Gran éxito en la presentación del libro de Mª Dolores Barreda Pérez “El círculo Benlliure”

Presentado por Javier Sierra, Tomás Paredes,

José Gabriel Astudillo y Alejandro Aguilar Soria

 

La sede institucional de la Asociación Española de Pintores y Escultores, donde tuvo lugar la presentación del libro «EL CIRCULO BENLLIURE. Entresiglos: Diccionario biográfico de 76 artistas coetáneas de Benlliure», publicado por el Ayuntamiento de Crevillente, junto con el Museo Mariano Benlliure y la Federación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Crevillente, estaba llena minutos antes de la hora señalada para el inicio del acto.

La presentación, que supuso un enorme éxito para la centenaria entidad y para la autora, contó con la presencia del Socio de Honor de la AEPE, escritor y Premio Planeta, Javier Sierra, del Presidente de Honor de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), Tomás Paredes, y del Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, quienes prorrogan el libro, junto al Alcalde de Crevillente y al Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Crevillente, mientras que la portada del mismo es una obra original creada expresamente para el libro, de Alejandro Aguilar Soria, artista multidisciplinar y Socio de Honor de la AEPE.

 

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo fue dando la palabra a los integrantes de la mesa, interviniendo en primer lugar Tomás Paredes, quien “elogió la metodología que adopta el libro, tan alejada de las actuales líneas investigadoras actuales en las que sólo prima la publicación urgente de errores repetidos, y puedo dar fe de los desvelos de Mª Dolores por aportar alma y vida a unos trabajos tan laboriosos como los que ha realizado.

Incluso propongo un nuevo título para la obra: Resurrección, que no haría sino alentar y reflejar lo que realmente hace el libro, que es resucitar la vida y obra de artistas perdidas y olvidadas con una corrección exquisita.

Felicito también a la autora, a la que emplazo a seguir con investigaciones tan provechosas para el mundo del arte como la que contiene el libro.

Mª Dolores es una valiosa trabajadora del mundo del arte, de la investigación, a la que sigo en sus escritos cada mes como Directora de la Gaceta de Bellas Artes, y que igual que este trabajo que presentamos, tiene otros muchos muy valiosos, como el que en la actualidad está haciendo con los directores de la Gaceta de Bellas Artes, personas muy importantes hoy olvidadas, que demuestran la importancia de esta institución en la vida artística de España.

Mis deseos para ella es que coja carrerilla, que continúe su labor de investigación y publique todo porque no hace más que resucitar la memoria del arte de España”.

 

Tras el decano de los Críticos de Arte, el Presidente cedió la palabra a Javier Sierra, que ahondando en la recuperación de vidas que contiene el libro, apostó por la visión femenina del arte, tan olvidada y que parece comenzar a vivir una transformación en la revisión de la historia en la que la mujer es la protagonista.

Este libro es una maravillosa aportación que rescata biografías de artistas con el mismo espíritu que en el renacimiento tuvo Giorgio Vasari, célebre por sus biografías de artistas italianos, que reunió en un libro las vidas de los pintores de su tiempo y que de no haber sido por él, muchas de las cosas que hoy sabemos de artistas del renacimiento, no habrían llegado hasta nosotros. Sin Vasari, nuestro mapa intelectual del renacimiento sería muy pobre.

Del mismo modo, en el siglo XXII o en el XXIII, cuando se examine cómo fue el periodo entresiglos del XIX al XX, para saber quiénes eran los pintores españoles, van a tener que acudir al libro de Lola, y ella va a ser la Vasari del siglo XX. Y eso es así porque es un libro que aporta, ya que ella no sólo se ha tomado la molestia de investigar en archivos y bibliotecas, sino que ha hablado con familiares y ha realizado un trabajo novedoso.

Además, el libro llega en un momento muy importante en la historia de la mujer, en el que se comienza a revisar la visión masculina del arte, dejando las ventanas abiertas para que se reconozca lo femenino, y eso mismo es lo que he querido reflejar en el prólogo del libro, que la mujer juega un papel importante en el desarrollo de las artes plásticas.

Y en medio de todo eso, llega Lola y reivindica la historia de 76 mujeres olvidadas en el mundo de la pintura en España, que transitaban alrededor de Benlliure y de los grandes maestros de aquel tiempo. Los críticos y analistas de museos y colecciones, tienen que revisar el papel de las pintoras y escultoras y su presencia en las mismas, y en eso el libro de Lola va a ayudar sobremanera a esa tarea y va a convertirse en una pieza clave en la historia del arte de España.

Le he dicho a Lola, y parece que ella no quiere creerme, que me gustaría mucho que una editorial grande pudiera hacerse con los derechos de la obra y pudiera hacerse una versión de librería, porque esta obra tiene una presencia obligada en universidades y bibliotecas de España.

Solo espero que detrás de estas 76, vengan muchas más”.

 

Antes de conceder la palabra a la autora, José Gabriel Astudillo quiso destacar que “son más de 35 años trabajando con Mª Dolores. Ella nos transmite su pasión por el trabajo, por recuperar hechos y vidas olvidados y que son importantes para la ciudad, para la AEPE, datos que nadie quiere tomarse la molestia de ver y revisar, pero que son importantes en la memoria colectiva de los artistas.

Eso es lo que hace que Mª Dolores sea distinta, y lo sea en el trabajo, en su forma de pensar. Y aunque aquí trabajamos por amor al arte y echamos muchas horas, creo que en realidad lo hacemos porque tenemos la necesidad de transmitir a las generaciones futuras lo que ella hace, con estas 76 mujeres, pero también con los directores de la Gaceta de Bellas Artes, con las Medallas de la AEPE, etc.

Por eso hoy estoy muy orgulloso y feliz de ver que un trabajo que ha durado seis años, al final tiene una recompensa, como es la publicación del libro.

Estoy muy agradecido a Mª Dolores, que para mí ha sido una compañera de viaje y de trabajo, una amiga importantísima en mi vida, porque ha hecho un trabajo cuyos frutos son desconocidos para todos. Tendría que recordar ahora que si Madrid tiene en la Puerta del Sol una escultura de Carlos III es gracias a ella y a su tesón por rescatar de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando una escultura de Juan Pascual de Mena, o la historia del Parque del Retiro que escribió antes de su recuperación como Parque histórico y tantas y tantas iniciativas y muchas otras cosas que se han hecho en la ciudad de Madrid y que se las debemos a ella, y a lo mejor debería yo escribir un libro de lo que le debemos.

Es un trabajo bien hecho por alguien que ama a la Asociación Española de Pintores y Escultores, no en vano la hemos distinguido como Secretaria Perpetua de nuestra entidad, y ama todo lo que es arte y cultura.

Muchas gracias de parte de todos, porque nos sentimos muy orgullosos de ti y de tu trabajo”.

 

Tomó entonces la palabra Mª Dolores Barreda Pérez, quien se mostró muy emocionada y olvidando el escrito que había preparado, improvisó con gran dificultad, su “agradecimiento a mis hermanos, sobrinos, a mi familia que hoy me acompañan aquí; a Tomás Paredes, el aguijón que cada mes me inspira a continuar este trabajo… a Javier Sierra, que antes que amigo mío, lo era de mi padre, con todo lo que eso supone para mí ahora, mi padre, que también está aquí hoy con nosotros… y a José Gabriel, más que un amigo, también familia, que has visto crecer a mis sobrinos y has compartido nuestras penas y alegrías… y a Alejandro Aguilar Soria, que con tanto cariño me ha hecho un maravilloso dibujo que sirve de portada al libro… a José Antonio Maciá, responsable de la edición…

Estoy emocionada por ver tantas caras amigas y a personas que han venido desde fuera de Madrid, de Salamanca, Alicante, Valladolid, Asturias… a los familiares de las artistas presentes en el libro, a compañeras de trabajo, amigos, por ver vuestro cariño…

Estoy muy emocionada por todo lo que han dicho de mí, que casi ni puedo creerlo y lo escucho como si estuvieran hablando de otra persona, y os lo agradezco en el alma…

Yo tenía preparado un discurso estupendo, larguísimo… pero estoy sufriendo por ver a tanta gente de pie, por el calor que estamos pasando… no me gustaría que este acto fuera muy largo, no quiero aburriros ni hacerme pesada…

Han sido seis años de trabajo y de lucha, pero muy gratificante… he intentado hacer un trabajo serio y responsable, no arrastrar certificaciones académicas no logradas, ni errores ni premios, no por desmerecerlas, sino por comprobar realmente los datos… las futuras biografías y estudios no pueden seguir arrastrándolos… y no por eso dejan de ser mejores o peores artistas, de hecho, muchos artistas nunca han tenido un premio y triunfan a todos los niveles… aquí tenemos algunos ejemplos, como Paula Varona o Ricardo Sanz, que nos acompañan hoy…

No puedo seguir por la emoción, solo puedo agradeceros vuestra presencia hoy aquí, y si me lo permitís, todo esto se lo dedico… a mis padres”.

 

El acto dio paso a una copa de vino español en la que todos departieron y disfrutaron.

Asistieron al acto, los miembros de la Junta directiva de la AEPE, Juan Manuel López-Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado López, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta y Sebastián, Jesús Alcolea Ríos, el Presidente de la Asociación Española de Críticos de Arte, Miguel Ángel Chaves Martín, Pablo de Unamuno, Mª Dolores Pérez Cid, Mapi Gutiérrez, Olga Bravo, Pilar Ayuso, Dolores Expósito, Marisa Cerezo, Patricia Gil, Elena Terán, Sonia Pradilla e Inaki, Soledad Cánovas del Castillo, José Luis Manzanares, Paula Varona, Ricardo San, Emilia de Dios Montoro, Soledad Fernández, Carmen Hongueras, Pedro Sanz, Manolo Romero, Marisa Guzmán, Susana Mazzarino, Lola Santos Moreno, Alan Hernández, Blanca Mac-Mahon, Rosa Maroto, Concha Gil García, David John Butler, Toya y Román, Pedro Quesada, Tomás Pérez Martínez y Victoria, César Barreda Pérez, Carmen Barreda Pérez, Pilar Maqueda Rodríguez, César Barreda y Beatriz, Javier Barreda, Alberto Barreda, Alejandra Pardo y David, Luis Javier Gayá…

 

 

 

 

 

 

 

 

El 22 de junio se inaugura el Salón de Primavera de Valdepeñas

Las Salas de Exposiciones del prestigioso Museo Municipal de Valdepeñas acogerán desde el día 22 de junio y hasta el 16 de julio de 2023, la exposición de las obras seleccionadas en el XVII Salón de Primavera de Valdepeñas “Por tierras de Castilla La Mancha”, que tradicionalmente organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, para el que se han seleccionado 44 obras, de entre más del centenar presentadas, y en la que participan reconocidos autores con diferentes estilos y técnicas, pero con una gran calidad.

El Jurado en esta ocasión ha estado formado por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, actuando como Presidente y Secretaria del Jurado, respectivamente, ambos con voz y sin voto; y como Vocales del Jurado, los directivos Alicia Sánchez Carmona, Fernando de Marta y Jesús Alcolea. Como ya es habitual, también ha formado parte del jurado un socio elegido al azar, que en este caso ha sido Alejandro Gutiérrez Chamorro.

En el acto de inauguración, que tendrá lugar el jueves 22 de junio de 2023, a las 19 h, está previsto que se lleve a cabo la entrega de los premios del salón: la Medalla de Pintura José Moreno Carbonero y la Medalla de Escultura Lorenzo y Federico Coullaut Valera, así como las Menciones de Honor que el jurado haya determinado para la ocasión.

Al acto de inauguración asistirán el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, el Vicepresidente de la entidad, Juan Manuel López-Reina, la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez,  el resto de miembros de la Junta Directiva, además de las autoridades municipales de la localidad de Valdepeñas.

Toda la información sobre este certamen la puedes encontrar en esta misma web, pestaña «Certámenes y Premios», subpestaña «Salón de Primavera de Valdepeñas».

Los artistas seleccionados en esta ocasión para integrar la exposición del XVII Salón de Primavera de Valdepeñas de la AEPE, son:

Héctor Acevedo (Héctor Adolfo Acevedo Rojas)

Joaquín Alarcón (Joaquín Alarcón González)

Leila Alonso (Leila Alonso García)

Arellano (Francisco José Franco Ramírez de Arellano

Jimena Aznar (Jimena Aznar Rodríguez-Pardo)

Beatriz de Bartolomé (Beatriz de Bartolomé Díez)

Mª Carmen Bellido (Mª Carmen Bellido Márquez)

Joaquín Besoy (Joaquín Besoy Posada)

Gabriella Bevilacqua (Gabriella Bevilacqua Sanz)

Carmen Bonilla (Carmen Bonilla Carrasco)

Martina Cantero (Martina Cantero Jiménez)

Paloma Casado (Paloma Casado López)

José Manuel Chamorro  (José Manuel Chamorro Chamorro)

Fiona Olimpia (Laura Fiona Cunilles Mula)

Enrique Delgado (Enrique Delgado Contreras)

Federico Echevarría (Federico Echevarría Sainz)

Magdalena España (Magdalena España Luque)

Carmelo Esteban (Carmelo Esteban Gracia)

Rosa Mª Fernández (Rosa Mª Fernández Fernández)

Federico García Zamarbide

J Pedro Gómez (Pedro Gómez Gómez)

César González García (César González García)

Juan Antonio González Sáiz – Juanchi (Juan Antonio González Sáiz)

Ana Gutiérrez (Ana Gutiérrez Mengual)

Marien de Haro (Marien de Haro Moreno)

Sofía Cristina Jiménez Sánchez

Andrii Kovalyk

Javier Langa (Francisco Javier Langa Canseco)

Leodegario (Fernando Peña Corchado)

Sagrario López Amador

Esther López Valls

Daniel Mass Lorenzo

Mena (Rafael Gómez  Mena)

Rafael Luis Moreno Flores

Laura Moret (Laura Moret Escrig)

José Antonio de la Peña (José Antonio de la Peña García-Gadea)

Riccardo Rossi

Ángel Rueda (Ángel Rueda Rodríguez)

Chari Salcedo (Rosario Salcedo Martínez)

Cristina Sánchez (Mª Cristina Sánchez Estévez)

Juanjo Sánchez  (Juan José Sánchez Fernández)

Antonio Téllez de Peralta

Pilar Vich (Mª Pilar Vich Pérez)

 

 

XVII Salón de Primavera de Valdepeñas «Por tierras de Castilla La Mancha»

Del 22 de junio a 16 de julio de 2023

Inauguración: 22 de junio de 2023, 19 h.

Museo Municipal de Valdepeñas

Calle Real, 42

13300 Valdepeñas, Ciudad Real

Martes: de 17 a 20 h. X, J, V y S: de 10’30 a 14 y de 17 a 20 h. Domingos de 11 a 14 h.

 

José Luis Galicia recibe la Medalla de Honor de la AEPE

«Emocionado y agradecido por el reconocimiento de mis compañeros artistas»,

ha dicho Galicia al recoger su Medalla

 

 

En el día de ayer, 1 de junio de 2023, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, hacía entrega de la Medallas de Honor de la AEPE en un acto solemne pero sencillo, que se celebró en la sede social de la institución. Era además, el cumpleaños del artista.

Una hora antes, el homenajeado, acompañado de su esposa Maruja y de su hija pequeña, hacía acto de presencia en la sede social de la Calle Infantas de Madrid, siendo recibidos por la Junta Directiva, Juan Manuel López Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta y Jesús Alcolea, además de los socios y amigos que no quisieron perderse el acto.

Interesado por la entidad, de la que su padre fue socio, visitó las instalaciones y charló animadamente con los presentes, recordando anécdotas y artistas socios también que fueron sus profesores y de quienes aprendió “mucho y muy bueno”.

El acto comenzó un poco más tarde de la hora prevista, por la constante entrada de asistentes, dando paso el Presidente a una breve reseña biográfica que realizó la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, que más allá de los datos y cifras, resaltó su aspecto humano y personal en una semblanza que reproducimos íntegramente:

Cuando uno consulta en Internet e introduce el nombre de José Luis Galicia, NO aparece  una entrada en la Wikipedia. Hoy en día, si no estás en la Wikipedia, no existes… pero he aquí el milagro, está vivo!!! Existe y es, y tal y como le describen otras muchas entradas, hablamos de un pintor, escultor, grabador, poeta, decorador, director artístico y constructor de decorados cinematográficos.

Y sí, está aquí mismo y muchos ahí fuera, donde el arte y la cultura son modas y postureos, ni siquiera lo conocen, pero José Luis Galicia es en toda la extensión de la palabra, un ARTISTA, escrito en letras mayúsculas.

Nació en la calle Martín de los Heros, 67, del madrileño barrio de Argüelles, un día 1 de junio de hace ya… unos años. Es decir, hoy es su cumpleaños. Si os animáis, le cantamos todos el cumpleaños feliz….

Estoy segura de que José Luis sabe que su padre, Francisco Galicia Estévez, fue socio de esta casa. Intento imaginar el orgullo que sentiría, que siente Francisco desde el cielo, al ver hoy a su hijo aquí sentado recibiendo el mayor honor y reconocimiento de esta Asociación Española de Pintores y Escultores.

Ahora veo en sus ojos el inmenso orgullo que siente él al saber que honramos también la figura de su padre al recordarle como uno de nuestros ilustres socios.

Su abuelo, el pintor vallisoletano Leónides Galicia Ayala, escenógrafo en el Teatro Calderón de la Barca de Valladolid, no pudo ser miembro de esta casa, que aún no existía, pero su padre, fue alumno y compañero de muchos otros socios nuestros, como Cecilio Pla, Muñoz Degrain, Romero de Torres, Joaquín Sorolla, Rafael Botí y Vázquez Díaz, integrándose en el grupo de pintores españoles de la Escuela de París.

Recordamos así también al pintor Juan Alcalde, a quien honramos en el año 2016 con esta misma medalla, el último de la Escuela de París que aquí nos dejó su testimonio.

Francisco Galicia y Luisa González Fanlo, sus padres, tuvieron tres hijos: Francisco, José Luis y Mari Luz.

Y llegados a este momento, tengo que puntualizar que José Luis es nieto, hijo, hermano, sobrino y primo de artistas, ya que como hemos visto, pintores eran su abuelo Leónides y su padre Francisco, siendo su hermana bailarina y actriz, su primo, el torero Carlos Arruza y su tío, el gran poeta León Felipe.

Su afición a los toros data de su niñez, porque su padre, que era muy aficionado, y su tío León Felipe solían llevarlo a los toros. Además, José Luis tenía su propio traje de luces cuando tenía cuatro años y se lo ponía para “torear” en el salón de la casa.

Al inicio de la Guerra Civil, la familia se traslada a París. Allí comienza con solo siete años a  hacer grabados en linóleo, grabados que entusiasman al cubano Wifredo Lam, quien le retratará.

Cuando la Segunda Guerra Mundial hace que París peligre, regresan a España.

A los 18 años hace su primer grabado al aguafuerte, y solo un año después, su primera litografía.

Así que con 20 años, lleva a cabo su primera exposición en el Museo de Arte Moderno de Madrid, con 85 obras de muy diversas técnicas.

Con una preparación excelente, artística e intelectual, fue experimentando con todas las técnicas artísticas posibles, interesándose también por la escultura,  iniciándose de la mano de otro de nuestros socios, al que esta casa honra con la Medalla de Escultura Ángel Ferrant en el Salón de Arte Abstracto.

En 1952 vuelve a París y allí conoce a Picasso, a quien le unirá desde entonces, una profunda y sincera amistad. No en vano lo consideró como el mejor grabador del mundo.

En 1954 edita “La Tauromaquia”, y cuentan las anécdotas que al enseñarle esas 40 litografías a su amigo Picasso, el malagueño se acordó que él había iniciado una y le dijo: “espera voy a buscar unos grabados que hice para una tauromaquia que pensaba hacer hace muchos años”… Picasso tardó más de una hora en encontrar los grabados, diciéndole que eran para la tauromaquia del editor Gili, de Barcelona…”ahora después de ver tu tauromaquia voy a hacer este antiguo proyecto realidad, y lo voy a hacer del mismo tamaño y empleando el mismo papel”.

Y ese, sería el germen gracias al cual tenemos la Tauromaquia de Pepe Hillo de Picasso, que publicó finalmente en Barcelona en 1959.

Pero volvamos a José Luis. Tras la Tauromaquia, publica El Monstruario, y es nombrado jurado y secretario del Tribunal de la Real Academia de San Fernando de Madrid, para el premio de grabado de la Academia de Bellas Artes de Roma, labor que comparte con otros socios nuestros como Vázquez Díaz, Eugenio Hermoso, Valentín de Zubiaurre,…

En 1960 recibe de Fernando Chueca Goitia un encargo especial: la pintura de todos los techos de la Catedral de Madrid, Nuestra Señora de la Almudena, un encargo que realizó en diversas etapas y que  supuso una  verdadera obra titánica, al decorar el techo y cúpula, con 288 frescos, incluyendo la bóveda, ábside, sotocoro y techo de la catedral.

Casado con María Jesús Lobato, con dos hijas, es hoy feliz y orgulloso abuelo.

En 1966 lleva a cabo una exposición de grandes lienzos de temas abstractos en el Museo de Arte Moderno de Madrid y una colección de obras basadas en pinturas de Zurbarán.

En 1968, en San Feliú de Guixols realiza una serie de esculturas de gran sobriedad.

Ese año, se dirige al gobierno español para que se interese por la recuperación del Guernica, y dada su amistad con Picasso, consigue que éste, modifique las cláusulas y declare que el único propietario del cuadro es el estado español y que cuando en España haya una democracia, se recupere el Guernica para ser expuesto en el Museo del Prado.

Tras una serie de trabajos en madera policromada, una serie de paisajes italianos y una serie de serigrafías en color, en 1981 el Ateneo de Madrid organiza una exposición antológica que ampliará en Barcelona siete años después.

En 2002 obtiene el XX Premio Penagos de Dibujo, ilustrando un año después el libro “Crónicas del Océano”, del poeta Octavio Uña.

En 2005 lleva a cabo una gran exposición en la Casa de Vacas del Parque del Retiro.

A partir de ese año, pintó un apostolado basado en el del Greco, además, una colección de óleos bocetados en Tánger, lleva a cabo una gran muestra de litografías y serigrafías en Madrid y en 2009 celebra una antológica en el Centro Cultural La Vaguada.

En 2013 publica una serie de serigrafías sobre Venecia, prorrogadas por otro amigo de esta casa, Luis Alberto de Cuenca, y desde entonces, hasta ahora, no ha dejado de trabajar ni de crear belleza.

Amante de la poesía, influenciado quizás por la pluma de su tío, el poeta Felipe Camino Galicia de la Rosa, conocido mundialmente como León Felipe, también ha publicado el libro “Poesías” o “Mi amigo Picasso”, en total, media docena de libros. Su canto a la libertad es una defensa de la vida como aventura, que es lo que él vivió. Es un poeta directo, apasionado con un lenguaje elaborado y a la vez directo y fuerte, que tiene mucho puño.

Como decorador, director artístico y constructor de decorados cinematográficos, ha intervenido en más de 170 largometrajes, incluyendo “El joven Picasso”, dirigida por Bardem, o en películas míticas como “Por un puñado de dólares”, de Sergio Leone, con Clint Eastwood, siendo además el responsable de la construcción y decoración del primer poblado del oeste estable en España, el de Hoyo del Manzanares.

De él han escrito críticos, artistas, poetas, periodistas, amigos, admiradores de su talento…

A modo de resumen, y en cifras, José Luis Galicia ha realizado más de 60 exposiciones en París, Cincinnati, Nueva York, Londres, Bogotá, Milwaukee…

Ha participado en más de 200 exposiciones colectivas como la Bienal de Venecia, Sao Paulo, Salón d’Automne de París… 28 obras suyas cuelgan en el Museo Nacional Reina Sofia… ha publicado cuatro Tauromaquias, media docena de libros, ha realizado más de un millar de litografías, grabados y serigrafías…

Cifras, cifras que podría seguir enumerando, pero que  no nos dicen nada del hombre, de este hombre al que aquí contempláis hoy.

De él, me gustaría añadir que es innovador, excéntrico, creativo, extravagante, imaginativo, talentoso, poeta apasionado, generoso, sensible, sencillo, humilde, encantador, tranquilo, con gran sentido del humor, amable, afable, culto, de alma clara y dulce decir, conversador ameno…

Quienes lo conocen y lo han tratado destacan ante todo una cualidad: José Luis es un hombre bueno. Así que parafraseando a Antonio Machado podríamos apuntar que:

…”más que un hombre al uso que sabe su doctrina,

Es, en el buen sentido de la palabra, bueno”.

Al igual que esta Asociación Española de Pintores y Escultores, José Luis Galicia es historia viva del arte y la cultura españolas. Los dos, se han entregado en cuerpo y alma al mundo del arte; los dos rebosan vitalidad y genio, inspiración y arte, mucho arte aún por sus venas para seguir pintando, dibujando, grabando, esculpiendo y sobre todo, escribiendo poesías tan maravillosas como esta con la que quiero cerrar su perfil biográfico y que dice así:

“Comprueba,

comprueba todo,

pues el pobre te puede hacer rico,

el hielo puede darte calor,

y una sencilla piedra,

o una nube,

amor”.

Muchas gracias”.

 

Tras esta introducción, el Presidente concedió la palabra a Tomás Paredes, Presidente de Honor de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, amigo y conocedor de la obra del homenajeado, quien destacó la importancia de su faceta poética y de su menos conocida como decorador y constructor de decorados, con toda la magnificencia que tiene el haber aportado a la ciudad de Madrid y a su Comunidad  obras tan señaladas como la decoración de la Catedral de la Almudena y los escenarios del oeste en Hoyo de Manzanares.

Resaltó además algunas de sus obras como “Mi amigo Picasso”, en donde reúne la correspondencia mantenida con su gran amigo malagueño, que recoge y desmiente afirmaciones acerca de la obra del genio andaluz, o las ilustraciones realizadas para el libro “Crónicas del Océano”, de Octavio Uña.

Se lamentó además del desconocimiento y la ingratitud del arte actual que olvida grandes artistas como Galicia, y felicitó a la Asociación Española de Pintores y Escultores por reconocer de manera tan honrosa a los auténticos y grandiosos creadores de arte.

 

Tras su intervención, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, y antes de hacerle entrega de la Medalla de Honor, tuvo también unas palabras de reconocimiento que reproducimos íntegramente:

En la hoguera cultísima de esta sala, ante socios y amigos de la institución, bajo el testimonio de quien nos preside y a la luz de las ideas que profesamos, afirmo que la cultura y el arte, que sólo ese saber del hombre sobre el hombre y ese hacer del hombre para el hombre, pueden salvar el mundo y aún salvarnos de la barbarie de la técnica y la tecnología e inteligencia artificial que nos acosa como generadores de arte y emociones.

La cultura y el arte, sólo ellos, repartidos en mil ciencias y saberes, nos pueden salvar. Por eso esta distinción es milagro, milagro de una entidad humilde cuya historia artística vuelve a salvar a España con su anual preceptiva, vuelve a salvar el honor de un premio que distingue a al artista.

Cuando hoy las distinciones se llenan de puñales e intereses políticos y villanos, la Asociación Española de Pintores y Escultores elige y discrimina, distingue y certifica, no reivindica piedras, milagros ni dineros, sino que abre caminos, escribiendo sus nombres y su gloria artística en las paredes de esta casa milagro del arte.

Es un aviso de lo que está pasando: la muerte de la pintura y la escultura, la de los libros, la herida en la idea, con grandes artistas burlados con pensamiento débil y ciencias sutiles, al servicio oneroso de tantos generales y dictadores.

La barbarie artística resultante derivada de la devastación de las humanidades, la degradación de las instituciones, entregadas a la imagen fácil que vende números y pasados, que alimenta la industria publicitaria de la falsa cultura y se aleja, cada día más, de los ideales creativos y del reconocimiento de los generadores de arte, nos sitúa en la cima del mundo, como guardianes del tesoro artístico inabarcable de los artistas españoles.

Por eso es oportuno que una entidad como la Asociación Española de Pintores y Escultores, nacida con espíritu noble, con mirada plural, distinga al artista bueno y entronice el ideal eterno de belleza y del arte, cultura en letras de oro que deberían tener presente desde el Ministerio de Cultura hasta Comunidades Autónomas y ciudades de toda España.

Ahora más que nunca, el arte y la creatividad son necesarias en nuestras vidas, en la sociedad, en el mundo, pese a que el mundo y la sociedad parezcan querer obviarlos y mirar hacia otro lado.

Los artistas somos generosos, hemos nacido con una capacidad especial única e irrepetible para expresar el arte. Por eso, tenemos la obligación de compartirlo, pese a la falta de reconocimiento que tanto daño nos está haciendo y que embrutece a una sociedad perdida en falsos valores y falsa cultura.

Dice un gran amigo de esta casa, el escritor Javier Sierra, que el arte se inventó en una cueva… y a través de los milenios y los siglos, los artistas hemos plasmado nuestra visión del mundo con perspectivas y sensibilidades tan distintas y dispares como individuos hay, pero dejando un inmenso legado para las generaciones futuras.

Y a pesar de los milenios y los siglos, los artistas seguimos luchando por el reconocimiento y el valor que merecemos, y son legiones los creadores que pese a su dedicación y talento, siguen siendo ignorados y despreciados por la sociedad.

Rendir tributo a los genios del arte es una obligación de la sociedad. El olvido es más dañino que la injusticia que supone, porque aunque la injusticia puede ser enmendada y reparada, el olvido es difícil de corregir.

De esta manera, la historia del arte no estará nunca completa si ignoramos las contribuciones de aquellos que olvidamos.

Olvidar a quienes nos han precedido es muy perjudicial para los artistas actuales, ya que al no tener puntos de vista distintos y reconocidos, nos limitaremos al éxito mediocre y la indiferencia, frenando la creatividad y la innovación artística.

Hoy honramos y distinguimos a José Luis Galicia, reconociendo su trabajo, valorando su dedicación y talento, que puede apreciarse en cada una de sus obras.

Queremos darle el lugar que merece y hacer de este reconocimiento un valor cultural, artístico y social que atesore toda la sociedad, como un rico presente que un genio creativo como el de José Luis nos regala.

Eso nos servirá además como fuente de inspiración para seguir los pasos de un hombre que ha dedicado su vida al arte, que ha demostrado un compromiso inquebrantable con el acto creador y con la sociedad a la que ilumina.

Esta Medalla de Honor tiene que servir para que sigas trabajando con más ahínco si cabe, inspirándonos y sirviéndonos de motivación al ver tu compromiso de promoción de los valores artísticos y culturales.

Es un honor para mí, en representación de los pintores y escultores de España, en representación de esta Asociación Española de Pintores y Escultores que ya es tu casa, y de la que desde este mismo momento tomas posesión, y expresarte nuestra más sincera admiración con este sencillo homenaje.

Como decía Mariano Benlliure cuando ocupaba el cargo de Director General de Bellas Artes, con este acto consagramos a un hijo ilustre y rendimos honor al arte por sí mismo.

Muchas gracias”.

 

 

 

Grandes y prolongados aplausos llenaron de calor la sala, mientras José Luis Galicia recogía, emocionado, la Medalla de Honor de la AEPE, dejándose querer, y como él mismo confesó, estando “muy a gusto en un acto entrañable que jamás podré olvidar”.

Tomó la palabra para expresar que “este acto de amor sólo puede ser correspondido con más amor y un profundo agradecimiento que me ha quedado grabado en mi corazón.

Todo lo que han dicho de mí, intento agradecerlo con más amor hacia ellos y a todos los que estáis aquí.

Yo creo que uno es artista porque nace así, y el arte es quizás la única cosa más maravillosa que puede existir en el mundo; el mundo como planeta, que es una creación de por sí y en la que todos los artistas intentamos crear algo, acertamos o no acertamos, pero lo que sí existe en nosotros es la voluntad de hacer algo que sea bueno y bello, porque el arte, siempre es bello.

Me encuentro muy emocionado y no tengo palabras para deciros todo lo que siento por todo lo que habéis dicho, que me ha parecido maravilloso, como maravilloso es vuestro corazón y sentimientos hacia mí, que quizás no merecía, con tantos elogios, pero que a partir de ahora llevo ya en el corazón y eso es lo que vale.

Esta Medalla que acabo de recibir es para mí un premio único porque demuestra lo generoso que son los artistas y sobre todo porque es un premio de todo corazón, y eso no tiene valor, no se puede comprar ni pagar con nada”.

Destacó también que valora sobre todo el hecho de que “es un reconocimiento que me otorgan mis compañeros, otros artistas que me entienden más que nadie, a quienes llevaré ya siempre conmigo”.

Tras firmar en el Libro de Honor de la AEPE, los aplausos se fundieron con el tradicional cántico del “cumpleaños feliz” que los presentes le brindaron cuando entraba una gran tarta con algunas velas que José Luis Galicia sopló más emocionado todavía, agradeciendo el detalle de haber hecho coincidir la entrega de la Medalla de Honor de la AEPE con el día en que celebra su 93 cumpleaños.

Tras una sesión de fotos con todos los asistentes, el homenajeado cortó la tarta que fue muy de su gusto.

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes de la AEPE: Enrique Estévez Ortega

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

 

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La Gaceta de Bellas Artes: 1931

Como veíamos en el anterior número, la Gaceta de Bellas Artes estaba regida por un comité de redacción en el que figuraba el secretario, y en el que Roberto Fernández Balbuena ejercía de director, figurando también en dicho comité José Subirá, redactor de temas musicales, y Enrique Estévez Ortega.

La Gaceta de Bellas Artes dió un profundo cambio adaptándose al estilo de otras revistas ilustradas de la época, teniendo a partir del mes de mayo de 1931, periodicidad mensual. Hubo un intento de crear una nueva revista cuya dirección y comité de redacción suscribía la directiva, a las órdenes de su presidente, Julio Moisés y Enrique Estévez Ortega como redactor jefe.

Se había llegado así a anunciar la revista mensual Plástica que, con la dirección de Manuel Abril, crítico de arte, habría de publicarse sustituyendo a la Gaceta de Bellas Artes y de la que parece estuvo preparado el primer número pero que no llegó a imprenta. Plástica se quedó finalmente en el tintero.

Posteriormente se publicó la siguiente nota: En los primeros días de enero, causas ajenas a la voluntad de todos, al socaire de la huelga de las Artes Gráficas, impidió que apareciese «Plástica» y luego, la enfermedad del Sr. Abril y su ausencia al extranjero, determinó que se fuese demorando demasiado la salida de la revista hasta que, finalmente, la dimisión a última hora del Sr. Abril nos movió a encargarnos nosotros mismos de nuestra publicación…

Estas son las causas por las que la Gaceta de Bellas Artes no se publicó de enero a mayo y volvió a salir con carácter mensual, con 48 páginas al precio de 1 peseta.

Se aprecia la falta de la habitual colaboración de plumas como la de Bernardino de Pantorba, Fray Galán o Joaquín Ciervo.

 

Enrique Estévez Ortega

FRANCES SANCHEZ HEREDERO, José              Cr.   1915                                 22.jul.1883        MADRID                       10.set.1964

Bibliotecario de la AEPE

 

Enrique Estévez Ortega nació en Madrid en 1898.

Escasos datos tenemos acerca de él y de sus primeros años de vida, excepto que su padre se llamaba José Estévez y que debía proceder de la localidad de Quiroga, en Lugo, donde la familia poseía algunas tierras.

Enrique tenía tres hermanos, Gerardo, Joaquín y José, según aparecen en el Fichero nº 17 de la Secretaría General y de la Sección Político Social del Centro Documental de la Memoria Histórica y la Guerra Civil Española.

Los tres eran oficiales de Correos y abogados, y de ellos, José fue también crítico de arte y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Escritores y Artistas en 1956.

Enrique se formó en el campo de las letras, y a lo largo de su vida ejerció como abogado, periodista, escritor y crítico de arte y de teatro.

 

 

En 1915 ya era oficial del Cuerpo de Correos, destinado en la Central de Madrid.

Hacia 1918 ya comienza a publicar artículos y entrevistas, como la que realizó al entonces Alcalde de Madrid, Luis Garrido Juaristi, y publicó la revista Juventud Española.

Como oficial de Correos, interesado en temas artísticos y con un ánimo para el trabajo y la escritura, trabó amistad con José Francés, que era Jefe de Administración de Primera Clase y Jefe de la Biblioteca y Museo Postales de la Dirección General de Correos y Telecomunicación.

Está claro que compartían estímulos y aficiones, y no sería descabellado pensar que José Francés viera en él al hijo que nunca tuvo.

 

A partir de 1922 ya colabora activamente en la organización del Salón de Humoristas que creara José Francés.

En 1922 publicó El alma de Galicia, una colección de interviús a los más importantes personajes de la época como Eduardo Dato, la Condesa de Pardo Bazán, el dramaturgo Linares Rivas, los poetas Rey Soto y Xavier Bóveda, el novelista Alberto Insua, el cronista Julio Camba, los artistas Federico Ribas, Manuel Bujados, José Goyanes y Max Ramos… un volumen ilustrado por los dibujantes Bujados, Castelao, Fresno, Jaime, Juan Luis, Muguruza, Ribas, Sirio, Sotomayor y Zas.

El éxito del libro le valió que un grupo de amigos se reuniera en el Centro de Galicia en Madrid, para celebrar un banquete en su honor.

Por aquella época ejercía de periodista y crítico en distintas revistas como Mundo Ibérico, Por esos mundos, Elegancias, La Gaceta literaria, Gutiérrez y en diarios como el ABC, el Noticiero Universal, Nuevo Mundo y por supuesto, en La Esfera, la publicación que en 1914 fundara José Francés, en la que trataba de armonizar la tradición y la modernidad en todos los terrenos, pero sobre todo en el artístico, ya que el tema político estaba ausente. Una revista que contribuyó a formar en el gran público el interés por los temas de cultura, conocimiento del arte, exposiciones, patrimonio artístico español…

Entrevistó a las grandes personalidades de su época como Emilia Pardo Bazán, Vicente Blasco Ibáñez, Valle Inclán…

 

Pertenecía a la Asociación de la Prensa y vivía en la Calle Goya, 103 de Madrid.

El 11 de noviembre de 1925 contrajo matrimonio con Constanza Fernández y Fernández-Acosta en la iglesia de Nuestra Señora de Covadonga.

Constanza era la sobrina de la primera esposa de José Francés, Rosario Fernández Acosta, tan vinculado a la AEPE por haber sido su Presidente, a quien quería como a una hija y que le acompañó toda su vida, sobre todo cuando ésta quedó viuda tan tempranamente.

Cuando su madre, Matilde Fernández Acosta, falleció en 1932, Constanza que era hija única y ya estaba casada con Enrique, al que como veíamos anteriormente, le unía una estrecha y fraterna amistad que con esta boda, se acrecentaría.

Además, fue uno de los intelectuales que frecuentaba la Tertulia de los Humoristas, una reunión literarioartística fundada en los años diez en el Lion D’Or, que luego se trasladó al café de Jorge Juan en 1923, para instalarse definitivamente en el Hotel Nacional.

ABC, 1934

 

Formada por escritores, pintores, dibujantes y músicos, bajo la advocación genérica de Humoristas, contaba con la presencia de su presidente, José Francés, y reunía además a varios autores de la Generación del 98 y de la Generación del 27.

En 1928 publica el libro Nuevo escenario, una serie de artículos acerca de diversos aspectos del teatro tales como la renovación teatral, el teatro de vanguardia, el teatro moderno de Jacinto Grau, el arte teatral moderno en Polonia, Don Quijote en el Japón, Bragaglia, las nuevas normas escénicas, los escenarios giratorios… “Muchos y muy sugestivos temas que resulta difícil recoger la síntesis de su obra, llena de ideas originales y de interesantes noticias. El autor conoce profundamente la materia; para Estévez Ortega carece de secretos el teatro en general y especialmente el teatro moderno. Literato culto, su ágil pluma sabe discernir alrededor de los asuntos más complejos y difíciles con insuperable amenidad”.

Con este motivo, La Esfera dedicaba una página completa firmada por el propio Estévez, en la que analizaba los variados temas incluidos en el libro.

En 1930 publica su obra más famosa, Arte gallego, crítica e iconografía de los mejores artistas gallegos. La Editorial Lux de Barcelona, presentaba en un gran volumen de lujo de 500 ejemplares numerados, una obra en la que Estévez Ortega afirma ya “la existencia de un arte plástico gallego, que nace independiente y seguro en las últimas generaciones”.

Los ecos del Arte gallego resuenan en la prensa a lo largo del año 1931, cuando siguen apareciendo reseñas como la que revela que “el joven escritor estudia con finura ecléctica, la producción de sentido tradicional y la de sentido innovador, unidas por los caracteres célticos. Es, a la par, este libro, antología y pinacoteca, en donde resplandecen una documentación acabada y una probidad literaria digna de aplauso”.

 

En 1922, en el banquete celebrado en la Casa de Galicia en Madrid

 

En la revista Voz española, publicada en Manila, aparecía un artículo en el que se decía que …”Profundamente conocedor del suelo y la psicología de la tierra en que abrió los ojos a la luz… da siempre fe de la gran serenidad comprensiva inherente a la verdadera Crítica.  Todo ello escrito con admirable estilo de publicista avezado y maestro. El sumario de artistas que desfilan por el libro es amplio… Álvarez de Sotomayor, Llorens, Juan Luis, Bello Piñeiro, Juan Alonso, Souto, Suárez Couto, Imeldo Corral, González del Blanco, Sobrino Buhigas, Seijo Rubio, Asorey, Bonome, Compostela, Castelao, Bujados, Ribas, Ramos, Castro Gil, Prieto Nespereira, Prada y el arquitecto Palacios… Con doscientas láminas maravillosamente grabadas, reproduciendo las obras más alientes de los artistas reseñados”…

Para José Francés, “Enrique Estévez Ortega es entre los jóvenes críticos de arte actuales, el primero, por como esa primacía se conquistó sin sumisiones de capillita o clan, ni responde a la fácil intransigencia de un pobre concepto unilateral y de una incapacidad restreñida. Sin perder el contacto con su época, sin ser desleal con su generación, ni desatender las lógicas afinidades con el espíritu renovador de que define al tiempo presente, Estévez Ortega es ecuánime, ecléctico y amplía a este libro admirable de crítica de arte el criterio que también informa el no menos admirable de crítica teatral, Nuevo escenario, publicado anteriormente. Estévez Ortega, además, es gallego. (No se ha olvidado, ciertamente, su primera obra, El alma de Galicia, que incorporó súbitamente a su autor a las primera filas de los jóvenes escritores futuros maestros de mañana). Su galleguismo añade razón y competencia temperamentales a las de la sensibilidad y cultura que le autorizaban al cometido. Así, pues, Arte gallego, libro de un escritor gallego en su plenitud juvenil, con una autoridad bien ganada, es, hasta ahora, la obra más fundamental que se ha escrito sobre los artistas galaicos contemporáneos, y desde luego, será siempre la indispensable para toda clase de consultas atañaderas al tema”…

El autor ofreció diversas charlas radiadas por Unión Radio, sobre el Arte gallego.

Para festejar el éxito del libro, se celebró un almuerzo en su honor, que tuvo lugar en el Hotel Nacional el día 12 de marzo de 1931. La comisión organizadora del banquete estaba formada por Álvarez de Sotomayor, Benlliure, Pinazo, Xaudaró, Pulido, Maseda, Llorens, Méndez Casal, Calonge, Busto y Romero Barrero.

A más de 150 comensales reunió el homenaje, entre artistas, periodistas, escritores… habiendo tenido que cerrar la venta de cubiertos, por sobrepasar las expectativas iniciales. En el transcurso del acto, se leyeron las numerosas adhesiones recibidas y pronunciaron discursos Basilio Álvarez, José Francés, Martínez de la Riva, Doval, Victoriano García Martí, Ángel Vegué…

Del homenaje, nos queda una fotografía publicada en Mundo gráfico, en la que aparecen sólo algunos de los 150 asistentes.

En 1931 publica El Teatro, enciclopedia gráfica, “un resumen del arte escénico en todas las edades y todos los países, con numerosos y selectos huecograbados y un texto ameno y erudito”…

En 1934 fue designado como miembro del jurado en la Exposición Nacional de Bellas Artes por la Asociación de la Prensa, igual que en la de 1935.

En 1936 el diario ABC publica el nombramiento que hace el ministerio, de la composición del Jurado para la Exposición Nacional de Bellas Artes, votado por los propios expositores y que en la sección de pintura estará formado por Enrique Estévez Ortega, Tomás Muñoz Lucena y Joaquín Valverde, en representación de la Asociación de Pintores y Escultores.

El día 29 de agosto de 1936, los republicanos lo sacan a la fuerza de su domicilio y es asesinado, no siendo encontrado su cuerpo hasta el 5 de septiembre en la Ciudad Universitaria, horriblemente mutilado. Sus restos descansan en el Cementerio de La Almudena.

Su esposa Constanza, viuda y sin hijos, vivió ya a partir de entonces con su tío José Francés, quien fuera Presidente de la AEPE, que la quería como a una hija.

Entre sus obras figuran:

El alma de Galicia, Editorial Mundo Latino, 1922

Nuevo escenario, editorial Lux, Barcelona, 1928

Enciclopedia gráfica. El Teatro (síntesis histórica), Editorial Cervantes, Madrid, 1930

Historia del traje, Editorial Cervantes, Madrid, 1929

Arte gallego. Editorial Lux, Barcelona, 1930

El Señor del treinta 1924, novela corta premiada por El Imparcial

Luz en los ojos

Interno de la sala 10

 

Enrique Estévez Ortega y la AEPE

Ingresó en la Asociación de Pintores y Escultores como pintor, pese a ejercer de crítico, en 1928.

Bibliotecario de la Junta Directiva entre los años 1931 y 1935.

En 1932 formó parte del comité para el estudio de un Federación de artistas que preparaba la AEPE.

Participó en la organización de la Exposición que la AEPE llevó a cabo en Oslo, en 1932.

Fue miembro del Jurado del Salón de Otoño de las ediciones de 1932, 1933, 1934 y 1935.

Ejerció también como Abogado de la AEPE.

Comenzó su colaboración con la Gaceta de Bellas Artes haciéndose cargo de la sección de teatro, para tratar después el arte plástico.

Redactor Jefe de la Gaceta de Bellas Artes en 1933, fue su director en 1934.

Entre 1933 y 1934 pronunció distintas conferencias en la sede social y en otros actos organizados por la AEPE.

En 1934 y representando a la AEPE, formó parte del Comité de Expertos para el estudio de los Reglamentos de las Exposiciones Nacionales, a propuesta del Ministerio de Instrucción Pública.

En 1935 y a iniciativa suya, se rindió un homenaje a Mateo Inurria en el XV Salón de Otoño.

 

 

Recordando… Francisco y Jacinto Alcántara

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Francisco Alcántara Jurado

ALCANTARA JURADO, Francisco   P       1910(F100)    1858          PEDRO ABAD (Co)     MADRID                  8.may.1930

Socio Fundador

Fotografía de Francisco Alcántara de 1911

 

Francisco Alcántara Jurado nació en el municipio cordobés de Pedro Abad, el 27 de marzo de 1854, en el seno de una familia acomodada que posibilita recibir una educación y formación cultural superior a la de su entorno.

Su padre, Francisco Alcántara Muñoz, era un agricultor medio, además de un gran artista de la ebanistería. Su madre, María Josefa Jurado Alexandre, natural de La Granjuela, Córdoba, llegaría a Pedro Abad acompañando a su hermano Manuel, sacerdote y maestro.

El matrimonio Alcántara Jurado tuvo doce hijos, aunque algunos de ellos fallecerían siendo niños, destacando pronto Francisco por su gran inteligencia y una singular pasión artística, heredada sin duda de su padre.

A los doce años, pasó a realizar los estudios de bachillerato en Córdoba, entablando amistad con futuras personalidades de la política y la cultura españolas como Julio Burell, José Sánchez Guerra o Luis de Valenzuela, pero también se matricularía en las clases de dibujo y pintura de Rafael Romero Barros, director de la Escuela Provincial de Bellas Artes de Córdoba, donde coincidiría con otros artistas y también socios de la AEPE como Tomás Muñoz Lucena o los hermanos Rafael y Julio Romero de Torres, cuyo padre era el director de la misma.

 

Trasladado a Madrid, completaría los estudios de Derecho y Filosofía y Letras, si bien fue entonces cuando se dedicó a su mayor pasión: la pintura y el dibujo, ligándose estéticamente a la Escuela Francesa de Barvizon.

El arte, era su verdadera pasión, pero obligado por su familia, estudiaría la carrera de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. A mitad de la carrera, logró el ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

Una vez licenciado en Derecho, sin gustarle la profesión, la familia, le obliga a estudiar Ingeniería Agrónoma, también en Madrid.

Francisco Alcántara por Daniel Vázquez Díaz

 

Durante estos años de juventud, establece una gran amistad con Benito Pérez Galdós y José Ortega y Munilla. Ellos le abren las puertas al periodismo. Con los años, se ganará un gran prestigio como el mejor crítico de Arte del país.

Parte de su obra pictórica, se encuentra en la Escuela de Cerámica de la Moncloa. Por esta vocación, acabó siendo catedrático de Historia del Arte, siendo pionero en España en la enseñanza de esta materia en Secundaria.

Integrado en el círculo de seguidores de Francisco Giner de los Ríos, y las actividades de la Institución Libre de Enseñanza, su vocación como pedagogo y su preocupación por la educación le llevaron a fundar en Madrid los colegios Hispano-Americanos de Enseñanza Secundaria.

Vista de la Sierra de Madrid

 

Estuvo muy relacionado con personajes de la Generación del 98 y del mundo intelectual de su época como Manuel Bartolomé Cossío o el también socio de la AEPE, Aureliano de Beruete.

Estuvo muy vinculado a la Residencia de Estudiantes, donde era muy bien considerado, por su sabiduría. García Lorca, entre otros le tenían como ejemplo. Ortega y Gasset, le tenía como maestro de pensamiento y consejero. En este periodo alentó y fraguó grandes actos en la Residencia, como por ejemplo, la conferencia ofrecida por Marie Curie, que supuso un gran éxito en Madrid.

Amigo de José Ortega Munilla, daría clases a su hijo, José Ortega y Gasset, quien se referiría a él como “mi maestro”.

 

Plenamente convencido de su filosofía regeneracionista, en 1882 participaría en el Primer Congreso Nacional de Pedagogía.

Fue profesor de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Madrid, participando también como Jurado de las Exposiciones Nacionales de 1892, 1897 y 1899 y como secretario en la de 1895.

Empeñado en el continuo aprendizaje, viajará a Italia a ampliar sus conocimientos artísticos. Y se hará un gran experto en las artes industriales, sobre todo la Cerámica. Ello le convertirá en el adalid de este oficio.

Paisaje con aldeana

 

En 1911 fundó la que fue su gran obra, la Escuela de Cerámica de Madrid, y en 1922 la Escuela de Artes Industriales, donde estuvo instalada la antigua Fábrica de Porcelana de la Moncloa y de la China. Tuvo siempre un claustro importante de profesores y colaboradores, como fueron los Zuloaga, Vázquez Díaz, Benlliure, Maruja Mallo, Brihuega, Eguía, Guijo, A. García Villar, Carlos Moreno, etc., creando así un centro de vanguardia y calidad en la enseñanza artística que permanece activo actualmente.

La Escuela alcanzó de inmediato un gran prestigio y despertó un gran interés a nivel internacional.

Apunte

 

Concurrió por primera vez a la Exposición Internacional de Filadelfia, alcanzando los dos grandes premios que se repartían entre las naciones: uno para el pintor Anglada y el otro para la Escuela de Cerámica de Madrid.

También se presentaron a la Exposición de Monza, Italia, obteniendo otra recompensa y a la Exposición Internacional de Sevilla de 1929, logrando otro gran premio.

Los encargos y las ventas fueron muy numerosos, propiciando que se celebraran exposiciones en Argentina, recibiendo importantes encargos.

La Escuela mantenía técnicas como el esmalte, el bajo-baño, el gres, la porcelana y el esmalte sobre ladrillo y pizarra, aplicadas a la construcción.

Dibujo

 

Entre las aportaciones que hizo a las enseñanzas artísticas destaca el trabajar pintura de gran formato (algunas hasta de siete y ocho metros), incorporación de la materia de Historia de Arte en el currículo, incorporación de la fotografía como recurso de enseñanza.

La organización de los cursos de verano, como fuente de vivencias humanas especiales, para observar la naturaleza y para el conocimiento de la cultura española, siguiendo el espíritu noventayochista, así como la promoción de exposiciones de sus alumnos en España y en el extranjero, con la idea de mostrar las artes y la cultura españolas y el estímulo creativo para sus alumnos y profesores en un credo integrador de las artes.

Francisco Álcantara (2) en la inauguración de la exposición de los alumnos de la Escuela de Cerámica de 1922

 

En reconocimiento a esta aportación, la Escuela de Cerámica tomó su nombre, que hoy día se mantiene.

Junto a otros intelectuales de la capital, entre ellos el duque de Alba, bajo la Sociedad Española de Amigos del Arte, puso en marcha el Museo Municipal de Madrid.

Colaboró como crítico de arte en diarios y revistas como La Correspondencia de España, El Liberal, El Globo, Nuevo Mundo, Blanco y Negro, El Imparcial, El Sol, La Esfera, La Justicia, la Revista de España o la Nación de Buenos Aires, a menudo con seudónimos como Expladián y el Estudiante Españoleto, escribiendo más de 2.780 artículos de crítica de Arte.

Acto inaugural de la exposición anual de la Escuela. Junio de 1926

 

Escribió sus críticas y reseñas en los más importantes diarios y periódicos de la época. Con su pluma, hizo famosa, la obra de Sorolla, Romero de Torres, Zuloaga y muchos más. Fue descubridor de otros también, muy buenos como Rafael Botí o Daniel Vázquez Díaz. Con este último, entabló una fuerte amistad y fue éste, el único que logró realizarle un retrato.

Francisco Alcántara Jurado, fue considerado en su época, como el mejor crítico de arte, con una mente abierta a los estilos cambiantes y modernos que llegaban. También era tenido por el hombre más sensato y mente preclara y juiciosa de la capital. Y por caballero que llamaba la atención, por su actitud, porte y elegancia.

En 1927 el Ayuntamiento de Pedro Abad lo nombró Hijo Predilecto de la Villa, dedicándole una calle y una lápida en su casa natal. Pedro Abad, le ofreció un gran homenaje. Se le rotuló una calle y colocó un busto. Al acto asistieron importantes personajes de la época, como los hermanos Romero de Torres. El pueblo entero se volcó con su Hijo más preclaro.

Francisco Alcántara homenajeado en su localidad natal Pedro Abad en 1927

Bajorrelieve placa que el Ayuntamiento de Pedro Abad dedicó a Francisco Alcántara

 

Fue un hombre sencillo, justo y bueno, que nunca quiso reconocimientos.

En Madrid se rotuló una calle con su nombre y otra en la localidad salmantina de La Alberca.

El humanista, pedagogo, crítico de arte y ceramista falleció a los setenta y cinco años de edad, en Madrid, el 9 de marzo de 1930.

Cuando en 1948 se remodeló la Escuela de Cerámica, el Ayuntamiento de Madrid instaló un monumento dedicado a su fundador, Francisco Alcántara, que realizó el escultor Antonio Cruz Collado.

Monumento a Francisco Alcántara que preside los jardines de la Escuela de Arte del mismo nombre

 

La Escuela de Cerámica

La persistencia y férrea voluntad que mostró Francisco Alcántara para lograr la fundación de lo que en un principio se denominó Escuela Nacional de Cerámica, sobresaliente y magnífico logro que además se hizo en unos tiempos muy difíciles.

La primitiva escuela fue instalada inicialmente en el n.º 12 de la calle de Fernando el Católico, de Madrid, en unos locales pertenecientes al antiguo Asilo de San Bernardino.

En 1920, Alcántara conseguía superar los laberintos administrativos al lograr un acuerdo entre el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, de una parte, y el Ayuntamiento de Madrid de la otra. Ambas instituciones compartirían a partir de ese momento la responsabilidad y el mecenazgo de la nueva Institución, quedando a cargo de la Escuela Municipal las enseñanzas básicas, de grado elemental y medio, y dependientes del Ministerio las especialidades superiores en sus ramas técnica y artística. La construcción de un edificio de nueva planta, se encarga al arquitecto Luis Bellido González, y la dotación en las instalaciones de molinos, prensas, tornos y hornos, completarían la realización del proyecto.

Curiosamente, el socio de la AEPE​ Pedro Quesada, inauguraba el pasado mes de abril una escultura de su autoría dedicada al arquitecto municipal Luis Bellido, en homenaje a su gran trabajo en la ciudad de Madrid.

Francisco Alcántara, enciclopédico por formación y herencia, era plenamente consciente de que la escuela aunaba no sólo el arte, sino también los oficios tradicionales y procesos fabriles que se estaban perdiendo. Pero se hace necesario conocer sus directos antecedentes.

Escuela de Cerámica

 

Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro

En 1760 se funda la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro, que aúna los saberes de expertos italianos y del oficio tradicional español y que logra en apenas medio siglo constituirse como la más importante de su género en Europa, siendo algunos de sus procesos tan avanzados que eran considerados secretos de Estado.

Sin embargo, durante la Guerra de la Independencia queda completamente aniquilada, primero por las tropas francesas que la expolian y transforman en un recinto militar y después por las británicas, que la destruyen completamente.

Real Fábrica de Loza y Porcelana de la Moncloa

Para tratar de recuperar lo perdido, en 1817 se funda su directa heredera, la Real Fábrica de Loza y Porcelana de la Moncloa, cuya convulsa historia es fiel reflejo de la española de su tiempo. Pese a los diferentes esfuerzos para que enraizara, sin artesanos ni docentes propios así como sin trasmisión de conocimientos ni patentes y en un mercado dominado por empresas francesas, cierra en 1850. El Museo del Prado apenas custodia dos piezas de esta época y la posterior.

De vital importancia es la siguiente etapa, cuando los hermanos Zuloaga logran reabrirla en 1874, bajo el nombre de Fábrica y Escuela de Artes Cerámicas de La Moncloa. Y es que unos años antes, en 1871, se había instituido la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, y se cuenta otra vez con un clima favorable para otro intento.

Figuras clave en este emprendimiento son los mentados hermanos, Daniel y Guillermo, que asumirán la dirección, y Germán, que ayudará con su propio patrimonio, pero que de inmediato encontrarán las mismas dificultades que en la anterior etapa. Asumirán tal compromiso con la fábrica que Guillermo se arruinará y cerrarán, a la muerte de Germán, en 1886.

Los hermanos Zuloaga con los trabajadores de la Real Fábrica de la Moncloa. Hacia 1883

 

Escuela Nacional de Cerámica

Este sacrificio no pasará inadvertido a Francisco Alcántara y con su amistad con los Zuloaga operará en él la comprensión de todo lo perdido y germinará su inapelable voluntad para recuperarlo. Más de dos décadas tardará en lograrlo, ya que como se ha señalado la Escuela Nacional de Cerámica abrirá en 1911.

En 1934 logró el traslado a los terrenos llamados de “La Tinaja”, junto a la ermita de San Antonio de la Florida, donde estuvo la Escuela-Fábrica de los Zuloaga.

Francisco no llegará a ver su escuela terminada en la misma ubicación que la Real Fábrica de La Moncloa, pues como estaba en estado de ruina las nuevas instalaciones no se finalizarán hasta 1934, con unas excelentes instalaciones obra del arquitecto Luis Bellido González, como ya hemos mencionado, y un ajardinamiento obra de Javier de Winthuysen.

Desgraciadamente, la nueva escuela – fábrica volverá perderse por cuarta vez, en esta ocasión en parte destruida en la Guerra Civil de 1936 a 1939, ya que la situación de la misma los hacía estar en plena línea de fuego.

Con muchos esfuerzos e ilusión, concluida la contienda, en el curso 1939-40 se reanudaron las actividades docentes.

Y otra vez volverá a surgir otra figura que contra todo pronóstico proteja su patrimonio y sea clave para ponerla en marcha en 1940, Jacinto, el hijo de Francisco.

Los edificios de la Escuela han mantenido su uso hasta nuestros días, con las correspondientes ampliaciones y adaptaciones durante la posguerra, como la construcción de un pabellón para la casa de guarda proyectado por el arquitecto municipal Lucio Oñoro Domínguez en 1948, que no se terminó hasta el año posterior; debiendo citarse además la instalación del monumento dedicado al fundador Francisco Alcántara, que por esas fechas debió realizar el escultor Antonio Cruz Collado.

Escuela de Cerámica en construcción. 1932

La chimenea del horno y la Tinaja del Pabellón Florida

 

Escuela de Arte Francisco Alcántara

En 1984, con la separación de los organismos de gestión municipales y estatales, se crearon dos centros oficiales: la Escuela de Arte Francisco Alcántara, dependiente de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, y la Escuela Municipal de Cerámica, dependiente del Ayuntamiento de la capital.

Separados por el jardín, ambos organismos docentes funcionan independientes desde entonces, si bien la Comunidad de Madrid implantó los estudios superiores de la especialidad con la finalidad de adaptarse al sistema educativo y a las nuevas tecnologías aplicables a la enseñanza del oficio alfarero.

La Escuela de Cerámica Francisco Alcántara, dentro del marco de la homónima Escuela de Arte, continúa emplazada en el Parque del Oeste, próxima al edificio y horno de la antigua Real Fábrica de La Moncloa, cuya chimenea llamada “La Tinaja” y los hornos se rehabilitaron en 1992, inaugurándose como “Centro de Jóvenes Creadores Pabellón Florida”, una magnífica sala de exposiciones luminosa y bien dotada, bajo el impulso y empeño de un José Gabriel Astudillo López preocupado siempre por el arte y los  artistas.

Poco duró el sueño artístico de nuestro Presidente, siendo reconvertido el Pabellón Florida en sede de la Policía Municipal.

En la actualidad sigue funcionando la Escuela que suma un inmenso legado, no sólo por las obras acumuladas, que a comienzos del siglo XXI sumaban más de 17.000 acuarelas y más de 5.000 fotografías, sino también por los métodos pedagógicos, su papel en la conservación del conocimiento ancestral de muchos oficios tradicionales y su influencia cultural en las sucesivas generaciones.

Uno de los métodos educativos usados por Francisco Alcántara fue el de los cursos de verano. Al poco de la fundación de la Escuela comienzan los mismos, siempre con un viaje desde Madrid a diferentes regiones y comarcas españolas, para que los alumnos pintaran y modelaran del natural y en el propio ambiente, discutiendo posteriormente en reuniones abiertas.

Para ello se elegían aquellos pueblos que mejor habían conservado sus costumbres tradicionales, pretendiendo que los alumnos tuvieran contacto directo con ellas.

Fachada de la actual Escuela Municipal de Cerámica

 

El cercano y desconocido Cementerio de La Florida

Junto a la Escuela de Cerámica se encuentra el Cementerio de La Florida.

En su modesta entrada, una placa señala que este camposanto alberga los cuerpos de los 43 patriotas fusilados por los franceses en la Montaña de Príncipe Pío.

La placa es de 1981, año en que se reabrió el cementerio una vez rehabilitado tras décadas de cierre y deterioro.

Al entrar, lo primero que vemos es un mural de azulejos que reproduce el cuadro El tres de Mayo, de Goya, y debajo una placa dedicada “Al valor y heroísmo de un pueblo” el madrileño.

Un camino central adosado a la Escuela de Cerámica, mantiene una placa dedicada a Sor Marta, que auxilió a seiscientos prisioneros españoles de Bensaçon, salvando la vida de muchos de ellos.

Al final del camino, una pequeña ermita, consistente en un recinto de ladrillo con una capilla al fondo y al lado una lápida dedicada al General Espartero, que fue uno de los presidentes de la Sociedad de Milicianos.

El Cementerio de La Florida fue construido en 1796 para los empleados del Palacio Real. Tras los sucesos del “Dos de Mayo” su propósito cambió, adquiriendo un significado especial.

Dentro de la ermita hay que bajar a la pequeña cripta donde están enterrados 43 hombres en una fosa común, dentro de dos cofres, tras una lápida con 29 nombres de los arcabuceados en la madrugada del tres de mayo, que se pudieron identificar en los primeros años tras la Guerra de Independencia, siendo los catorce restantes muertos anónimos que no fue posible identificar.

Los fusilados de Príncipe Pío no fueron los únicos en morir en aquellas jornadas. El mismo día 2 algunos madrileños fueron arcabuceados en otros puntos de la ciudad. Otros cayeron en las luchas callejeras contra los soldados napoleónicos. Una vez pacificada la revuelta antifrancesa, el general Murat decidió dar un castigo ejemplar.

Para ello, ordenó seleccionar 42 prisioneros al azar y el general se reservó la elección de uno más. Los 43 mártires fueron torturados y conducidos a la ladera de la Montaña de Príncipe Pío. Allí fueron fusilados y sus cuerpos abandonados. Hasta que unos días más tarde los hermanos de la Buena Dicha los enterraron en el Cementerio.

 La Cofradía de la Buena Dicha se ocupó de su mantenimiento, hasta que en 1917 pasó al cuidado de la Sociedad Filantrópica de Milicianos Nacionales Veteranos, que  sufragaba los gastos de mantenimiento con pequeñas aportaciones voluntarias.

Todos los dos de mayo, fecha en la que se celebra el día de la Comunidad de Madrid, el Presidente de la misma lleva a cabo una ofrenda floral a los Héroes del 2 de mayo en el Cementerio de La Florida, manteniéndose el resto del año cerrado.

Cementerio de La Moncloa

 

Francisco Alcántara en Hoyo de Manzanares

Hoyo de Manzanares fue uno de los pueblos elegidos para los cursos de verano descritos, influyendo también en la decisión sin duda la amistad y ascendiente que tuvo Francisco Alcántara con Aureliano de Beruete, que ya en el siglo XIX había pintado la sierra hoyense.

La misma influencia, en la que ya participaría activamente Francisco, haría que otros artistas eligieran la Sierra de Hoyo como el lugar donde vivir y trabajar, como Rafael Botí, que residió en Torrelodones.

En junio de 1923, en la Exposición que celebró la Escuela de Cerámica en el Salón del Círculo de Bellas Artes de Madrid declaraba Francisco Alcántara en una entrevista que le hizo el escritor y periodista Ramón Gómez de la Serna, sobre las escenas hoyenses que allí se veían, entre otras cosas, que: …”ésa es la cocina de la tía Baltasara, encantador reposorio en las estadas en Hoyo de Manzanares”…

La familia Alcántara construyó una casa en el centro del pueblo en la que veraneaba y pasaba temporadas de descanso hasta el inopinado asesinato de Jacinto Alcántara en 1966. Los herederos donaron dicha finca y sus jardines a Hoyo de Manzanares en 1969, albergando en el presente la planta baja el Centro de Mayores y en la segunda dependencias municipales.

Homenajean el legado de los Alcántara en Hoyo de Manzanares una excelente placa cerámica, fechada en 1929, en su entrada sur y un Monolito que recuerda la inauguración de los jardines como parque público en 1981.

Francisco Alcántara Jurado Socio Fundador de la Asociación Española de Pintores y Escultores, con el número 100.

En la Gaceta de Bellas Artes de enero de 1911, firmaba un artículo en el que reivindicaba la cerámica española que tanto auge estaba teniendo en el arte español de principios de siglo.

Decía que el primer empeño de la nueva Escuela de Cerámica era “restaurar todos los procedimientos decorativos cerámicos de la arquitectura mudéjar y posteriores, como la pintura de retablos sobre azulejos de Talavera, y la vajilla y cacharrería no solo útil, sino la que comprende la ostentosa riquísima en formas y colores desde la tinaja, orza, hasta la pieza más mínima y en clasificar y catalogar de loza española antigua la moderna que se produce en todo el país”.

 

Jacinto Alcántara Gómez

ALCANTARA GOMEZ, Jacinto          P.C   <1954             15.set.1901            MADRID            MADRID    6. jun.1966

Socio Fundador

Jacinto Alcántara en una fotografía de 1928

 

Jacinto Alcántara Gómez. Nacido en Madrid, el 15 de septiembre de 1901, su formación intelectual y artística estuvo asegurada con la educación que le brindó su progenitor, viviendo en un ambiente de primer orden gracias a las amistades de su padre, que incluían a personalidades de la talla de Pérez Galdós, Unamuno, Azorín, Valle Inclán, Ortega y Gasset y otros miembros de la generación del 98 con quienes compartía el pensamiento regeneracionista.

Amigo desde la niñez de José Antonio Primo de Rivera, con quien compartió estudios.

Su formación como ceramista, siendo alumno de la escuela creada por su padre, estuvo a cargo de los socios de la AEPE Daniel Zuloaga y Enrique Guijo, completando  después sus estudios artísticos con algunos viajes por distintos países europeos.

Jacinto Alcántara en una fotografía de 1931

 

Durante la Guerra Civil, gracias a su cultura y formación artísticas, se ocupó de las tareas de recuperación y salvación de obras de arte, teniendo sus iniciativas parte en la creación de la Obra Nacional de Artesanía, de la que fue director y a la que estuvo vinculado hasta su muerte.

Organizó así exposiciones de artesanía española y arte decorativo en Múnich, Florencia, Nueva York, Roma, Casablanca, París, Bruselas, Tokio, Manila, Bangkok y Berna, además de numerosas exposiciones de Artes Populares por toda España y con más asiduidad en Madrid.

Organizó una grandiosa Exposición de más de 1.200 piezas de cerámica que abarcaban desde la Prehistoria hasta la obra de Picasso, que no pudo ver concluida por su trágica muerte.

Profesor de la Escuela de Cerámica fundada por su progenitor, su aportación fue decisiva para poner en marcha nuevamente la escuela, destruida por la guerra civil, sin medios de ningún tipo, en una labor meritoria por cuanto de titánica tuvo.

El resurgir de las cenizas, propiamente dicho, de la Escuela, se vio recompensado con el espíritu intelectual liberal con que la dotó, continuador del implantado por su padre tan vinculado a la Institución Libre de Enseñanza, basado en el fomento de la creatividad de los alumnos y su crecimiento como artistas de una forma culta y disciplinada.

El artista en una fotografía de 1932

 

De esta forma, fue alumno, profesor y director de la Escuela Nacional de Cerámica.

En 1966 fue nombrado Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, no llegando a leer su discurso debido a su asesinato.

Su obra cerámica y su obra pictórica, constituida por decenas de pinturas en óleos y acuarelas de gran formato, se encuentran depositadas en la Escuela de Cerámica de la Moncloa del Ayuntamiento de Madrid.

Jarrón de Jacinto Alcántara de 1927

 

Como curiosidad puedo mencionar también que nuestro Presidente, José Gabriel Astudillo López, en su etapa política, fue patrono de la Escuela de Cerámica durante cuatro años.

Jacinto Alcántara estaba casado con Rosario Muñoz-Cobos, con la que tenía una única hija llamada Amalia, que contrajo matrimonio con José Arrobas de Vacas.

Fue designado como Director de la Escuela de Cerámica de Madrid, simultaneando este cargo con el de Jefe de Protocolo del Ayuntamiento de Madrid, que desarrolló con extrema brillantez.

 

Jacinto Alcántara impartiendo un curso en 1939

 

Pronunció conferencias, publicó artículos sobre temas de cerámica y en 1941 publicó el libro “La cerámica en España”.

 

Jacinto Alcántara en los años sesenta

 

En 1928 el joven alumno Jacinto Alcántara, realizó una excursión artística por tierras de Zamora en compañía de otros artistas.

Jacinto regaló uno de los apuntes, un dibujo que retrataba a una aldeana de aquella región, realizados en el transcurso de aquel viaje, a su amigo el médico Serapio Blanco Turino.

El hijo de Serapio Blanco, Juan Francisco Blanco Villoria (1921), de carácter perturbado desde su niñez, se obsesionó con aquel dibujo de tal manera, que interpretaba que la retratada era su madre, tomando la dádiva como una gran ofensa, ya que era “un gran insulto para ella”.

Casualidades de la vida quisieron que el tal Juan Francisco asistiera como alumno a la Escuela de Cerámica que por aquel entonces ya dirigía Jacinto Alcántara, lo que motivó que la situación en lugar de mejorar, se agravara, llegando el alumno a afirmar que algún día “mataría a Jacinto Alcántara”.

Juan Francisco asistía a las clases de dibujo que impartía el catedrático de Bellas Artes Miguel Kreisler Padín en el Liceo Francés, que ante la baja calidad de los ejercicios presentados por su alumno, suspendía reiteradamente los exámenes de Blanco Villoria, jurando también con este motivo, vengarse y proferir amenazas de muerte a su profesor.

Se da también la circunstancia de que tanto Miguel Kreisler como Jacinto Alcántara formaron parte del Tribunal que examinó de francés a Juan Francisco, al que suspendieron, aumentando así aún más la inquina del perturbado.

Veinte años más tarde, en 1959, Juan Francisco Blanco Villoria ejerce de maestro nacional en el pueblo turolense de Sarrión, sufriendo por aquel entonces, fuertes episodios de manía persecutoria.

El 28 de diciembre de 1959 Juan Francisco se encuentra en Madrid para celebrar las Navidades con sus padres y va a cumplir una de estas promesas aventuradas hace ya tantos años… Caminando tranquilo, se dirige a la calle Alcalá, número 100, donde reside su antiguo profesor Miguel Kreisler, a quien asesta dos puñaladas mortales, una en el pecho y otra en la espalda, con un cuchillo cuya hoja medía unos 30 centímetros. Kreisler ingresará ya cadáver en el hospital.

Apresado, Juan Francisco Blanco es internado en el manicomio de Cienpozuelos, pero siete años más tarde, en la madrugada del 5 de junio de 1966, se fuga del frenopático y comienza a planificar su venganza.

Dos días después, acude al domicilio de Jacinto Alcántara, en el número 50 del madrileño Paseo del Pintor Rosales y, tras llamar a la puerta y asegurarle a la doncella que era el conserje de la Escuela de Cerámica, esperó hasta que Jacinto acudió a la entrada, asestándole dos puñaladas en el pecho, una de ellas le atravesaría el corazón, a su antiguo profesor, que cayendo de bruces en el pasillo y tras esbozar unos pasos, murió al instante.

Tras la consumación del homicidio, Juan Francisco se mostró tranquilo y no ofreció resistencia en el momento de la detención. En la chaqueta guardaba aún el arma empleada, que había adquirido por 100 pesetas.

El Ayuntamiento de Madrid editó un libro titulado Jacinto Alcántara Gómez: Homenaje del primer Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid en el primer aniversario de su muerte, otorgándole la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid.

También como homenaje póstumo, en los jardines de la Escuela de Cerámica se instaló en 1971 un busto de Jacinto Alcántara, muy próximo al de su padre colocado allí en 1949, obra del socio de la AEPE Enrique Pérez Comendador.

Jacinto Alcántara y la AEPE

Anterior al año 1954, fue nombrado Socio de Honor de la AEPE.

Elegido Vicepresidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores en 1955, ocupó el cargo hasta el momento de su fallecimiento.

Busto en bronce de Jacinto Alcántara, obra del también socio de la AEPE Enrique Pérez Comendador

 

 

Concepción Mármol Trigo

Por Mª Dolores Barreda Pérez

LAS PRIMERAS ARTISTAS DE LA

ASOCIACION ESPAÑOLA DE PINTORES Y ESCULTORES

Desde su fundación en 1910, y después de haber tratado en anteriores números a las Socias Fundadoras de la entidad, y las participantes en el primer Salón de Otoño, vamos a ir recuperando de la memoria colectiva, el nombre de las primeras socias que vinieron a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores.

 

Concepción Mármol Trigo

MARMOL, Concepción          P            1920             ANDUJAR (J)                   ANDUJAR

 

 

Concepción Mármol Trigo nació en 1874 en Andújar, Jaén, en el seno de una familia humilde. Tenía una hermana, Carmen, a la que estuvo muy ligada durante toda su vida.

Como costurera, Concha, como era conocida en Andújar, entró muy joven al servicio de la casa de la Marquesa de Santa Rita y Condesa de la Gracia Real, María Agustina Pérez de Vargas y Pérez de Vargas.

Por su carácter y bondad, se ganó la confianza de la Marquesa, que la convirtió en su ama de llaves y amiga.

 

 

En su casa palacio, adquirió junto a ella una vasta cultura que le permitió dirigir la revista “Mirando al Santuario”, desde 1922 hasta 1935.

Contrajo matrimonio con Antonio Vallejo Garrote, que murió asesinado junto a la iglesia de San Miguel al comienzo de la guerra civil, no teniendo el matrimonio descendencia.

Como parte de la casa de la Marquesa, fue testigo de las aportaciones que ésta hizo para la construcción de la capilla de la Virgen de la Cabeza, patrona de la ciudad y venerada en la Basílica del mismo nombre, que se halla enclavada en pleno parque natural de la Sierra de Andújar, en el paraje conocido coloquialmente como Cerro del Cabezo, a 32 kilómetros de la ciudad de Andújar, en Jaén.

Colaboró después en la preparación de los fastos del VII Centenario de la aparición de la Virgen de la Cabeza, en 1927.

Blanco y Negro, 1928

 

Las dos hermanas sufragaron uno de los misterios del Rosario monumental del templo, situado en el camino de subida al Cerro del Cabezo.

Las crónicas de aquellas jornadas fueron después recopiladas en álbumes que costeó la propia Marquesa, que fallecería sin dejar descendencia.

A su muerte en 1933, legó su inmenso patrimonio a sus damas de compañía y a otras instituciones de carácter benéfico-social.

Y por supuesto, a Concha y a Carmen, muy preocupadas siempre por el bienestar y la enseñanza de los niños pobres de la ciudad.

Tras la guerra civil, colaboró activamente en la reconstrucción del santuario de la Virgen de la Cabeza que el bando republicano había dejado reducido a escombros, con la pérdida total de su riqueza artística y de la imagen primitiva de la Virgen de la Cabeza.

Curiosamente, Mariano Benlliure sería el autor de la nueva imagen del Sagrado Corazón de Jesús que se colocó en 1943, así como de una imagen de Cristo agonizante que allí se venera.

Las hermanas Mármol  donaron parte de los retablos que en la actualidad se pueden admirar: el Sagrado Corazón, San Antonio de Padua y el de la Santísima Trinidad.

Pero su contribución más destacada fue la del templete para la procesión de la Virgen, de 1957, y la restauración de la jaula procesional del siglo XVI que se llevó a cabo en 1960.

La Cofradía Matriz nombró Camarera Perpetua a Concha por su entrega y devoción mariana.

Sus aportaciones económicas llegaron también a la Iglesia parroquial de San Bartolomé Apóstol de Andújar, a la que donó el retablo de la Capilla mayor de San Miguel y el Cristo de la Columna de San Bartolomé, de la Santa Vera-Cruz de la ciudad.

Desde joven, se interesó por el mundo del arte, pintando obras religiosas y copiando obras de los principales maestros, en especial de Murillo.

Así, pintó y donó algunos lienzos al santuario, que fueron colocados en los arcos laterales de la iglesia.

En el campo artístico, recibía el sabio consejo del maestro Herrera.

Portada de uno de sus libros

 

Dedicatoria que Concha Mármol dedicó a su mentora y amiga Agustina Pérez de Vargas y Pérez de Vargas

 

En la revista Don Lope de Sosa se destaca que un cuadro suyo, representado a la Divina Pastora, se expuso en el pabellón de Jaén de la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.

Más conocida es su faceta como escritora, tanto en prensa, con artículos como “La mujer social”, “Páginas escogidas” o “La bella Iliturgi, cuna de santos”, como en la publicación de relatos y cuentos tales como La huerfanita Norberta (1924), La cabaña y el zagal (1927), La imagen soñada (1929), El hogar clásico, El niño perdido, Por esos mundos, Mujeres de antaño, etc.

Interior del Palacio de Gracia Real

 

A su muerte el 27 de diciembre de 1962, toda su herencia pasó a integrar el capital fundacional del futuro patronato “Inmaculada Concepción”, germen del actual Colegio La Salle de Andújar, que fue regido desde el principio por los Hermanos de la Doctrina Cristiana de San Juan Bautista de La Salle, en donde la enseñanza es gratuita, debiendo los alumnos reunir la condición de “pobres”, estableciéndose un régimen de becas.

Tras su muerte, la revista “Heraldo del Santuario” comentaba: “El sepelio de esta generosa dama constituyó una imponente manifestación de duelo. Asistió el Clero de las cuatro parroquias con cruz alzada, Cofradía de la Virgen de la Cabeza con banderas, cetros e insignias, Hermandades de Pasión; Patronato de la Fundación del Colegio, Provincial y Hermanos de La Salle de Córdoba; Provincial y Comunidades de los Padres Trinitarios de Andújar, Córdoba y Alcázar de San Juan. El duelo iba presidido, con los familiares, por autoridades y arcipreste, que ostentaba la representación del Obispo de Jaén”.

 

Primera promoción de alumnos de La Salle de Andújar de 1963

 

Su entrega a la causa religiosa y también social fue recompensada, de alguna forma, al dedicarle su pueblo una calle en el año 1989 a petición de un profesor del Colegio La Salle.

A ese reconocimiento se sumó no hace mucho la rotulación de otra vía urbana con el nombre de “Hermanos de La Salle”.

 

 

Concha Mármol Trigo y la AEPE

Participó en el V Salón de Otoño de 1924, donde apareció inscrita como Concepción Mármol, natural de Andújar, Jaén, donde reside,  plaza Marcos Criado, 7.

Lo hizo con la obra:

668.- La Pastorcita en Sierra Morena, lápiz, 0,63 x 0,47

Concha Mármol en los últimos años de su vida

 

 

Mª Dolores Barreda Pérez presentará el libro «El círculo Benlliure»

   El 15 de junio de 2023, 19 h. en la sede de la AEPE

En un acto que se celebrará el próximo día 15 de junio de 2023, a las 19 h. en la sede institucional de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Mª Dolores Barreda Pérez presentará el libro que bajo el título de «EL CIRCULO BENLLIURE. Entresiglos: Diccionario biográfico de 76 artistas coetáneas de Benlliure», acaba de publicar el Ayuntamiento de Crevillente, junto con el Museo Mariano Benlliure y la Federación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Crevillente.

El acto, en el que estará presente la autora, contará con la presentación del Socio de Honor de la AEPE, escritor y Premio Planeta, Javier Sierra, del Presidente de Honor de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), Tomás Paredes, y del Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, quienes prorrogan el libro, junto al Alcalde de Crevillente y al Presidente de la Federación de Cofradías y Hermandades de la Semana Santa de Crevillente.

La portada del mismo es una obra original creada expresamente para el libro, de Alejandro Aguilar Soria, artista multidisciplinar y Socio de Honor de la AEPE.

«He hojeado con asombro sus páginas y si algo une a estas artistas es su afán permanente de superación. Aun siendo orgullosas herederas de aquella jovencita anónima del cerro de Jabalcón, les tocó vivir en un mundo cuya historia escribieron hombres. Por eso, rescatarlas de las hemerotecas, recuperar sus nombres y sus trayectorias, y reivindicar lo que hicieron, es dar dignidad a la Historia del Arte«.

Javier Sierra

Socio de Honor de la AEPE. Escritor, Premio Planeta de novela

 

«Esa es la clave de este ensayo histórico de mujeres artistas que confeccionaron la historia de esta institución, AEPE, fundamental en el desarrollo del arte y la creatividad durante un siglo y pico en España. Este volumen se publica en conmemoración del 75 aniversario del fallecimiento de Mariano Benlliure, ocurrido en 1947, pero abarca desde el nacimiento de AEPE, situado con los últimos hallazgos de la autora, antes de lo que se creían«.

Tomás Paredes

Presidente de Honor de AICA Spain (Asociación Internacional de Críticos de Arte)

 

«Este trabajo es una perfecta revisión de la historia de la Asociación Española de Pintores y Escultores, ya que nos presenta los antecedentes de una entidad que sigue viva tras más de un siglo; y nos presenta la vida y las obras de las que fueron sus primeras socias, aquellas que se abrían paso en el difícil mundo de las bellas artes en unos momentos tan convulsos en la historia de España«.

José Gabriel Astudillo

Presidente  de la Asociación Española de Pintores y Escultores

La autora:

Mª Dolores Barreda Pérez (Madrid, 1966) es periodista, escritora, investigadora, miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte, pintora, restauradora, gestora cultural y comisaria de exposiciones. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Museología, Secretaria General y Secretaria Perpetua de la Asociación Española de Pintores y Escultores.

Dirige la Gaceta de Bellas Artes, una revista mensual que nació en 1910 y es el órgano de expresión de la AEPE.

Responsable del Archivo Histórico “Bernardino de Pantorba”, es además autora de otros trabajos de investigación sobre el arte y otros socios y curiosidades artísticas relacionadas con la entidad, cuyas publicaciones pueden verse en http://apintoresyescultores.es/entrevistas-y-reportajes/

Reúne en este libro, EL CÍRCULO BENLLIURE, el fruto de sus nvestigaciones acerca de la biografía de las primeras socias de la centenaria entidad, coetáneas de Mariano Benlliure.

Ávida lectora y apasionada de la escultura, en este libro ha querido rescatar del olvido a las artistas que tuvieron la suerte de vivir en un periodo de riqueza artística inigualable en la historia del arte de España.

 

 

 

Publicadas las bases del 90 Salón de Otoño

Con fecha 30 de mayo de 2023, el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, y la Secretaria General de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, firman las bases que habrán de regir en la convocatoria del 90 Salón de Otoño de la AEPE, el Certamen artístico más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España, que se celebrará del 26 de octubre al 26 de noviembre de 2023, en la Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro, declarado patrimonio de la humanidad como el primer Paisaje Cultural Urbano de Europa por la Unesco.

La AEPE conserva la esencia de la historia y la tradición más auténtica del arte en España. Tras 113 años de historia y 89 ediciones a sus espaldas, la Asociación Española de Pintores y Escultores continúa promoviendo las artes plásticas y mantiene el espíritu con el que nació el Salón de Otoño: dar cabida a los artistas más jóvenes junto a obras de grandes maestros.

El Salón de Otoño nació a iniciativa de Juan Espina y Capo en 1920, a la manera de las exhibiciones parisinas que triunfaban por aquella época, con un espíritu libre y alejado de los premios económicos que caracterizan otros certámenes.

La principal novedad del Salón de Otoño era, y así sigue manteniéndose hasta nuestros días, el hecho de que son los artistas quienes valoran a otros artistas, es decir, el arte mismo regido por quienes lo profesan, y que ese reconocimiento se otorga con una Medalla, sin ningún tipo de recompensa económica.

Y a pesar de ello, son ya 90 las ediciones que con la de este año se han celebrado, con el mismo espíritu con el que nació, y en donde siempre ha habido obras de atrevimiento y de ensayo que la Asociación Española de Pintores y Escultores ha amparado, sin encasillarse en tradicionalismos sistemáticos, ya que todos los artistas participantes son iguales ante el reglamento de participación, sin fronteras de ideales, ni de técnicas, ni de tendencias.

Según las bases del concurso, en esta edición se admiten obras de pintura y escultura de tema libre y con unas dimensiones mínimas de 46 cm, y máximas de 200 centímetros. Además, cada participante podrá presentar cuantas obras desee.

El 90 Salón de Otoño otorgará 18 premios: Premio Tritoma, Premio Ciudad de Getafe, Premio Fundicion Codina, Premio al talento joven “Encuentro”, Premio de Escultura Santiago de Santiago, Premio Agrupacion Española de Acuarelistas, Medalla de Pintura Eduardo Chicharro, Medalla de Escultura Mateo Inurria, Medalla de Pintura Joaquin Sorolla y Bastida, Medalla de Escultura Mariano Benlliure y Gil, Medalla de Pintura Cecilio Pla y Gallardo, Medalla de Escultura Miguel Blay y Fábregas, Medalla de Pintura Marcelina Poncela de Jardiel, Medalla de Escultura Carmen Alcoverro y López, Medalla de Acuarela José Prados López, Medalla de Dibujo Roberto Fernández-Balbuena, Medalla de Grabado Juan Espina y Capo y la Medalla de Pintura Down Madrid, reservada a artistas de este colectivo en un ejercicio de inclusión que llega así a su sexta edición.

 

Bases 90 Salón de Otoño 2023

 

90 Salón de Otoño

de la Asociación Española de Pintores y Escultores

26 de octubre – 26 de noviembre de 2023

Casa de Vacas

Parque del Buen Retiro de Madrid

Pº de Colombia, 1. 28009 Madrid

De lunes a domingo, de 10 a 21 h.

Metro: Retiro (Línea 2)

Bus: 2, 20, 28

BICIMAD: Estación 102 (C/ Alcalá, 95) y Estación 60 (Plza. Independencia, 6)

Inaugurado el 60 Certamen de San Isidro

En el C.C. Moncloa y con la asistencia del biznieto de Joaquín Sorolla

 

El 5 de mayo de 2023 tuvo lugar el acto de inauguración del 60 Certamen de San Isidro de tema madrileño de la AEPE cuyas obras se exhiben en las Salas de Exposiciones del Centro Cultural Moncloa, de la Junta Municipal del Distrito de Moncloa-Aravaca, hasta el próximo 30 de mayo y en el que se exponen un total de 49 obras de entre más del centenar de las presentadas a este certamen que ya es histórico y que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores.

El acto de inauguración estuvo presidido por el Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo, que estuvo acompañado por los Vocales Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta,  Carmen Bonilla Carrasco, Paloma Casado y Jesús Alcolea y por un numeroso grupo de socios, artistas seleccionados y amigos, que no quisieron perderse este acontecimiento.

En el acto de inauguración se procedió a realizar la lectura del acta del jurado y la entrega de premios. En esta ocasión, el Jurado ha estado presidido por Juan Manuel López Reina, Vicepresidente de la AEPE, actuando como Presidente del Jurado y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, en calidad de Secretaria del mismo, ambos con voz y sin voto; y como Vocales los directivos Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado López, Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta y Jesús Alcolea Ríos, además de un socio elegido al azar que resultó ser Cristina Agulló Técles.

El Presidente de la AEPE deparó a todos una gran sorpresa y es que, conociendo el resultado del jurado, en el que fueron distinguidas dos obras que reflejan los jardines del Museo Sorolla, invitó especialmente al biznieto del artista que fuera Presidente de la AEPE, Joaquín Sorolla, a que asistiera al acto de inauguración y entregara los premios, Antonio Mollá, como homenaje en el centenario de su fallecimiento que tanto el Museo Sorolla como la AEPE está celebrando.

De izquierda a derecha: Jesús Alcolea, Carmen Bonilla Carrasco, José Gabriel Astudillo, Antonio Mollá, Alicia Sánchez Carmona, Paloma Casado y Antonio Téllez de Peralta

 

Los premios concedidos fueron los siguientes:

 

MEDALLA de Pintura ANTONIO CASERO SANZ

Carmen Lupión Morales. Patio del Museo Sorolla de Madrid. Óleo / madera. 70 x 100

 

MEDALLA de Escultura LUIS BENEDITO VIVES. Desierta

MEDALLA DE HONOR DEL 60 CERTAMEN DE SAN ISIDRO a título póstumo

Antonio Izquierdo Ortega. El Escorial desde La Silla de Felipe II- Madrid. Óleo / lienzo. 54 x 73

 

MENCIÓN DE HONOR

Carmelo Esteban. El toro. Acero lacado y óxido. 42 x 34 x 22

 

MENCIÓN DE HONOR

Juan Ramón Luque Ávalos. Sorolla, su luz sigue brillando. Acuarela / papel. 90 x 60

 

MENCIÓN DE HONOR

Ángel Rueda. Mirando el mar. Acrílico / lienzo. 60 x 81

 

Recordamos que los artistas seleccionados en esta ocasión para integrar la exposición del  “60 Certamen de San Isidro de tema madrileño” de la AEPE, son: Joaquín Alarcón (Joaquín Alarcón González) – Carlos Andino (Carlos Andino Cerrato) – Alejandro Aynos (Alejandro Aynos Romero) – Jimena Aznar (Jimena Aznar Rodríguez-Caro) – Ana Barrera (Ana Barrera García) – Beatriz de Bartolomé (Beatriz de Bartolomé Díez) – Margarita Blanco (Margarita Blanco Gómez) – Martina Cantero (Martina Cantero Jiménez) – Carmezim (Mª José Carmezim Rabaça) – Francisco Díaz Muñoz – Carmen Durán (Carmen Durán Sanz) – Magdalena España (Magdalena España Luque) – Carmelo Esteban (José Carmelo Esteban Gracia) – Rosa Mª Fernández (Rosa Mª Fernández Fernández) – Odín Manuel (Odín Manuel Fuentes Martínez) – Javier Fuentes (Javier Fuentes Morán) – M. García García (María García García) – Gasconde (Fernando Gascó Alberich) – J. Pedro Gómez (Pedro Gómez Gómez) – César González (César González García) – Juan Antonio González-Sáiz – Juanchi (Juan Antonio González Sáiz) – Marien de Haro (Marien de Haro Moreno) – Antonio Izquierdo Ortega – Vicente Juárez (Vicente              Juárez Ramón) – Esther López Valls – Carmen Lupión Morales – Juan Ramón Luque Ávalos – Juan Marbán (Juan Alfonso Marbán Muñoz) – Marchante Serra (Yolanda Marchante Serra) – José Luis Martín de Blas (José Luis Martín de Blas Aguado) – Zárate (María Luisa Martínez de la Pascua de Zárate) – Daniel Mass Lorenzo – RosiM Moreno (Rosa Moreno Moreno) – Antonio Municio (Antonio Municio Gutiérrez) – Julio Nuez (Julio Nuez Martínez) – Ana I. Plaza (Ana Isabel Plaza Carcelén) – Paloma Ramírez-Montesinos – Ángel Rueda (Ángel Rueda Rodríguez) – Chari Salcedo (Rosario Salcedo Martínez) – Ana Mª Sánchez Sánchez – Pedro Sanmamed (Pedro Sanmamed Corral) – Murat (Guillermo Sanz Murat) – Edmundo Sanz-Gadea – Arturo Tejero (Arturo Tejero Esteban) – Tomé (M. Montserrat Tomé Gonzalo) – José Valladares (José Valladares Moreno)

Toda la información acerca de este certamen, el catálogo digital, galería de obras y fotografías de la inauguración las puedes ver en esta misma web, pestaña Certámenes y Premios, Subpestaña Certamen de San Isidro.

 

60 Certamen de Artes Plásticas de San Isidro de tema madrileño

5 a 30 de Mayo de 2023

Sala de Exposiciones

Centro Cultural Moncloa

Junta Municipal de Moncloa-Aravaca

Plaza Moncloa, 1

28008 Madrid

Horario de visitas L a V: de 11 a 14 h. y de 17 a 20’30 h.

Metro: Moncloa (líneas 3, 6)

Bus: 1, 44, C2, 82, 132, 138, 160, 162, C1, 161, 83, 133, A, G, 46, 16, 61

Recordando… Joaquín Bilbao Martínez

Obras, artistas, socios, pequeñas historias…

Por Mª Dolores Barreda Pérez

 

Joaquín Bilbao Martínez

BILBAO MARTINEZ, Joaquín                 E    1910(F155)                 1864           SEVILLA             TOLEDO               30.ene.1934

 

Socio Fundador de la AEPE

 

 

Joaquín María Leopoldo Ceferino Juan Bautista del Gran Poder y de la Santísima Trinidad Bilbao Martínez nació en Sevilla el 27 de agosto de 1864.

Hermano del pintor y también Socio Fundador Gonzalo Bilbao, era el sexto hijo del tarifeño Leopoldo Bilbao Caballero y de la sevillana Joaquina Martínez.

La numerosa familia, que contaba con doce hijos, vivía acomodadamente gracias al trabajo del padre, abogado y propietario agrícola que en 1891 se presentó a las elecciones con el Partido Liberal Dinástico de Sevilla.

Joaquín empezó sus estudios en el Colegio San Alberto Magno, y los continuó en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Sevilla.

Junto a su hermano Gonzalo, asistía además a clases de Dibujo y Acuarela del profesor Pedro Vega.

El escultor en 1901

 

En 1881, se matricula en la Facultad de Derecho de la antigua Universidad Literaria de Sevilla, terminando sus estudios en 1887, colegiándose en 1890 y comenzando a trabajar en el bufete de Manuel de Bedmar y Escudero.

En sus ratos libres, asistía al taller de pintura de su hermano Gonzalo, donde pintaba vasijas de barro que traían las señoras, pasando después a modelarlo y como encontró un enorme placer en esta disciplina, comenzó a trabajar en el taller de escultura de Antonio Susillo, abandonando la abogacía a los 29 años para dedicarse por completo a la escultura.

Participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1897 con la obra Sueño de amor, logrando una Medalla de Tercera Clase.

Un año más tarde presentó a la Exposición de Bellas Artes de Barcelona de 1898, la obra El sueño de la Virgen.

En 1900 presenta el Monumento a Antonio Cánovas del Castillo a la Exposición Universal de París, con la que logra la Tercera Medalla.

Otra imagen de la prensa de la época del escultor, en 1901

 

Resuelto a seguir aprendiendo, ese mismo año se traslada a París y allí estudiará en la Academias de Bellas Artes, haciendo continuos viajes de estudio por Bélgica y Holanda, donde admira la obra del pintor y escultor Constantin Meunier, así como por  Alemania e Inglaterra.

Así descubre el mundo escultórico de Rodin, Dalou y la estética del Art Nouveau.

Estatua de Antonio Cánovas del Castillo, en Madrid y su monumento

 

En 1902 participó en el Salón de París con la obra El resultado de una huelga, recibiendo una Mención de Honor.

En 1902 fue nombrado Comendador Ordinario de la Orden Civil de Alfonso XII.

En 1904 regresa a su Sevilla natal, siendo nombrado por la Academia de Bellas Artes sevillana, como vocal de Escultura de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos.

En 1907 participará en la Exposición de Bellas Artes de París.

Joaquín Bilbao en 1912

 

En 1909 ejercerá de profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, donde fue conservador de la Casa Museo de El Greco.

En 1910 participó en la Exposición de México con las obras Gitanilla y Muchacha y torero y en la Exposición de Arte Español de Buenos Aires con la obra El último tributo, que le vale la Primera Medalla.

Su participación en las exposiciones que se realizaban en Sevilla fue continua a partir de entonces.

El beso materno

 

En 1912 participó en la Exposición Nacional con las obras Madre e hijo y Carmencita, obteniendo Segunda Medalla.

Entre 1914 y 1919 acogió como discípulo a Enrique Pérez Comendador, cuya biografía abordamos ya en otro número de esta revista.

Autorretrato

 

Desde 1924 una pertinaz dolencia que le privó de la vista, le apartó del mundo del arte que tanto amaba.

Diez años después, completamente ciego, fallecía en Sevilla, el 30 de enero de 1934, arrastrando siempre la coletilla de ser el hermano del autor de Las cigarreras, pese al enorme número de obras que realizó.

Tras su muerte, la familia donó a la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, las obras escultóricas que guardaban, para su conservación y exhibición en el Museo Provincial de Bellas Artes, cumpliendo así la última voluntad del escultor.

Estatua funeraria del cardenal Marcelo Spínola (1912), capilla de los Dolores de la catedral de Sevilla

 

​Académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1897, fue socio del Ateneo, al que pertenecía desde su fundación en 1887, siendo presidente de su sección de Bellas Artes, entre 1917 y 1919.

Dotado de un gran oficio, enfrentó con brillantez todos los géneros, desde la escultura conmemorativa a la religiosa, pasando por el retrato y el bajorrelieve, pero donde más cómodo se encontraba era en los trabajos de pequeño formato, resueltos con un exquisito virtuosismo en el que se concitan soluciones del pasado y de la renovación plástica del fin de siglo, que dan por resultado trabajos atractivos, gratos y modernos.

Por ello fueron los más demandados por su clientela privada y los que centraron su participación en los certámenes expositivos.

Desnudo femenino

 

En las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes mantuvo una presencia testimonial, con asistencia sólo a las de 1917 y 1926; por el contrario, a las Primaverales de Bellas Artes, organizadas por el Ateneo, casi nunca faltó. Estuvo presente en ellas desde 1897, pasando por las de 1900, 1904, 1905, 1906, 1910, y perseverando en las de 1916, 1917, 1918, 1922, 1924, 1925, 1926, 1929, hasta llegar a la de 1930.

No obstante, las creaciones que más relevancia le dieron fueron las de carácter público, en su gran mayoría vinculadas con el arte religioso. Entre ellas pueden reseñarse: en 1914, para la catedral hispalense, el retablo plateresco, con los relieves de la Dolorosa y de San Juan, en la capilla del Cristo de Maracaibo; en 1916, para la Hermandad hispalense de las Cigarreras, el miguelangelesco Cristo del Dolor; en 1919, para la iglesia de Cumbres Mayores, Huelva, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores; en 1922, los cuatro sayones para el misterio de la Coronación de Espinas, de la Hermandad sevillana de la Coronación; también en 1922, la talla del Buen Pastor, para la iglesia sevillana del Sagrado Corazón; y con posterioridad a 1917, las 20 estatuas de la catedralicia portada de la Concepción, que fueron llevadas al tamaño y material definitivos, la terracota, por su colaborador Adolfo López, hacia 1924.

Cristo del Dolor Hermandad de Cigarreras de Sevilla y detalle

 

Como técnicas trabajó, además del bronce, el barro (en el que era un consumado experto), la porcelana biscuit, la madera o el mármol. Practicó también la pintura y el urbanismo, participando en la comisión para el embellecimiento de la Plaza de Triunfo.

Muy próximo al arte cristiano queda su mausoleo del cardenal Spínola, labrado en 1913 para la catedral de Sevilla, y hasta cierto punto su participación en el monumento sevillano a san Fernando, donde sólo hizo la figura ecuestre del soberano, ya que su proyecto fue sustituido por el del arquitecto Juan Talavera y Heredia.

Durante estos años sevillanos sus obras civiles son más extrañas, destacando la alegoría de las Artes en el monumento madrileño a Alfonso XII y el retrato de Alfonso XIII, en el Ayuntamiento de Sevilla.

Concluyó sus días con la satisfacción de ver cómo sus discípulos alcanzaban la fama, y entre ellos su predilecto, Enrique Pérez Comendador, pero también Vicente Rodríguez-Caso Giménez de Aragón, Agustín Sánchez-Cid y Agüero o Mauricio Tinoco Ortiz.

El monumento a Maese Rodrigo

 

Su carrera artística siempre estuvo oscurecida por la de su hermano, Gonzalo Bilbao, el mejor pintor impresionista sevillano del cambio de siglo.

Joaquín Bilbao procuró siempre impregnar su arte de un sentimiento profundo y de una identificación cordial con las pasiones cotidianas. En él no hay aparatosas concepciones, ni teatrales máquinas que tan lejos están de la riqueza decorativa, como de labrar surcos hondos en el corazón.

Apenas llegó a firmar ningún monumento y huyó siempre de esa vacuidad escultórica en la que se hacen alardes de ficticia grandiosidad y se recurre a manidos y rancios preceptismos simbólicos.
Joaquín Bilbao fue siempre un realista, un ligado a la vida cotidiana y así, todos los asuntos de sus estatuas o grupos escultóricos, expresan episodios y sentimientos observados por él directamente.

Estatua ecuestre del rey san Fernando en su monumento (1924). Sevilla, y detalle

 

Realizó obras en bronce destinadas a diferentes espacios públicos, como la estatua del Rey San Fernando de la Plaza nueva de Sevilla, integrada en un monumento diseñado por Juan Talavera y Heredia, la escultura en memoria de Antonio Cánovas del Castillo, de la Plaza del Senado de Madrid, Alegoría de las Artes, integrada en el monumento a Alfonso XII que se encuentra en el Parque del Retiro de Madrid, o la estatua de Maese Rodrigo Fernández de Santaella para la antigua Fábrica de Tabacos de Sevilla, hoy sede de la Universidad.

Alegoría de las Artes del Monumento a Alfonso XII en el parque del Retiro (1922). Madrid

 

Entre sus tallas en madera de tema religioso, podemos destacar un anterior Cristo atado a la Columna para la Hermandad de las Cigarreras de Sevilla, la Virgen de las Tres Avemarías para la Capillita de San José o las figuras de los cuatro sayones realizados en 1912 para la Hermandad de El Valle de la capital andaluza.

Otras obras importantes son el apostolado neogótico realizado para la terminación de la Puerta Grande o Puerta de la Asunción de la Catedral de Sevilla, y también para la Capilla de los Dolores de esta catedral, el sepulcro del Cardenal Marcelo Spínola, obra de 1906. Y para Cumbres Mayores, Huelva, la Virgen de la Soledad en mármol blanco arrodillada ante el sepulcro de José María Morón y Barrientos.

San Bartolomé

Gitana

Un rincón de su estudio. La Esfera, 1916

Muchacha holandesa

La niña del pato

Escena amorosa

La Virgen de las Tres Avemarías

 

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