de obra», en el que hacía comentarios sobre «la médula de mis creaciones». Algunas de sus piezas más conocidas, como «El pintor del Prado» o los homenajes a Lorca, lucen en las calles y plazas de Madrid, como en la de Santa Ana, el Teatro Español o al pie del Museo del Prado.

Su relación con la Asociación Española de Pintores y Escultores comenzó en el año 2013, cuando el recién nombrado Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, le invitó a participar en el Jurado del que fue el 80 Salón de Otoño. Su amistad venía ya de lejos, y eso facilitó que quisiera participar en el proyecto.

De izquierda a derecha: Tomás Paredes, Julio López, Antonio López, Rafael López-Sors, Mª Dolores Barreda Pérez, José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Alma Ramas y Lucas Ferreira, Jurado del 80 Salón de Otoño

 

El consejo de sabios que reunió José Gabriel Astudillo en mayo de 2014, en una  importante reunión de trabajo a la que asistieron el pintor manchego Antonio López, el escultor madrileño Julio López, el Catedrático de la Facultad de Bellas Artes de la UCM, José Mª Cuasante y el Doctor en Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de la UCM, Luis Mayo, sentó las bases del que sería en nuevo Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, fruto de las directrices de los “grandes maestros del arte actuales”, que desde hacía ya tiempo, mostraban una muy positiva disposición a colaborar con la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Esta actitud se vio muy pronto reflejada a través de su participación en los Jurados de los Salones de Otoño correspondientes a las ediciones número 80, 81, 82, 83 y 84, así como del 50, 51, 52 y 53 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura.

De izquierda a derecha: Mª Dolores Barreda Pérez, José Vicente Moreno, Rafael López-Sors, Eduardo Naranjo, Antonio López, José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Tomás Paredes, Rafael Canogar, Javier Rubio y Julio López, en otro Jurado del  Salón de Otoño

 

El 21 de febrero de 2014, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores tenía el honor de entregar a Julio López la Medalla de Honor de la AEPE, en reconocimiento a su personalísimo estilo realista y fuera de los cánones académicos y a la revitalización lograda del espíritu clasicista.

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, Julio López y José Gabriel Astudillo López, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores

El homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que formamos la Asociación Española de Pintores y Escultores, no sólo quiso recordar al genial escultor en su vertiente artística, sino que hizo especial hincapié en los valores humanos que siempre han rodeado a la persona de Julio López.

José Gabriel Astudillo lo reflejó muy acertadamente cuando expresó que este renovador de la escultura siempre se ha caracterizado por “el profundo respeto hacia la obra y estilo de los demás artistas y creadores, por su trato amable y cortés, por el profundo amor a su familia, por la honestidad reflejada en sus acciones y palabras,… todo ello no son más que la demostración tangible de la grandeza de su alma, de la generosidad de su corazón y de la rectitud de sus sentimientos”.

 

 

El emotivo acto de la entrega de la Medalla de Honor de la AEPE a Julio López

Y sobre todos estos valores, Astudillo destacó el del compañerismo, “del que sus propios amigos pueden dar buena fe y que junto a su cordialidad son los valores que más enriquecen su vida. Por eso, para esta Asociación Española de Pintores y Escultores es un honor otorgar esta distinción a un excelente escultor y a una extraordinaria persona”.

En el mismo acto, la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, realizó una semblanza personal del homenajeado, en el que decía que …”Julio López ha sido siempre un artista lleno de nobles ideales. Lo que más me gustaría destacar de él es el hecho innegable, de que antes que escultor, antes que artista, es una buena persona que está llena de valores humanos… Me gustaría también poderles transmitir algo que no viene escrito en ninguna biografía, ni aparece en internet, ni encontramos en los libros que sobre él hablan: me refiero a su profunda humanidad, a los valores humanos que siempre le han caracterizado…. Los valores que atesora Julio López son las cualidades de su alma, son los principios que siempre le han impulsado a luchar por la vida, por su trabajo, por su estilo… Su profundo respeto hacia la obra y estilo de los demás artistas y creadores, su trato amable y cortés, el profundo amor a su familia, el reconocimiento de las virtudes de los demás, la responsabilidad que le otorga crédito y confianza, su esfuerzo y compromiso, la solidaridad que ha demostrado al sensibilizarse con las necesidades que esta Asociación le manifestó, la honestidad reflejada en sus acciones y palabras,… todo ello no son más que la demostración tangible de la grandeza de su alma, de la generosidad de su corazón y de la rectitud de sus sentimientos…

Con este motivo,  en febrero de 2014 se publicaron además la entrevista que al escultor realizó Mª Dolores Barreda Pérez, y el extracto de una tarde de diálogo compartida a tres bandas con el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, y que pueden verse en la web, en los siguientes enlaces: https://apintoresyescultores.es/entrevista-a-julio-lopez-hernandez/

y https://apintoresyescultores.es/a-tres-bandas-julio-lopez-astudillo-barreda/

 

Julio López siguió colaborando con la Asociación Española de Pintores y Escultores en otro tipo de actuaciones, como su participación en la exposición que bajo el título de “Tres siglos de escultura: Fundición Codina”, comisariadas por la AEPE, se llevaron a cabo en Alcorcón, Getafe y Leganés en el año 2014.

El pasado viernes 4 de mayo, inauguramos en Toledo la mejor exposición de escultura de todas las que se celebrarán en España en este año 2018. Una exposición que se acaba de convertir en el mayor homenaje que pudiéramos hacer al artista, puesto que Julio López está presente en “EScultura” con cuatro piezas, siendo la imagen de portada del catálogo la penúltima escultura que realizó, ya que la que es la última, se encuentra en la Fundición Codina, en donde Julio trabajaba con ella.

Este es el texto que nos ha hecho llegar una de sus hijas, “Queridos todos, mi padre falleció esta mañana tranquilo y sedado. Había empeorado mucho el domingo. Se ha ido luchando hasta el final y con la discreción y elegancia que le caracterizaban. Estamos seguras que ahora sostiene una conversación con sus grandes amigos Lucio y Amalia, que está con su hermano y sobre todo que se ha reencontrado con mi madre a la que echaba tantísimo de menos. Un abrazo a todos y mil gracias por el cariño y admiración que le teníais”.

D.E.P.

Entrevista a Marisa Codina, Gerente de la Fundición Codina

Por Miriana Quiel y María Priego Sánchez

  

Entrevista a la Gerente de la Fundición, que representa la cuarta saga de los fundidores

¿Cuál es la Historia de la Fundición Codina?

La historia de la Fundición se remonta a la primera noticia de obras fundidas en 1888, cuando nuestro antecesor Federico Mas Riera le encargaron hacer la estatua de Colón de Barcelona realizada ese mismo año.  A partir de ahí monto un taller de fundición y luego en 1904 se jubiló y su parte se la compró mi bisabuelo y la traslado a Madrid. Y a partir de ahí hasta hoy.

¿Qué obras fundidas son las más destacadas?

Muchas en Madrid casi todas, todos los monumentos grandes de Madrid se han fundido en Codina. Como las de la Plaza Cascorro, el monumento de Alfonso XII, El ángel que se encuentra sobre el edificio Metrópolis de Gran vía, las estatuas de Goya y Velázquez de la puerta del Museo del Prado.

¿Habéis fundido algún premio?

Todos los años realizamos los Premios Cervantes de Julio López, los premios de la música…

¿Habéis recibo como empresa algún premio?

El ayuntamiento de la Comunidad de Madrid nos dio un premio por ser una empresa tradicional y antigua.

¿Se trata de una sociedad anónima?

No, fue sociedad anónima, sociedad limitada y ahora mi hermano aparece como profesional.

¿Cuántos trabajadores tiene actualmente la Fundición?

Ahora somos siete, mi hermano y yo, mi hijo que sería la quinta generación y luego contamos con cuatro especialistas más.

¿Cómo llega uno a ser artesano?

Esto no se estudia, se entra de peón, de aprendiz y se aprende el oficio de un maestro. El trabajo es artesano es manual las maquinas influyen poco.

¿Cómo sobrevivió la Fundición en tiempos de entre guerras?

En la guerra civil la incauto una célula anarquista que estaban en Madrid en la calle Cartagena, incautaron la fundición para hacer bombas. Durante la época de la guerra, se fabricaron bombas que no funcionaban, por ello a mi abuelo le metieron en la cárcel porque las hacia mal, pues no tenía ningún interés en hacerlas. Todos los trabajos que estaban en proceso se fundieron para hacer las carcasas de los obuses.

Durante la dictadura se fundieron muchos retratos de Franco y esculturas ecuestres colocadas por toda España y muchas otras como los ángeles del Valles de los Caídos.

¿Cómo surgió la colección?

La colección surgió porque yo tengo mis propias piezas de escultores que acaban siendo amigos, aparte de clientes se establece una relación muy estrecha y muy entrañable. Unas veces le compras la pieza o se la cambias por trabajo o te la regalan, esto pasaba desde comienzos de la Fundición y se han ido conservando.

¿Qué clientes de renombre habéis tenido?

Españoles, la gran mayoría desde los primeros tiempos de Mariano Benlliure, Miguel Blay todos los catalanes de la época modernista importantes como Agapito Vallmitjana, Jacinto Higueras, Aniceto Marinas. Y luego Pablo Serrano, Julio López Hernández y Francisco su hermano, Antonio López y artistas de hoy en día y no solo importantes sino todo aquel que quiera tener una pieza de bronce y la haya modelado.

¿Puede venir cualquiera a fundir su obra?

Si y para nosotros están importante hacer una pieza de Julio López Hernández como si tú te modelas una cosa que te guste y te la fundimos.

 

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