Las Medallas de la AEPE: Juan Cristóbal

Por Mª Dolores Barreda Pérez

Después de ver cómo y cuándo nació la Medalla de la Asociación de Pintores y Escultores, vamos a seguir conociendo más acerca de los galardones en los que se otorga actualmente, con sus correspondientes denominaciones.

Medalla de Pintura Juan Cristóbal

del Salón de Arte Realista

En el año 2015, la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores creó el Salón de Arte Realista, en contraposición del Salón de Arte Abstracto, que se ha convertido ya en una de las más esperadas convocatorias de la centenaria entidad, nacido para hacer de este arte una continua experiencia creadora que aporta todo tipo de conocimientos y la belleza de otra realidad, que sólo está en las manos de los artistas.

En 2017 y gracias a la propuesta que realizara el Presidente de la AEPE, José Gabriel Astudillo, bajo el título de “La plenitud de los nombres”, se acordaba la reorganización de los premios y galardones que otorgaba la institución en los distintos certámenes y concursos habituales. En el caso del Salón de Arte Realista, y como en el resto de las ocasiones con el ánimo de honrar la memoria de los fundadores de la AEPE, se instituyeron los premios: Medalla de Pintura José Villegas Cordero y Medalla de Escultura Juan Cristóbal.

 

JUAN CRISTOBAL GONZALEZ QUESADA

 

GONZALEZ DE QUESADA, Juan Cristobal      E    1928 24.may.1898           OHANES(Almeria)      GRANADA/MADRID            19.set.1961

 

Juan Cristóbal González Quesada, conocido como Juan Cristóbal, nació el 25 de mayo de 1896 en Ohanes, Almería. Cuando contaba con 10 años, su padre emigra a Argentina y el resto de la familia se traslada a vivir a casa de una tía en Granada.

En 1908 comienza a trabajar de botones en el Centro Artístico y Literario de Granada, y un año después, ingresa en el estudio del escultor Nicolás Prados Benítez y en la Escuela de Artes y Oficios de Granada.

Al año siguiente, obtiene la Primera Medalla de la Exposición de Escultores Noveles, organizada por la Sociedad Filarmónica de Granada.

Juan Cristóbal en su juventud

 

En 1913, en el Centro Artístico de Granada, realizó su primera exposición, siendo descubierto por el escultor francés Daniel Backe y por Natalio Rivas, que le ofrece su protección, creándose desde ese momento una relación casi paterno-filial durante el resto de sus vidas.

Consigue una beca del Ayuntamiento, Diputación de Granada y Centro Artístico y Literario de Granada para estudiar en la Escuela de Bellas Artes en Madrid, a donde se traslada a vivir en 1914, ingresando en el estudio de Mariano Benlliure, uno de los Socios Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores, durante un breve tiempo.

Su primer estudio estaba situado en una buhardilla de la calle Atocha 151, que sirvió de refugio a jóvenes intelectuales granadinos como Ismael González de la Serna, Manuel Ángeles Ortiz y Miguel Pizarro.

Retratando a Natalio Rivas en Granada

 

Durante sus estudios, entabla amistad con artistas como Antonio Vila Arrufat, Timoteo Pérez Rubio, Ramón Acín, Paulino Vicente, los arquitectos Emilio Castro, Enrique Colás, Adolfo Blanco, y los escultores Moisés Huertas, Fructuoso Orduña, José Ortells y Julio Vicent, todos ellos Socios y Fundadores de la Asociación de Pintores y Escultores.

En 1917 expone por primera vez en el Ateneo de Madrid, junto a su amigo el pintor Ismael de la Serna, inaugura su primer Monumento en el Puente Internacional de Irún (Guipúzcoa) y recibe el encargo del Monumento a Ángel Ganivet del Ayuntamiento de Granada.

Durante esos años, participa en numerosas exposiciones nacionales y certámenes internacionales de todo tipo, obteniendo la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917.

En su estudio de la Calle Londres de Madrid

 

El Ministerio de Instrucción Pública le concede una bolsa de viaje junto a Nicanor Piñole, Ricardo Urgell, Jesús Corredoira y Leandro Oroz.

A partir de 1918 recibe numerosos encargos y proyectos que le proporcionan una estabilidad económica.

Imagen aparecida en La Esfera

 

En 1919 traslada su estudio a la calle Don Ramón de la Cruz, 56 y en 1931 a la calle Londres, 44 de Madrid, que realizara el arquitecto Emiliano Castro.

Curiosamente hoy, en este número de la Gaceta de Bellas Artes correspondiente al mes de junio de 2020, se entrelazan las historias de Juan Cristóbal y de Mª Teresa Jiménez de Blas, la artista socia de la AEPE cuya biografía descubrimos también en este ejemplar, por ser vecinos del Madrid Moderno.

Juan Cristóbal en una fotografía de 1934, en su estudio

 

En 1920 contrae matrimonio con Juana Granel, del que nacerán seis hijos: Luisa, Rafaela, Micaela, Manuela, Teresa Cristobalina y Juan Cristóbal.

Tras una intensa actividad realizando esculturas y monumentos por toda la geografía nacional, obtiene la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

La gitana Elvira

 

En 1923 comienza a ser jurado en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, bienales y concursos, junto a otros miembros de la Asociación de Pintores y Escultores como Mariano Benlliure, Victorio Macho, Juan Adsuara, Fructuoso Orduña, Moisés Huertas, Julio Vicente, José Ortells…

En 1926 inauguró en Salamanca el Monumento a Gabriel y Galán, realizando para el Círculo de Bellas Artes de Madrid el Alto Relieve La Música.

Trabajando en el busto de Goya para San Antonio de La Florida, de Madrid

 

Muy activo en la vida cultural y artística de España, participó en innumerables homenajes a pintores y escultores de su época, actos solidarios, e incontables iniciativas relacionadas con el mundo de las bellas artes.

En 1928 es invitado por el Gobierno de la Unión Soviética a visitar el país junto a Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañon, Hernández Catá, Clemente de Diego, Anselmo Miguel Nieto.

Monumento a Zuloaga, Madrid

 

En estos años se reunían en su estudio de Don Ramón de la Cruz, asiduamente, un amplio círculo de amistades entre otros Ignacio Zuloaga, Julio Camba, Julio Romero de Torres, Rafael Penagos, Enrique de Mesa, Anselmo Miguel Nieto, Emiliano Barral, Lorenzo Domínguez, Ramón Pérez de Ayala, Casto Fernández – Shaw, Emiliano Castro…

Monumento a Ángel Ganivet

En 1930, con motivo de una excursión a Los Toros de Guisando y Cadalso de los Vidrios, de homenaje a Ramón Pérez de Ayala por haber sido nombrado académico de la Lengua, Juan Cristóbal descubre el Palacio de los Duques de Frías, adquiriendo, posteriormente, a Rafael Carlevaris la primera parcela del monumento, iniciando desde ese momento su restauración y conservación.

Victoria, portada de la Gaceta de Bellas Artes de julio de 1924

 

En esos años, es nombrado Vocal del Patronato del Museo de Arte Moderno.  
Cofundador en 1933 de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, fue recibido en distintas ocasiones por el Presidente del Gobierno, Manuel Azaña, con quien mantuvo estrecha amistad.

En 1934 la Real Academia de Bellas Artes le concede una beca para estudiar en Roma, costeada por el Legado del Conde de Cartagena, si bien se verá obligado a renunciar por motivos personales.

Cabeza (mármol)

 

Llevó a cabo la restauración de la estatua de Felipe III (Plaza Mayor de Madrid), de Juan de Bolonia (Giambolagna) y Pedro de Taca, regalo del gran Duque de Florencia Cosme de Medicis a Felipe III, tras el atentado sufrido el 14 de Abril de 1931, teniendo que reconstruir la cabeza del caballo, la grupa y la figura de Felipe III, siendo reinstalada la estatua el 23 de Agosto de 1934 en La Plaza Mayor.

Pasó la guerra civil en Madrid.

Princesita de ojos azules, obra presentada al I Salón de Otoño

 

En 1940 cede un tercio del Molino Burleta a Ignacio Zuloaga y otro a José Minguijon, con la intención de crear un Museo Cervantino.

Destacan la exposición organizada en 1958 en la Biblioteca Nacional de Madrid, la de 1972 del Círculo de Bellas Artes, institución para la que había creado en los años 30 la imagen de la Sibila Casandra, o la celebrada en el Palacio de Carlos V de Granada. En los últimos años de su vida, instaló su estudio en Ávila, donde vivió y trabajó hasta morir en la cercana población madrileña de Cadalso de los Vidrios el 19 de septiembre de 1961.

El artista junto al monumento a El Cid, de Burgos

 

Juan Cristóbal trabajaba piedra, bronce y madera. En su estilo confluyen el helenismo y el quattrocento italiano más clásicos con las corrientes contemporáneas, combinando asimismo en su lenguaje el simbolismo y el realismo.

Se especializó en arte urbano e imágenes monumentales. Son obra suya, entre otras muchas, el majestuoso Cid Campeador a caballo de Burgos, el monumento a Julio Romero de Torres de Córdoba o las estatuas de Manuel de Falla y Ángel Ganivet de Granada. También retrató a Indalecio Prieto o Ramón Pérez de Ayala.

En 2001 el Ayuntamiento de Cadalso de los Vidrios nombró a Juan Cristóbal “Hijo Adoptivo de la Villa” a título póstumo.

Desnudo

 

En el 2002 la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de las Angustias de Granada, creó la Medalla de Bellas Artes, Escultura, “Juan Cristóbal”.

En 2019, el Ayuntamiento de Madrid, colocó una placa en memoria del escultor en el número 87 de la madrileña calle de José Ortega y Gasset, lugar donde más tiempo vivió Juan Cristobal en la capital.

Al acto, asistieron familiares del escultor, amigos de la familia y representantes de grupos políticos del Ayuntamiento y el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, invitado especialmente por la familia.

Retrato del pintor Pérez Rubio

 

Por su estudio han pasado alumnos que han terminado siendo grandes artistas, como como el escultor Emiliano Barral, a quien conoció haciendo el servicio militar, el pintor y escultor .

Tras la guerra y hasta su muerte, siguió siendo el de siempre, pero haciendo cierta revisión de los criterios plásticos y de representación contra los que él y su generación se habían definido en su juventud: naturalismo, abocetamiento, cierto carácter narrativo y hasta cierta retórica decimonónica.

Retrato de Goya

 

Pero lo que más siguió haciendo fueron bustos y cabezas, casi todos retratos, reflejo del ancho mundo de sus amistades, que, como antes de la guerra, incluía a muchos de los principales protagonistas de la vida cultural y social de Madrid.

Hombre apasionado, vital en extremo, que vivió intensamente la amistad y el amor, a su muerte dejó un generalizado sentimiento de humanidad y simpatía, así como el recuerdo de un tiempo que, en la España de entonces, empezaba a parecer muy lejano.

Retrato de José María Pemán

 

Juan Cristóbal y la AEPE

* Participo en el I Salón de Otoño de 1920, inscrito como Cristóbal, D. Juan; natural de Granada; reside en Madrid, calle de Don Ramón de la Cruz, número 56. Al mismo, presentó las obras:

889.- “Princesita de los ojos azules” (bronce)

890.- “El hombre sin ojos” (piedra).

* Al VI Salón de Otoño de 1925, en el que figuró inscrito de la misma manera,  presentó el mármol

420.- “Un Ángel”.

Protagoniza la portada de la Gaceta de Bellas Artes de la Asociación de Pintores y Escultores del 1 de julio de 1924, en donde Pedro G. Camio firmaba un artículo bajo el epígrafe de “Artistas contemporáneos”

En la Gaceta de Bellas Artes de junio de 1930, Bernardino de Pantorba firma un artículo en el que reconoce a Juan Cristóbal como “un escultor de su tiempo… que conoce la curva que trazan en la historia los diversos estilos escultóricos, y en vez de fijarse en uno de ellos, para seguirlo ciegamente, procura la alianza de todos, hasta lograr una síntesis equilibrada. Sus obras tienen, como casi todas las buenas obras de nuestro siglo, un acento nuevo al par que viejo”…

Juan Cristóbal fue Vocal de la Junta Directiva de la AEPE en 1929. Fue nombrado como Jurado para la Exposición Nacional de 1930 y actuó de Jurado en el IX Salón de Otoño. Siempre que se solicitó su ayuda y colaboración para la entidad, cumplió su cometido.

Juan Cristóbal

Retrato de Julio Romero de Torres

 

El Museo Juan Cristóbal en Cadalso de los Vidrios

El recientemente restaurado Palacio de Villena alberga las obras más representativas de Juan Cristóbal que posee la familia del artista

 

 

 

Webgrafía y bibliografía

https://juancristobalescultor.es/biografia-1896-1920/

http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?Museo=MNEV&txtSimpleSearch=P%EDo%20del%20R%EDo%20Hortega&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=simple&MuseumsSearch=MNEV%7C&MuseumsRolSearch=15&listaMuseos=[Museo%20Nacional%20de%20Escultura]

http://dbe.rah.es/biografias/13443/juan-gonzalez-quesada

«Juan Cristóbal», Chueca Goitia, F., 1965, Madrid

«Diccionario de pintores y escultores españoles del siglo XX», Editorial Forum Artis. Texto de Manuel Ruiz Ruiz

«La escultura española contemporánea 1800-1978». José María Medina. Editorial Edarcón, 1978,Madrid

«Arte español siglo XX. Colección Ars Hispanae». Juan Antonio Gaya Nuño, Editorial Plus Ultra, 1978, Madrid

«La escultura española contemporánea». Juan Antonio Gaya Nuño, Editorial Guadarrama, 1957, Madrid

«Historia de las Exposiciones de Bellas Artes celebradas en España». Bernardino de Pantorbo, Editorial Roma, 1985, Madrid

«Vida y obra de Ignacio Zuloaga». Enrique Lafuente Ferrari. Revista de Occidente 1972, Madrid

«Cuadernos Ignacio Zuloaga», Casa Museo Ignacio Zuloaga, Zumaya, Guipúzcoa, AAVV

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

 

Avelina Tomé Hidalgo

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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TOME, Avelina   P   1950

 

Gracias a los constantes llamamientos que desde la Gaceta de Bellas Artes realizamos para que todos aquellos que tengan información acerca de nuestros socios, nos la hagan llegar y así entre todos, salvaguardar la memoria colectiva de los artistas en España, la familia de Avelina Tomé nos hizo llegar un ligero apunte acerca de esta pintora, que nos complace sobremanera poder ofrecer ampliado y recuperar de esta forma del olvido.

Avelina Tomé Hidalgo (1896 – 1974)

De familia humilde, Avelina Tomé Hidalgo nació en Toñanes (Alfoz de Lloredo, Cantabria) en 1896.

Era la hija menor de un carabinero destinado en dicha localidad, y fue única superviviente de seis hermanos.

La familia Tomé regresó a Argujillo (Zamora), de donde sus progenitores eran originarios.

Allí pasará parte de su infancia, pero la muerte prematura de su padre, obliga a la dispersión de la familia.

Avelina Tomé en su adolescencia

 

Avelina es enviada a Madrid, al Asilo de San Diego y San Nicolás [1] que era un colegio para niñas huérfanas y pobres, fundado en 1906 por los Marqueses de Vallejo y encomendado a las Hijas de la Caridad, labor educativa que sólo se interrumpió en los tiempos de la república y que continúa hasta la actualidad.

Asilo de San Diego y San Nicolás de Madrid

 

Desde muy joven se interesó por los estudios superiores de arte y 1913, contando con diez y siete años de edad, solicita permiso para presentarse a los exámenes de ingreso de la Escuela Especial de Pintura, Dibujo y Grabado [2].

La Escuela Especial tuvo varios nombres desde que se fundara como Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1752, hasta la actualidad, que es la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense [3].

Es de destacar que Avelina, además de carecer de medios económicos, provenía de un medio rural donde en aquellos tiempos la mayoría de la población era analfabeta, lo cual hacía más notable su decisión.

Avelina Tomé en los años 20

 

Por el Heraldo de Zamora del 15 de julio de 1914 sabemos que la Comisión Provincial “ha acordado pasar a informe del negociado respectivo, una instancia de Avelina Tomé Hidalgo de diecisiete años de edad, natural de Argujillo, exponiendo que dedicándose al arte de la pintura y no habiendo cursado en la Escuela de San Fernando de Madrid, presenta dos obras copias de otros cuadros del Museo de pinturas, para que juzgando por ellos vea si es posible que la Diputación zamorana, acuerde se proteja a la exponente, que por falta material de recursos no puede ampliar sus estudios”.

Los exámenes de ingreso a la Escuela Especial eran muy exigentes y los aspirantes solían prepararse en el estudio de algún pintor reconocido, pero no nos consta que Avelina tuviera esa oportunidad.

También por el Heraldo de Zamora del 1 de diciembre de 1916 conocemos que con fecha del día anterior, se hacen ejecutivos los acuerdos tomados por la Diputación provincial, “otorgando por una sola vez subvención de 1.000 pesetas respectivamente a los naturales de esta provincia don Jerónimo Seisdedos y doña Avelina Tomé, para que prosigan sus estudios de arte pictórico”.

En el Boletín Oficial de Zamora de esa misma fecha se añade que “los aspirantes tienen demostradas aptitudes para la pintura, según lo comprueban los cuadros que han presentado”.

Finalmente, en 1918 Avelina aprobó con el cuarto puesto las oposiciones de ingreso a la Escuela Especial, y como todavía sigue asilada en el Colegio de San Diego y San Nicolás se le concede matrícula gratuita [2].

En la Escuela estudiará Anatomía, Perspectiva, Paisaje, Ropaje y Teoría e Historia del Arte, obteniendo unas calificaciones extraordinarias que le valieron en 1919 una Matrícula de Honor en la asignatura de Dibujo del Antiguo [2].

Gracias a esta educación artística, pudo conseguir un medio de vida estable, abriendo su propio estudio donde impartir clases de pintura y realizar encargos particulares.

Avelina Tomé, primera por la derecha, impartiendo clases en su estudio

 

En 1926 se relaciona con los círculos artísticos de la capital, asistiendo a actos como la inauguración de la exposición de las obras del pintor argentino Enrique de Larrañaga, que tuvo lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, quedando así recogido en medios como el diario El Sol del 4 de enero de 1926.

En 1929 aparece por primera vez en los registros de copistas del Museo del Prado copiando una “Dolorosa” (433) de Tiziano  [6].

Esta independencia económica también le permite continuar con su formación en la Escuela Especial y en el curso de 1931-32 se inscribe como alumna libre y cursa las últimas asignaturas del programa de Bellas Artes [2].

Los Alfareros de Coca(1950), retrato de Guillermo Murciego y su hijo Gabriel

 

Según observamos en La Nación del 14 de marzo de 1933, Avelina Tomé se presentó a la VI Exposición de Arte Estudiantil, organizada por la Federación de Estudiantes Católicos de Madrid, y resultó premiada en la sección de pintura (aunque no especifica cuál era el premio ni en qué consistía), otorgándole el mismo un jurado compuesto por Marisa Roesset, el arquitecto Sr. Anasagasti y el escultor Juan Adsuara.

En 1935 participa por primera vez en el XV Salón de Otoño [7] organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE) con dos obras: Holandesita, y Cabeza de viejo (estudio).

“Bodegón del botijo”

 

Según averiguamos por el BOE Gaceta de Madrid del 11 de mayo de 1936, en el apartado de la Dirección General de Bellas Artes, Avelina Tomé Hidalgo quedó excluida de las oposiciones por no haber presentado a tiempo la certificación de penales o por haber prescrito el plazo de vigencia del presentado.

“Marina”

 

En 1936 Avelina da a luz en Madrid a su único hijo casi al tiempo en que estalla la guerra civil española. Este hecho interrumpirá su carrera artística, que retomará tras la contienda.

En 1947 expone en la Sala Marabini de Madrid, hecho que fue recogido de forma excepcional en el NODO (noticiero semanal que a partir de 1942 se proyectaba en los cines españoles antes de la proyección de la película) del 2 de junio de 1947: Exposición de Pinturas de Avelina Tomé en la Sala Marabini de Madrid. Edición sin audio, debido a que el audio original está deteriorado o se ha perdido.

“Anunciación” Tercera Medalla del Salón de Otoño de 1950

 

En febrero de 1952 inauguró una exposición de óleos en la Sala Vilches de Madrid, cuya nota recogió el diario ABC.

“Claveles”

 

Manteniendo su actividad docente y su producción artística, se presentó a distintos certámenes y exposiciones.

“Inmaculada”

 

Pintora de sólida formación técnica, las obras de Avelina Tomé tienen un estilo realista sobrio y giran en torno a temas costumbristas, paisajes y bodegones muy al gusto social de los clientes de la época.

«Caza”

 

Mujer independiente y ejemplo de superación personal, consiguió ganarse la vida a través de la pintura bajo unas circunstancias poco favorables al desarrollo profesional femenino.

“Bodegón con manzanas”

 

Pintó hasta los últimos días de su vida y falleció en Madrid en el año 1974.

“Cosiendo redes”

 

Avelina Tomé y la AEPE

Participó en los Salones de Otoño de los años 1935, 1949, 1950, 1952 y 1954, destacando la Tercera Medalla de Pintura que obtuvo en 1950 con la obra La Anunciación [7].

Al XV Salón de Otoño de 1935 presentó las obras “Holandesita” (óleo), 0,88 x 0,74, y “Cabeza de viejo” (estudio), 0,72 x 0,56

Al XXIII Salón de Otoño de 1949, y aunque figuraba erróneamente como “Hevelina Tomé Hidalgo”, presentó una única pieza: “Pescadores de Ondarroa”.

En el XXIV Salón de Otoño de 1950 exhibió dos obras: “Muchachas cosiendo” y “La Anunciación”, por la que consiguió la Tercera Medalla de pintura.

Al XXV Salón de Otoño de 1952 presentó las pinturas “Muchacha segoviana” y “Marina”.

Al XXVI Salón de Otoño de 1954 concurrió con una única obra titulada “Flores”.

Acerca de Avelina Tomé Hidalgo

Su nieta Maria del Mar Sánchez-Vega, residente en EEUU, nos hace llegar sus impresiones acerca de la artista, que no puedo dejar de aportar y transcribo literalmente:

“Me piden una nota personal sobre ella y me ponen en un aprieto porque apenas la conocí ya que murió cuando yo era muy pequeña. He crecido rodeada de cuadros y pensaba que en casa de los otros niños era lo mismo. Para mí el tener una abuela pintora era lo más normal del mundo. Mi padre cuenta que la abuela era muy reservada y hablaba poco sobre su vida probablemente porque pasó por etapas muy difíciles que pensó que no valía la pena compartir.

Quiero agradecer a todas las personas que llevan los archivos históricos de diferentes instituciones empezando por ustedes, la Asociación Española de Pintores y Escultores (AEPE), el Museo del Prado, la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense y la Escuela de Arte de la Palma (antigua Artes y Oficios), que fueron siempre muy amables y contestaron de inmediato a nuestros requerimientos… Está claro que hay un gran interés en conocer a nuestras pintoras del siglo XX.

Ha sido muy emocionante obtener copias de las cartas que mi abuela escribió de su puño y letra a la Escuela Especial ya en 1913. Aprendimos que no cejó en su empeño de procurarse una educación superior desde muy joven, algo muy loable por las circunstancias de su vida, ya que estaba asilada en un colegio para huérfanas pobres. El hecho de que no sólo estudiara Bellas Artes sino que hiciera del arte su profesión en unos tiempos tan difíciles para las españolas, ha hecho que vea con gran admiración a mi abuela y me dé cuenta de la persona tan especial que debió ser. Qué lástima no tenerla con nosotros para que me pueda contar más cosas sobre su vida y sus inquietudes”.

AvelinaTomé Hidalgo con su nieta Mª del Mar Sánchez Vega

 

Distintas imágenes de NODO (noticiero semanal que a partir de 1942 se proyectaba en los cines españoles antes de la proyección de la película) del 2 de junio de 1947, que recoge la Exposición de Pinturas de AvelinaTomé en la Sala Marabinide Madrid

 

 

Referencias, Bibliografía y Webgrafía

[1] sandiegoysanvicente.com/historia/

[2] Archivo Histórico de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, Madrid.

[3] https://www.ucm.es/historia_ucm_facultad_bellas_artes

[4] www.residencia.csic.es/expomujeres/en/cronologia.htm

[5] www.escueladeartelapalma.org/origen

[6]https://www.museodelprado.es/aprende/biblioteca/biblioteca-digital/buscador? efrbrer:p3009_has_form_of_manifestation=libros de copistas

[7] gacetadebellasartes.es/archivo-historico/

[8] http://artampl-dc.blogspot.com/2008/05/un-siglo-modelando-el-barro-esta.html

[9] https://www.descubrecoca.com/2011/05/acto-de-entrega-de-la-medalla-de-plata.html

BOE Gaceta de Madrid. Número 132. 11 de mayo de 1936 Dirección General de Bellas Artes.

El Sol, 4 enero 1926

La Nación, 14 marzo 1933

Heraldo de Zamora, 15 julio 1914

Heraldo de Zamora, 1 diciembre 1916

Boletín Oficial de Zamora, 1 diciembre 1916

NODO del 2 de junio de 1947. Exposición de Pinturas de Avelina Tomé en la Sala Marabini de Madrid. Edición sin audio: el audio original está deteriorado o se ha perdido. http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-230/1467349/

ABC, 11 febrero 1952

Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba” de la Asociación Española de Pintores y Escultores

www.gacetadebellasartes.es

www.salondeotoño.es

Rosario de Velasco Belausteguigoitia

Por Mª Dolores Barreda Pérez

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LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

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Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

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Rosario de Velasco Belausteguigoitia

 

Rosario de Velasco Belausteguigoitia nació en Madrid el 20 de mayo de 1904 y falleció en Barcelona, el 2 de marzo de 1991.

 

En su juventud formó parte de la Sociedad de Artistas Ibéricos, creada en 1924 con el fin de incorporar el arte español a las vanguardias, introduciendo el arte cubista  y de la que formaban parte escritores como Eugenio d’Ors, Ortega y Gasset, Gómez de la Serna… y artistas (y socios también de la AEPE) como Juan Adsuara, José Capuz, Fernández Balbuena, Angel Ferrant, Gutiérrez Solana, Victorio Macho, Benjamín Palencia, Pichot, Piñole, los Zubiaurre… y otros nombres como Dalí y Picasso.

Rosario era hija de Antonio de Velasco, oficial de caballería y de la también llamada Rosario Belausteguigoitia, una vasca descendiente de carlistas y de fuertes convicciones religiosas, que formaron una familia junto a sus hijos Luis, Rosario y Lola y residían en Madrid.

A principios de los años 30, Rosario se manifestó ideológicamente cercana a Falange Española de las JONS, coincidiendo con su creación.

Un día en la calle “Guzmán el Bueno” Rosario vio desde el balcón cómo unos republicanos sacaban a las monjas de un convento para fusilarlas, ella inmediatamente cogió unas bombillas de gas, las juntó en un trapo y las lanzó a los republicanos, estos huyeron del lugar, pero esta acción le pasaría factura un tiempo más tarde.

Ella acabó la escuela de arte y ya era pintora de oficio. Unos amigos de Barcelona, los Gili, editores, mecenas y coleccionistas de arte español, le encargaron pintar unos retratos de madre e hija, trabajo para el que tuvo que trasladarse a veranear a Llavaneras, donde conoció a su marido Javier Farrerons Co, un médico vocacional que junto a Carlos Jiménez Díaz y a Carlos Lahoz Marqués fundaría la Sociedad Española de Alergia, el 31 de mayo de 1947, fecha que marca un hito histórico para los alergólogos actuales, pues supone un antes y un después en el afianzamiento científico de una materia de conocimiento en el vasto campo de la Sanidad.

En Madrid sucedía una historia paralela, la vecina de su piso en la capital acusó a Rosario de Falangista y un día llamaron a la puerta de Rosario en Llavaneres y unos agentes de la CNT se la llevaron a la cárcel Modelo de Barcelona para fusilarla al día siguiente.

Su futuro marido, el Dr. Farrerons, tenía un buen amigo en la cárcel Modelo, el Dr. Sala Perdis y juntos, y por la noche,  lograron meter a Rosario en una carretilla, logrando escapar de la muerte.

Lamentablemente, contaba Rosario, su compañera de celda fue fusilada al día siguiente, no pudiendo hacer nada para detener ese asesinato.

Poco después Javier Farrerons y Rosario se casaron por la iglesia en Barcelona, en una ceremonia casi clandestina y con sólo unos pocos amigos.

El matrimonio huyó a Francia, cruzando la frontera a pie para pasar a la zona sublevada, donde nació su única hija, María del Mar, que siguió los pasos de su padre en el campo de la medicina y la alergología y ejerce actualmente en Barcelona. Contrajo el tifus, enfermedad que la incapacitó para tener más descendencia.

Rosario colaboró con sus dibujos con la revista ilustrada Vértice (1937 a 1946) y proporcionó las ilustraciones de “Cuentos para soñar”, de María Teresa León (1928) y con posterioridad, de “Princesas del martirio” de Concha Espina.

Acabada la Guerra Civil la familia se estableció definitivamente en Barcelona, iniciando una etapa de intensa actividad pictórica aunque, bohemia y estrafalaria en el vestir, se mantuvo siempre alejada de las corrientes artísticas y rodeada de buenos amigos como Dionisio Ridruejo, Pere Pruna, Carmen Conde o Eugenio d’Ors, quien dijo de ella que era la Pola Negri (diva del cine mudo) de la pintura.​

Formada con Fernando Álvarez de Sotomayor (Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores en 1929) en 1924 participó por primera vez a la Exposición Nacional de Bellas Artes con dos óleos titulados “Vieja segoviana” y “El chico del cacharro”.​ En la de 1932, obtuvo la Segunda Medalla de Pintura con el óleo que marcó su carrera artística titulado “Adán y Eva”, y que se exhibe en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, obra representativa del retorno al clasicismo experimentado por las vanguardias europeas en el periodo de entreguerras que se caracteriza por un innovador tratamiento formal, que incluye los aspectos técnicos y el empleo del color, y con la que ese mismo año concurrió también a las exposiciones organizadas por la Sociedad de Artistas Ibéricos en Copenhague y Berlín.​

Con respecto a “Adán y Eva”, Francisco Umbral escribía en 2003 que tras la primera guerra mundial a España “…no nos llegó la guerra sí nos llegó la paz y con ella esa escuela pictórica que herboriza principalmente en el País Vasco, con la calidad de pan tierno que ya tuvieron los Zubiaurre y que encontramos en Rosario de Velasco, llena de una perfección de manzana verde entre un arte tan masculino como el vasco”…

Con la obra “El baño” (1931) participó en 1935 en la Exposición que la Librería Internacional de Zaragoza dedicó exclusivamente a jóvenes mujeres artistas y escritoras, con la colaboración de Carmen Conde, Norah Borges, Menchu Gal y Josefina de la Torre, entre otras, y en 1936 presentó a la frustrada Exposición Nacional de ese año “Los inocentes” o “La matanza de los inocentes”, que hoy se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Valencia, de un realismo calificado de intimista.

Rosario de Velasco quedó descrita por el ABC de Sevilla en 1932 como “una chicarrona de piel de pan tostado, de pelo negro a la greña, manos de movimientos dulces y ojos castaños en cuyo iris titila una gota de miel”, el autor del artículo evitaba clasificarla,  resaltaba el colorismo y la religiosidad de sus cuadros  y acusaba de vicio de los críticos cualquier intento encasillador, mientras reclamaba mirar la aportación original que todo artista tiene.

En 1937, Luis de Galinsoga, años antes de ser director de La Vanguardia española, se explayaba en alabar a la joven pintora con su producción Lavanderas: “masas pictóricas sueltas, pero armónicas y de composición resuelta magistralmente con dibujo somero, pero firme y con colores sencillos, pero expresionistas; un buen modelo, en fin, de arte moderno”.

En 1939 dibujó un sello para la emisión española: el sello de Homenaje al Ejército de 1939 en el Castillo de la Mota de Medina del Campo, cuyos beneficios fueron destinados a las mujeres falangistas de la Sección Femenina de la Falange Española y de las JONS.

Fue una fiel seguidora de Falange y de José Antonio Primo de Rivera. Estableció una estrecha amistad con Pilar Primo de Rivera y se sentía orgullosa de ser la última persona que fotografió a José Antonio con vida, antes de su asesinato.

Realizó las pinturas murales de la Capilla de la Residencia de Señoritas que en 1942 se rebautizó como Residencia de Señoritas Teresa de Cepeda. En el Altar Mayor, Rosario pinta una imagen de María, resuelta con un primor y belleza auténticamente renacentistas.

En 1968 obtuvo el Premio Sant Jordi por su obra “La casa roja”, representativa de la evolución de la pintora hacia perfiles desdibujados a base de transparencias que se aparta ya del clasicismo aunque sin renunciar a la figuración.

Continuó su actividad a lo largo de su vida y con el tiempo se fue deshaciendo del clasicismo, hizo paisajes, bodegones, óleos de vibrante ejecución incorporando nuevas técnicas, de gran riqueza en las texturas, “sin duda el periodo más creativo e interesante de la pintora.” Fue una gran artista, una mujer muy avanzada para su época, comprometida, de valores fuertes y ardiente fe católica.

 

www.Hispaninfo.com

www.mcnbiografías.com

https://www.uv.es/dep230/revista/PDF253.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Rosario_de_Velasco

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