Recordando… Daniel Vázquez Díaz

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Daniel Vázquez Díaz

VAZQUEZ DIAZ, Daniel     P.E     1915          15.ene.1882            NERVA  (Hu)         SEVILLA/MADRID                17.mar.1969

Socio de Honor

Autorretrato

 

Daniel Vázquez Díaz nació el 15 de enero de 1882 en Nerva, Huelva, denominada por aquellas fechas como Aldea de Río Tinto, en el seno de una familia acomodada.

Sus padres fueron Daniel Vázquez y Jacoba Díaz Núñez y pronto lo enviaron a estudiar a Sevilla, a los salesianos, donde descubrirá el Museo de Bellas Artes y las obras de Zurbarán y El Greco, que influirán en su obra.

 

Distintas fotografías del artista

 

Hacia 1897 ya se conocen algunas de sus obras y en 1899 vende su primer cuadro. Amigo de Eugenio Hermoso, con quien después coincidirá en Madrid.

En Sevilla realizará la carrera de comercio, graduándose en 1902 como profesor mercantil.

En 1903 se traslada a Madrid, donde comienza a copiar en el Museo del Prado y entraba amistad con Ricardo Baroja, su hermano Pío, Juan Ramón Jiménez…

En 1904 presentará cuatro obras a la Exposición Nacional de Bellas Artes, recibiendo una Mención de Honor.

Dos años más tarde descubrió el paisaje vasco, exponiendo en el Salón del Pueblo Español de San Sebastián.

Participó también en el Salón de Independientes de París y en 1908 logró hacer una muestra en la Galería Rue Trouche, junto a Picasso, al que conoció gracias a Paco Durrio, manteniendo desde entonces una estrecha relación.

Expuso después en Sevilla, junto a Picasso, Juan Gris, y a Antoine Bourdelle, que le inicia en la técnica de pintura al fresco.

En 1911, contraerá matrimonio con Eva Preetsman Aggerholm, escultora danesa que se convertirá en su musa y en la protagonista de muchas de sus obras. Al año siguiente nacerá su hijo Rafael.

El círculo de amistades se amplía cada vez más con intelectuales de la talla de Rubén Darío, Manuel Machado o Amado Nervo.

En 1914 vuelve a París, donde permanecerá durante nueve años, relacionándose con Modigliani. Allí encontró en el cubismo su medio ideal de expresión. Evitando la Primera Guerra Mundial, se traslada a Fuenterrabía, junto al río Bidasoa, reflejando en sus obras una luz y ambientes vascos desde la óptica impresionista descubierta en París.

 

 

En 1918 expuso en el Salón Lacoste de Madrid, cosechando duras críticas y siendo acusado de “extranjero” pero aclamado por vanguardistas y renovadores como Azorín, García Lorca, Unamuno y Eugenio D’Ors.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920 obtiene la Tercera Medalla de Grabado, comenzando un período de éxito que le llevará a exponer en Bilbao, Portugal, Barcelona, Francia e Inglaterra.

En 1925 participa en la Exposición Nacional de pintura de Pittsburgh junto a Zuloaga, Álvarez de Sotomayor, los Zubiaurre y Picasso que también se llevó a Cleveland y después a Chicago.

En el periodo de entreguerras ejerce de profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes de Madrid, contando entre sus alumnos con Dalí, Jorge Gallardo o Modesto Ciruelos.

En 1925 acepta la dirección de la Residencia de Artista de Fuenterrabía, en San Sebastián, participando además en la Exposición Internacional de Venecia.

En 1927 expone en el Museo de Arte Moderno de Madrid, en una muestra visitada por el rey Alfonso XIII con la que cosechó otro gran éxito.

Catedrático de dibujo del Instituto Cervantes de Madrid, en 1932 participó en la Exposición de Arte Español de Copenhague, junto a su mujer.

La guerra civil la pasó en Madrid y tras la contienda, realizó una exposición de dibujos y bocetos del Poema del Descubrimiento en Portugal y en la Bienal de Venecia.

Continuó con su magisterio con alumnos como Canogar, José Caballero, Juan Manuel Díaz-Caneja, Cristino de Vera e Ibarrola, fundando en 1948 la Escuela de Paisajes en la Universidad Hispanoamericana.

Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1949, y catedrático de pintura mural en dicha Escuela, plenamente reconocido como artista consagrado, los frescos de La Rábida le valieron el prestigio internacional.

En 1959 falleció su esposa.

 

Retrato de los hermanos Baroja

Rubén Darío vestido de monje

 

En 1962 expuso en la Sala Quixote y realizó su último cuadro.

​Falleció el 17 de marzo de 1969 en Madrid.

Su obra se encuentra repartida por todo el mundo.

Tras su muerte, fue objeto de importantes exposiciones retrospectivas en distintas pinacotecas, aunque gran parte de su obra se encuentra en el Centro de Arte Moderno y Contemporáneo “Daniel Vázquez Díaz” de su localidad natal, así como en el Museo Provincial de Huelva.

Encuadrado en los movimientos cubista y neocubista, sus retratos inmortalizaron a las grandes personalidades de su época en la serie que denominó “Hombres de mi tiempo”, con figuras como Picasso, Juan Ramón Jiménez, Ricardo Baroja, Unamuno, Alfonso XIII, Ortega y Gasset, Juan de la Cierva, Gómez de la Serna, el Conde de Romanones, Rubén Darío… hasta llegar casi al centenar de obras. Célebres también fueron sus cuadros de temática taurina, como los realizados a los toreros El Litri, Juan Belmonte y muchas otras escenas que conforman una excelente galería gráfica de la España intelectual del momento.

 

Distintos retratos

 

Su obra más considerada son los frescos del Monasterio de La Rábida, en Palos de la Frontera, donde realizó una alegoría de carácter personal del descubrimiento de América, en un retrato idílico de los hombres de la tierra en el siglo XV y los paisajes protagonistas durante la epopeya descubridora.

Realizados con la ayuda de su hijo Rafael, el propio Alfonso XIII abanderó un proyecto que la sociedad civil de la tierra acogió con entusiasmo por acoger una obra universal e inmortal.

Para muchos investigadores, Vázquez Díaz consigue con esta obra fundir los frescos bajo medievales con el Renacimiento, en una obra que resultó ser de “estética nacional” artística para el tiempo en que se hicieron. La obra le valió al autor el sobrenombre de “Pintor de la hispanidad”.

 

Distintas imágenes de los frescos de La Rábida

 

Medalla de Oro en la Exposición Internacional de París de 1925, Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934, Medalla de Oro de Versalles, Medalla de Oro de Bellas Artes, Medalla de Honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1954, Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Premio de Honor de la Primera Bienal Hispanoamericana de Arte Contemporáneo de Madrid de 1951, Premio de Honor de la Tercera Bienal Hispanoamericana de Arte de Barcelona de 1955, Gran Premio de Grabado en la Exposición de Arte de Barcelona.

Hijo Adoptivo de Fuenterrabía, de Madrid, Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, Hijo Predilecto de la provincia de Huelva, Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, Vicepresidente del Patronato del Museo del Prado.

Rafael Botí Gaitán y Rafael Botí Torres han sido los principales difusores de la obra y magisterio de Daniel Vázquez Díaz en todo el mundo.

Rafael Botí Gaitán fue su primer discípulo cordobés, creándose entre ambos un vínculo de hermandad que se mantuvo a lo largo de toda su vida.

Rafael Botí Torres es posiblemente, el mayor coleccionista vivo de la obra de Vázquez Díaz. De hecho, ha realizado una excelente donación al pueblo de Nerva, a través del museo,  de todas las obras de Vázquez Díaz relacionadas con el Poema del Descubrimiento. Se trata de la colección más importante que obra en su poder, conseguida con paciencia, dedicación y pasión a lo largo de toda la vida.

Y hablar con Rafael Botí es confirmar el inmenso amor que profesa a aún por don Daniel, como él le sigue llamando.

 

Daniel Vázquez Díaz y la AEPE

Socio de Honor

Ha participado en las siguientes ediciones del Salón de Otoño:

I Salón de Otoño de 1920: Cartujo, Madre y Estudios para el retrato de Unamuno

II Salón de Otoño de 1921: Proyecto mural y Mujer

XV Salón de Otoño de 1935: Casita de Pierre Loti en el Bidasoa, Frascuelo, Vitrina de la calle del Prado, Lagartijo y El poeta Dalmar

XX Salón de Otoño de 1946: Playa, Las cuadrillas de Lagartijo, Frascuelo y Mazantini, El Padre Sancho y Retrato del doctor Reinaldo do Santos

XXV Salón de Otoño de 1952: Retrato de Pío Baroja, Retrato del poeta Augusto Dalmar

50 Salón de Otoño de 1983: Retrato del doctor Silva

Jurado del III Salón de Otoño de 1922

 

De las numerosas referencias que de él encontramos en la Gaceta de Bellas Artes, destacaremos algunos párrafos de la crónica que desde Portugal, remitió  Norberto de Araujo, del Diario de Lisboa, publicada en nuestra Gaceta del 15 de mayo de 1923, con motivo de la exposición de pintura y dibujos que el artista realizó en el país vecino:

Vázquez Díaz tiene un nombre significado en el arte español. Su exposición, que hoy abre en la /llustragao Portuguesa, es, para nosotros los portugueses, una revelación de su extraño temperamento y del vigor de su manera, toda ella de un «modernismo regresivo»—más adelante justificaré la expresión—y de una extravagancia coherente con la belleza y con la unidad de su proceso. Esta unidad es la mayor cualidad de sus cuadros.

Vázquez Díaz, cuyo sentido del color y de los colores es pasado por una nada vulgar patine subjetiva, presenta cinco grandes telas, algunas de las cuales dan la impresión de frescos, y en las que el pintor ostenta notables cualidades decorativas sensacionalistas, no dejando de transmitir la emoción, no tanto por la técnica, que es segura, sino por el sentimiento, que es profundo y acusa un alma dentro del artista. Hallamos así, que Vázquez Díaz no aparece apenas como un manejador de pinceles hábil en los efectos y equilibrado en los procesos. Vázquez Díaz pone en cada tela y en cada dibujo una intención, y del fondo de los grupos y de las composiciones surge alguna nota: la meditación, el misticismo, el sentimiento regional, el molde de un alma, alguna cosa superior e intuitiva.

Objetivamente, su tela «El monje», profunda y sensitiva, es la mejor. Brota el sentimiento de ella como un fraile que abriese una puerta y saliese de su meditación, en la Cartuja, de su alma torturada. «La familia» es una composición de extraño vigor y delicada interpretación; pero nos agrada menos porque su carácter decorativo, o como tal le tomamos, nos dispone menos entusiásticamente.

La tela, ejecutada con colores vibrantes, de armónico conjunto, que figura la mujer con su criatura, es ciertamente irritante. Pero nada más bello, más fuerte, mejor afirmación de un pintor digno de tal nombre, que la cabeza de la pequeñita, verdadero milagro conseguido con tres pin- celadas inspiradas, donde hay unos ojos que se mueven y sonríen; ojos que parecen arrancados a una tabla primitiva, ingenua y valiosísima, donde va todo el resumen del esfuerzo evolutivo anterior al Renacimiento. Esa tela, indudablemente me- nos emocionante y grave que «El fraile» y «La familia», sólo por el detalle cita- do es una manifestación del innegable valor de este artista.

De lo dicho, y de la contemplación de sus dibujos, que son de fuerte y voluptuosa intención, casi histriónica, escultórica, como modelados en barro, hicimos esta observación: el equilibrado modernismo de este pintor se encuentra, en cierto grado de ejecución, por milagro y coherentemente, con aquel espíritu emotivo y primitivo a que impropiamente hemos llamado  “regresivo», y que no es sino la prueba de que en arte la belleza es sólo una y la misma, tanto la que vive en las prime- ras tablas de los pintores de retablos sacros, en las inocentes tablas de la Virgen y de los niños, en los ojos ras- gados y bíblicos de las mujeres en oración, como la que puede estar en los alucinadores grupos de los creadores de sensaciones por el color, por lo imprevisto, por lo geométrico, por la originalidad nacida de la voluntad dignísima.

Vázquez Díaz, cuyo modernismo, por ventura, no está inspirado en un superficial primitivismo—su mayor elogio—, presenta también algunas postales que reproducen algunos de sus cuadros más conocidos, entre ellos «Dolor» (la muerte del torero) y «Los ídolos», que sin dar una impresión exacta del color, dan una idea clara de las grandes cualidades de composición y sentimiento, de realidad y de emoción, que hacen de Vázquez Díaz uno de los más interesantes pintores de la España actual.

Nos falta espacio para hablar uno por uno de su aguafuertes y dibujos; mas como quisimos sólo hacer resaltar el merecimiento nada corriente de este artista, invitamos a los gustadores del buen arte a subir a la /lustragao Portuguesa, donde es patente algo nada vulgar y que conforta el espíritu”.

 

El artista fotografiado cuando pintaba los frescos de La Rábida

Placa homenaje y recuerdo al artista situada en la Calle María de Molina, 66 de Madrid, obra de Vassallo

 

Incultura

Mª Dolores Barreda Pérez

Secretaria General

Secretaria Perpetua de la AEPE

 

En esta época tecnológica en la que cada vez más está al alcance de cualquiera “tener cultura”, entendida ésta por un mayor acceso a la educación y por los valores en los que se cimenta como son las tradiciones, las normas y sanciones, las creencias, los símbolos, el lenguaje y la tecnología, justo ahora, como decía, vivimos un proceso de incultura supina que asombra a cualquiera que atienda a los medios de comunicación visuales (por supuesto, no incluyo los escritos, que ya nadie lee) y redes sociales y sensacionalistas.

La desgracia que antaño producía ser analfabeto, es hoy una moda y un pensamiento, es simplificar la ignorancia y trivializar la vida hasta extremos nauseabundos.

Hemos superado el listón de saber leer y escribir, algo es algo, pero el resto lo fiamos a San Google, a Alexa, Siri, Bixby… que lo saben todo por nosotros y nos libran de la tarea de pensar y razonar. Uffff, qué rollo…

Hablamos de una ignorancia voluntaria que nos embrutece y nos amordaza y esclaviza.

El genial Forges

 

Nos quieren incultos, manejables, manipulables. Nos dan circo, pan y toros, que en lenguaje actual sería algo así como programas de corazón, subsidios y fútbol, en una gama amplia de entretenimiento con la que nos tienen distraídos para no mirar y ver realmente lo que pasa.

Estoy cansada de escuchar la imposibilidad de las familias para llegar a fin de mes y su contra, es decir, la ocupación hotelera total en puentes y mini vacaciones de una España que sin tener dinero, se echa a la calle, al monte, a la playa, a gastar lo que no tiene.

La propiedad privada no se respeta, porque es tan injusto tener dos viviendas, que es normal la ocupación y la ruina y se genera el mensaje de odio hacia todo aquel que pretende disponer de sus bienes como le plazca.

La censura en los medios es más que evidente, porque total, si no lo oyes y no lo ves, es que no existe y no ha pasado, y es así más fácil tener a todos al margen de las barbaridades políticas, sociales y económicas que se están haciendo.

Ya no valen los estímulos ni las conductas éticas asociadas. No se premia el esfuerzo, se tiende a la mediocridad para igualarnos y medirnos a todos por el mismo rasero. Todos iguales de burros, pero tan contentos. Una sociedad igualitaria en la que todos tienen la misma educación, todos arrastran la misma incultura y embrutecimiento… pero todos iguales, ya digo.

La pérdida de valores que atravesamos es la base fundamental de esa incultura que nos gobierna. El pilar de la sociedad, la familia, está herida de muerte. Los valores con los que se asocia, están en peligro de extinción, porque es en la familia donde se transmiten y aprenden valores y principios morales que guían el comportamiento de los individuos.

Es en la familia donde uno aprende educación, amor, respeto, lealtad, honestidad, responsabilidad, empatía, diálogo, comunicación, gratitud, perdón, justicia, humanismo y otros miles de valores y principios morales que nos hacen ser una sociedad avanzada.

La forma en que los padres nos educan, la forma en que se comportan, hablan y tratan a los demás, influye en nuestra moral y en cómo percibimos el mundo que nos rodea, en cómo seremos de mayores y los principios que regirán nuestras vidas.

Ética y moral no son lo mismo, pero son necesarias para establecer normas y límites en una convivencia familiar. Y lo más importante de todo es que son valores universales, independientemente de la cultura y la religión, con los que enfrentar la vida desde niños.

Robar es una acción condenable por cualquier sociedad, religión, ética, moral… ya lo decía Aristóteles con sus seis “absolutos morales”, acciones y pasiones que son malas sin importar el cómo o el cuándo o el a quién. Son valores mundiales sobre el bien y el mal y sobre lo correcto e incorrecto que con cultura o sin ella, son entendibles por todo ser humano.

Pero es en la familia donde uno adquiere los primeros valores morales, personales y sociales que constituirán la base de una sociedad avanzada.

En España se está destruyendo esa base sólida que es la familia. Al gobierno no le conviene apoyar esta institución porque supone un riesgo que hace peligrar el estado de atontamiento con el que nos controla. Aquí la promoción de la familia se entiende como la promoción del control de la natalidad, lo que pone además en riesgo el futuro económico y social de España.

La pérdida de esa base que es la familia, acarrea una conducta irrespetuosa de valores y un aumento de conductas antisociales y deshumanizadas, repletas de odio, egoísmo, violencia e indiferencia ante el prójimo, basadas en individuos agrupados por el uso de la tecnología, que se ha olvidado de la convivencia real con sus semejantes.

Esto es palpable a todos los niveles y aspectos de la vida, en el modo de hablar, de relacionarnos, de vestirnos, en nuestra forma de ser y en cómo nos comportamos acumulando no solo posesiones materiales (compras compulsivas, accesorios sin necesidad más que para el postureo…), sino información o gente (likes en redes sociales, amigos…). Y cuanto más acumulamos, más vacíos nos sentimos, porque el consumismo nos aleja de los valores y principios morales que son la base de nuestra existencia.

Una crisis de valores en la que ya no hay una actividad cerebral plena, acumulando información visual únicamente y dejando de lado el análisis de la misma, que conlleva además, la introspección, el egoísmo y la indiferencia, el escaso desarrollo de las emociones, alteradas continuamente por conductas que cada vez más se “normalizan”.

La falta de respeto existente en la actualidad a todos los niveles, nos empobrece. Falta de respeto a mayores, a la autoridad, a las personas en general por la falta de educación normalizada, llámenla si quieren urbanidad. Voy en el autobús y una madre sentada junto a su hijo, es incapaz de explicarle que dar patadas al asiento delantero significa molestar a quien allí está sentado, porque el móvil es más importante que esa pequeña lección moral de urbanidad. Me imagino al chaval en su adolescencia, pateando lo que se le ponga por delante con plena normalidad en su acción y lo extrapolo a cualquier ámbito real y tiemblo… porque esa es la sociedad que estamos haciendo.

Por favor, que alguien le diga algo a ese señor que hablando por el móvil es capaz de callar a un autobús entero con sus voces… y a ese pollo que se ha sentado en los “asientos reservados a personas con movilidad reducida”, qué bonito eufemismo para llamar a viejos y embarazadas, y no deja que un señor con muleta pueda sentarse…

Hemos normalizado los insultos y palabras malsonantes frente a la extrema censura de actitudes y formas de manera desproporcionada. Por eso, llamar h..de p… a cualquiera, ya no ofende, pero sí lo hace llamar “mono” a un jugador de fútbol; la demencial justificación de un partido político que llama a “normalizar” el insulto porque es algo de lo más normal que está en redes sociales me parece infame, sobre todo ahora que como vemos en el Congreso de los Diputados, nuestros representantes lo han institucionalizado. Ellos, que deberían ser un ejemplo de ética y moralidad para todos los ciudadanos (me niego a decir la ciudadanía), usan y abusan de actitudes que solo refuerzan el acoso y nos llevan a una mediocridad indecente, que es en la que está envuelta la sociedad.

Del insulto se pasa a la definición de actitudes, y luego nos echamos las manos a la cabeza para escandalizarnos con esas conductas, pero las incluimos en conversaciones normalizadas que vemos a diario en televisiones como si fuera lo más normal del mundo.

No es rebatir ideas y argumentos, es reforzar las pobres opiniones que se exponen con insultos que buscan someter y dominar, acallar tus convicciones por medio de la coacción. No hay debate en el que esta norma no se vea y lo malo es que lo trasladamos a nuestra vida diaria a la hora de hablar con cualquiera, desde la familia hasta los amigos y conocidos. Bueno, siempre que sea hable, que ahora lo normal es chatearlo y poner de hoja perejil a cualquiera con el que se tenga una discrepancia.

Y todo ello y muchísimo más, es consecuencia de la incultura manifiesta que vivimos. Pero qué podemos esperar de quienes tendrían que ser nuestro ejemplo, cuando la mayoría no solo no lo son, sino que presumen de su incultura…

El mundo entero se mueve para esta nueva clase social, para esta nueva mayoría donde todo es superficial, frívolo, elemental, primario, falto de gusto y con morbosas reglas. Presumir de incultura ayuda a triunfar. Una sociedad que se dedica a hacer reiterada apología de la ignorancia solo genera ignorantes vocacionales, los que disponiendo del ilimitado acceso a la cultura que vivimos, renuncian voluntariamente a todo aquello que tenga que ver con la ilustración.

No hablamos solo de faltas de ortografía o del uso criminal del lenguaje. El problema es mucho más serio y tampoco cabe confundir sabiduría con conocimientos. Porque bajo la banalidad del lenguaje habita la banalidad del pensamiento. La cultura y la educación enseñan a contemplar, despiertan la consciencia y el espíritu crítico, abren camino a la sensibilidad, a la comprensión de otras realidades, al conocimiento del dolor, de la felicidad, de la existencia…

Y esa primera cultura que incluye una mínima educación, se adquiere en la familia. Si los padres leen libros, es más fácil que los hijos encuentren normal leerlos, si además hacen deporte, los hijos serán también activos… como esponjas que son, absorberán todo lo que vean y escuchen y hasta tendrá cabida en ellos la cultura.

Sigo a un tiktoquero llamado Charly Okei, conocido como “Super-Geografía”, que me hacía reír muchísimo poniendo a prueba a los jóvenes con preguntas sobre geografía básica. Después, la gracia se transformó en preocupación y en la actualidad es una pura lección de la incultura de nuestra sociedad y de hasta dónde nos han llevado los planes de estudio de los gobiernos que se llaman “progresistas” en los últimos 30 años.

La familia, esa base de nuestra sociedad occidental que se está perdiendo con la guerra de Ucrania y con la guerra de Israel, está herida de muerte. Lo estamos viendo en países que siempre fueron el ejemplo de sociedad moderna y avanzada a los que ya se les ha ido de la mano su estilo de vida, sus valores, sus libertades, su religión, su mundo.

En Dinamarca, hasta la heredera al trono se ve amenazada por el crimen organizado, que se ha adueñado del país gracias a las políticas de integración multicultural y racial predicadas en los últimos 50 años, donde la llegada de inmigrantes (me niego también a llamarlos migrantes porque es otro eufemismo) africanos y asiáticos, con su propia cultura y religión, ha terminado por hacer de grandes ciudades, auténticos guetos infranqueables para las fuerzas de seguridad del estado.

De estos hechos nadie hace una lectura política ni social, porque de hacerla, la tacharían de racista, sin querer ver que el estilo de vida de Europa agoniza ya ante la falta de valores.

Es España asistimos también a la falta de ética y de moral que se está adueñando poco a poco de todos los sectores sociales. Partiendo de la política, en la que ya es de lo más normal la mentira, hasta en la educación, la historia, la sanidad, la economía… todo está ya controlado por la pérdida de valores que deriva de la incultura. Una salvaje y aberrante incultura nacional que condena ya a tres generaciones de españoles a un sometimiento y esclavitud asqueroso y que poco remedio tendrá ya.

Mientras haya problemas más importantes de abordar, como son por supuesto la amnistía, el restablecimiento de la imagen de los herederos de Bildu, o el referéndum de autodeterminación, la reforma de la educación será una tontería que para qué vamos a afrontar, ya si eso… mañana… como decía Larra, porque este país, explicaba también, no tiene remedio.

Y ante esta perspectiva, ¿cómo vamos a pedir que la sociedad vea y entienda el arte? Que conozca a los artistas, a las glorias nacionales que ha tenido España, que conozca a las promesas actuales que triunfan fuera de nuestras fronteras y que aquí son ninguneadas? No seré yo quien pida peras al olmo, que bastante tengo con pelear a diario con la falta de educación y urbanidad en la que vivimos.

Publicadas las bases del 61 Certamen de San Isidro

La exposición será en junio, en la Casa del Reloj

 

Con fecha de febrero de 2024, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, y la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, firman las bases que habrán de regir en la convocatoria del 61 Certamen de San Isidro de tema madrileño de la AEPE, que se celebrará en el mes de junio de 2024, en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural “Casa del Reloj” del madrileño distrito de Arganzuela (Pº de la Chopera, 6-10 28045 Madrid).

El certamen, que llega a su edición número 61, es una de las más importantes citas del calendario de convocatorias que mantiene la centenaria Asociación Española de Pintores y Escultores.

Son muchos los socios y amigos que hacen de Madrid el escenario perfecto para un trabajo que a todos nos enriquece y obliga en la agitación de la vida diaria.

Como en ocasiones anteriores, el 61 Certamen de San Isidro incluye las secciones de pintura (dibujo, grabado y acuarela) y escultura, siendo el tema único «Madrid» y la técnica libre, y podrá concurrir al mismo cualquier artista de nacionalidad española y extranjeros residentes en España, pertenezcan o no a la AEPE, aunque a los Premios Honoríficos sólo podrán optar los asociados.

Las  obras  se  presentarán  únicamente  por  correo  electrónico a administración@apintoresyescultores.es  hasta el 10 de mayo de 2024.

Se otorgarán los siguientes premios: la Medalla de Pintura Antonio Casero y la Medalla de Escultura Luis Benedito Vives y las Menciones de Honor que el jurado estime convenientes.

 

Bases 61 San Isidro 2024

 

 

61 Certamen de San Isidro

Asociación Española de Pintores y Escultores

Junio 2024

Sala de Exposiciones La Lonja

Centro Cultural Casa del Reloj

Paseo de la Chopera, 6-10

28045 Madrid

De lunes a sábado de 9 a 21 h.

Metro: Legazpi (líneas 3, 6); Bus: 62, 6, 78, 148

BICIMAD: Estación 165 (Paseo Chopera, 14)

Entrega de la Medalla de Honor de la AEPE a Paula Varona

El galardón se entregará en la sede social de la centenaria

entidad situada junto a la madrileña Gran Vía

 

Será el jueves 22 de febrero de 2024, a las 19 h.

 

En un acto que se celebrará el próximo día 22 de febrero, a las 19 h. en la sede institucional de la Asociación Española de Pintores y Escultores, la artista Paula Varona recibirá la “Medalla de Honor” de la institución, que le será otorgada de manos de su Presidente José Gabriel Astudillo, en reconocimiento a su aportación extraordinaria al mundo del arte.

Al acto, al que se espera que acudan innumerables socios y amigos, así como algunos de los máximos representantes del mundo del arte académico y la crítica, será presentado por la Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Mª Dolores Barreda Pérez, quien realizará un breve recorrido por la trayectoria biográfica y artística de la homenajeada, para a modo de introducción, dar paso al homenaje espontáneo, nacido del corazón de todos los que forman la Asociación Española de Pintores y Escultores, desvelando no sólo a la extraordinaria profesional, sino haciendo especial hincapié en los valores humanos que rodean a la persona de Paula Varona.

Por su parte, José Gabriel Astudillo, Presidente de la centenaria entidad, dará paso a un discurso emotivo en el destacará que “Paula Varona siempre ha sido una pintora valiente a la hora de defender sus valores artísticos, y a pesar de las dificultades que haya podido encontrar a lo largo de su trayectoria, pero que los sacrificios que ha realizado, las alegrías que ha experimentado, el singular significado que para esta artista tiene el conjunto de su producción y experiencia artística y profesional, son hoy ejemplo para muchos artistas y creadores, para muchos de nuestros socios. Por eso, el ejemplo de tu vida nos interesa a todos”.

Se verificará así la entrega de la Medalla y del Diploma acreditativo, tras la cual, Paula Varona dirigirá unas palabras a los asistentes y firmará en el Libro de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

La Medalla de Honor de la AEPE se ha concedido en anteriores ocasiones al escultor Julio López Hernández, al crítico Tomás Paredes, a los pintores Eduardo Naranjo, Juan Alcalde, al escultor Venancio Blanco, a la galerista Soledad Lorenzo, al IES José María Infantes de la localidad sevillana de Utrera, y al pintor José Luis Galicia.

Fecha: jueves 22 de febrero de 2024

Lugar: sede de la Asociación Española de Pintores y Escultores

C/ Infantas, 30, 2º drcha.

28004 Madrid

915 22 49 61 / 630 508 189

 

 

Publicadas las bases del Certamen Desnudo

Se celebrará en junio, en el C.C. Galileo

Desde hace ya unos años, la Asociación Española de Pintores y Escultores viene realizando una serie de exposiciones temáticas que vienen a complementar las convocatorias habituales y específicas que mantiene la entidad de forma tradicional.

Se realizaron exposiciones maravillosas de Pintura de Interior: bodegones y naturalezas muertas, de Paletas de Pintor, Pintura de Historia, Animales, Flores, Marina… y ahora hemos creído que sería estupendo hacer una muestra propia con la temática del desnudo, como forma de recrear el alma y la vista en figuras que gustarán a la crítica y público en general.

Pese a encontrarnos en el siglo XXI, hablar del desnudo en el arte sigue removiendo pasiones, buenas y malas pasiones. El puritanismo actual ha sacado de sus naturales límites una cuestión que puede admitirse que sea objeto de especulación filosófica, pero nunca banderín de enganche de una política determinada y partidista.

En la iconografía cristiana abunda el tema del desnudo dentro incluso del más crudo realismo, sin menoscabo del espíritu de la idea, sin que ofendan ni levanten protestas o recelos ridículos.

Como en tantas ocasiones, la provocación y el rechazo surgen siempre del observador, del modo y la manera de cómo se mire, de la intención y la perversidad de la mirada.

La historia del desnudo en el arte es tan antigua como la propia humanidad. Desde las pinturas prehistóricas de las cavernas hasta las creaciones artísticas de las grandes civilizaciones antiguas, pasando por todas las edades del arte, el desnudo ha estado siempre presente en imágenes y obras.

En España tuvimos el desnudo viril de Ribera, Murillo, Velázquez, el Greco y en imagineros como Salcillo, Montañés, Berruguete… Inolvidables los desnudos de Rubens, Watteau, la “Diana saliendo del baño” de Boucher, “El nacimiento de Venus” de Bouguereau, “La fuente” de Ingres, “El baño de Psiquis” de Leighton, pero también Delacroix, Fragonard, Goya, Chicharro, Romero de Torres, Solana, Soria Aedo, Pedro Antonio, Sorolla, y más recientemente, Julio López, Antonio López, Eduardo Naranjo, Manuel Díaz Meré, Coderch & Malavia, César Orrico…

Es inquietante pues, que en la actualidad se retroceda al puritanismo y que nuestros artistas actuales rehúyan un tema tan tratado en la pintura y la escultura; que sigamos a vueltas con un asunto inmutable y eterno y continúen las disquisiciones y reparos que se siguen haciendo a los desnudos actuales.

Así surge esta exposición titulada “Desnudo”, en la que los artistas van a presentarnos la riqueza del argumentario que representa el tema, con la esperanza de hacer del mismo, una gran muestra del enorme talento de los creadores, ayudando al espectador a tener una mirada límpida y abierta a la belleza de la desnudez.

La exposición tendrá lugar en el mes de junio de 2024 en el Centro Cultural Galileo del madrileño distrito de Chamberí.

Toda la información está en esta misma web, pestaña Otras exposiciones.

Bases. Desnudo 2024

 

Desnudo

Asociación Española de Pintores y Escultores

Junio 2024

Salas de Exposiciones del Centro Cultural Galileo

Junta Distrito de Chamberí

Calle Fernando el Católico, 35

28015 Madrid

De lunes a domingo, de 8 a 21 h.

Metro: Quevedo (línea 2); Bus: 2, 16, 61

Bicimad: Estación 127 (calle Fernando el Católico, 19)

Inaugurada la VI edición de Solo Arte

El 11 de enero de 2024, en la Sala de Exposiciones “Eduardo Úrculo” de Tetuán, tuvo lugar el acto de inauguración de la VI edición del certamen Solo Arte, que convoca la Asociación Española de Pintores y Escultores y que podrá visitarse hasta el 30 de enero.

Solo Arte es una convocatoria más con la que la AEPE intenta ser el reflejo de los artistas en la actualidad, dando visibilidad y representando sus intereses e inquietudes en la creación artística, ofreciéndolo a la sociedad y al público como forma de comprender y difundir el arte de la pintura y la escultura.

Solo Arte pretende ser también una plataforma de experimentación, desafiando lo convencional en busca de los nuevos caminos por los que se mueve el arte más actual. Por eso admite todo tipo de arte, formato, estilos, técnica y temática libre (tradicional, digital,…).

El acto de inauguración de la muestra, en la que tuvo lugar el fallo del jurado y la entrega de premios, estuvo presidida por el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, acompañado de algunos miembros de la Junta Directiva, como Juan Manuel López Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco y Jesús Alcolea,  así como por los servicios culturales de la Junta Municipal de Tetuán, Isabel Montalvo del Amo y numerosos socios y amigos que hicieron del acto una inolvidable tarde.

 

 

Para esta ocasión, el jurado ha estado formado por por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE y Dª. Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, actuando en calidad de Presidente y Secretaria del Jurado, respectivamente, ambos con voz y sin voto; y como Vocales los directivos Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado López y Manuel Díaz Meré, y el socio elegido al azar, Manolo Romero Solana.

Pese a la elevada participación, la selección ha sido muy rigurosa, fallándose los siguientes premios:

MEDALLA DE PINTURA ANTONIO MUÑOZ DEGRAIN

Héctor Acevedo. Dama con perro. Mixta / lienzo. 50 x 40

 

MEDALLA DE ESCULTURA JULIO ANTONIO

Nacho Mallagray. Hoplita. Latón pintado a fuego con tierras minerales. 40 x 37 x 28

MENCIÓN DE HONOR

David Cearns. La hora del cotilleo. Óleo / lienzo. 46 x 61

MENCIÓN DE HONOR

Juan Ramón Luque Ávalos. Mercadillo de Navidad. Acuarela / papel. 36 x 55

MENCIÓN DE HONOR

José Luis Yáñez. Otoño 2. Amanece en Peñalara. Óleo / lienzo. 50 x 50

Los artistas seleccionados en esta ocasión para integrar la exposición de la sexta edición de Solo Arte de la AEPE, son: Héctor Acevedo (Héctor Adolfo Acevedo Rojas) – Amparo Alegría Pellicer – Isabel Alosete (Isabel González Moreno-Alosete) – Joaquín Besoy (Joaquín Besoy Posada) – Olivia Caballero (Olivia Caballero González) – David Cearns – Concha Corral (Concepción Corral López) – Mª Carmen Cruz (Mª Carmen Cruz Mesa) – Higinio Díaz-Marta – Gini (Higinio Díaz Marta – Gini) – Federico Echevarría (Federico Echevarría Saínz) – Carmelo Esteban (José Carmelo Esteban Gracia) -Mª Félix mfelixarte (Mª Carmen Félix Rodríguez García) – María de Francisco Salces – Mariano Galán (Mariano Galán Ortega) – Fernando García de Juan – Alfredo García Vergara  – Gasconde (Fernando Gascó Alberch) – Germán (Germán Muñoz Gutiérrez) – J. Pedro Gómez (J. Pedro Gómez Gómez) – Carmen González (Carmen González Pérez) – Carmen Jorquera (Carmen Jorquera Luna) – Anne Ledoux – Pablo Linares Amor – Esther López Valls – Juan Ramón Luque Ávalos – Nacho Mallagray (Ignacio Mallagray Martínez) – Emilio Martínez Sánchez – Raquel Mayor (Raquel Mayor Lázaro) – Medialdea (Mª Luisa Medialdea Casar) – Isabel Monfort (Isabel Monfort Siso) – Cándido Monge Pérez – Javier de Mota  (Javier García Consuegra) – Antonio Municio (Antonio Municio Gutiérrez) – Margarita Navas Camba – Odín Manuel (Odín M. Fuentes Martínez) – Carlos Pleguezuelos (Carlos Pleguezuelos Sánchez) – Ro. Rosado (Rosa Rosado Maqueda) – Ángel Rueda Rodríguez – Chari Salcedo (Rosario Salcedo Martínez) – Chus San (Mª Jesús Sánchez Gómez) – Juanjo Sánchez (Juan José Sánchez Fernández) – Susana Sánchez de la Sierra – De la Serna (Victoria de la Serna Bossel) – Tomé (Montserrat Gonzalo Tomé) – Trujillo (Mario Jesús Pardillo Trujillo) – José Luis Yáñez (José Luis García Yáñez)

Toda la información acerca de este certamen, así como el catálogo de las obras y fotografías de la exposición, la puedes seguir en esta misma web, pestaña «Certámenes y Premios», subpestaña Solo Arte.

Solo Arte

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

11 a 30 de enero de 2024

Sala de Exposiciones del C.C. “Eduardo Úrculo”

Junta Municipal del Distrito de Tetuán

Plaza Donoso, 5

28029 Madrid

De lunes a viernes de 9 a 21’30 h.

Sábados de 9 a 13 horas.

Domingo y festivos cerrado

 

El 11 de enero se inaugura Solo Arte

Con todo tipo de propuestas, formatos, estilos técnica y temática libres

La Sala de Exposiciones del C.C. “Eduardo Úrculo” de Tetuán acogerá desde el día 11 y hasta el 30 de enero de 2024, la exposición de las obras seleccionadas en la sexta edición del certamen Solo Arte, que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, para el que se han seleccionado un total de 48 obras, de entre más del centenar presentadas, y en la que participan reconocidos autores con obras de temática variada, en diferentes estilos y con unas propuestas siempre renovadas.

Al acto de inauguración asistirán el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, el Vicepresidente de la entidad, Juan Manuel López-Reina, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez,  el resto de miembros de la Junta Directiva, además de la Concejal del Distrito de Tetuán, acompañada de los servicios culturales de la Junta Municipal.

En la inauguración se procederá a la entrega de premios establecidos según las bases, y cuyo jurado ha estado formado en esta ocasión por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE y Dª. Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, actuando en calidad de Presidente y Secretaria del Jurado, respectivamente, ambos con voz y sin voto; y como Vocales los directivos Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado López y Manuel Díaz Meré, y el socio elegido al azar, Manolo Romero Solana.

En la convocatoria más vanguardista donde se admite todo tipo de arte, formato, estilos, técnica y temática libre (tradicional, digital,…), se entrega la Medalla de Pintura Antonio Muñoz Degrain, la Medalla de Escultura Julio Antonio y las Menciones de Honor que el Jurado haya determinado.

Los artistas seleccionados en esta ocasión para integrar la exposición de la sexta edición de Solo Arte de la AEPE, son:

Héctor Acevedo (Héctor Adolfo  Acevedo Rojas)

Amparo Alegría Pellicer

Isabel Alosete (Isabel González Moreno-Alosete)

Joaquín Besoy (Joaquín Besoy Posada)

Olivia Caballero  (Olivia Caballero González)

David Cearns

Concha Corral (Concepción Corral López)

Mª Carmen Cruz (Mª Carmen Cruz Mesa)

Higinio Díaz-Marta – Gini (Higinio Díaz Marta – Gini)

Federico Echevarría (Federico Echevarría Saínz)

Carmelo Esteban (José Carmelo Esteban Gracia)

Mª Félix mfelixarte (Mª Carmen Félix Rodríguez García)

María de Francisco Salces

Mariano Galán  (Mariano Galán Ortega)

Fernando García de Juan

Alfredo García Vergara

Gasconde (Fernando Gascó Alberch)

Germán (Germán Muñoz Gutiérrez)

J. Pedro Gómez (J. Pedro Gómez Gómez)

Carmen González (Carmen González Pérez)

Carmen Jorquera (Carmen Jorquera Luna)

Anne Ledoux

Pablo Linares Amor

Esther López Valls

Juan Ramón Luque Ávalos

Nacho Mallagray (Ignacio Mallagray Martínez)

Emilio Martínez Sánchez

Raquel Mayor (Raquel Mayor Lázaro)

Medialdea (Mª Luisa Medialdea Casar)

Isabel Monfort (Isabel Monfort Siso)

Cándido Monge Pérez

Javier de Mota (Javier García Consuegra)

Antonio Municio (Antonio Municio Gutiérrez)

Margarita Navas Camba

Odín Manuel (Odín M. Fuentes Martínez)

Carlos Pleguezuelos (Carlos Pleguezuelos Sánchez)

Ro. Rosado (Rosa Rosado Maqueda)

Ángel Rueda Rodríguez

Chari Salcedo (Rosario Salcedo Martínez)

Chus San (Mª Jesús Sánchez Gómez)

Juanjo Sánchez (Juan José Sánchez Fernández)

Susana Sánchez de la Sierra

De la Serna (Victoria de la Serna Bossel)

Tomé (Montserrat Gonzalo Tomé)

Trujillo (Mario Jesús Pardillo Trujillo)

José Luis Yáñez (José Luis García Yáñez)

 

 

 

Solo Arte

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

11 a 30 de enero de 2024

Sala de Exposiciones del C.C. “Eduardo Úrculo”

Junta Municipal del Distrito de Tetuán

Plaza Donoso, 5

28029 Madrid

De lunes a viernes de 9 a 21’30 h.

Sábados de 9 a 13 horas.

Domingo y festivos cerrado

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE: Emilio García Martínez

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

La  Gaceta de Bellas Artes 1932 -1933

Como venimos viendo en los últimos meses, entre  1932 y 1933, el comité de redacción de la Gaceta de Bellas Artes estaba integrado por: Enrique Estévez Ortega, Emilio Romero Barrero, Julio Moisés Fernández de Villasante, Julio Vicent, Juan Adsuara, Enrique Pérez Comendador, Francisco Llorens, Luis Rubio, Ramón Pulido, Guido Caprotti, Carlos Casado, Luis Benedito, Miguel Lucas S. Mateo y Fructuoso Orduña.

 

Emilio García Martínez

 

GARCIA MARTINEZ, Emilio          P    1911(F)          MADRID     OVIEDO (Asturias 3)/MADRID

Socio Fundador de la AEPE

Socio de Mérito

Una fotografía del artista de 1922

 

Emilio García Martínez nació en Madrid el 15 de septiembre de 1875.

Con formación artística, desde su adolescencia mostró una gran afición por la pintura y la arquitectura.

Casado con la ceramista Inocencia Arangoa Figueroa (1880-1972), sobrina y discípula de Francisco Pradilla, tuvieron un hijo, el prestigioso arquitecto y profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid, Antonio García Arangoa.

Su primera obra, una acuarela de la Casa de Campo de Madrid, está fechada en 1890.

Entre 1909 y 1917 trabajó en Oviedo, pasando después por Segovia, donde recibe una clara influencia del ceramista Zuloaga, al que unió una gran amistad y que le introdujo en la pintura sobre cerámica.

Mañana de agosto. Museo del Prado

 

Paisaje

 

Hacia 1923 se traslada a Madrid, donde comenzó a presentar de forma habitual sus obras a certámenes y exposiciones, logrando siempre excelentes críticas que los medios de la época publicaban.

Participa en el I Certamen artístico de la revista “Blanco y Negro” de 1900, con la obra “El invierno en Guadarrama”.

En 1900 participa en la Exposición bienal del Círculo de Bellas Artes que se celebró en el Palacio de Cristal del Retiro.

En 1903 participó en la Exposición del Círculo de Bellas Artes, logrando Premio de 250 pesetas en pintura.

En la Exposición de Bellas Artes de 1908 consigue Tercera Medalla de Pintura.  Ese mismo año, en la Exposición de Otoño del Círculo de Bellas Artes, el óleo que presenta merece reseñas en la prensa que subrayan que es una obra “magníficamente vista, de un modernismo templado por un ambiente de realidad y de color dichosísimos”.

En la Exposición del Círculo de Bellas Artes de 1909, la prensa destaca que “de Emilio García Martínez hay un cuadro con 17 estudios pequeñitos, algunos de los cuales, dentro de su modestia, ofrecen notas interesantes”.

Participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1910.

Segovia al caer la tarde. Museo del Prado

Caserío

 

En 1921 sus pinturas ocupaban las portadas de diarios como ABC o del Blanco y Negro.

Socio de Mérito del III Salón de Otoño de 1922.

En la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1924, la prensa decía que “EMILIO GARCÍA MARTÍNEZ, en las «Ruinas de Segovia», demuestra que domina el arte paisajístico, encuadrando un motivo y desentrañándolo en serie de matices para la cabal justeza”.

Vista de Segovia

 

En 1925 inauguró una Exposición de Paisajes de Castilla y Asturias en el salón del Círculo de Bellas Artes, cerca de setenta obras “que han llamado poderosamente la atención por su honrada espontaneidad, luminosidad y bello colorido, habiendo sido el autor muy felicitado por el numeroso público asistente al acto”. La muestra fue muy comentada en la prensa, destacando la obra castellanista, que no es la triste imagen que daban los autores del 98, sino que vemos “Segovia incendiada bajo el sol… Sepúlveda deslumbrante… con una profusión de verde opuesto al gris que vemos en casi todos los cuadros que a Castilla quieren representar”…

En 1926 obtuvo la Segunda Medalla de pintura en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

En 1929 formó parte de la Exposición que la Agrupación de Paisajistas realizó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Presentó obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930 y a la del Círculo de 1931, realizando labores del Jurado en el Salón de Otoño de 1931.

Apuntes de paisajes

 

En 1931 participó en la Exposición de Pintura Española de Oslo y en los Salones de España en Venecia.

Participó también en el Salón de Otoño de 1932 y en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese mismo año.

En octubre de 1933 realizó una exposición en los salones del Círculo de Bellas Artes que fue ampliamente comentada en los medios periodísticos con reproducciones de algunas de sus obras. Así, se podía leer: …”No hay que buscar en la obra pictórica de García Martínez ampulosidades ni pedantescas habilidades y subterfugios. Su sabiduría técnica puesta en juego con su modestia ejemplar (modestia de auténtico hombre de talento), da como resultado el equilibrio de resoluciones en dificultades lumínicas y cromáticas. No es este paisajista, tampoco, ni de los denominados modernos, ni mucho menos de ¡os clasificados como artista pasado; es, por encima de todo prejuicio o dogma, lo que pudiéramos llamar un perfecto paisajista. Enamorado del aire libre, del color y de la luz de esta España sin par. García Martínez capta con singular acierto, como consecuencia de la mayor probidad profesional, los aspectos emotivos de nuestro ambiente, interpretándolos con una visión temperamental de poeta, transmitiendo al observador del cuadro aquella emoción experimentada y que despierta, al par del interés, el sentimiento de lo bello y el amor a la Naturaleza. La luz y el color tienen en el notable pintor uno de sus más exaltados cantores, y cada lienzo, cada estudio o cada nota son muestra de la fina sensibilidad del maestro, que enfrentado ante el natural, pone, ante todo el goce íntimo de su desahogo espiritual con la mayor honradez, sin prejuzgar el caso de posteriores sagacidades de exigencias ajenas. Del profuso núcleo de los grandes paisajistas españoles, Emilio García Martínez es uno de los más significados. Débesele incorporar al grupo de los realistas, por la fidelidad de su manera técnica, que no creemos incompatible con la propiedad emotiva poética que acusa su temperamento, ya que en el artista jamás se pudieron observar preocupaciones que desvirtuaran su atávico amor a las bellezas naturales, traduciéndolas con formas o caracteres seudo-originales, y así pudo verse claramente expresado en su reciente exposición del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, en cuyo conjunto y en la lógica variedad de los aspectos que eligió veíanse a través del último placer ejecutivo las características de un cromatismo lumínico y las diversidades de gamas de los países que fueron preferidos por el artista para la reproducción”…

Obtuvo la Segunda Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1934.

Participó en la V Exposición de Arte Libre de la Diputación de Segovia de 1936.

En 1946 presentó obra a la Exposición de Artistas y temas segovianos celebrada en el Palacio de Archivos, Bibliotecas y Museos.

Su último cuadro, un paisaje de Fuenterrabía,  está fechado en 1964.

Falleció en Madrid, el 27 de mayo de 1970.

A lo largo de su carrera artística utilizó diversas técnicas, con preferencia del óleo, dibujo y la acuarela.

Paisajes y dibujos del artista

 

Emilio García Martínez y la AEPE

Al III Salón de Otoño de 1922 presentó: El barrio de San Nicolás

Al IV Salón de Otoño de 1923: Arroyo de la Sierra de Guadarrama y Recuerdo de una expedición a la Maliciosa

La V Salón de Otoño de  1924: Contraluz de agosto y Vega del Nalón

Al VI Salón de Otoño de 1925: Un hocino en Cuenca

Al VIII Salón de Otoño de 1928: Un rincón de Segovia y La iglesia de Arroyomuerto

Al X Salón de Otoño de 1930: Tarde de mayo en la sierra

Al XII Salón de Otoño de 1932: Vieja calle de Segovia y Templete del lago (Aranjuez)

Paisaje de Soller

 

Paisaje

Vista de Sepúlveda

 

Recordando… Rafael Botí Torres

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

El guardián de su memoria

Rafael Botí Torres

Socio de Honor

 

Buen hijo, guardián de su memoria, de su obra y de su legado, Rafael Botí Torres ha dedicado su vida a velar por el conocimiento y reconocimiento de la figura del pintor y músico. Lleva una vida entera entregada a este noble fin.

El día 21 de diciembre de 2018, Rafael Botí Torres recibió la Medalla de Honor de la AEPE en un acto repleto de cariño y sensibilidad al que acudieron numerosos amigos y personalidades del mundo del arte y la cultura como Tomás Paredes, el Director del Museo de Bellas Artes de Córdoba, José María Palencia, el crítico de arte y poeta Juan Manuel Bonet Planes…

En ese mismo acto, una tarde emocionante en la que pudimos comprobar su gallardía, tuve el honor de presentar, a modo de introducción, un breve recorrido por la biografía casi desconocida del mecenas, eclipsado siempre a voluntad propia, por la figura de su padre.

No encuentro mejor modo de describirlo que reproducir las palabras que en aquel acto pronuncié.

Rafael Botí Torres nació en Madrid en 1930, pese a no poder olvidar la Córdoba natal de su padre, a la que ama como a una hija.

Hijo único del músico y pintor, pasa su infancia entre Madrid y la localidad ciudadrealeña de Manzanares.

 

El matrimonio Botí con su hijo en 1932, en la Casa de Campo

 

Terminada la Guerra Civil, la familia regresa a Madrid, en donde aunque pequeño, nuestro Rafael JR. compartió el ambiente artístico y cultural que rodeaba a su padre, acercándose a figuras como Vázquez Díaz, José Caballero, la Duquesa de Alba, Sáez de Heredia, Micaela Amaya “La Chunga”, José Camón Aznar, Antonio Manuel Campoy, Marino Gómez-Santos, Elena Flórez… en tertulias y visitas en las que acompañaba a su padre, que de niño lo llevaba a todas partes, yendo de su mano a los estudios de todos sus amigos.

Rafael Botí junto a su hijo Rafael Botí Torres y a Daniel Vázquez Díaz

 

Así, tuvo la dicha de ser un niño que jugaba entre los lienzos y pinceles de Vázquez Díaz, los hermanos Solana y otros grandes artistas amigos de la familia.

Según él mismo ha declarado, posó mucho para Vázquez Díaz entre los años 50 y 55. Lo hacía en su estudio, los domingos por la mañana y allí lo pasaba de maravilla.

Por este motivo, ha vivido toda su vida rodeado de arte y de artistas.

Por eso, podemos decir que lleva el arte dentro.

Rafael Botí Gaitán y Rafael Botí Torres

 

Desistió de pintar desanimado por su progenitor, ya que según ha declarado en alguna ocasión, su padre le dijo: «Mira, niño, dedícate a otra cosa que Dios no te ha llamado por ese camino»…

A fuerza de batallar por reivindicar la figura paterna, de invertir trabajo y dadivosidad a favor de Rafael Botí padre y de Vázquez Díaz, muy poco sabemos en realidad de Rafael Botí hijo.

Rafael Botí Torres estudio Economía y trabajó en la Banca, con categoría de Director de Sucursal.

Agente de la Propiedad Inmobiliaria, empresario y emprendedor, editor de numerosas obras sobre el arte, director de la Sala del Banco de Córdoba en Madrid, promovió la difusión del arte de los andaluces y, en general, del arte español comisariando exposiciones y escribiendo textos para catálogos.

Miembro de la Asociación Madrileña de Críticos de Arte, de la Asociación Española de Críticos de Arte, de la Asociación Española de Escritores y Artistas.

Ha luchado incansablemente, y lo sigue haciendo, por la difusión y trascendencia de la obra de su padre, el músico y pintor Rafael Botí Gaitán.

Lucha que se materializó en la adquisición de parte de sus obras por la ciudad de Córdoba, a través de su Diputación provincial, ya que había apoyado al artista en vida con la concesión de diferentes becas.

La necesidad de gestionar este legado es el germen para la creación de la Fundación provincial de artes plásticas Rafael Botí, de la que nuestro Rafael es Miembro del Consejo Rector, además de Miembro de su Comisión Técnica.

 

Sus desvelos y trabajos culturales y artísticos le llevaron a la Vicepresidencia de la Academia Libre de Arte y Letras de San Antón.

Es además Socio de Honor de la Asociación Española de Pintores y Escultores

En el año 2010 fue nombrado Hijo Adoptivo de Torrelodones (Madrid), donde organiza el “Certamen de Pintura en Directo Rafael Botí”

En el año 2012 fue nombrado Académico de Honor de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.

En 2016, y coincidiendo con la celebración del día de Andalucía, recibió la insignia de oro y plata y Diploma de Honor del Real Círculo de la Amistad, Liceo Artístico y Literario de Córdoba.

Como coleccionista de obras de arte, con predilección por las de Vázquez Díaz, y José Caballero, Rafael Alberti, Antonio Cobo y otros muchos pintores maestros en los que ha centrado su difusión, es el máximo especialista, experto  y conocedor de la obra de Vázquez Díaz y de Juan Antonio Morales.

Su generosidad es bien conocida por la donación de obras de Vázquez Díaz y de Rafael Botí, y por el préstamo de otras muchas para su exhibición en importantes exposiciones pictóricas.

En la actualidad, colabora siempre que es convocado, como Miembro de Jurados de premios, certámenes y bienales.

Enamorado de Córdoba, pasión que comparte con su esposa, Dely Blanco, reparten su tiempo entre Madrid y esta ciudad en la que posee una vivienda junto a los jardines de Los Patos, muy cerca del palacete que perteneciera a Manolete, y que a su padre le habría encantado, por lo mucho que a él le gustaban los toros.

Allí miran también el patio de la Calle Isabel II, en el que sus padres se conocieron y en el que por iniciativa propia, logró ubicar una placa alusiva al pintor y músico cordobés como reconocimiento del que fuera su hogar.

Rafael es discreto, elegante, una excelente persona. No habla mal de nadie, no falta nunca a nadie, es generoso, amigo de sus amigos, paciente, luchador, optimista y creyente fiel de la realidad de las cosas.

Sincero y sensato, lo único que le hubiera pedido a la vida después de tantos sacrificios compartidos con su esposa Dely, presente en este homenaje como no podía ser de otra manera, es tener descendencia, pero echando mano de su optimismo, eso también lo han arreglado, haciendo hija a la hermosa ciudad de Córdoba, de la que ambos están completamente enamorados, y no sin razón, me consta.

Al realizar este perfil, creo que la AEPE no puede ocultar su alegría y entusiasmo por otorgar hoy esta merecida Medalla, un honor que debe convertirse en estímulo cargado de pleno y consciente sentido de responsabilidad que todos compartimos con Rafael.

Gratitud y reconocimiento son los sentimientos que en este momento nos embargan a la hora de pensar en Rafael y analizar el devenir de su vida, rodeado de arte y de artistas y de vivencias que han sido constante preocupación en su vida.

Constituye no sólo un noble hábito, sino un obligado gesto el reconocimiento y recuerdo de las virtudes humanas y valores artísticos de un mecenas como Rafael. Estoy convencida de que todos los aquí presentes, todos los que te conocemos, corroboramos el sentimiento generalizado de quienes te hemos tratado, destacando tus afables dotes personales y tu extraordinaria vocación altruista.

Nos gustaría que este acto constituya para todos el recuerdo de tu figura, nobilísimo arte y una ejemplo de energía y fecundidad al servicio de los demás.

Etimológicamente el término proviene del nombre del famoso consejero de Augusto, Mecenas, protector de las letras y de las artes, que implica una idea y conciencia del arte como realidad que incluye unos valores y unos sentimientos de amor y generosidad como los que encarnas.

Estamos acostumbrados a entender el mecenazgo como un amor por las letras y las artes que se manifiesta en forma de acción de estímulo y ayuda de gobiernos y de hombres ricos y poderosos. Incluso hoy en día, esa generosidad está ligada a motivos utilitarios de poder, de prestigio social y de otro tipo de iniciativas de los grandes grupos industriales y económicos.

Rafael Botí Torres firmando en el Libro de Honor de la AEPE

 

En el caso de Rafael, debemos entender el mecenazgo como misión, tal y como nos advertía en su momento el propio Ortega y Gasset.

No pretendo en esta introducción acumular sólo datos de un currículo de Rafael Botí Torres. Creo que era indispensable presentar aquí un apretado perfil humano de quien se ha pasado la vida difundiendo con eficacia el legado de los demás.

Al rememorar su presencia activa en todo tipo de actos de difusión de otros pintores, destacaremos sobre todo la fecunda labor que viene realizando en la ciudad de Córdoba, en la Fundación que lleva los apellidos de su padre. Una Fundación que intenta de forma cíclica renovarse y transformarse en una institución sólida y a la altura, y que tanto hace en el campo de las artes.

Desde la AEPE, desde AECA, podemos dar fe de los esfuerzos realizados en épocas de bonanza y de crisis para cumplir las ilusiones y los sueños de su fundador, contando siempre, eso sí, con su extraordinaria generosidad a la hora de ceder obras en beneficio y consecución de este fin.

Me resulta indispensable vincular el entusiasmo que ha puesto en realizar publicaciones de gran calidad que rememoren el importantísimo trabajo de los pintores, en realizar exposiciones antológicas, temáticas, y una fecunda labor que se acompaña de múltiples gestiones y trabajos cuyo detalle oscuro, laborioso, callado, no cabe aquí.

Rafael Botí Torres con Tomás Paredes en la inauguración de una retrospectiva de Rafael Botí

 

Me he resistido con todas mis fuerzas a hablar en esta introducción de Rafael Botí Gaitán como artista, no así como padre y amigo, y de Daniel Vázquez Díaz, puesto que hoy el protagonista indiscutible y absoluto de nuestro reconocimiento es Rafael Botí Torres. Él sólo y por él mismo. Por su trabajo, y su personalidad.

La callada memoria del olvido debe ser devuelta y recordada para homenajear a Rafael Botí Torres.

Por eso quiero proclamar que Rafael Botí Gaitán será por siempre el maestro y pintor cordobés por excelencia del siglo XX, pero tú, Rafael, sólo tú, serás únicamente nuestro Rafael, con entidad propia más allá de la memoria de tu amado padre, nuestro Rafael más allá de posibles comparaciones o referencias, nuestro Rafael más allá de quienes te asocien únicamente a él.

Tú serás ya por siempre el Rafael de la Asociación Española de Pintores y Escultores que hoy te agradece una vida entera dedicada al arte y los artistas.

Felicidades y muchas gracias”.

Rafael Botí Torres y su esposa, Dely Blanco

 

De la misma manera, el discurso que pronunció en aquel acto el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, nos dice también mucho de la esencia de Rafael Botí Torres. Por ese motivo, lo reproduzco a continuación, como la mejor definición de quien lleva una vida guardando la memoria de uno de los mayores artistas que ha tenido España:

“La AEPE siempre ha sabido reconocer todas las disciplinas que conforman las Bellas Artes: la formación de una base sólida, la selección de la mejor materia prima, la suma de destrezas y buen gusto, la búsqueda de la belleza, en suma, el aroma que, como la cultura, caracteriza a una prestigiosa entidad como la nuestra.

En los últimos años la AEPE ha sabido reescribirse: con decisión firme y vocación de servicio bien demostrada, ha apostado sin ambages por la pintura y la escultura, dos de las más nobles entre las Bellas Artes, para convertirse en el catalizador del arte y los artistas en Madrid y en toda España.

En un siglo tan agitado como en el que nos ha tocado vivir, este reconocimiento al mérito que hoy otorga la AEPE es también una invitación a detenerse en una biografía ejemplar, en esa parte inmutable de la vida que es la inquietud artística. No hay más que mirar su rostro para descubrir la suma de facultades, afán y trabajo que representa y que hoy se concentran en esta Sala “Eduardo Chicharro”.

Las Bellas Artes requieren el impulso generoso y apasionado de los mecenas y de quienes trabajan en beneficio de la cultura sin esperar nada a cambio. Por eso reconocemos hoy la labor de Rafael Botí Torres, que ha dedicado su vida al estudio y la difusión del arte, presentando una atención especial a la obra de su padre y a la de su maestro, Vázquez Díaz, a través de todo tipo de trabajos y desvelos, actividades, y por cuantos medios han estado a su alcance.

En la AEPE abundan los mecenas y benefactores culturales, ya que como sabéis, todos los miembros de la Junta Directiva trabajamos por amor al arte. 

Juan Manuel Bonet Planes, Tomás Paredes, Mª Dolores Barreda Pérez, José Gabriel Astudillo López, Dely Blanco, Rafael Botí Torres y José María Palencia

en el acto de entrega de la Medalla de Honor de la AEPE

 

De igual forma, Rafael une a su cualidad de mecenas y benefactor, la de académico: su vida ha sido una perseverante investigación de toda aquella  manifestación artística relacionada con la obra de su padre, que le apasiona, logrando la excelencia y la fama por sus estudios al respecto. Como promotor cultural, ha depositado todo su talento y su energía en detectar, impulsar y hacer brillar las obras de los demás.

En realidad, su trabajo constituye también toda una auténtica obra de arte, porque sin él, sin su empuje e iniciativa, muchos talentos permanecerían ocultos toda la vida y nos privarían, a quienes disfrutamos a diario de la cultura, del placer de conocerlos.

Por eso hoy reconocemos y galardonamos a uno de esos grandes exponentes de la promoción cultural, a Rafael Botí Torres. Toda su vida ha sido un esfuerzo constante por acercar al público el arte y la creación cultural. La divulgación pictórica de la obra de su padre, y de su maestro, es la pequeña muestra de cómo ha logrado contagiar su pasión pictórica a tantos ciudadanos, a través de la generosidad extrema y gracias a la perseverancia de una vida dedicada a ello.

Rafael Botí Torres es un modelo de conducta para la sociedad; un alma que ha logrado superarse en la conquista de la excelencia, haciendo de su trabajo una transmisión y difusión de la pintura y del arte que no puede pasar inadvertida.

Pero hoy Rafael no está aquí como representación ni como difusor de la obra de otros artistas, sino que está con nosotros por ser reconocido como un gran filántropo y una excelente persona. Está aquí por méritos propios y no cabe hablar más que de él.

Decía la Secretaria General y Secretaria Perpetua, Mª Dolores Barreda Pérez, en su nota biográfica, que no quería hablar más que estrictamente lo necesario del pintor Botí y de Vázquez Díaz. Efectivamente, hoy el único protagonista aquí es Rafael, cuya forma de ser, cuya bondad y  cuyo perfil humano le ha granjeado el cariño y el agradecimiento de cuantos estamos en esta sala, de los que no están, de los cordobeses, de los españoles, de todos los que amamos el arte y alabamos la generosidad de su vida.

El esfuerzo que hoy reconocemos no caerá en saco roto. Porque toda una vida entregada a las Bellas Artes es una enorme fuente de fecundidad y riqueza para toda la sociedad, y es, además, un orgullo para todos los españoles, para todos los artistas y para esta Asociación Española de Pintores y Escultores que hoy te aplaude.

Hoy es un día para celebrar. La Asociación Española de Pintores y Escultores está de fiesta y este acto de entrega de la Medalla de Honor es una buena muestra del espíritu de agradecimiento y de servicio que vivimos en esta centenaria institución a la que me gusta llamar casa de todos.

Hemos aprendido de nuestros predecesores -y hoy lo vemos encarnado en Rafael- a trabajar con alegría y con afán de ayudar a los demás, al servicio del arte y de los artistas. Probablemente todos me habéis oído decir que cada día nos empeñamos en que la AEPE sea uno de los mejores lugares del mundo en donde reconocer el arte y la creación. Estoy persuadido del privilegio que tenemos quiénes cada día compartimos una misión tan relevante en servicio de la sociedad.

Por supuesto, los obstáculos no nos faltan: así ha ocurrido en el pasado y así seguirá sucediendo en el futuro, en medio de las tormentas se descubre el temple de los buenos marineros. Y ahora podemos estar contentos porque las circunstancias del entorno nos hacen ver que ni podemos ser mediocres, ni podemos vivir instalados en la cultura de la queja.

Pero mis palabras deben ser fundamentalmente de felicitación y agradecimiento a Rafael Botí Torres. Hoy recordamos la suma de muchas tareas sencillas, silenciosas, calladas, realizadas con el empeño de servir: a la memoria de su padre, a la del maestro Vázquez Díaz, a la de ciudades como Córdoba, Nerva, Jaén, a empresas y fines de todo tipo relacionados siempre con el mundo del arte… a la de nuestra propia entidad y a la de otras muchas instituciones.

En un gesto más de generosidad y altruismo, Rafael nos ha hecho llegar la obra que aquí exhibimos del pintor Rafael Botí Gaitán, cuya donación a esta Asociación Española de Pintores y Escultores quedará reflejada en el acta que a continuación firmaremos para que quede ya por siempre unida a nuestra institución, en un acto que nos abruma y recuerda la grandeza de quien hoy homenajeamos. 

Por esta ingente tarea, llena de coraje y magnanimidad, la Asociación Española de Pintores y Escultores te manifiesta su reconocimiento y su gratitud. Rafael: te quiero dar las gracias, en nombre de todos, porque con tu compromiso, con tu capacidad de superar las dificultades con paciencia, ingenio y creatividad, has contribuido a plasmar el espíritu que da vida al acto creativo y al arte.

El amor al trabajo bien hecho, el afán de descubrir la verdad y darla a conocer, la lealtad, el ambiente de afecto y preocupación por los demás, son rasgos de ese espíritu fundacional -que enseguida perciben quienes se acercan a la AEPE- y que son reales porque muchas personas como tú se empeñan en vivirlos cada día.

Además de felicitarte y de agradecerte que hayas hecho tuyos los fines y los proyectos de nuestra entidad, quiero decirte que tu espíritu de servicio es una fuente de inspiración para quienes trabajamos ahora en el difícil mundo del arte y la cultura.

Llevas toda una vida luchando por difundir el arte de los demás, el arte de muchos artistas y lo has hecho trabajando cada día con ahínco, no por vanagloria, sino por servir mejor a los demás, al arte, a los artistas, enseñando con el ejemplo y con la palabra, con toda tu vida, mediante publicaciones, textos, exposiciones, premios, certámenes, en definitiva, con logros repletos de beneficios para los creadores y para toda la sociedad.

Las instituciones, como las personas, se hacen mejores cuando se acostumbran a dar las gracias a quienes las sirven con lealtad. Esta entrega de la Medalla de Honor es, por tanto, un bien para todos y no sólo para el galardonado.

Por esta vida dedicada a preservar la memoria de los artistas, nuestra Junta Directiva ha acordado concederte la Medalla de Honor. Quienes hoy te acompañamos –y otras muchas personas que no han podido acudir- te felicitamos de todo corazón, y nos unimos a tu alegría y grandiosidad.

Muchas gracias”.

Como recomendación final, la vida, obra, crítica, premios, títulos y reconocimientos, bibliografía y todo lo relacionado con el pintor y músico Rafael Botí Gaitán, quedan recogidos en la espléndida página web que al autor ha dedicado su hijo, Rafael Botí Torres, completa y tratada con sensibilidad, donde el mecenas ha volcado tantos años de lucha y de trabajo por guardar su memoria.

http://www.rafaelboti.es/

Tomás Paredes, Mª Dolores Barreda Pérez, José Gabriel Astudillo López y Rafael Botí Torres en el acto de entrega de la Medalla de Honor de la AEPE

 

 

Recordando… Rafael Botí Gaitán

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Rafael Botí Gaitán

BOTI GAITAN, Rafael       P      1923       8.ago.1900  CORDOBA      MADRID/CORDOBA     6.feb.1995

Socio de Honor

Retrato de Rafael Botí (1921), de José Dabrio Pérez

 

Rafael Botí Gaitán nació en Córdoba, el 8 de agosto de 1900, fruto del matrimonio de Santiago Botí Company, natural de la localidad alicantina de Alcoy, músico del Centro Filarmónico de Córdoba y de la Orquesta Sinfónica de Madrid, y de la cordobesa Margarita Gaitán Gavilán, natural de El Carpio.

Con inclinación para el dibujo, con tan solo nueve años comenzó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba de la que era director Mateo Inurria. Allí tuvo como profesores  al socio de la AEPE, Julio Romero de Torres, Victoriano Chicote y Ricardo Agrasot.

Algunos de sus compañeros fueron Antonio Rodríguez Luna, Enrique Moreno “El Fenómeno”, Ángel López Obrero, Antonio Merlo, Rafael Romero de Torres y Octavio Nogales.

Además, la afición musical que le brindaba la rama paterna, hizo que también cursara estudios de música en el Conservatorio Superior Eduardo Lucena de Córdoba, teniendo como profesor a Cipriano Martínez Rücker.

En 1917 se trasladará a Madrid, continuando sus estudios en el Real Conservatorio de Música con Tomás Bretón y Conrado del Campo. Dos años más tarde ingresará en la Orquesta Filarmónica de Madrid, mediante oposición, como profesor de viola, pasando ya en 1930 a la Orquesta Nacional de España.

Desde 1918 cursó también estudios en la Escuela de San Fernando de Bellas Artes, asistiendo además como discípulo al taller del socio de la AEPE, Daniel Vázquez Díaz, que sería su profesor en la cátedra de pintura mural. Es entonces cuando se forja una gran amistad entre ambos, puesto que además de ser uno de los discípulos predilectos del maestro, éste le utilizaba como modelo en repetidas ocasiones.

Ensayando, en 1919

 

Es así como Rafael Botí logró reunir una gran colección de obras de Vázquez Díaz, sobre todo una fantástica serie de retratos de personajes de la cultura española del momento.

En el estudio de Vázquez Díaz coincidirá con otros artistas como Pablo Zelaya, Miguel Rodríguez Acosta, Jesús Olasagasti, Díaz Caneja, Cristino de Vera, Rafael Canogar y José Caballero.

Su integración en el ambiente artístico del Madrid de la época es total, comenzando por aquel entonces a asistir a las tertulias de los cafés Zaragoza, Fornos, Pombo, Lyondior, Nuevo Levante, Colonial y Oriente, donde conectará con poetas, escritores, músicos y pintores. Las nuevas amistades durarán toda su vida: Eugenio Noel, Alberto Sánchez, Juan Esplandiú, Aurelio Arteta, Eduardo Vicente, hermanos Solana, Manuel Ángeles Ortiz, Barradas, Santiago Pelegrín, Tomás Borrás, Emilio Carrere, Jorge Luis Borges, José Bergamín e Iturrino, Julio Romero de Torres, Zuloaga, Ramón del Valle Inclán, Penagos, el Dr. Jiménez Díaz, Eliodoro Puche, Vicente Ríos, Pepito Zamora, Juanito Tallería, Antonio de Hoyos y Vinent, y Manuel Fontanals entre otros.

Santiago Pelegrín, Retrato de Rafael Botí, 1921

 

En 1922 participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes, en el IV Salón de Otoño de la AEPE y en la II Exposición de Arte de la Sociedad Cordobesa de Arqueología.

En 1923 celebrará en el Círculo de la Amistad de Córdoba, su primera exposición individual.

En 1924 contrae matrimonio con la cordobesa Isidra Torres Lerma. Fruto del matrimonio nacerá un hijo, Rafael Botí Torres, Medalla de Honor de la AEPE, heredero, valedor y depositario del legado de su padre, cuya labor de mecenas ha beneficiado sobremanera a la cultura y el arte españoles.

En ese mismo año, participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes obtiene como premio una bolsa de viaje. Participará también en el V Salón de Otoño de la AEPE celebrado ese mismo año.

En 1925 participa en la Exposición de Bellas Artes de Cádiz y en el VI Salón de Otoño de la AEPE.

Acompañado de su maestro Vázquez Díaz, viajará con frecuencia a la localidad de Fuenterrabía, plasmando en sus lienzos paisajes vascos que les cautivan.

En 1926 participa en el I Salón de Pintores Andaluces y en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

En 1927 lleva a cabo una exposición en Casa Nancy de Madrid y participa en distintas colectivas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y en el Salón del Heraldo de Madrid en la muestra de artistas andaluces.

 

En una foto de 1927

 

Pensionado por la Diputación de Córdoba, entre 1929 y 1931 se traslada a París para ampliar sus estudios de pintura. Allí conocerá a Picasso y a Braque y su pintura adquirirá el color de Matisse y el cubismo picassiano que marcó toda su obra.

En 1929 participa en la Exposición de Artistas Independientes del Salón Heraldo de Madrid, en la Exposición Nacional de Barcelona, y en la Exposición Regional de Arte Moderno de Granada, donde fue premiado por la obra “De la Sierra de Córdoba”, hoy en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

En 1930 es galardonado en la exposición del Patronato Nacional de Turismo “Casa de los Tiros” de Granada y participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en el Círculo de Madrid.

De regreso a Madrid, en 1931 funda la Agrupación Gremial de Artistas Plásticos (AGAP), junto a otros artistas como Emiliano Barral, Winthuysen, Planes, Moreno Villa, Castedo, Souto, Climent, Díaz Yepes, Pérez Mateos, Rodríguez Luna, Santa Cruz, Isaías Díaz, Pelegrín, Servando del Pilar, Francisco Mateos… el 29 de abril lanzarán un “Manifiesto vanguardista” dirigido a los jóvenes artistas, cuyo fin es apostar por la renovación completa de la vida artística española como una forma para luchar contra todo lo que signifique arbitrariedad.

En 1931 expone en la Diputación Provincial de Córdoba y en la Galería Castelucho y Diana de París.

En 1932 participa en distintas exposiciones celebradas en el Museo de Arte Moderno, la Nueva Federación de las Artes y en el Lyceum Club Femenino de Madrid.

Un año más tarde realizará una exposición individual en la Asociación de Artistas Vascos de Bilbao.

Cocina

Entrada al Santuario de la Fuensanta

Casa de la Calle de Santiago, Córdoba

Genil-Guadalquivir, Palma del Río

Patio de la Fuensanta, Córdoba

Girasoles del Jardín Botánico de Madrid

 

En 1934 presentará obra a la Exposición Nacional de Bellas Artes y en 1935 llevará a cabo una muestra individual en el Salón de Arte Moderno de la Biblioteca Nacional de Madrid.

En 1936 participa en la Exposición Regional de Bellas Artes de Córdoba y en la Exposición Nacional de Bellas Artes, que no llegó a inaugurarse debido al estallido de la guerra.

En los primeros días de la Guerra Civil, una bomba destruye su casa de la calle Gobernador, 21, frente al Jardín Botánico que tanto pintara,  lo que obliga al traslado de la familia a la localidad ciudadrealeña de Manzanares, donde ejercerá durante toda la contienda como profesor de Dibujo y bibliotecario en el Instituto de Segunda Enseñanza.

Al finalizar la guerra, regresa a Madrid, si bien no será hasta el año 1947 cuando reiniciará su actividad pictórica participando en una exposición organizada por la Sala Gumiel.

Brevas

Nocturno del Cristo, Córdoba

Noche en la plaza de los Dolores (Córdoba)1978

Patio de la Judería, Córdoba

La fuente del Olivo (Patio de los Naranjos, Córdoba

 

Un año más tarde participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes y en la I Bienal Hispanoamericana de Arte de 1951.

En 1953 participa en la exposición de Pintura española contemporánea de Lima, celebrada en el Museo de la Universidad de San Marcos de Santiago de Chile; también estará presente en la Exposición del arte español actual o I Feria-Exposición de Productos Españoles de Madrid, en el Homenaje a Vázquez Díaz celebrado en las Salas de Exposiciones de la Dirección General de Bellas Artes, y en el Centenario de la fundación del Liceo Artístico y Literario de Córdoba.

A partir de 1958 y hasta su fallecimiento, participará en incontables muestras colectivas por toda la geografía nacional.

Un año después, lleva a cabo una exposición individual en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y a lo largo de los años, hasta 1979, en distintas exposiciones individuales en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy, en Salamanca, en la Galería Toisón de Madrid, en la Galería Lázaro de Madrid, en la Galería Studio de Córdoba, en la Galería Giotto de Madrid, en la Sala de Santa Catalina del Ateneo de Madrid, en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba, en la Caja de Ahorros de Córdoba, en Cajamadrid de Barcelona, en el Palacio de la Merced de Córdoba, en la Galería Ansorena de Madrid, en el Patio de la Cultura de Tabacalera de Madrid, en la Caja de Ahorros de Córdoba, en el Museo de la Ciudad de Madrid…

Fuente Goiri, Deusto

Palma del Río, Córdoba

Vallecas

Moratalaz

Viejo París o el Sena

Patio del Museo Romántico

 

En 1979 el Ayuntamiento de Córdoba le nombró Hijo Predilecto de la ciudad, concediéndole además la Medalla de Oro de Córdoba.

También la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba le nombrará académico correspondiente.

Presidente de Honor de la Asociación de Artistas Plásticos Cordobeses.

Académico Ilustre de la Academia Libre de Arte y Letras de San Antón.

En 1980 el Ministerio de Cultura le concedió la Medalla de Plata al Mérito en las Bellas Artes.

Tras una larga vida dedicada al arte y a la música, Rafael Botí falleció a consecuencia de una neumonía pulmonar el 4 de febrero de 1995, a los noventa y cuatro años.

El hondo pesar por la triste noticia derivó en la realización de múltiples homenajes, exposiciones póstumas –especialmente, aunque no sólo, en Madrid y en Córdoba– y reconocimientos institucionales, como la inauguración en 1996 de una plaza con su nombre en su Córdoba natal y la creación en 1998, también en Córdoba, de la Fundación provincial de artes plásticas que lleva su nombre, entidad dependiente de la Diputación de Córdoba a la que el hijo del pintor donó la mayor parte de su colección, con obra tanto propia como de otros artistas coetáneos. Igualmente lleva su nombre la convocatoria bienal de artes plásticas que se celebra desde ese mismo año, organizada por la Diputación de Córdoba, y el centro de arte contemporáneo inaugurado en el año 2015, adscrito a la fundación.

Ruinas de San Isidoro del Parque del Retiro de Madrid

Rafael Botí, por Juan Cantabrana

 

Poseen obras suyas, en Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, Museo de la Historia de Madrid, Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Palacio de Liria (Duques de Alba), Ayuntamiento de Madrid, Ministerio de Trabajo, Tabacalera y Banco de Madrid. En Córdoba: Museo Provincial de Bellas Artes, Museo Taurino, Ayuntamiento, Diputación, Museo Diocesano, Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, Conservatorio Superior de Música, Cajasur. Patronato Lozano Sidro y Diario Córdoba. En Zaragoza: Museo Camón Aznar. En Cuenca: Excma. Diputación. En Almería: Cuevas de Almanzora, Museo Antonio Manuel Campoy. En Bilbao: Museo de Bellas Artes y Asociación Artistas Vascos. En La Coruña: Museo Camilo José Cela. En Nerva (Huelva): Museo Daniel Vázquez Díaz y en Sevilla: Palacio de las Dueñas (Duques de Alba) y Museo de Bellas Artes. En Jaén Museo Provincial, en Huelva Museo Provincial. En Alicante, el Museo de BBAA de Alicante.

Paisaje de Torrelodones

Patio antiguo, Córdoba

Nota vespertina

Satán

Primavera desde mi estudio (Casa de Campo, Madrid)

La fuente del patio del museo II Córdoba

 

Su dilatada vida, siempre en activo como artista, le hizo conocer y participar en el desarrollo del arte español de todo el siglo XX.

Hablar de Rafael Botí es hablar de Córdoba. Junto a Julio Romero de Torres, ellos encarnan la imagen misma de la ciudad y de sus gentes. De él escribió Antonio Manuel Campoy que “el pintor Rafael Botí es cordobés, y esté donde esté, y pinte lo que pinte, está siempre en Córdoba y todo lo que pinta, de Córdoba es… pinta siempre en su ámbito cordial de Córdoba. Córdoba siempre”.

Los paisajes de Rafael Botí conjugan la armonía y el ritmo de la música con el equilibrio, la profundidad y la expresividad del arte poético. En ellos demuestra que es un enamorado de la naturaleza y que siente la misma con una especial espiritualidad.

En la puerta del Museo de su maestro Julio Romero de Torres, en Córdoba. 1980

En la Fuente del Olivo del Patio de los Naranjos de la Mezquita de Córdoba, en 1973

Pintando en su estudio de la calle Gaztambide, Madrid, en 1978

Pintando en el campo con su maestro Vázquez Díaz

Con Rafael Romero de Torres en Córdoba en 1980

 

Sus primeras obras abrazan aún los restos del decadentismo de fin de siglo, pero conforme pasa el tiempo, su pintura evoluciona hacia el tímido arranque de las vanguardias y al proceso de la modernización artística que se llevó a cabo con la entrada de las distintas corrientes artísticas internacionales.

La influencia del magisterio de Vázquez Díaz le dirigió hacia el sentido constructivo de la forma, pero el paso del tiempo le llevaría a crear su propio estilo, y aunque su paleta tiende a decantarse por tonos terrosos en sustitución de la gama fría, su obra se centra básicamente en el paisaje, pese a cultiva de manera ocasional otros temas como el bodegón o los interiores intimistas.

El dominio del color es patente en su obra, así como la fidelidad que siempre mostró a su técnica y temática, con un estilo coherente, irreductible, de sencillez seductora y pureza inquebrantable. El uso libre de la pincelada de sus primeras obras fueron ganando en estructuración, definición de volúmenes e importancia del dibujo que al final de su vida adquirió una profundidad lírica y aire nostálgico inolvidables.

Patio de la Madama del Palacio de Viana

Patio amarillo, Córdoba

El Cristo de los Faroles, Córdoba

Pez (vaca)

Barca en La Mata, Torrevieja

 

De él escribieron artistas, críticos, músicos, políticos y personalidades de todo tipo contemporáneos de su vida y de su obra.

Waldo Aguiar: “Tú ya no estás aquí entre nosotros, pero tú no estás muerto, te tenemos en tus cuadros, en tus obras: color, alegría de vivir, antiretórica, antipetulancia, tan al uso hoy, sin haberte dejado colonizar por dictaduras estéticas ni modas”…

Francisco Alcántara: “Rafael Botí es muy joven, delgado, sutil casi, como los sonidos armoniosos que produce en su oficio de instrumentista de orquesta”…

Mario Antolín: “Rafael Botí pertenece a ese pequeñísimo grupo de los limpios de corazón. Fiel a sí mismo, ajeno a maniobras de grupos, de grupitos o de escuelas. Botí sonriente y cordial, humilde y silencioso, lleno de admiración hacia los otros, es un ejemplo de amor a la pintura y un maestro –aunque él no se lo crea– del difícil oficio de pintar”.

Juan Barjola: “El gran artista Rafael Botí, hombre sencillo, sensible y armónico, tanto en la pintura como en la música”.

Tomás Paredes: “En la vida con luz de gas, sencilla y honesta, de este pintor azulenco, cantan pájaros de lapislázuli, conformando un universo turquí, donde nacen todos los azules del mundo, su mundo añil, andaluz, iluminado por los sueños del agua, del cielo, del mar, del co­balto, de la soledad y la distancia azul del Sur”…

Vázquez Díaz: “Él vive una vida callada, Lejos de buscar renombre está entregado al goce íntimo de la creación, de una obra inyectada de sueños y palpitaciones, de alma delicada y sencilla. Siempre he sentido devoción especial hacia estos hombres entregados a la realización de una obra en silencio, poniendo en ella lo más hondo de su corazón –que la obra sea tan pura como el alma de un niño–, por eso el pájaro siempre acude al paisaje cuando Botí pinta musicando el silencio”.

Waldo Aguiar, Retrato de Rafael Botí, 1992

Rafael Botí en el Patio de los Naranjos (Córdoba), 1987

Jardín Botánico de Madrid

Bodegón de la bota

Córdoba callada

Frutas

Manzanas y tazón

Cerámicas

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