Inaugurada la exposición del Códex 90

Y presentado el “Códex 90” Libro ilustrado del 90 Salón de Otoño

 

El 5 de marzo de 2024 tuvo lugar el acto de inauguración de la exposición del Códex 90, el libro homenaje al 90 Salón de Otoño, el certamen artístico más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España.

En abril de 2023 la Asociación Española de Pintores y Escultores convocó a todos los artistas a participar en la edición de un libro especial, una obra original en formato único que se guardaría en una caja conmemorativa bajo el nombre de CÓDEX 90.

La idea fue pronto bien acogida entre socios y amigos que sin dudarlo, han presentado sus trabajos, protagonizando así la hazaña de llegar a cumplir 90 ediciones.

Ampliamos en distintas ocasiones la fecha de entrega de originales, ante las constantes peticiones recibidas por artistas que querían participar pero habían olvidado las fechas.

Al final, la abrumadora llegada de originales nos hizo plantearnos la idea de llevar a cabo una exposición de todos ellos, y además, nos hizo ver que debíamos recoger este excepcional hecho en un libro conmemorativo que en el mismo acto de inauguración de la muestra, se presentó.

Allí mismo el día de la inauguración, que aún está por determinar, presentaremos el CÓDEX 90. LIBRO CONMEMORATIVO DEL 90 SALÓN DE OTOÑO DE LA AEPE, que con tanta ilusión preparamos.

La exposición de las obras se ha realizado en el Centro Cultural “Julio Cortázar”, de Moncloa, entre los días 5 y 26 de marzo de 2024, e incluye 150 obras presentadas por todo tipo de artistas y creadores.

El acto de inauguración estuvo presidido por el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, que estuvo acompañado por algunos miembros de la Junta Directiva como Alicia Sánchez Carmona, Paloma Casado y Carmen Bonilla Carrasco, así como por un numeroso grupo de socios, artistas y amigos, que no quisieron perderse este acontecimiento.

Los artistas participante en Códex 90 son:

Héctor Acevedo (Héctor Adolfo Acevedo Rojas) – Herminia Aguiar (Herminia Aguiar Muñiz) – Joaquín Alarcón González – Aracely Alarcón Morales – Amparo Alegría (Amparo Alegría Pellicer) – Alonso de Sousa (Susana Alonso de Sousa) – Isabel Alosete (Isabel Moreno González) – Leila Alonso (Leila Alonso García) – Ancaiz. Andrés Carcelén (Andrés Carcelén) – Carlos Andino (Carlos Andino Cerrato) – Julio Antao – Alberto Artigas Azcoaga –  Fernando Asián (Fernando Asián del Barco) – C. Baco (Carmen Baco Covarrubias) – Mercedes Ballesteros (Mercedes Ballesteros Rodríguez) – Asunción Bau Forn – Paco Bertrán (Francisco Bertrán Hernández) – Joaquín Besoy (Joaquín Besoy Posada) – Margarita Blanco Gómez – Sebastián Calderón Honrubia – Mª. Carmen de la Calle Llurba – Rafael Carmona Heredia – Paloma Casado (Paloma Casado López) – María Castro del Río – David Cearns – José Manuel Chamorro Chamorro – Eva Contreras Francisco – Concha Corral (Concha Corral López) – Valeriano Cortázar (Valeriano Cortázar Pérez) – Pilar Cortés (Pilar Cortés López) – Concepción Cortés – Menorquina (Concepción Cortés Aedo) – Leovigildo Cristóbal Valverde (Leovigildo Jorge Cristóbal Valverde) – Maryla Dabrowska (Maryla Dabrowski Pernas) – E. Delgado (Enrique Delgado Contreras) – Sopetrán Domènech (Sopetrán Domènech Llorente) – José Domínguez Hernández – Miguel Ángel Duarte «Enzo» (Miguel Ángel Duarte) – Carmen Durán (Carmen Durán Sanz) – Federico Echevarría (Federico Echevarría Sainz) – Carmelo Esteban (José Carmelo Esteban Gracia) – Pilar Ezquerra Samaniego – Mª FELIX mfelixarte (Mª. Carmen Félix Rodríguez García) – Soledad Fernández (Soledad Fernández Ramos) – Joaquín Fernández Igual – Raimundo Folch – Manuel Fournier (Manuel Fournier Martínez) – María de Francisco Salces – Herminda Gago (Mª. Herminda Gago Blanco) – Mariano Galán (Mariano Galán Ortega) – Inmaculada Galán (Mª. Inmaculada Galán Rodríguez) – Galiana (Juan Pérez Galiana) – Juan Gallardo Jiménez – Fernando García de Juan – M. García García (María García García) – Fernando García Monzón – Ana García Pulido – Javier García Roco – Federico García Zamarbide – Gasconde (Fernando Gascó Alberich) – Luis Javier Gayá Soler – Argentina González Tamames – Luis Ignacio González Torres – Lydia Gordillo (Lydia Gordillo Pereira) – Dolores Guerrero (Mª. Dolores Guerrero Lombardia) – Alejandro Gutiérrez Chamorro – Marien de Haro (Marien de Haro Moreno) – María Antonia Hernández García – Fernando Herranz Alonso (Alon) – Aarón Izquierdo (Aarón Izquierdo Parrilla) – Juan Jiménez – Jon Bay (Cristóbal Marín Fernández) – Juan Luis (Juan Luis Barud) – Karfer Eguia (Karlos Fernández Eguia) – Deiviz Kostoya (David Costoya López) – Svetlana Kovalenco (Svetlana Kovalenko Schelchkova) – Agustín Lanza Garrido – Patricia Larrea (Patricia Larrea Almeida) – Carmen de la Lastra (Carmen de la Lastra Martínez de Tejada) – Pablo Linares Amor – Pilar López Duque – Lola López (Mª Dolores López Fernández) – Esther López Valls – Juan Manuel López-Reina (Juan Manuel López-Reina Coso) – Juan Ramón Luque Ávalos –  Ana Llestín (Ana María Miralles) – Nacho Mallagray (Ignacio Mallagray Martínez) – Juan Alfonso Marbán Muñoz – Alfonso Marín Marigil – Victoria Márquez (Mª. Victoria Márquez Casero) – Fernando de Marta (Fernando de Marta Sebastián) – Pía Martínez Cabrera Palustrán     – Jesús S. Martínez (Jesús Santiago Martínez Díaz) – Raquel Mayor (Raquel Mayor Lázaro) – Juan Merelo (Juan Merelo Villafan) – Geanina Miler (Geanina Elisabeta Miler) – Mónica Mittendorfer (Mónica Mittendorfer Valero) – Concetta Montenegro (Conchita Paz Montenegro) – Laura Moret (Laura Moret Escrig) – Javier de Mota (Javier García Consuegra López de Mota) – Antonio Municio (Antonio Municio Gutiérrez) – Juan Manuel Muñoz Bianchi – Pedro Muñoz (Pedro Muñoz Mendoza) – Pilar Navamuel (Pilar Navamuel Rojo) – Concha Navarro (Concha Navarro Conde) – Jorge Nuno (Jorge Manuel Cordeiro Alves Nuno) – Marina Olalla Marqués – Manuel Olivas (Manuel Olivas Gálvez) – Francisco Ortega Guzmán-FOG-  (Francisco Ortega Guzmán) – I. Ortuño (Isabel Ortuño Gómez) – Manuel Pacheco (Manuel Méndez Pacheco) – Ángela Palomeque (Mª Ángela Palomeque Messia) – Luisa Paz (Luisa Paz Montenegro) – Julián Peinador (Julián Peinador de Juana) – José A. de la Peña (José Antonio de la Peña García y Gadea) – Pilar Pérez Hidalgo – Ana I. Plaza (Ana Isabel Plaza Carcelén) – Carmen Prado – Carmen Prieto (María Carmen Marta Prieto Carrasco) – Daniel Prieto (Daniel Ramón Prieto Fernández) – Carlos Puente Jiménez – Julio A. Queipo Ferragut – Soraya Quintana (Soraya Quintana Quiñones) – Ángel Raposo (Ángel Raposo González) – Pablo Reviriego (Pablo Reviriego Moreno) – Alfonso Rivero de Aguilar – Conceicao María Rocha de Oliveira – Carmen Rodríguez Prados – Manuel Rodríguez Tabernero – July Romero – Trinidad Romero (Trinidad Romero Blanco) – Manolo Romero (Manolo Romero Solano) – Cleusa Rosseto – Riccardo Rossi – Laura Ru (Laura Gómez Rubio) – Ángel Rueda (Ángel Rueda Rodríguez) – Conceicao Ruivo – Mariana Russo (Mariana Russo Sivira) – Alicia Sánchez Carmona – Chus San (Mª. Jesús Sánchez Gómez) – Carolina Sauca (Carolina Sauca Hernández) – Linda de Sousa – Milena Stefanova Iordanova – Graciela Turdo – Mª Luisa Valero – Lola Vallejo (Dolores Vallejo Ruiz) – Ángeles Vaquero (Ángeles Vaquero Pascual) – Miguel Vedia (Miguel Vedia Ortega) – Ana Vivas (Ana Gómez Vivas) – Begoña Zamora Maroto – Zárate (Mª Luisa Martínez de la Pascua) – José Zorita-Zeta- (José Zorita García).

Códex 90

Exposición conmemorativa del 90 Salón de Otoño de la AEPE

Del 5 al 26 de marzo de 2024

C.C. Julio Cortázar

Moncloa-Aravaca

C/ Antonio Machado, 20 – 28035 Madrid

L a V, de 9:30 a 13:30. L a J de 17 a 19 h.

Julio: L a V de 9:30 a 13:30 y L a J de 17 a 18 h.

Agosto: L a V de 9:30 a 13:30

Metro: Valdezarza (línea 7) y Antonio Machado (línea 7)

Bus: 127, 132, 126

“Códex 90” Libro ilustrado del 90 Salón de Otoño

Presentado en el acto de inauguración de la exposición

 

AEPE Ediciones acaba de publicar el libro “Códex 90”, un proyecto cuya edición corre a cargo de Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores

Autores consagrados junto a artistas noveles, participan en este libro en el que aparecen 150 obras de los mejores artistas del momento, que abordan su propio homenaje al 90 Salón de Otoño, con una creación propia, reflejo de su mejor arte.

La presentación tuvo lugar en el acto de inauguración de la exposición que se inauguró el día 5 de marzo de 2024, donde se pudieron contemplar todas las obras que forman parte del Códex 90, que se celebró en el C.C. Julio Cortázar del distrito de Moncloa, y que pudo visitarse hasta el día 26 de marzo de 2024..

Como si fuera una felicitación de los artistas a una histórica muestra por la que han pasado desde su creación más de 30.000 artistas de todo tipo, así nacía la idea de un libro especial, diferente y único que de proyecto, pasó a ser realidad con el libro presentado, y amplió sus horizontes con la magnífica exposición en la que fueron mostrados.

Con esta idea la Asociación Española de Pintores y Escultores propuso a todos los artistas que felicitaran a la que ha sido una ocasión única, la celebración del 90 aniversario del Salón de Otoño, el certamen artístico más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España.

En total son 150 los autores contemplados en la presente edición que conforman un catálogo de motivos únicos y excepcionales en los que cada artista ha desbordado pasión, creatividad y vida.

El resultado no ha podido ser del todo más asombroso y creativo, puesto que los artistas han mostrado creaciones simpáticas, lógicas, sorprendentes y prodigiosas que no van a dejar a nadie indiferente.

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, ha sido la encargada de formalizar el proyecto, que finalmente se ha traducido en la edición de un magnífico libro que rebosa creatividad y sorprendentes propuestas visuales de artistas provenientes de distintas disciplinas plásticas.

Un año ha llevado toda la realización del proyecto, desde su convocatoria en abril de 2023 y hasta su presentación actual, después del éxito y buenos resultados que se obtuvieran en la realización de un libro de Autorretratos, otro de las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna, además de la Baraja artística ilustrada.

Ante todo Mª Dolores Barreda Pérez destaca que el “Códex 90” supone un gran ejercicio de generosidad de los artistas y de todos los que, de alguna manera, hemos participado en la propuesta, si bien los artistas son los verdaderos protagonistas de esta iniciativa, que contó desde el principio, con la ilusión y participación de todos los socios, desde grandes autores, reconocidos y consagrados, a nuevos y jóvenes, unidos en el proyecto común de mostrar lo mejor de su arte, en lucha por definir su propio estilo y entidad.

El Códex 90 tiene una edición limitada de 200 ejemplares, se pondrá a la venta a partir del 6 de marzo de 2024, al precio simbólico de 15 euros ejemplar, y cuentan con 176 páginas y su correspondiente número ISBN internacional y Depósito Legal.

Toda la información de la exposición y de Códex 90, el Libro ilustrado del 90 Salón de Otoño, puedes consultarla en esta misma web, pestaña Otras Exposiciones, donde encontrarás las fotografías del acto.

«Códex 90»

Libro ilustrado del 90 Salón de Otoño

Asociación Española de Pintores y Escultores

ISBN: 978-84-09-58709-4
Depósito legal: M-4315-2024

Atendemos los pedidos en secretaría de la AEPE

C/Infantas, 30. 2º – Dcha. 28004 – Madrid

Lunes a viernes: 10:00-14:00 y de 17:00-20:00

administracion@apintoresyescultores.es

915 22 49 61 / 630 508 189

 

Juan Gil, finalista del 59 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Juan Gil, finalista del

59 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

La máquina del tiempo. Óleo / tela. 176 x 200

José Gabriel Astudillo López, Juan Gil y Miguel Escassi

Mª Dolores Barreda Pérez, José Gabriel Astudillo López, Fernando Colomo, Miguel Escassi y Juan Gil

 

Juan Gil Gutiérrez

Ávila

Se sirve de un hiperrealismo muy logrado para acercarse a una realidad cercana en la que lo inmediato alcanza la categoría de símbolo de una forma muy natural..

Mención especial en el Real Club del Mediterráneo de Málaga,

Tercer Premio en el XXX Premio del Museo López-Villaseñor de Guadalajara Reconocido también por el I Certamen del Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM) de Barcelona.

Obras de gran formato realizadas con la técnica de óleo sobre tabla, con un estilo muy fiel a esa pintura que le caracteriza de convertir en modelo pequeños objetos, juguetes «y cachivaches» que tiene en casa y que al tiempo que ‘cosas’ son metáforas del pasado.

Además, conjuga ese realismo tan exacto con una cierta abstracción y texturas

Juan Gil amplía un magnífico currículum de premios logrados en distintos certámenes.

 

 

 

 

59 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

en colaboración con GOOGLE

Del 29 de febrero al 31 de marzo de 2024

Casa de Vacas

Parque del Buen Retiro de Madrid

Paseo de Colombia, s/n, 28009 Madrid

Entrada gratuita

Lunes a Domingo de 10 a 21 h.

Metro: Ibiza (L9), Retiro (L2)

Bus 1, 2, 9, 15, 19, 20, 28, 51, 52, 74, 146, 202

BiciMAD Estaciones: 60, 65

Recordando… Eugenio Hermoso Martínez

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Eugenio Hermoso Martínez

HERMOSO MARTINEZ, Eugenio   P   1910   26.feb.1883     FREGENAL SIERRA     FREGENAL/MADRID/HUELVA    2.feb.1963

 

Socio Fundador

Socio de Honor

Vicepresidente de la AEPE

Autorretrato

 

Eugenio Hermoso Martínez nació el 26 de febrero de 1883 en Fregenal de la Sierra, Badajoz.

Hijo del labrador Sabas Hermoso Félix y de María Martínez Carrero, que formaron una familia con nueve hijos.

Muy niño, y al mismo tiempo que trabaja ayudando a su padre en las labores del campo, comienza a destacar en la pintura en la escuela de su localidad natal.

En enero de 1898 viaja a Sevilla para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, donde tuvo como primer maestro a Jiménez Aranda.

Durante su formación fue becado tanto por el Ayuntamiento de Fregenal de la Sierra como por la Diputación de Badajoz, lo que le permitió ampliar sus estudios en el extranjero. Ambas instituciones, forman hoy parte del patronato de la Fundación Eugenio Hermoso-Legado Rosario Hermoso.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Autorretratos y fotografías del artista

 

Alumno de los también socios de la AEPE Gonzalo Bilbao y José Jiménez Aranda, en Sevilla, en 1901 se trasladó a Madrid.

En el Museo del Prado copió las obras de los grandes maestros, frecuentando el Ateneo y el Círculo de Bellas Artes.

En 1092 obtiene su primer galardón, el premio Duquesa de Denia de la Exposición del Círculo de Bellas Artes, con el cuadro Huérfano que representa a un niño que se ata un zapato.

En 1904 logra la Medalla de Bronce en la Exposición Nacional de Bellas Artes con La muchacha haciendo media, que adquiere el Museo de Cádiz.

En 1905 viajó a París,  donde estableció su primer contacto con las vanguardias, viajes que también le llevarían a Bélgica.

Durante varios años vivió en Madrid en la misma pensión que Daniel Vázquez Díaz, gran amigo al que retratará en algunas ocasiones. Con anterioridad, juntos habían asistido en Sevilla a las clases de Jiménez Aranda, en su estudio de Triana.

En 1905 llevó a la Exposición del Círculo de Bellas Artes: El Colegio e Hijas del terruño que es elogiado por el crítico de arte y Presidente de la AEPE, José Francés.

Con veintidós años pintó La Juma, la Rifa y sus amigas que fue Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1906 y en la Exposición Internacional de Barcelona de 1907, y constituye un primer jalón estilístico que recoge un grupo significativo de obras juveniles pero muy originales: El desayuno, La vuelta al trabajo, La Marocha, Francisco, La Niña del violín.

En 1906, desde Barcelona pasó a Italia: Génova, Pisa, Roma, Nápoles, Florencia, Venecia y Milán y en 1908 obtuvo la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

En 1910 se le concedió la encomienda de Alfonso XII, canjeada luego por la Encomienda con Placa de Alfonso X el Sabio, y asistió junto con los socios de la AEPE Julio Romero de Torres, Anselmo Miguel Nieto, y José María López Mezquita y otros más, a la Exposición Internacional de Barcelona, en la que logró una Primera Medalla. Este mismo año participó en la exposición del Centenario de la Independencia de Chile con su cuadro La merendilla, que fue adquirido por el Gobierno chileno.

En 1912, embarcó en Lisboa camino de Inglaterra, allí residió en el condado de Cheshire Haylake, a orillas del mar, y expuso en Londres. Después, regresa a España e inicia la serie de sus desnudos con El baño de las zagalas y Manzanas del Manzanares.

En 1914 contrae matrimonio con Rosario Ramos Jarilla, con la que tuvo dos hijos, un varón fallecido al poco de nacer, y Rosarito.

Su estancia en Huelva se prolonga desde 1915 hasta 1919, donde ocupa la vacante a director de la Academia de Pintura, hasta entonces conocida como Escuela de Pintura.

Juan Ramón Jiménez, con quien Hermoso mantenía gran amistad, escribió una carta elogiando su designación como director de la Academia.

En Huelva, y dada la cercanía con su Extremadura natal, ejercerá de profesor de pintura principalmente de retratos, género que practicó durante toda su vida.

 

Retratos de tipos populares

De su etapa en Huelva, Hermoso recordaba en su autobiografía, sus reuniones con su tertulia La Palmera, compartiendo espacio con Manuel Siurot, el fotógrafo Diego Calle, Manuel Garrido Perelló y otros escritores, poetas e intelectuales de la vida cultural onubense.

Las diversas vestimentas y atuendos típicos de la provincia onubense inspiran al artista, dado su asombroso colorido, luz y vistosidad, algo que le rememora constantemente las pinturas realizadas en Fregenal y sus pueblos colindantes.

Un escaso número de alumnos de la mencionada academia destacan por haber respirado del estilo de Eugenio Hermoso, como Rafael Cortés Moreno o José Martín Estévez.

En 1916 expuso en Barcelona obras que fueron reproducidas por las principales revistas de arte nacionales y extranjeras, confirmación del éxito y reconocimiento que estaba alcanzando.

Con A la fiesta del pueblo, propiedad del Museo Reina Sofía, actualmente cedido al Museo de Cáceres, alcanzó la Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917, junto a los también socios de la AEPE Joaquín Mir y Valentín de Zubiaurre.

A la fiesta del pueblo

 

Ese mismo año, 1917, nace su hija Rosario, a quien el pintor representará en numerosas obras y quien, al fallecer, dispondrá la creación de la Fundación que lleva su nombre. También en 1917, a través del marchante Artal, Eugenio Hermoso empieza a vender sus obras en Buenos Aires.

Con Rosarito, como llamaban cariñosamente a su hija, compartió su juventud, ilusiones y una gran amistad, ya que al poco de nacer, su madre fue internada en una casa de salud de la que salía en cortos períodos de normalidad. La hija, sola en el hogar, buscó refugio en su padre y en su pintura, colaborando desde entonces con él como consejera, consuelo y modelo. La madre finalmente hubo de ser ingresada en una institución psiquiátrica, con la razón perdida para siempre.

Durante su estancia en Huelva, Hermoso tiene la oportunidad de recibir en su estudio en 1918 al universal pintor Joaquín Sorolla, quien fuera Presidente de la AEPE en 1912.

En 1919 se instala definitivamente en Madrid, en un estudio en la calle Almagro, 14.

Goza ya de la amistad y la admiración de los intelectuales madrileños. Sobre todo, de la de Ramón del Valle Inclán, entrando a formar parte de la tertulia nocturna del Café Nuevo Levante, a la que acudían los hermanos Ricardo y Pío Baroja, Ignacio Zuloaga, José Gutiérrez Solana, Rafael de Penagos, Anselmo Miguel Nieto, Ángel Vivanco, Luis Alemany y otros muchos artistas y escritores como Antonio Muñoz Degrain, Valle Inclán, Jacinto Benavente, Manuel y Antonio Machado, Anselmo Miguel Nieto, Sebastián Miranda, Enrique Gómez Carrillo, Ramiro de Maeztu, Francisco Villaespesa…

También a lo largo de los años, disfrutó de la amistad de Pio Baroja, Juan Gris, Valle Inclán, Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañón, González Ruano, Jiménez Díaz, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Juan de la Cierva, Niceto Alcalá Zamora, Sorolla, Romero de Torres, Vázquez Díaz, Sebastián Miranda, José Aguiar, Valentín y Ramón de Zubiaurre…

Con Enrique Pérez Comendador y Magdalena Leroux  compartieron desde la amistad de siempre, su amor por Fregenal, Hervás y Extremadura en general…

Su primera gran exposición personal la llevó a cabo en 1922, en el Salón del Museo de Arte Moderno, con éxito de público y de ventas y encargos de retratos.

En 1926, Eugenio Hermoso obtuvo la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes con Lavanderas y los desnudos Melancolía y Madreselvas.

Para el centenario de Arias Montano había modelado el busto del célebre humanista del siglo xvi que se encuentra ubicada en la peña de Arias Montano de Huelva. Es el inicio de su fase de escultor que sigue con su Autorretrato en bronce y Dina, modelo que aparece también en Tierra, Fauna y Flora y otros cuadros suyos. Se conserva además otro busto en bronce de Rosario Ramos, su mujer; y una cabeza de su hija, Rosario Hermoso.

 

Busto de Rosario Ramos

 

Autorretrato

 

Por encargo del Banco de España pinta el retrato de Niceto Alcalá Zamora. Una réplica del mismo se encuentra en el Museo Eugenio Hermoso, de Fregenal de la Sierra.

En 1927 expone en Sevilla y Badajoz. A partir de 1934 en Argentina, Chile y Brasil. Antes lo había hecho en Bruselas, Venecia y  La Haya.

En 1941, fue elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y nombrado catedrático por oposición de la Escuela Superior de Bellas Artes, de la que era director el que fuera Presidente de la AEPE, Eduardo Chicharro.

Su faceta pedagógica transmitió a generaciones de artistas españoles su experiencia de la modernidad, pero conservando siempre en su pintura y en su labor docente su arraigado sentido clasicista, a alumnos como Antonio López, Villaseñor, Amalio García del Moral, Sebastián García Vázquez, Timoteo Pérez Rubio, José Pérez Jiménez, entre sus alumnos…

En 1948 recibió la Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes, a la que envió dos cuadros de gran formato: Altar y La Siembra. La Primera Medalla fue para su paisano, amigo y también socio de la AEPE, Adelardo Covarsí.

Bajo el seudónimo de Francisco Teodoro de Nertóbriga publicó su Autobiografía en 1955, y firmó sus pinturas de carácter satírico que nos presentan a un Hermoso crítico, satírico y burlón.

En 1955 fue nombrado jurado del Tribunal de la Real Academia de San Fernando para el premio de grabado de la Academia de Bellas Artes en Roma, labor que compartió con los socios de la AEPE Vázquez Díaz, Fernando Labrada, Enrique Lafuente Ferrari y Valentín de Zubiaurre.

Cabeza de pollino

Filósofo leñador

En 1956 la Diputación de Badajoz organizó una muestra de su obra en la Casa de la Cultura, situada en el antiguo seminario de San Antón, y adquirió para el Museo Provincial de Bellas Artes su tríptico Arcadia.

Eugenio Hermoso murió en Madrid el 2 de febrero de 1963, siendo enterrado posteriormente en Fregenal de la Sierra.

En 1964, se celebraban tres exposiciones con carácter de homenaje póstumo: Una en Badajoz, otra en Sevilla y otra en Madrid en el Circulo de bellas Artes.

En 1964 se le hizo un homenaje, con la Exposición Antológica de sus obras en el Salón Goya del Círculo de Bellas Artes. En la prensa, el crítico Camón Aznar escribió: “un arte que ha entrado con dignidad museal en la conciencia del pasado, con la aureola de la tradición y vinculado a una estética que tiene plena vigencia.”

Tras su fallecimiento, su hija Rosario Hermoso custodió algunas de sus obras más personales.

Al fallecer esta, dispuso en testamento la creación de la Fundación Eugenio Hermoso-Legado Rosario Hermoso, con el fin de abrir al público en Fregenal de la Sierra, Badajoz, una Casa Museo dedicada a exhibir la colección privada del pintor.

Con motivo de su centenario en 1983, el Museo de Bellas Artes y la Diputación de Badajoz organizaron la exposición: Eugenio Hermoso y la pintura de su época, que recorrió casi toda Extremadura.

En  la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla se  hizo otra exposición en 1984, con gran éxito de público y de crítica.

El catálogo de la exposición: Centro y periferia en la modernización de la pintura española 1880-1918, organizada por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura,  lleva de portada su cuadro Fiesta infantil.

Con ocasión de la Exposición Universal de Sevilla de 1992, de nuevo, la Academia de Santa Isabel de Hungría celebró una muestra de su obra más representativa.

En diciembre de 1999/enero de 2000 se organizaron sendas exposiciones, en los Museos de Badajoz y de Cáceres,  bajo la coordinación del Área de Cultura de la Diputación Provincial de Badajoz y la Fundación Museo Eugenio Hermoso/Legado Rosario Hermoso de Fregenal de la Sierra.

La Juma, la Rifa y sus amigas

Dotado de extraordinaria sensibilidad, su espíritu captaba lo humilde, lo sencillo, el detalle nimio pleno de humanismo y sentimiento que engrandece el alma y la llena de emoción y regocijo.

Su posición en el arte del siglo XX  se explica además por la importancia capital que adquiere la cantidad de retratos que pintó de los hombres y las mujeres de su tierra: Extremadura. Una de las razones de su oposición final a las vanguardias está en la insistencia de Hermoso en la figura humana. Como retratista excepcional, creó una valiosa galería iconográfica, cuya contemplación nos acerca a la forma de vida de la gente sencilla del pueblo.

Eugenio Hermoso es considerado como uno de los máximos exponentes de la pintura costumbrista extremeña, plasmando, con gran realismo, la vida y costumbres de la Extremadura de inicios del siglo XX.

Hermoso pertenece a esa generación de artistas –López  Mezquita, Sotomayor, Salaverría,  Zubiaurre,  Romero de Torres, Chicharro, Anselmo Miguel Nieto, Rodríguez Acosta, Ortiz Echagüe…- nacidos en el último tercio del siglo XIX, que partiendo de Velázquez unos, otros de Zurbarán y Murillo, algunos de El Greco y casi todos de Goya, dieron a España una auténtica y verdadera edad de oro de la pintura, y muy especialmente en el retrato.

Sobre su obra escribieron algunas de las mejores plumas del país como la condesa de Pardo Bazán, Ramiro de Maeztu, Max Nardau, Juan de la encina, Díez-Carredo, Cauzón Aznar, José Francés…

No imitó a nadie, sus cuadros poseían un mundo propio, con su impresión personal, compartiendo con los pintores extremeños Luis de Morales y Zurbarán, el intimismo ingenio y la voluntaria clausura.

Tercera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1904.

Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1906 y

Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1908

Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1917.

Condecoración en 1910.

Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes en la Exposición Nacional de 1926.

Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1948.

Segunda Medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de 1907

Primera Medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de 1911

Tercera Medalla en la Exposición Internacional de Bruselas de 1910

Segunda Medalla en la Exposición Internacional de Buenos Aires de 1910.

Medalla de Oro en la Exposición de Panamá en 1916.

Gran Diploma de Honor en la Exposición Hispano Francesa de Zaragoza de 1919.

Medalla de Oro del Círculo en la Exposición Nacional de 1926

Participó en la Bienal de Venecia de 1930 y en 1936.

Medalla de Oro de Pintura y Medalla de Plata de Escultura en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.

Gran Cruz de Alfonso X el Sabio en 1946.

Paisajes

 

EUGENIO HERMOSO Y LA AEPE

Socio fundador de la Asociación de Pintores y Escultores con el número 79.

Delegado de la AEPE en Huelva                en 1918.

Socio de Honor del Salón de Otoño de 1924

Vicepresidente de la Asociación el 25 de febrero de 1927

Eugenio Hermoso participó en las siguientes ediciones del Salón de Otoño:

I Salón de Otoño de 1920: En la huerta; Una serrana; ¡Aquel, aquel!; Carmela.

V Salón de Otoño de 1924: Eloísa; Huérfana.

IX Salón de Otoño de1929: Dina; Victoria la aldeana; Mendiga; La Quica; Niñas en la iglesia; Autorretrato.

XII Salón de Otoño de 1932: Despedida; El niño de la alquería; Estreliña.

XX Salón de Otoño de 1946: Cabeza; Rosarito.

XXV Salón de Otoño de 1952: De humilde cuna; fuente de leyenda.

XL Salón de Otoño de 1969: Figuras; Pobladores; Estalacmitas; Tierra, fauna y flora; Autorretrato; El tamborilero; Retrato de Rosarito; Muchacha de Montehermoso; En Punta Umbría; La Culiqui; Musa de Goethe; Prisión y muerte de la pintura; Caído en desgracia; Moras y madreselvas; Mi sobrina Pilar; Muerte de la dríada; Bañistas.

Retrato de María y Miguel

Sevilla

Tierra, fauna y flora

La Fundación Eugenio Hermoso – Legado Rosario Hermoso

 

La Fundación Eugenio Hermoso – Legado Rosario Hermoso es una organización sin ánimo de lucro creada por Rosario Hermoso Ramos, hija del pintor, quien en su testamento dispuso la creación de la Fundación con el fin de difundir la obra de su padre, el pintor Eugenio Hermoso Martínez y crear una Casa Museo en Fregenal de la Sierra, Badajoz, localidad natal del artista.

Se trata de una gran casa solariega extremeña situada en el centro del municipio, muy cercana a la plaza de la Fontanilla. La casa tiene un gran patio central con un granado que fue inmortalizado en varias obras del autor. También es el escenario utilizado para retratar la hija del pintor.

Al fallecer, Rosario Hermoso, legó su colección particular a la Fundación y realizó varias donaciones de obras a instituciones como la Real Academia de Bellas Artes y San Fernando de Madrid, al Museo de Bellas Artes de Badajoz y al Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Tras la muerte de la fundadora en 1997, la Fundación se constituye el 11 de mayo de 2005, con sede en Fregenal de la Sierra, Badajoz.

Centrada en difundir artística y culturalmente la obra de Eugenio Hermoso, el pintor que mejor supo plasmar en su obra la realidad y las costumbres de la Extremadura de principios del siglo XX. Obras que representan un valioso archivo de la memoria cultural de Extremadura que permite conocer la vida cotidiana y las celebraciones de sus gentes en el inicio del siglo XX.

 

Casa Museo de Eugenio Hermoso

Eugenio Hermoso, 30
06340 Fregenal de la Sierra (Badajoz)
Telf.: 924 700 254

 

El arte «progre»

Mª Dolores Barreda Pérez

Secretaria General

Secretaria Perpetua de la AEPE

 

Leo declaraciones del Ministro de Cultura. Hay que digerirlas.

Leo la concesión de las Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2023. Hay que analizarlas. Concedidas a 37 personalidades y entidades de la cultura. Me reafirmo. ¿Por qué lo llaman Bellas Artes entonces? (http://apintoresyescultores.es/por-que-lo-llaman-bellas-artes-cuando-quieren-decir-cultura/)

Las Bellas Artes tradicionales son siete: Arquitectura, Danza, Escultura, Música, Pintura, Literatura y Teatro. Los añadidos modernos incluyen el Cine, la Fotografía, el Cómic, los Videojuegos, el Origami, el Dibujo y la Ilustración, además del Diorama.

Veo los galardonados:  1 Vidriero; 7 fundaciones e instituciones varias; 6 directores de cine, de fotografía, guionistas y productores; 1 periodista; 1 coleccionista de arte; 1 museo; 2 abogados; 4 actores; 1 payaso; 1 compositor y director de orquesta; 1 modisto; 1 bailarín; 1 escritor; 1 dramaturgo; 1 iluminador de escena; 1 bibliotecario; 1 historietista; 1 revista; 1 festival de teatro; 1 empresa de efectos visuales ; 1 bailarina; 1 cantante.

TOTAL: 37 Medallas de Bellas Artes. ¿De Todas las Bellas Artes? Pues está claro que no. ¿Qué es lo que nos falta? Pues lo de siempre, un escultor y un pintor. Esta vez, además un arquitecto, quizás también un cocinero… Pero en fin, es que no había ninguno a mano y no recordaban ningún nombre, pero vamos, que tampoco pasa nada, total…

El asesor de turno, perdón, los 503 asesores de turno, no han encontrado esta vez a un artista multidisciplinar del transformismo y las nuevas tecnologías, el feminismo y la memoria del reciclaje y la ecología, así como de los procesos de exclusión y precariedad, como fue el último Premio Velázquez.

Lástima de arte… no han sido capaces de encontrarlo, ya digo. Eso sí, paridad total que no falte, pero si no hay pintores y escultores, pues no pasa nada.

Muchas de las categorías de estos galardonados tienen unos importantísimos premios propios que además de ser de sobra conocidos, se entregan en fastuosas galas –no es magia, son tus impuestos, que diría un tiktokero- que pagamos todos los españoles.

A su vez, leemos que el número de visitantes a museos ha crecido espectacularmente. Me pregunto, ¿a quién o qué han ido a ver? Pues resulta que a ver obras de pintores y escultores. Vaya por Dios, qué contradicción más grande. Premiamos todo lo que se mueve por ahí menos a los pintores y escultores, pero el turismo cultural y artístico, ese que ha crecido (me niego a decir eso de exponencialmente) más, se basa en ellos.

Pasada la navidad, recorriendo el Parque del Retiro en paseos deliciosos en los que contemplar la riqueza de esculturas de nuestros maravillosos artistas, la gran mayoría socios de la AEPE, llego al Palacio de Velázquez y sin esperas ni apretones, decido entrar a ver qué exposición hay en estos días.

1.670 metros cuadrados me reciben y veo una larga fila de visitantes haciendo cola. Claro -pienso yo- no estaban fuera y la cola empieza aquí. Pero resulta que no, que esa cola es para acceder al wc, que lo que pasa es que los paseantes encuentran allí un desahogo a su incontinencia y no les importa esperar para usar los baños.

La visita a la exposición es libre y está, además… desierta. Paredes blancas, inmaculadas, lisas, vacías. Paneles que separan espacios en los que hay apoyados algún que otro peluche de gran tamaño. Sólo del techo cuelgan unos grandes lienzos de tela de colores rojo, amarillo y morado que no llegan hasta el suelo. Un poco más allá, una caja gigante vacía de madera, de color blanca, sin nada dentro; una esfera blanca también de madera de gran tamaño… y nada más.

En dos esquinas, usando los paneles como monitor, se proyectan unas escenas ante cuatro sillas plegables de madera. Algunas personas que están esperando entrar al baño las usan para aliviar el cansancio del paseo.

 

Poco más. La cara de interrogación que muestro preocupa a mis acompañantes. Perdonar –mascullo- es que no sé qué estamos viendo. Cojo un folleto publicitario y leo que se trata de una instalación-exposición que convierte al Palacio de Velázquez en un teatro inmersivo. Acabáramos!!!!!!!

Ah, y me dicen que es gratis, eso sí. Pues no se hable más. Es que como vengo diciendo desde hace ya mucho tiempo, no entiendo de arte y no puedo “saborear” como debiera este triunfo artístico…

Desconcertada, tomo la salida, repleta de paseantes que van saliendo del wc. Espero a ver si consigo oír sus comentarios. Mudos, salen todos de allí sin cruzar palabra. Así que me acerco a una pareja joven y les pregunto qué les ha parecido. Y ponen la misma cara de interrogación que yo.

Son jóvenes y parecen preparados. Ninguno quiere empezar a hablar para no quedar “retratados”. Tímidamente dicen que en realidad no han entendido la exposición, pero que ellos prefieren el arte que pueden apreciar a simple vista, y me recomiendan que visite el Museo del Prado, que allí sí que hay “mucho arte”.

Respiro aliviada. No soy la única que se ha quedado a cuadros. Un poco más allá vuelvo a preguntar a una familia. Les he puesto en un compromiso, la verdad. Tener que explicar lo que han visto ante dos chiquillos, les cuesta. En realidad –dice el hombre- debe ser algo moderno, pero no alcanzamos a entenderlo, ya sabes, estas cosas que se hacen ahora”…

Una verdadera lástima. Un despropósito total. Yo no quiero quitarle mérito al “artista” que ha ideado esa exposición-instalación, que le habrá costado lo suyo, sobre todo en ganarse el majestuoso espacio del Palacio de Velázquez a través de… vete tú a saber cómo… he llegado a un punto en que me cuesta hasta imaginarlo.

Pienso únicamente en la cantidad de cuadros, de pinturas y esculturas, que podrían exhibirse en 1.670 metros cuadrados dignos, bien iluminados, con techos altos de lucernarios que crean un ambiente tan propicio al arte…

Con datos aún sin actualizar, leo que el alquiler del Palacio de Velázquez en el año 2017 costaba 12.024 euros por una hora. La exposición en cuestión ha durado desde el 1 de diciembre de 2023 al 10 de marzo de 2024; en horario de 10 a 18 h. Ha cerrado sus puertas los días 1 y 6 de enero, y los días 24 y 31 de diciembre, ha cerrado una hora antes.

Calculando… lo impensable: tres meses y pico son 790 horas de alquiler, a esos precios… estaríamos hablando de casi nueve millones y medio de euros.

En cuanto a lo allí “exhibido”, poco más puede decirse: el precio de las telas se llevaría la mayor parte del presupuesto de la muestra, los carriles donde van colgados, más una caja y una esfera de madera pintadas, los peluches y las cuatro sillas. Otra cosa ya serían las imágenes que se proyectaban, o película, el videoproyector y el sonido, aunque francamente creo que no tenían sonido. Pero vamos, una minucia comparado con los nueve millones y medio de euros del espacio.

Reviso las declaraciones del nuevo director del Museo Reina Sofía, del que depende el Palacio de Velázquez, un puesto de carácter político, pero que según él, reniega del arte político. Olvida quizás que su carrera nace, crece, se desarrolla y de momento se fija, en centros públicos, en los que ha sido nombrado por políticos, y cuya trayectoria se basa en lenguajes discursivos de la igualdad de género, argumentando que esa es la preocupación principal de la sociedad respecto al arte contemporáneo.

Eso es justo lo que yo pensé al salir de la expo-instalación, que menos mal que era de una mujer, porque la verdad, era lo que más me preocupaba de todo…

Como buen progresista, el nuevo director estima que hay que “reforzar la estructura administrativa del museo”. Es decir, más personal, más gasto público, más exposiciones de artistas actuales y retirar de las salas los hombres-artistas, en beneficio de las mujeres-artistas. Lo de reivindicar la presencia de artistas españoles en el Reina Sofía, incluir a grandísimos españoles, o al relegado Antonio López… si eso ya… de momento no toca.

Así que seguimos en la misma línea. Exposiciones conceptuales, discursivas y alejadas del público, que van a costar una pasta gansa pero con las que glorificar la modernidad del arte, lo progre del arte actual, a ojos vista de los progres no políticos actuales, con el que ir educando a la masa sobre las nuevas realidades del arte.

Auguro que tendremos muchas más muestras y exposiciones de artistas extranjeros como la del Palacio de Velázquez, eso sí, sin nada que objetar al ser de una mujer, porque vivimos en la era del arte progre, ese que Estanislao Giménez Corte define como la “exaltación de la política por el arte”, condenando así al “arte por el arte”, como un hecho simplemente estético.

Y es que para el arte progre, el ser humano, como animal político, no puede sino hacer política. Todo lo que hace “es” política. Pero el arte progre es incapaz de entender que alguien pudiese decidir que esa elección no sea “su” visión, postura, ideología- política.

De ahí que las Medallas al Mérito en las Bellas Artes tengan siempre una significación política tan evidente; de ahí que las exposiciones temporales que se realizan, tengan una interpretación tan rebuscada que impida al público descubrir el arte, el verdadero “arte por el arte” entendido este, como delicia y gozo y exaltación de la belleza.

Ortega y Gasset y su “deshumanización del arte” están más vigentes que nunca, con todas las actualizaciones que se le quiera incluir, al conceptuar la nueva estética como “arte para minorías, la evasión que no sabe asimilar el vulgo”, que es lo que impera en la vida artística y cultural actual.

Sin ninguna cabida ya para el clásico “Ars gratia artis”, entendido con el único y simple fin del enaltecimiento de la belleza. Nada más lejos de la realidad progre que vivimos.

Yo diría que todo es gracias a la incultura de la que presumimos… Y así nos va.

Paula Varona recibió la Medalla de Honor de la AEPE

Acompañada por su familia y numerosos amigos

El 22 de febrero de 2024, la pintora y socia Paula Varona recibió la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, en un acto que estuvo presidido por el Vicepresidente de la AEPE, Juan Manuel López Reina, quien en nombre del Presidente, José Gabriel Astudillo López, hacía entrega del más alto reconocimiento que otorga la centenaria entidad.

Por causas de fuerza mayor, José Gabriel Astudillo López no pudo presidir el acto, que fue solemne y sencillo, y tremendamente emotivo para la pintora.

Paula Varona fue recibida a su llegada por los miembros de la Junta Directiva que asistieron al acto, el Vicepresidente, Juan Manuel López Reina, la Secretaria General y Secretaria Perpetua de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta y Jesús Alcolea, su esposo, Enrique de Ybarra, y sus dos hijos, además de los socios y amigos que no quisieron perderse el acto.

De izquierda a derecha: Jesús Alcolea, Antonio Téllez de Peralta, Mª Dolores Barreda Pérez, Paula Varona, Juan Manuel López Reina, Fernando de Marta y Carmen Bonilla

 

El acto comenzó un poco más tarde de la hora prevista, por la constante entrada de asistentes, abriendo el acto con una reseña biográfica, la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, que más allá de los datos y cifras, resaltó su aspecto humano y personal en una semblanza que reproducimos íntegramente:

Buenas tardes a todos, muchísimas gracias por venir y como diría nuestro Presidente, bienvenidos a esta casa común de la gran familia que formamos los socios de la AEPE.

Debería presidir este acto José Gabriel Astudillo López, quien por una triste causa de fuerza mayor, hoy no puede acompañarnos.

Aun así, me pide que les haga llegar su agradecimiento por compartir con nosotros este gran momento, su cariñosa felicitación a nuestra homenajeada y sus mejores deseos para todos.

Dicho esto, y como venimos haciendo de manera habitual, soy la encargada de realizar un esbozo de la artista Paula Varona, desde el más absoluto cariño y admiración, que espero les sirva a todos de referencia básica del porqué de este galardón.

Paula Varona nació un 23 de junio de 1963, en la luminosa ciudad de Málaga. Por eso dice textualmente que le gusta pintar el mar, porque la vio nacer y forma parte de su retina.

A los 16 años se trasladó a vivir a Londres, donde comenzó su formación artística en el Heatherley School of Fine Art, para ingresar después en el Byam Shaw School of Arte, hoy parte de Central Saint Martins College of Arts and Design, donde finalizó sus estudios.

Vivió en Tokio, Nueva York y ahora en Madrid, quizás por eso le atrae tanto la arquitectura, porque según ella dice, es donde se muestra de forma más evidente y rotunda las corrientes estéticas y conceptuales de cada época. Asegura que mira las ciudades y las ve repletas de ideas, sensaciones, juegos de proporciones y contrastes.

Según ella misma confiesa, “A mi padre le decía ‘estudiaré lo que quiero y me dedicaré a lo que pueda». Y vaya si lo ha logrado.

Paula Varona ha ido creciendo poco a poco, con esfuerzo, ganándose el lugar que ocupa en el mundo del arte contemporáneo.

Tiene un claro y personal estilo que ha favorecido que su obra sea reconocible por quienes gustan del mundo del arte.

La pintura de Paula Varona ha atravesado dos etapas, aunque le quedan aún por pintar otras muchas con las que sin duda nos sorprenderá.

La primera se centró en los paisajes urbanos, que sigue haciendo con gran éxito, de ciudades que conoce como Londres, Nueva York o Madrid. Ciudades donde ha realizado diversas exposiciones de gran éxito, como la última que llevó a cabo en Madrid, en la Casa de Vacas del Parque del Retiro que tan buena crítica cosechó.

Esas obras en las que está omnipresente la arquitectura, quedan plasmadas con edificios envueltos en una atmósfera optimista repleta de luz y color.

Para Francisco Calvo Serraller, el historiador, ensayista, crítico de arte, catedrático y director del Museo del Prado, Paula Varona “utiliza los hallazgos del diseño publicitario del pop, pero con la dosis suficiente de poesía para que sus imágenes no se queden en algo banal ni mecánico”.

La segunda etapa se ha centrado en los grandes espacios interiores de museos y galerías de arte. De esta forma, el Museo del Prado, la Tate Modern, la National Gallery de Singapur o el Guggenheim de Nueva York han sido sus localizaciones preferidas. La peculiaridad de estas obras estriba en que ha introducido en ellas la presencia humana, retratando y autorretratándose, como espectadora de excepción de cuadros icónicos que hace suyo también, a fuerza de introducir su personal estilo y colorismo.

A este respecto, dice el poeta Luis Alberto de Cuenca que “Con fidelidad a la realidad fotográfica”, tiene mucho de onírico. Creando nuevas perspectivas, imaginando puntos de vista sorprendentes, la gran pintora clásica que es Paula sigue impartiendo clases en sus lienzos de fresca, positiva y feliz modernidad, tan lejos de la mera fotografía como de la aburrida deconstrucción artística, inmersa en el misterio de lo real, en la magia que brota de lo cotidiano”. Y hablando de sus paisajes de Madrid, el poeta también destaca su expresividad y la “delicada elegancia escenográfica”.

Por su parte,  el Doctor en Historia del Arte Javier Morales Vallejo, dice que su pintura es “fácil de ver y difícil de explicar. A medida que va pintando meticulosamente tanta multitud de detalles, las va sumergiendo en un cálido silencio donde, al final, solo queda lo esencial del ambiente neblinoso y luminoso, tan sensorial, tan físico y tan poético”.

Sobre el tratamiento de la luz señala el escritor, crítico literario y columnista Juan Manuel de Prada que “En la pintura de Paula Varona como en la oda de Fray Luis, el aire se serena y viste de hermosura y luz no usada. La luz que Paula Varona pinta es toda blanca. Traspasa el aire todo, envuelve las cosas despojándolas de su belleza caduca y engañadora. La luz no usada que Paula Varona acierta a pintar es vida y amor”.

Para el periodista y escritor Luis Maria Ansón, “el trabajo de Varona debería situarse junto al de otras artistas de la talla de Georgia O ́Keeffe, Kusama o Miriam Schapiro, siendo su obra como “música callada y soledad sonora de sus paisajes urbanos”.

A título personal destacaría de ella el magnífico dominio de los blancos, que imprimen esa fuerza y esa luz en sus obras, un blanco que utiliza como imprimación para la mayoría de sus lienzos, como color en sí mismo y para aclarar otros tonos, por lo que podríamos hablar entonces de que Paula Varona es una pintora luminista.

Su máxima es “hacer las cosas con pasión permite que los resultados sean mejores».

Su técnica es simple y difícil a la vez: la perseverancia, la constancia y la disciplina quizás británica: pintar una media de seis horas al día. Nunca deja a medias un cuadro. Imagino que es como lo que me pasa a mí con los libros, que pese a que lo considere un tostón, soy incapaz de dejarlo a medias…

Se levanta muy temprano, las 5 o 6 de la mañana, y aprovecha esas horas de calma y placidez junto a sus inseparables Rothko y Pollock. No puedo evitar preguntarte si esos nombres responden a tu profunda admiración por los dos pintores estadounidenses….

Trabaja también por la noche, en esas horas de calma que siempre han servido de fuente de inspiración para artistas y poetas.

Admira a los primitivos Van Eyck, a Vermeer, al pintor del cuatrocento italiano Antonello de la Messina, no sé si porque este artista reúne la cultura luminística atmosférica de los pintores flamencos con la cultural monumental y la perspectiva italiana????….

Por supuesto, como nos ha contestado ya, admira a Rothko, a Pollock, al retratista Sargent…

Artista comprometida con el público, intenta hacer que su obra sea accesible a todos los bolsillos, motivo por el que realiza reproducciones de sus obras en papel y lienzo, en posters de bajo coste asequibles a cualquier bolsillo. “El arte –dice- debe llegar a todo el mundo y no ser sólo para unas élites”.

Confiesa que la ciudad que más ha pintado es Madrid y que su pintura está llena de alegría, luz y espacio, que alimenta el alma, más necesario esto que nunca.

En los museos, su mirada se fija en «el diálogo que se establece entre visitantes y obras, todo ese juego mágico que hay desde que cruzas la puerta».

Sus grandes obras son recuerdos de familia, como el de la sala de Las Meninas del Prado. «Aquí incorporo a buena parte de mi familia. Mi madre, a la que quise de alguna manera hacer inmortal, mis tres hijos, mi pareja y sus hijas… Y mis perros», explica. También dentro de los cuadros que cuelgan de las paredes introduce elementos nuevos. «Dejo volar mi imaginación».

Su obra está en colecciones nacionales e internacionales como la Fundación Maxam, la Fundación BBVA, en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en Vodafone y en numerosísimas colecciones particulares, aunque confiesa «No aspiro a pasar a la posteridad. Sólo espero que quien compra algo mío, se vaya feliz con la obra».

Manifiesta también: “Pinto desde que tengo memoria. Es una vocación que me ha acompañado siempre y que vivo como un sentimiento. Siempre he necesitado pintar, aunque no soy autodidacta”.

“Cada cuadro comienza siempre del mismo modo, dibujando aquello que deseo pintar. Mi paleta es mi laboratorio de colores, el lugar donde mezclo y defino luces y sombras antes de llevarlas al lienzo. Una vez definidos, trabajo los óleos en el lienzo, siempre dejando secar antes de volver a pintar para que los colores no se mezclen”.

De su obra, podemos añadir además que como los grandes pintores, sabe pintar la luz, una luz que después colorea. Y nos brinda perspectivas con las que ver y entender, un Madrid diferente, tan azul, tan blanco y distinto a lo que tenemos asimilado de esta ciudad.

Un Madrid de tejados y azoteas, de cúpulas y esculturas que descubrimos gracias a la nueva mirada que nos presenta. ¿Es el alma de Madrid o es el alma de Paula en realidad?

Hasta aquí, os he presentado a la pintora, a la artista. Pero sabéis que en el acto de entrega de la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, me gusta siempre hacer un perfil humano, ese que nunca sale en los libros ni en Google, ese que sólo acertamos a ver quienes la hemos tratado en algún momento y se ha cruzado en nuestras vidas, recordándonos el gozo de la vida.

Hay personas que de forma instantánea nos aportan alegría y positividad, optimismo… tengo la suerte de conocer a algunas.

Paula, es una de ellas. Como diría no sé bien quién, es siempre positiva, nunca negativa.

Primero diremos de ella lo obvio: es alta, muy alta, como sus pinceles, delgada, no enjuta,  de ojos claros, serenos y llenos de la luz que impregna todas sus obras.

De expresión franca, fresca, jovial y tranquila, sus vivos ojos y su larga y fina nariz, desembocan en una boca besucona para su familia y sus perros y para sus amigos. Una boca con la que transmite siempre alegría.

Paula es chispeante, simpática, tierna, divertida, extrovertida, cómica en ocasiones, atenta, sensible, a veces tímida y vergonzosa, pero siempre decidida, culta, independiente, confiada, prudente, expresiva y ocurrente.

Es lista, inteligente, mordaz, pícara, soñadora, con una sonrisa dulce que es señal de amistad profunda.

Es elegante, bella, sofisticada, de arrolladora personalidad y temperamento, apasionada, responsable, comprometida, profesional, tolerante, razonable, exigente consigo misma, cuidadosa, sensata, honrada, generosa…

Yo podría compararla con alguna artista de las grandes, pero además de que cualquier comparación es odiosa, es que no he sido capaz de identificarla con ninguna de ellas. Y eso es porque Paula es única, con personalidad propia y tan especial que no tiene ninguna comparación posible.

Paula es Paula, sólo y nada más que eso.

Me llena de orgullo y satisfacción, a todos nos debe llenar de orgullo y satisfacción, comprobar que su biografía en la Wikipedia reseña de forma especial su vinculación con el Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, del que forma parte como jurado y como socia de esta institución.

Muchas gracias”.

 

Paula junto a su esposo, Enrique de Ybarra, y sus hijos

 

Tras su intervención, el Vicepresidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Juan Manuel López Reina, y antes de hacerle entrega de la Medalla de Honor, leyó el discurso que había preparado el Presidente, José Gabriel Astudillo López, que reproducimos también íntegramente:

Queridos amigos:

Nos hemos reunido en este grandioso castillo, en esta casa común como me gusta llamar a la Asociación Española de Pintores y Escultores, último reducto del arte de España, guardián de un maravilloso mundo desconocido para el resto de los mortales, casi como si fuéramos una sociedad secreta, que no logra trascender a la mayoría de instituciones y estamentos, por el respeto supremo que a las bellas artes aquí profesamos.

Fuera de esta casa hay vida, claro que sí, pero vida deslegitimada y corrompida que entiende el arte como un entretenimiento de masas o un puro producto de consumo, lejos de ideales y

El arte es mucho más que una obra. El arte es educación, pedagogía, sentido del humanismo y sirve para hacernos mejores personas a través de las expresiones del mundo interior del artista.

Su reducción en el currículo escolar es devastadora. No podemos centrar la enseñanza del arte en la técnica sin haber pasado por una revisión de los clásicos, justo lo que se ha suprimido de las enseñanzas actuales.

Se aprenden convivencia y educación estudiando el pasado a través del arte, algo que ya hemos perdido porque se ha anulado el sentido de la trascendencia y la capacidad del arte para intervenir de manera consciente en la sociedad. Y el arte se ha convertido en un adorno, en un entretenimiento, que es parte fundamental del arte, pero no lo es todo.

En el arte hay ausencia de crispación, esa que cada día más está presente en todas las facetas de nuestra vida, en nuestra sociedad, en el día a día de cualquier ciudadano. En el arte no hay mensajes subliminales, no hay ideología apuntalada, no hay géneros, sexos, lenguaje inclusivo… no hay más que creatividad y belleza.

Pese a que en la actualidad se nos esté adoctrinando a través del arte, se nos intente hacer comulgar con ruedas de molino diciéndonos lo que es y lo que no es arte, pese al juicio que imponen los que manejan el mundo de la cultura, y pese a la temporalidad y caducidad de muchas de esas manifestaciones llamadas artísticas, todavía quedamos un grupo de románticos como los que hoy aquí nos hemos reunido, para declarar que nuestra pasión es el arte y nuestra vida los artistas.

Y siendo conscientes de ello, manteniendo desde hace 113 años la esencia creativa viva con nuestros certámenes y convocatorias, sabemos también rendir tributo a aquellos artistas que nos hacen ver la belleza del mundo y nos sirven de ejemplo e inspiración como es el caso de Paula Varona.

El adoctrinamiento artístico que sufrimos nos ha llevado a creer que haciendo cosas pedantes, incomprensibles e impactantes se llega a ser un gran artista. Y he aquí que llega Paula Varona y resulta que nos propone una obra dominada por la luz, la arquitectura, el mar y los museos, algo que puede parecer nimio y sin importancia y que sin embargo adquiere tintes de espectacularidad por su frescura y alegría.

Es posible que en los tiempos en que vivimos, en los que la envidia se ha enseñoreado de las conciencias, no se estimen las altas cualidades que envuelven a nuestra artista Paula Varona. Pero en esta casa del artista, en la que el sentido de la justicia se impone como norma inflexible que rige su existencia, hemos de reconocer el verdadero valor y destacar y homenajear como se merece, el gran mérito de esta artista, que viene en definitiva, a servir de prestigio a esta institución y a toda España.

Cuando el snobismo veleidoso y el conjunto multiforme de aspirantes a artista ha desquiciado los conceptos y enrarecido los ambientes culturales, nos encontramos con una artista que es un hada de luz, de esas blancas que vemos en relatos y películas de fantasía, que además se mueve como un hada y derrama por donde pasa esa chispa de la vida, y no me refiero a la Coca Cola precisamente, con la que da sentido a maravillosas obras de arte coloristas.

Pero si no fuera poco este homenaje por su trayectoria artística, habría también que hacer mención a su humanismo y personalidad, algo que ya ha glosado nuestra Secretaria Perpetua, Mª Dolores Barreda Pérez, y en donde hemos podido conocer un poco mejor a la persona y a la artista.

Querida Paula, desde el momento en que te conocí me brindaste tu apoyo desinteresado y tu colaboración altruista, me abriste las puertas de tu corazón y te pusiste al servicio de esta casa común del artista. Siempre que te hemos llamado, has acudido a nosotros alegre y emocionada. Has respondido de forma espontánea y nos has brindado lo mejor de ti misma y de tu arte.

Ha sido un placer contar con tu consejo y tu criterio en los más importantes certámenes que organiza la AEPE: el Salón de Otoño y el Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura.

Pero ha sido más importante aún, contar con tu amistad para con todos los artistas, con tu fidelidad y compromiso, con tu participación, que a todos nos ha enriquecido, con tu ejemplo y cercanía, con tu preocupación por hacer del arte algo imprescindible en nuestras vidas.

Como vengo diciendo siempre en estos actos tan emotivos, no hay Medalla que pueda hacerse de la aleación del cariño, la amistad y el agradecimiento, con la que simbólicamente está hecha la Medalla de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Rendir homenaje siempre ennoblece a quien lo recibe, pero engrandece también a quien lo otorga. Por eso es para mí un honor, entregártela hoy en nombre de todos los artistas de España.

Recibe en nombre de todos el abrazo, el cariño y el elogio unánime de esta Asociación Española de Pintores y Escultores.

Muchas gracias”.

Mª Dolores Barreda Pérez, Paula Varona y Juan Manuel López Reina

 

Tras estas palabras, el Vicepresidente hizo entrega de la Medalla de Honor de la AEPE a Paula Varona, así como del Diploma acreditativo de la misma, mientras la concurrencia aplaudía cariñosamente a la artista, que también quiso agradecer el honor con palabras sentidas en las que expresó que estaba realmente emocionada y agradecida y que en la AEPE había encontrado una verdadera casa de los artistas en donde la hermandad y el arte van de la mano en el estupendo trabajo que están realizando para toda la sociedad española.

Tras firmar en el Libro de Honor de la AEPE y la sesión de fotografías obligada, los asistentes pudieron felicitarla de forma personal y compartir una copa de vino español en otra velada inolvidable de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

 

Convocada Asamblea General Ordinaria de la AEPE

Para la aprobación de cuentas del ejercicio 2023

Con fecha 5 de febrero de 2024 y en cumplimiento de los Estatutos vigentes, ha quedado convocada la Asamblea General Ordinaria de la Asociación Española de Pintores y Escultores que tendrá lugar en nuestro domicilio social de la Calle Infantas, Nº 30, el próximo miércoles 20 de marzo de 2024, a las 18’30 horas en primera convocatoria y a las 19 horas en segunda convocatoria, con el siguiente

ORDEN DEL DÍA

  1. Aprobación, si procede, del Acta de la Asamblea General Ordinaria celebrada el 23 de mayo de 2023.
  2. Memoria de actividades del año 2023.
  3. Estado de cuentas del ejercicio 2023.
  4. Proyecto de Presupuestos para el ejercicio 2024.
  5. Proyecto de actividades para el año 2024.
  6. Ruegos y Preguntas.

 (Los documentos a los que se hace referencia en los apartados anteriores se encontrarán a disposición de los asociados en Secretaría en su horario habitual, desde una semana antes de la fecha señalada para la convocatoria).

 

EL PRESIDENTE: José Gabriel Astudillo López

LA SECRETARIA GENERAL: Mª Dolores Barreda Pérez

 

Esperamos poder contar con tu asistencia, pero si no fuera así, te recordamos que puedes delegar tu voto descargándote el siguiente modelo impreso de la convocatoria y haciéndonosla llegar con todos los datos necesarios:

CONVOCATORIA Asamblea General Ordinaria 20 de marzo de 2024

Recordando… Daniel Vázquez Díaz

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Daniel Vázquez Díaz

VAZQUEZ DIAZ, Daniel     P.E     1915          15.ene.1882            NERVA  (Hu)         SEVILLA/MADRID                17.mar.1969

Socio de Honor

Autorretrato

 

Daniel Vázquez Díaz nació el 15 de enero de 1882 en Nerva, Huelva, denominada por aquellas fechas como Aldea de Río Tinto, en el seno de una familia acomodada.

Sus padres fueron Daniel Vázquez y Jacoba Díaz Núñez y pronto lo enviaron a estudiar a Sevilla, a los salesianos, donde descubrirá el Museo de Bellas Artes y las obras de Zurbarán y El Greco, que influirán en su obra.

 

Distintas fotografías del artista

 

Hacia 1897 ya se conocen algunas de sus obras y en 1899 vende su primer cuadro. Amigo de Eugenio Hermoso, con quien después coincidirá en Madrid.

En Sevilla realizará la carrera de comercio, graduándose en 1902 como profesor mercantil.

En 1903 se traslada a Madrid, donde comienza a copiar en el Museo del Prado y entraba amistad con Ricardo Baroja, su hermano Pío, Juan Ramón Jiménez…

En 1904 presentará cuatro obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes, recibiendo una Mención de Honor.

Dos años más tarde descubrió el paisaje vasco, exponiendo en el Salón del Pueblo Español de San Sebastián.

Participó también en el Salón de Independientes de París y en 1908 logró hacer una muestra en la Galería Rue Trouche, junto a Picasso, al que conoció gracias a Paco Durrio, manteniendo desde entonces una estrecha relación.

Expuso después en Sevilla, junto a Picasso, Juan Gris, y a Antoine Bourdelle, que le inicia en la técnica de pintura al fresco.

En 1911, contraerá matrimonio con Eva Preetsman Aggerholm, escultora danesa que se convertirá en su musa y en la protagonista de muchas de sus obras. Al año siguiente nacerá su hijo Rafael.

El círculo de amistades se amplía cada vez más con intelectuales de la talla de Rubén Darío, Manuel Machado o Amado Nervo.

En 1914 vuelve a París, donde permanecerá durante nueve años, relacionándose con Modigliani. Allí encontró en el cubismo su medio ideal de expresión. Evitando la Primera Guerra Mundial, se traslada a Fuenterrabía, junto al río Bidasoa, reflejando en sus obras una luz y ambientes vascos desde la óptica impresionista descubierta en París.

 

 

En 1918 expuso en el Salón Lacoste de Madrid, cosechando duras críticas y siendo acusado de “extranjero” pero aclamado por vanguardistas y renovadores como Azorín, García Lorca, Unamuno y Eugenio D’Ors.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920 obtiene la Tercera Medalla de Grabado, comenzando un período de éxito que le llevará a exponer en Bilbao, Portugal, Barcelona, Francia e Inglaterra.

En 1925 participa en la Exposición Nacional de pintura de Pittsburgh junto a Zuloaga, Álvarez de Sotomayor, los Zubiaurre y Picasso que también se llevó a Cleveland y después a Chicago.

En el periodo de entreguerras ejerce de profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, contando entre sus alumnos con Dalí, Jorge Gallardo o Modesto Ciruelos.

En 1925 acepta la dirección de la Residencia de Artista de Fuenterrabía, en San Sebastián, participando además en la Exposición Internacional de Venecia.

En 1927 expone en el Museo de Arte Moderno de Madrid, en una muestra visitada por el rey Alfonso XIII con la que cosechó otro gran éxito.

Catedrático de dibujo del Instituto Cervantes de Madrid, en 1932 participó en la Exposición de Arte Español de Copenhague, junto a su mujer.

La guerra civil la pasó en Madrid y tras la contienda, realizó una exposición de dibujos y bocetos del Poema del Descubrimiento en Portugal y en la Bienal de Venecia.

Continuó con su magisterio con alumnos como Canogar, José Caballero, Juan Manuel Díaz-Caneja, Cristino de Vera e Ibarrola, fundando en 1948 la Escuela de Paisajes en la Universidad Hispanoamericana.

Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1949, y catedrático de pintura mural en dicha Escuela, plenamente reconocido como artista consagrado, los frescos de La Rábida le valieron el prestigio internacional.

En 1959 falleció su esposa.

 

Retrato de los hermanos Baroja

Rubén Darío vestido de monje

 

En 1962 expuso en la Sala Quixote y realizó su último cuadro.

​Falleció el 17 de marzo de 1969 en Madrid.

Su obra se encuentra repartida por todo el mundo.

Tras su muerte, fue objeto de importantes exposiciones retrospectivas en distintas pinacotecas, aunque gran parte de su obra se encuentra en el Centro de Arte Moderno y Contemporáneo “Daniel Vázquez Díaz” de su localidad natal, así como en el Museo Provincial de Huelva.

Encuadrado en los movimientos cubista y neocubista, sus retratos inmortalizaron a las grandes personalidades de su época en la serie que denominó “Hombres de mi tiempo”, con figuras como Picasso, Juan Ramón Jiménez, Ricardo Baroja, Unamuno, Alfonso XIII, Ortega y Gasset, Juan de la Cierva, Gómez de la Serna, el Conde de Romanones, Rubén Darío… hasta llegar casi al centenar de obras. Célebres también fueron sus cuadros de temática taurina, como los realizados a los toreros El Litri, Juan Belmonte y muchas otras escenas que conforman una excelente galería gráfica de la España intelectual del momento.

 

Distintos retratos

 

Su obra más considerada son los frescos del Monasterio de La Rábida, en Palos de la Frontera, donde realizó una alegoría de carácter personal del descubrimiento de América, en un retrato idílico de los hombres de la tierra en el siglo XV y los paisajes protagonistas durante la epopeya descubridora.

Realizados con la ayuda de su hijo Rafael, el propio Alfonso XIII abanderó un proyecto que la sociedad civil de la tierra acogió con entusiasmo por acoger una obra universal e inmortal.

Para muchos investigadores, Vázquez Díaz consigue con esta obra fundir los frescos bajo medievales con el Renacimiento, en una obra que resultó ser de “estética nacional” artística para el tiempo en que se hicieron. La obra le valió al autor el sobrenombre de “Pintor de la hispanidad”.

 

Distintas imágenes de los frescos de La Rábida

 

Medalla de Oro en la Exposición Internacional de París de 1925, Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934, Medalla de Oro de Versalles, Medalla de Oro de Bellas Artes, Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Premio de Honor de la Primera Bienal Hispanoamericana de Arte Contemporáneo de Madrid de 1951, Premio de Honor de la Tercera Bienal Hispanoamericana de Arte de Barcelona de 1955, Gran Premio de Grabado en la Exposición de Arte de Barcelona.

Hijo Adoptivo de Fuenterrabía, de Madrid, Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, Hijo Predilecto de la provincia de Huelva, Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Vicepresidente del Patronato del Museo del Prado.

Rafael Botí Gaitán y Rafael Botí Torres han sido los principales difusores de la obra y magisterio de Daniel Vázquez Díaz en todo el mundo.

Rafael Botí Gaitán fue su primer discípulo cordobés, creándose entre ambos un vínculo de hermandad que se mantuvo a lo largo de toda su vida.

Rafael Botí Torres es posiblemente, el mayor coleccionista vivo de la obra de Vázquez Díaz. De hecho, ha realizado una excelente donación al pueblo de Nerva, a través del museo,  de todas las obras de Vázquez Díaz relacionadas con el Poema del Descubrimiento. Se trata de la colección más importante que obra en su poder, conseguida con paciencia, dedicación y pasión a lo largo de toda la vida.

Y hablar con Rafael Botí es confirmar el inmenso amor que profesa a aún por don Daniel, como él le sigue llamando.

 

Daniel Vázquez Díaz y la AEPE

Socio de Honor

Ha participado en las siguientes ediciones del Salón de Otoño:

I Salón de Otoño de 1920: Cartujo, Madre y Estudios para el retrato de Unamuno

II Salón de Otoño de 1921: Proyecto mural y Mujer

XV Salón de Otoño de 1935: Casita de Pierre Loti en el Bidasoa, Frascuelo, Vitrina de la calle del Prado, Lagartijo y El poeta Dalmar

XX Salón de Otoño de 1946: Playa, Las cuadrillas de Lagartijo, Frascuelo y Mazantini, El Padre Sancho y Retrato del doctor Reinaldo do Santos

XXV Salón de Otoño de 1952: Retrato de Pío Baroja, Retrato del poeta Augusto Dalmar

50 Salón de Otoño de 1983: Retrato del doctor Silva

Jurado del III Salón de Otoño de 1922

 

De las numerosas referencias que de él encontramos en la Gaceta de Bellas Artes, destacaremos algunos párrafos de la crónica que desde Portugal, remitió  Norberto de Araujo, del Diario de Lisboa, publicada en nuestra Gaceta del 15 de mayo de 1923, con motivo de la exposición de pintura y dibujos que el artista realizó en el país vecino:

Vázquez Díaz tiene un nombre significado en el arte español. Su exposición, que hoy abre en la /llustragao Portuguesa, es, para nosotros los portugueses, una revelación de su extraño temperamento y del vigor de su manera, toda ella de un «modernismo regresivo»—más adelante justificaré la expresión—y de una extravagancia coherente con la belleza y con la unidad de su proceso. Esta unidad es la mayor cualidad de sus cuadros.

Vázquez Díaz, cuyo sentido del color y de los colores es pasado por una nada vulgar patine subjetiva, presenta cinco grandes telas, algunas de las cuales dan la impresión de frescos, y en las que el pintor ostenta notables cualidades decorativas sensacionalistas, no dejando de transmitir la emoción, no tanto por la técnica, que es segura, sino por el sentimiento, que es profundo y acusa un alma dentro del artista. Hallamos así, que Vázquez Díaz no aparece apenas como un manejador de pinceles hábil en los efectos y equilibrado en los procesos. Vázquez Díaz pone en cada tela y en cada dibujo una intención, y del fondo de los grupos y de las composiciones surge alguna nota: la meditación, el misticismo, el sentimiento regional, el molde de un alma, alguna cosa superior e intuitiva.

Objetivamente, su tela «El monje», profunda y sensitiva, es la mejor. Brota el sentimiento de ella como un fraile que abriese una puerta y saliese de su meditación, en la Cartuja, de su alma torturada. «La familia» es una composición de extraño vigor y delicada interpretación; pero nos agrada menos porque su carácter decorativo, o como tal le tomamos, nos dispone menos entusiásticamente.

La tela, ejecutada con colores vibrantes, de armónico conjunto, que figura la mujer con su criatura, es ciertamente irritante. Pero nada más bello, más fuerte, mejor afirmación de un pintor digno de tal nombre, que la cabeza de la pequeñita, verdadero milagro conseguido con tres pin- celadas inspiradas, donde hay unos ojos que se mueven y sonríen; ojos que parecen arrancados a una tabla primitiva, ingenua y valiosísima, donde va todo el resumen del esfuerzo evolutivo anterior al Renacimiento. Esa tela, indudablemente me- nos emocionante y grave que «El fraile» y «La familia», sólo por el detalle cita- do es una manifestación del innegable valor de este artista.

De lo dicho, y de la contemplación de sus dibujos, que son de fuerte y voluptuosa intención, casi histriónica, escultórica, como modelados en barro, hicimos esta observación: el equilibrado modernismo de este pintor se encuentra, en cierto grado de ejecución, por milagro y coherentemente, con aquel espíritu emotivo y primitivo a que impropiamente hemos llamado  “regresivo», y que no es sino la prueba de que en arte la belleza es sólo una y la misma, tanto la que vive en las prime- ras tablas de los pintores de retablos sacros, en las inocentes tablas de la Virgen y de los niños, en los ojos ras- gados y bíblicos de las mujeres en oración, como la que puede estar en los alucinadores grupos de los creadores de sensaciones por el color, por lo imprevisto, por lo geométrico, por la originalidad nacida de la voluntad dignísima.

Vázquez Díaz, cuyo modernismo, por ventura, no está inspirado en un superficial primitivismo—su mayor elogio—, presenta también algunas postales que reproducen algunos de sus cuadros más conocidos, entre ellos «Dolor» (la muerte del torero) y «Los ídolos», que sin dar una impresión exacta del color, dan una idea clara de las grandes cualidades de composición y sentimiento, de realidad y de emoción, que hacen de Vázquez Díaz uno de los más interesantes pintores de la España actual.

Nos falta espacio para hablar uno por uno de su aguafuertes y dibujos; mas como quisimos sólo hacer resaltar el merecimiento nada corriente de este artista, invitamos a los gustadores del buen arte a subir a la /lustragao Portuguesa, donde es patente algo nada vulgar y que conforta el espíritu”.

 

El artista fotografiado cuando pintaba los frescos de La Rábida

Placa homenaje y recuerdo al artista situada en la Calle María de Molina, 66 de Madrid, obra de Vassallo

 

Incultura

Mª Dolores Barreda Pérez

Secretaria General

Secretaria Perpetua de la AEPE

 

En esta época tecnológica en la que cada vez más está al alcance de cualquiera “tener cultura”, entendida ésta por un mayor acceso a la educación y por los valores en los que se cimenta como son las tradiciones, las normas y sanciones, las creencias, los símbolos, el lenguaje y la tecnología, justo ahora, como decía, vivimos un proceso de incultura supina que asombra a cualquiera que atienda a los medios de comunicación visuales (por supuesto, no incluyo los escritos, que ya nadie lee) y redes sociales y sensacionalistas.

La desgracia que antaño producía ser analfabeto, es hoy una moda y un pensamiento, es simplificar la ignorancia y trivializar la vida hasta extremos nauseabundos.

Hemos superado el listón de saber leer y escribir, algo es algo, pero el resto lo fiamos a San Google, a Alexa, Siri, Bixby… que lo saben todo por nosotros y nos libran de la tarea de pensar y razonar. Uffff, qué rollo…

Hablamos de una ignorancia voluntaria que nos embrutece y nos amordaza y esclaviza.

El genial Forges

 

Nos quieren incultos, manejables, manipulables. Nos dan circo, pan y toros, que en lenguaje actual sería algo así como programas de corazón, subsidios y fútbol, en una gama amplia de entretenimiento con la que nos tienen distraídos para no mirar y ver realmente lo que pasa.

Estoy cansada de escuchar la imposibilidad de las familias para llegar a fin de mes y su contra, es decir, la ocupación hotelera total en puentes y mini vacaciones de una España que sin tener dinero, se echa a la calle, al monte, a la playa, a gastar lo que no tiene.

La propiedad privada no se respeta, porque es tan injusto tener dos viviendas, que es normal la ocupación y la ruina y se genera el mensaje de odio hacia todo aquel que pretende disponer de sus bienes como le plazca.

La censura en los medios es más que evidente, porque total, si no lo oyes y no lo ves, es que no existe y no ha pasado, y es así más fácil tener a todos al margen de las barbaridades políticas, sociales y económicas que se están haciendo.

Ya no valen los estímulos ni las conductas éticas asociadas. No se premia el esfuerzo, se tiende a la mediocridad para igualarnos y medirnos a todos por el mismo rasero. Todos iguales de burros, pero tan contentos. Una sociedad igualitaria en la que todos tienen la misma educación, todos arrastran la misma incultura y embrutecimiento… pero todos iguales, ya digo.

La pérdida de valores que atravesamos es la base fundamental de esa incultura que nos gobierna. El pilar de la sociedad, la familia, está herida de muerte. Los valores con los que se asocia, están en peligro de extinción, porque es en la familia donde se transmiten y aprenden valores y principios morales que guían el comportamiento de los individuos.

Es en la familia donde uno aprende educación, amor, respeto, lealtad, honestidad, responsabilidad, empatía, diálogo, comunicación, gratitud, perdón, justicia, humanismo y otros miles de valores y principios morales que nos hacen ser una sociedad avanzada.

La forma en que los padres nos educan, la forma en que se comportan, hablan y tratan a los demás, influye en nuestra moral y en cómo percibimos el mundo que nos rodea, en cómo seremos de mayores y los principios que regirán nuestras vidas.

Ética y moral no son lo mismo, pero son necesarias para establecer normas y límites en una convivencia familiar. Y lo más importante de todo es que son valores universales, independientemente de la cultura y la religión, con los que enfrentar la vida desde niños.

Robar es una acción condenable por cualquier sociedad, religión, ética, moral… ya lo decía Aristóteles con sus seis “absolutos morales”, acciones y pasiones que son malas sin importar el cómo o el cuándo o el a quién. Son valores mundiales sobre el bien y el mal y sobre lo correcto e incorrecto que con cultura o sin ella, son entendibles por todo ser humano.

Pero es en la familia donde uno adquiere los primeros valores morales, personales y sociales que constituirán la base de una sociedad avanzada.

En España se está destruyendo esa base sólida que es la familia. Al gobierno no le conviene apoyar esta institución porque supone un riesgo que hace peligrar el estado de atontamiento con el que nos controla. Aquí la promoción de la familia se entiende como la promoción del control de la natalidad, lo que pone además en riesgo el futuro económico y social de España.

La pérdida de esa base que es la familia, acarrea una conducta irrespetuosa de valores y un aumento de conductas antisociales y deshumanizadas, repletas de odio, egoísmo, violencia e indiferencia ante el prójimo, basadas en individuos agrupados por el uso de la tecnología, que se ha olvidado de la convivencia real con sus semejantes.

Esto es palpable a todos los niveles y aspectos de la vida, en el modo de hablar, de relacionarnos, de vestirnos, en nuestra forma de ser y en cómo nos comportamos acumulando no solo posesiones materiales (compras compulsivas, accesorios sin necesidad más que para el postureo…), sino información o gente (likes en redes sociales, amigos…). Y cuanto más acumulamos, más vacíos nos sentimos, porque el consumismo nos aleja de los valores y principios morales que son la base de nuestra existencia.

Una crisis de valores en la que ya no hay una actividad cerebral plena, acumulando información visual únicamente y dejando de lado el análisis de la misma, que conlleva además, la introspección, el egoísmo y la indiferencia, el escaso desarrollo de las emociones, alteradas continuamente por conductas que cada vez más se “normalizan”.

La falta de respeto existente en la actualidad a todos los niveles, nos empobrece. Falta de respeto a mayores, a la autoridad, a las personas en general por la falta de educación normalizada, llámenla si quieren urbanidad. Voy en el autobús y una madre sentada junto a su hijo, es incapaz de explicarle que dar patadas al asiento delantero significa molestar a quien allí está sentado, porque el móvil es más importante que esa pequeña lección moral de urbanidad. Me imagino al chaval en su adolescencia, pateando lo que se le ponga por delante con plena normalidad en su acción y lo extrapolo a cualquier ámbito real y tiemblo… porque esa es la sociedad que estamos haciendo.

Por favor, que alguien le diga algo a ese señor que hablando por el móvil es capaz de callar a un autobús entero con sus voces… y a ese pollo que se ha sentado en los “asientos reservados a personas con movilidad reducida”, qué bonito eufemismo para llamar a viejos y embarazadas, y no deja que un señor con muleta pueda sentarse…

Hemos normalizado los insultos y palabras malsonantes frente a la extrema censura de actitudes y formas de manera desproporcionada. Por eso, llamar h..de p… a cualquiera, ya no ofende, pero sí lo hace llamar “mono” a un jugador de fútbol; la demencial justificación de un partido político que llama a “normalizar” el insulto porque es algo de lo más normal que está en redes sociales me parece infame, sobre todo ahora que como vemos en el Congreso de los Diputados, nuestros representantes lo han institucionalizado. Ellos, que deberían ser un ejemplo de ética y moralidad para todos los ciudadanos (me niego a decir la ciudadanía), usan y abusan de actitudes que solo refuerzan el acoso y nos llevan a una mediocridad indecente, que es en la que está envuelta la sociedad.

Del insulto se pasa a la definición de actitudes, y luego nos echamos las manos a la cabeza para escandalizarnos con esas conductas, pero las incluimos en conversaciones normalizadas que vemos a diario en televisiones como si fuera lo más normal del mundo.

No es rebatir ideas y argumentos, es reforzar las pobres opiniones que se exponen con insultos que buscan someter y dominar, acallar tus convicciones por medio de la coacción. No hay debate en el que esta norma no se vea y lo malo es que lo trasladamos a nuestra vida diaria a la hora de hablar con cualquiera, desde la familia hasta los amigos y conocidos. Bueno, siempre que sea hable, que ahora lo normal es chatearlo y poner de hoja perejil a cualquiera con el que se tenga una discrepancia.

Y todo ello y muchísimo más, es consecuencia de la incultura manifiesta que vivimos. Pero qué podemos esperar de quienes tendrían que ser nuestro ejemplo, cuando la mayoría no solo no lo son, sino que presumen de su incultura…

El mundo entero se mueve para esta nueva clase social, para esta nueva mayoría donde todo es superficial, frívolo, elemental, primario, falto de gusto y con morbosas reglas. Presumir de incultura ayuda a triunfar. Una sociedad que se dedica a hacer reiterada apología de la ignorancia solo genera ignorantes vocacionales, los que disponiendo del ilimitado acceso a la cultura que vivimos, renuncian voluntariamente a todo aquello que tenga que ver con la ilustración.

No hablamos solo de faltas de ortografía o del uso criminal del lenguaje. El problema es mucho más serio y tampoco cabe confundir sabiduría con conocimientos. Porque bajo la banalidad del lenguaje habita la banalidad del pensamiento. La cultura y la educación enseñan a contemplar, despiertan la consciencia y el espíritu crítico, abren camino a la sensibilidad, a la comprensión de otras realidades, al conocimiento del dolor, de la felicidad, de la existencia…

Y esa primera cultura que incluye una mínima educación, se adquiere en la familia. Si los padres leen libros, es más fácil que los hijos encuentren normal leerlos, si además hacen deporte, los hijos serán también activos… como esponjas que son, absorberán todo lo que vean y escuchen y hasta tendrá cabida en ellos la cultura.

Sigo a un tiktoquero llamado Charly Okei, conocido como “Super-Geografía”, que me hacía reír muchísimo poniendo a prueba a los jóvenes con preguntas sobre geografía básica. Después, la gracia se transformó en preocupación y en la actualidad es una pura lección de la incultura de nuestra sociedad y de hasta dónde nos han llevado los planes de estudio de los gobiernos que se llaman “progresistas” en los últimos 30 años.

La familia, esa base de nuestra sociedad occidental que se está perdiendo con la guerra de Ucrania y con la guerra de Israel, está herida de muerte. Lo estamos viendo en países que siempre fueron el ejemplo de sociedad moderna y avanzada a los que ya se les ha ido de la mano su estilo de vida, sus valores, sus libertades, su religión, su mundo.

En Dinamarca, hasta la heredera al trono se ve amenazada por el crimen organizado, que se ha adueñado del país gracias a las políticas de integración multicultural y racial predicadas en los últimos 50 años, donde la llegada de inmigrantes (me niego también a llamarlos migrantes porque es otro eufemismo) africanos y asiáticos, con su propia cultura y religión, ha terminado por hacer de grandes ciudades, auténticos guetos infranqueables para las fuerzas de seguridad del estado.

De estos hechos nadie hace una lectura política ni social, porque de hacerla, la tacharían de racista, sin querer ver que el estilo de vida de Europa agoniza ya ante la falta de valores.

Es España asistimos también a la falta de ética y de moral que se está adueñando poco a poco de todos los sectores sociales. Partiendo de la política, en la que ya es de lo más normal la mentira, hasta en la educación, la historia, la sanidad, la economía… todo está ya controlado por la pérdida de valores que deriva de la incultura. Una salvaje y aberrante incultura nacional que condena ya a tres generaciones de españoles a un sometimiento y esclavitud asqueroso y que poco remedio tendrá ya.

Mientras haya problemas más importantes de abordar, como son por supuesto la amnistía, el restablecimiento de la imagen de los herederos de Bildu, o el referéndum de autodeterminación, la reforma de la educación será una tontería que para qué vamos a afrontar, ya si eso… mañana… como decía Larra, porque este país, explicaba también, no tiene remedio.

Y ante esta perspectiva, ¿cómo vamos a pedir que la sociedad vea y entienda el arte? Que conozca a los artistas, a las glorias nacionales que ha tenido España, que conozca a las promesas actuales que triunfan fuera de nuestras fronteras y que aquí son ninguneadas? No seré yo quien pida peras al olmo, que bastante tengo con pelear a diario con la falta de educación y urbanidad en la que vivimos.

Publicadas las bases del 61 Certamen de San Isidro

La exposición será en junio, en la Casa del Reloj

 

Con fecha de febrero de 2024, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, y la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, firman las bases que habrán de regir en la convocatoria del 61 Certamen de San Isidro de tema madrileño de la AEPE, que se celebrará en el mes de junio de 2024, en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural “Casa del Reloj” del madrileño distrito de Arganzuela (Pº de la Chopera, 6-10 28045 Madrid).

El certamen, que llega a su edición número 61, es una de las más importantes citas del calendario de convocatorias que mantiene la centenaria Asociación Española de Pintores y Escultores.

Son muchos los socios y amigos que hacen de Madrid el escenario perfecto para un trabajo que a todos nos enriquece y obliga en la agitación de la vida diaria.

Como en ocasiones anteriores, el 61 Certamen de San Isidro incluye las secciones de pintura (dibujo, grabado y acuarela) y escultura, siendo el tema único «Madrid» y la técnica libre, y podrá concurrir al mismo cualquier artista de nacionalidad española y extranjeros residentes en España, pertenezcan o no a la AEPE, aunque a los Premios Honoríficos sólo podrán optar los asociados.

Las  obras  se  presentarán  únicamente  por  correo  electrónico a administración@apintoresyescultores.es  hasta el 10 de mayo de 2024.

Se otorgarán los siguientes premios: la Medalla de Pintura Antonio Casero y la Medalla de Escultura Luis Benedito Vives y las Menciones de Honor que el jurado estime convenientes.

 

Bases 61 San Isidro 2024

 

 

61 Certamen de San Isidro

Asociación Española de Pintores y Escultores

Junio 2024

Sala de Exposiciones La Lonja

Centro Cultural Casa del Reloj

Paseo de la Chopera, 6-10

28045 Madrid

De lunes a sábado de 9 a 21 h.

Metro: Legazpi (líneas 3, 6); Bus: 62, 6, 78, 148

BICIMAD: Estación 165 (Paseo Chopera, 14)

Entrega de la Medalla de Honor de la AEPE a Paula Varona

El galardón se entregará en la sede social de la centenaria

entidad situada junto a la madrileña Gran Vía

 

Será el jueves 22 de febrero de 2024, a las 19 h.

 

En un acto que se celebrará el próximo día 22 de febrero, a las 19 h. en la sede institucional de la Asociación Española de Pintores y Escultores, la artista Paula Varona recibirá la “Medalla de Honor” de la institución, que le será otorgada de manos de su Presidente José Gabriel Astudillo, en reconocimiento a su aportación extraordinaria al mundo del arte.

Al acto, al que se espera que acudan innumerables socios y amigos, así como algunos de los máximos representantes del mundo del arte académico y la crítica, será presentado por la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Mª Dolores Barreda Pérez, quien realizará un breve recorrido por la trayectoria biográfica y artística de la homenajeada, para a modo de introducción, dar paso al homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que forman la Asociación Española de Pintores y Escultores, desvelando no sólo a la extraordinaria profesional, sino haciendo especial hincapié en los valores humanos que rodean a la persona de Paula Varona.

Por su parte, José Gabriel Astudillo, Presidente de la centenaria entidad, dará paso a un discurso emotivo en el destacará que “Paula Varona siempre ha sido una pintora valiente a la hora de defender sus valores artísticos, y a pesar de las dificultades que haya podido encontrar a lo largo de su trayectoria, pero que los sacrificios que ha realizado, las alegrías que ha experimentado, el singular significado que para esta artista tiene el conjunto de su producción y experiencia artística y profesional, son hoy ejemplo para muchos artistas y creadores, para muchos de nuestros socios. Por eso, el ejemplo de tu vida nos interesa a todos”.

Se verificará así la entrega de la Medalla y del Diploma acreditativo, tras la cual, Paula Varona dirigirá unas palabras a los asistentes y firmará en el Libro de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

La Medalla de Honor de la AEPE se ha concedido en anteriores ocasiones al escultor Julio López Hernández, al crítico Tomás Paredes, a los pintores Eduardo Naranjo, Juan Alcalde, al escultor Venancio Blanco, a la galerista Soledad Lorenzo, al IES José María Infantes de la localidad sevillana de Utrera, y al pintor José Luis Galicia.

Fecha: jueves 22 de febrero de 2024

Lugar: sede de la Asociación Española de Pintores y Escultores

C/ Infantas, 30, 2º drcha.

28004 Madrid

915 22 49 61 / 630 508 189

 

 

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