Alejandro Martínez García, 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Organizado por la Asociación Española de Pintores y Escultores 

y con la  especial colaboración de Google

 

Los finalistas son de Logroño y Valladolid

 

El Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, José Gabriel Astudillo López, Santiago Saura, Concejal Presidente de la Junta Municipal de Retiro y Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, algunos miembros del Jurado como Javier Sierra, Tomás Paredes, Paula Varona, Ricardo Sanz y Dolores Chamero, así como la Junta Directiva de la centenaria entidad, presidieron el 3 de marzo, en la Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro, el acto en el que se dio a conocer el fallo del Jurado y se llevó a cabo la entrega del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, que organiza la Asociación Española de Pintores y Escultores y cuenta con la colaboración de Google.

De izquierda a derecha: Mª Dolores Barreda Pérez, Lola Chamero, José Gabriel Astudillo, Isidoro Moreno López, Alejandro Martínez García, César Orrico, Tomás Paredes, Santiago Saura, Paula Varona, Javier Sierra y Ricardo Sanz

 

El 57 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA recayó en el artista de Elda, Alicante, Alejandro Martínez García, con la obra titulada “SER XV”, óleo sobre papel de 180 x 120 cm, un retrato a gran formato que es en realidad un ejercicio de reflexión y búsqueda del interior, de gran riqueza plástica y armonía cromática, en una excelente fusión de abstracción y figuración en el que también está presente la naturaleza. El Jurado ha querido destacar de esta obra el perfecto dominio de la carnalidad de su paleta y la sensibilidad y espiritualidad que transmite la exaltación del color.

Alejandro Martínez García recogió el premio de manos de José Gabriel Astudillo y Santiago Saura

La obra ganadora que ha merecido el 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, «Ser XV», óleo/papel, 180 x 120

 

Además, el Jurado ha querido destacar en esta ocasión, solo dos obras finalistas.

La primera es la escultura titulada “Tiempo”, del logroñés César Orrico, un bronce a la cera perdida de 83 x 39 x 25 cm, que representa una figura femenina que fusiona la originalidad en la representación con los principios fundamentales de la escultura, partiendo de un tratamiento naturalista del cuerpo y a través de un modelado preciso y fluido. La obra, que denota un profundo conocimiento de la anatomía, está cargada de expresividad, movimiento y belleza, que rebosa sensualidad y vida.

 

César Orrico recoge su diploma como finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura «Tiempo», Bronce a la cera perdida, 83 x 39 x 25 

La segunda finalista ha sido el óleo sobre lienzo de 150 x 150 cm, titulado “Refugio de montaña”, del vallisoletano Isidoro Moreno López, que cuenta con numerosos premios y que aúna la reciedumbre grave del paisajismo de Castilla con el resplandeciente luminismo del levante. Un paisajista que concentra lo mejor de los grandes maestros y en este caso ha sabido trasladar al lienzo, a través de una pincelada larga, empastada, decidida y reluciente, un  paisaje de montaña de agresivos y delirantes contrastes y pleno de belleza y sensibilidad.

Isidoro Moreno recoge su diploma como finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Finalista del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura, «Refugio de montaña V», óleo/lienzo, 15 0x 150

Por su parte, el resto de autores seleccionados representan a artistas de toda la geografía nacional, teniendo también cabida la participación internacional con obras de autores mexicanos, chinos, alemanes…

Con todo, conforman una exposición de enorme calidad y excepcionalidad, puesto que presenta una variada producción en la que está presente lo mejor de cada artista, y que bien puede ofrecer una idea del enorme talento de los creadores españoles representados en la muestra.

El acto comenzó con la proyección de un vídeo de bienvenida en el que descubrir qué es y qué hace la Asociación Española de Pintores y Escultores. La Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, tomó la palabra para agradecer a todos su presencia y disculpar la asistencia de la Presidenta de Honor de la AEPE, S.M. la Reina Doña Sofía.

Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, abrió el acto del fallo del jurado y entrega del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

 

En su discurso, José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores y Presidente del Jurado, quiso tener unas palabras de apoyo y solidaridad con el pueblo ucraniano, por el difícil momento que atraviesa y unirse a la condena de la barbarie que está sufriendo. Fueron unas emotivas palabras a las que se unieron todos los presentes.

 

José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, dirigiéndose a los asistentes

 

Tras unas sentidas palabras, destacó que “la limitación que determina el espacio disponible de exposición de obras condiciona también el número de las seleccionadas, que deberían ser más si atendemos a su calidad, pero no han podido superar las condiciones de una sala grandiosa y espectacular, como lo es la Casa de Vacas del madrileño Parque del Buen Retiro, que pese a lo que nos gustaría, tiene una superficie delimitada.

Para todos los artistas que han participado en esta edición, pese a no estar seleccionados, me gustaría tener unas palabras de reconocimiento, puesto que su valoración de sí mismos demuestra que están trabajando con ilusión y con ahínco, que se están esforzando cada día para que su arte llegue a ser apreciado como merece”.

Hizo también especial hincapié en la excelente labor que ha realizado el Jurado de esta edición, “no tengo palabras para expresar la satisfacción que me proporciona saber que han estado volcados y han aportado su saber y su sentir en una difícil elección que saben perfectamente, puede cambiar la vida de los artistas, con toda la responsabilidad que eso conlleva.

Han sido justos, apasionados y han sido ellos mismos frente a cada una de las obras participantes, expresando, defendiendo, apreciando con su sensibilidad y sello personal, cada matiz y cada detalle, que es lo que enriquece y aporta calidad a esta exposición de obras reunidas”.

Los miembros del Jurado asistentes al acto, de izquierda a derecha: Tomás Paredes, Paula Varona, Ricardo Sanz, Lola Chamero y Javier Sierra

 

Tal y como asegura Miguel Escassi, en nombre de Google y en el catálogo editado con motivo de la exposición, “el Premio Reina Sofía es un referente internacional imprescindible en el mundo artístico actual por la oportunidad que supone para los artistas de visibilizar su trabajo, y esa labor que realiza la Asociación Española de Pintores y Escultores, canaliza el deseo de los artistas de poder llegar a mostrar todo su talento, por eso tenemos que mostrar nuestro profundo agradecimiento por el importante papel que realiza”.

Por su parte,  la Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, quiso destacar “la excepcionalidad del premio por ser uno de los más importantes y prestigiosos de toda España, una plataforma única para el impulso de nuevos y jóvenes creadores, grandes promesas y futuros genios del arte, reunidos en una magnífica exposición cuya calidad salta a la vista”.

 

Santiago Saura, Concejal de Retiro, señaló en su discurso que «el Premio Reina Sofía que hoy entregamos en su 57ª edición, es una de esas citas culturales que desde la Junta Municipal de Retiro consideramos imprescindibles, ya que sirven para dar impulso y reconocimiento a nuestros artistas y por eso cada año cuenta con nuestro apoyo y lo va a seguir contando, como no podía ser de otra manera«.

«No hay mayor visibilidad para nuestros artistas, que facilitar este espacio emblemático que es Casa de Vacas, en pleno corazón del distrito, del Parque del Retiro, y del Paisaje de la Luz, declarado Patrimonio mundial el pasado 25 de julio de 2021«, añadió.

 

Santiago Saura, Concejal de Retiro, en un momento de su intervención

 

Los artistas seleccionados para la exposición han sido: Aracely Alarcón Morales, Guiomar Álvarez de Toledo, Teruhiro Ando, Beatriz Arteaga Pitzenbauer, Miguel Barbero, Luis Bascuñana Ramírez, Lorna Benavides Romero, Juan Manuel Bernardo Bueno, Joaquín Besoy Posada, José Manuel Cajal López (Cajal), Juan Jesús Calvo Rodríguez (Juanje), Maya Carbajal y Sandra Krysiak  (HANSEN & KRYSIAK), Lola Catalá, Gloria Cediel Lafuente, Leovigildo Jorge Cristóbal Valverde (Leovigildo Cristóbal Valverde), Javier de Mendoza Soler (Demendoza Sculpture),Fernando Devesa Molina, Francisco Escalera González, Magdalena España Luque, José Carlos Espinel, Rafael Pedro Fernández Prieto (Curiaqui), Diego Fernández , Jeny Fernández Pérez, Laura Fiona Cunillés Mulá (Fiona Olimpia), Soledad Flores García, José Manuel Galán Martin (Manuel Galán), Esperanza García, Susana García Bravo, Ángeles García González, Carmen  García Mesás (Nana Messás), Antonio Gómez Ruiz (Gómez de Salces), Juan Antonio González Saiz – Juanchi, Pablo Guerreiro Fernández, Ana Gutiérrez Mengual (Ana Gutiérrez), Cristina Iglesias Mauri (Cristina Jobs), Mariano Jerónimo Vilallonga López-Izquierdo (Mariano J. Vilallonga), Catalina Lanza (Cati Lanza), Coro López-izquierdo Botín (Coro López-Izquierdo), Juan Manuel López-Reina Coso, Jesús Martín Gómez (Jesús de Zafra), David Martínez Calderón (David Calderón), Alejandro Martínez García, Pepa Miranda, José Molares, Luz María Morales Abíega, Cynthia Morán Killeavy, Isidoro Moreno López, Laura Moret Escrig, Pilar Navamuel, Juan Núñez-Romero Cortés (Juan Núñez), Cristóbal Olmedo Aranda, Catalina Orozco de la Torre (Catalina Orart), Javier Ortas González, César Orrico Méndez, Juan Pérez Galiana (Galiana), Pilar Pérez Hidalgo, Mikel Pinto Muñoz, José María Pinto Rey, Agustín Pontesta Icuza (A. Pontesta), José Puente Jerez, Pablo Javier Redondo Díez (Odnoder), Ricardo Renedo  Herranz, Pablo Reviriego Moreno, Enrique Rodríguez García (Guzpeña), Pilar Sagarra Moor, Juan Saturio Santos, Austión Tirado, Francisco José Triviño Martínez (Paco Triviño), Pilar Vich Pérez, Beatriz Zerolo Durán (Bea Zerolo).

La entrega del Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura se viene realizando en un acto presidido por S.M. la Reina Doña Sofía, Presidenta de Honor de la AEPE, que este año no ha podido acompañarnos por motivo de agenda, pero que ha hecho llegar su más sincera felicitación a los seleccionados, finalistas y premiado y su más cordial enhorabuena a organizadores y artistas en general.

El éxito del acto de entrega del 57 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura estuvo repleto de guiños y pequeños gestos de la organización que se volcaron en una fiesta del arte de la que todos disfrutaron hasta la hora de cierre de la Casa de Vacas.

Por su parte, los miembros de la Junta Directiva de la Asociación Española de Pintores y Escultores, Juan Manuel López-Reina, Alicia Sánchez Carmona, Antonio Téllez de Peralta, Paloma Casado y Carmen Bonilla Carrasco, Fernando de Marta, Ana Martínez Córdoba e Itziar Zabalza Murillo, atendieron los comentarios de los asistentes y departieron animadamente durante la velada.

Al finalizar el acto, la Secretaria General declaró convocada la edición número 58 del PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

La Secretaria General, Mª Dolores Barreda Pérez, dio por finalizado el acto declarando convocada la edición número 58 del PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

 

Más información,  fotografías del acto, catálogo digital y asistentes, es esta misma web, pestaña «Certámenes y premios», Subpestaña «Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura».

 

 

57 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA

Del 3 de marzo al 3 de abril de 2022

Casa de Vacas

Parque del Buen Retiro de Madrid

Paseo de Colombia, s/n, 28009 Madrid

Entrada gratuita

Lunes a Domingo de 10 a 21 h.

Metro: Ibiza (L9), Retiro (L2)

Bus 1, 2, 9, 15, 19, 20, 28, 51, 52, 74, 146, 202

BiciMAD Estaciones: 60, 65

 

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

La crítica a la luz de Seferis

Yorgos Seferis es la columna exergónica que mantiene el tímpano del Partenón, donde Atenea y Poseidón luchan por el patrocinio de Atenas. Seferis, poeta de la casa, símbolo de felicidad, que aniquila el exilio. Cantor del sol, de la claridad del mar, del jazmín y la paloma; nos pone la Grecia eterna ante los ojos, la ilumina, la acerca, la desnuda con el tacto de quien hace una meguez a la virginidad o a un himno de Píndaro en Delfos.

Seferis recibiendo el Nobel en Estocolmo el 10 de diciembre de 1963

 

Yorgos Seferis, pseudónimo de Yorgos Stalianós Seferiadis, nació en Esmirna 1900, los turcos la arrancaron de Grecia y la familia tuvo que exiliarse tras perder su patria. Poeta, ensayista, diplomático, trashumante entre guerras, murió en Atenas, en 1971, en cuyo entierro los griegos cantaban su poema “Negación”, musicado por Mikis Theodarakis: “tuvimos sed al mediodía/ pero nos dieron agua salobre”.

Seferis, maestro de la generación griega de 1930, Premio Nobel de 1963, en la que se arraciman poetas deslumbrantes como Odisséas Elytis, Embirikos, Matsie Hadjilazaros, a la que Vilató hizo varios magníficos retratos; Gatsos, Engonopulos, Ritsos, Vretakos, que implantaron las bases del demótico. Una obra corta, hoy preterida, traducida al español por Pedro Bádenas de la Peña. ¡La sociedad que olvida u obvia la poesía se encamina a la egestad!

Odysséas Elytis

 

En su poesía se oye la profunda sonrisa del Egeo, un murmullo de almas y crepúsculos, las lágrimas de la fuente Castalia que saben a tomillo y el dolor del hombre que se siente extranjero, mutilado, imbele. Poeta puro, en la órbita de Paul Valery y Juan Ramón Jiménez. Con él compitieron W. H. Auden y Pablo Neruda, para el Nobel. Una poesía apotropaica, psoteriológica, trágica, pulquérrima, que bebe en el esplendor imaginero de Esquilo, el poeta que fascinaba a Francis Bacon.

El poeta, editor y diplomático mexicano Jaime García Terrés

 

Publicó ensayos bajo el marbete Dokimés. Tenemos la suerte de que se enamorara de ellos Jaime García Terrés, que mandó traducirlos al español y publicarlos en Fondo de Cultura Económica de México- la cultura siempre tendrá que venerar al FCE- Versión de Selma Ancira, se editan con rubro general: El estilo griego, 1988-1999, en tres volúmenes: I, Kavafis y Eliot; II, El sentimiento de eternidad y III, Todo está lleno de dioses.

En el segundo tomo, encuadernado en tapa dura, se inserta su ensayo, En torno a la poesía, que imbrica partes de “Diálogo sobre la poesía” y “Monólogo sobre la poesía”. En él habla con meridiana claridad de la función del poeta y la del crítico, de la poesía y la crítica, desde su óptica. Ese volumen se titula El sentimiento de eternidad, México 1992, y todas las citas que propongo son de las pp.127-159.

 

 

¿Qué fue de la crítica de arte?  Oímos, desde diferentes concepciones, que la sociedad está enferma. No lo creo. Que la crítica, reflejo del medio social en el que se desarrolla, está doliente. No me lo parece. Puede ser que ambas estén desnortadas, deturpadas, fumadas, anestesiadas, dirigidas. Es verdad que, desde cada edad, en cada sensibilidad los hechos se perciben de distinto modo, lo que nos lleva a visiones diferentes de un mismo suceso. El problema de la crítica es que se está mirando el ombligo y, cuando alguien actúa así, quiere decir que no puede ver lo que hay más allá de su ombligo.

Para Seferis “la crítica que no parte de las obras de arte para acercarnos a ellas ya no es crítica, sino filosofía, sociología o teología”. El poeta de Esmirna no quiere hacer sangre, pero no podemos llamar filosofía, teología o sociología a la simple palabrería sin contenido. ¿Existe algún crítico hoy del corte de Gaya Nuño, V. Sánchez Marín, Teresa Soubriet o J. Mª Moreno Galván? No, los tiempos son otros, pero hoy impera el reseñismo, el sahumerio, la reflexión inane y estulta.

Aún Seferis: “…la misión del crítico no es la de un simple exégeta[…] el buen crítico, para lograr su objetivo, debe descubrir un fragmento de verdad: debe presentar un conjunto de obras conocidas y nuevas, e iluminarlo de manera que sea diferente y complete la verdad que heredó de los antiguos.[…]el crítico crea una obra de sensibilidad, porque es el indicador de la sensibilidad de un mundo, cosa que puede ser- aunque sea sólo desde este punto de vista- tan importante como la obra de un poeta. Porque el crítico se convierte en la brújula de la sensibilidad de una época, aunque este no sea su único privilegio”. Pienso en Ortega y Gasset, en Eduardo Lourenço, en Ramón Faraldo, en Antonio Bonet Correa.

Francesc Mirallles, foto José Vicente Bernabeu

 

Le falta confianza y formación al crítico, en general. No tiene la sensación de lo que representa, por eso inventa una historia al margen. El crítico importa por la sensibilidad que descubre a otras sensibilidades. Y claro que hay enfoques y nombres: el trabajo de Juan Manuel Bonet es el más respetuoso con la tradición, el que relaciona los hechos de forma insuperable. Está Francesc Miralles, el que más se pega a la realidad que analiza con solercia, un maestro de lo concreto. Acaba de publicarse: Un reino nítido. La pintura de Marta Iglesias de Carmen Pallarés, editorial Síntesis. Un ejemplo de calidad, de intensidad, de belleza, la que nos deja la grandísima poeta Carmen Pallarés. Lean este libro que analiza, ubica, define y engrandece. Son más: José Jiménez, Jesús Cobo…

Un reino nítido, de Carmen Pallarés

 

Hay demasiados charlatanes en la feria, otros se denominan comisarios independientes (¿), porque no saben hacer crítica y hacen lo que pueden. También, bienintencionadas personas que creen que porque les gusta una actividad están capacitadas para escribir, desarrollar un pensamiento, identificar la sensación. Yo estoy por la libertad total, en todo, también por los filtros precisos para no convertir esa libertad en una insalvable confusión.

Para el autor de Leyenda: “La misión del crítico es, si se puede decir así, el papel de un zahorí. Encuentra en nosotros las nuevas fuentes de sensibilidad, las fuentes que hacen de los pantanos aguas que fluyen”.[…]La misión del crítico no es la de hacer justicia, sino la de integrar una forma de sensibilidad determinada. Esto no significa que el buen crítico sea un exaltado agresivo que sitúe el sentimiento por encima del juicio”.

Sobran histriones y narcisos en la crítica de arte, abundan aduladores y fabuladores, espontáneos y furtivos; hay que ceñirse a lo que analizamos. No debe ser la crítica soflama hagiográfica de lo que hace un autor, ni servil con los nombres conocidos. ¿Para qué sirven todas esas críticas que nadie lee de los suplementos de periódicos?  No valen ni como publicidad, porque, en su mayoría exhiben una redacción que tira para atrás. La consigna actual es que la crítica es una reflexión, y si, pero, sobre qué. Elytis reconoció su fracaso en la crítica, siendo uno de los poetas más brillantes, Premio Nobel Literatura de 1979, y que se quedaba boquiabierto ante el talento de Picasso.

Marsie au pull blreu  Vilató, 1.IV.1942,m óleo/lienzo, 81×65 cm. colec. X. Vilató

 

Todavía el poeta heleno: “Así como el poeta crea poemas, y con ellos alcanza su objetivo, el crítico no dispone de otro instrumento que su pensamiento crítico que, como tal, debe ser severo y preciso para alcanzar el resultado de orientar nuestra sensibilidad. Por otro lado, pensamiento humano y sensibilidad humana no significan verdad pura, sino amalgama de verdad y error”. Lo que nos permite rectificar.

Las nuevas tecnologías han traído muchas ventajas y algunos inconvenientes. Estamos llegando a términos inaceptables. No sólo ya no se ven físicamente las exposiciones que se comentan (¿), sino que un autor te pide un texto y te propone enviarte imágenes por correo digital. Pero, ¿esto qué es? La sensación que te produce el original no puede ser sustituida por nada. ¿Qué hemos hecho del contacto humano?

Portrait de Matsie Hadjilazaros, Vilató, 1947, óleol/ienzo, 65×54 cm , Benaki Museum de Atenas

 

Algunos premios, casi todos, promueven una selección digital con lo que se pierde el misterio del contacto. El arte tiene que ver con la sensibilidad, con la reacción de la contemplación, con la sensación que nos produce, con el impacto de un chispazo en nuestro espíritu. ¡Si no tenemos delante una obra que nos impresione de qué vamos a hablar, de la importancia del agua para la navegación? De los escaso concursos que resisten ortodoxos: Premio Reina Sofia de Pintura y Escultura y algún híbrido como Figurativas y Premio BMW de Pintura

La crítica ha sido suplantada por el precio, no por el valor. Importa lo más caro, no el criterio del crítico, convertido en palmero de una fiesta sin duende. Otros confunden las tareas de historiador, publicista, difusor, propagandista o vendedor con la del crítico y corresponde a los críticos demostrar con sus trabajos la entidad de lo que hacen.

Otra perversión: la hojita de sala. Entras a un museo y, asohora, te dicen los que tienes que ver y cómo. Accedes a una galería y la hojita de marras te cuenta qué ver y por qué debes ver sólo lo que la hojita te dice. El arte es realidad y sueño, materia y fantasía, misterio, emoción, sensibilidad, ¡si no somos capaces de descubrirlo es que aquello no es arte o que nuestra sensibilidad no está preparada para esa fiesta, ni para nada!

Para finalizar, el poeta sin patria, el dolorido y regañón Seferis exclama: “No siento ninguna simpatía por la llamada torre de marfil y creo, por el contrario, que el arte es el medio más elevado que ayuda a los hombres a acercarse entre ellos. Nada nos une más que una emoción estética común”.  Y en estos momentos de polarización, enfrentamientos, trileros y macarras, navajeros y cultores del odio, un poco de arte nos vendría bien a todos para unirnos, sin confusiones, en sentir una emoción estética.

¿Qué se hizo de la emoción del ser humano? La emoción la produce la sensación, es imprevisible, incontrolable, no se emociona alguien sin más. Un arte para la emoción y una crítica para emocionarnos, en un ámbito constructivo, eso es lo que reclamamos. Identificar sensibilidades, incitarlas, poner alas a nuestra pesantez con la magia de los artistas. En otro ensayo sobre Andreas Kalvos, el poeta del que no se tiene imagen, dice Seferis algo definitivo y maravilloso: “El don que tiene el arte es el de conducirnos hasta un punto en donde ya nada sabemos”. ¿Saber? ¡Sentir! ¡Hay quién dé más!

 

                                                                                                                  Tomás Paredes

                        Presidente H. de la Asociación Española de Críticos de Arte/AICA Spain

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

Cultura y propaganda

 

Sigo en el charco de la cultura. Digo que está amenazada y me llaman catastrofista. Es como si presencias el derrumbe de un edifico, que te puede caer encima, y preguntas que está pasando, sin apartarte. Hemos pasado de la gracia de la fusión a la más absoluta desgracia de la confusión. Sin cultura nos asilvestramos, nos brutalizamos, oscurecemos la vida.

Fusión para el DRAE es el paso de un cuerpo sólido a líquido por la acción del calor. En segunda acepción, unión de dos o más presencias diferentes formando una sola, en especial ideas, interés o agrupaciones.  Hablamos de fusión, en cultura, cuando dos formas, o tiempos, distantes se mezclan para crear algo distinto. En música, un ejemplo maravilloso: la imbricación de jazz y tango que hace luminoso a Astor Piazolla. Hay otros, por citar un coetáneo, la escultura de Andrés Alcántara. El cine de Theo Angelopoulos, la poesía de Giorgos Seferis.

Odisséas Elytis

Astor Piazolla, el músico

 

Confusión, sustantivo derivado de confundir. Confundir es mezclar, perturbar, desordenar las cosas o los ánimos; equivocar, convencer, humillar, turbar. La confusión puede ser inocente, pero en general contiene un guiño al engaño, perversión; intención de deturpar, destruir lo consolidado o convenido. Los que pretenden destruir, comienzan por la confusión, como elemento desestabilizador, para que se cimbree el lugar donde apoyamos nuestros pies o lo que creíamos saber. Ocurre con el arte ahora.

Para acabar con la cultura, los que no la tienen, crean denodadamente confusión. Esta memez manifiesta del lenguaje inclusivo es uno de los arietes de derribo; que lo impulse una analfabeta, como demuestra ser la ministra Dª Irene Montero, no es más que una cruel evidencia de su inanidad, de su estulticia. La confusión avanza cuando se pretende presentar en igualdad cultura y espectáculo, ontología y entretenimiento, cultura y negocio, poesía y propaganda, mecenazgo y patrocinio ¡Lenguaje inclusivo, que torpeza bastarda!

Mecenazgo es compromiso con la cultura, generarla, sin exigir compensación económica. V. gr, la organización y desarrollo del Premio BMW de Pintura, desde su inicio, BMW ha querido participar en la difusión del arte en España y creó tres galardones, dotándolos de cuantías considerables; ha realizado exposiciones, publicado catálogos, pagado jurados, con la sola idea de fomentar el arte. Sin pedir nada a cambio. Otro caso, Google España en relación al Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura de esta casa. Patrocinio es establecer una ayuda esperando un beneficio social o económico.

Retrato de Osip Mandelstam de Silvia Cosío, Premio BMW de Pintura, 2021 y Vacíos, de Jorge Galleto, 54 Premio Reina Sofía

 

La cultura afecta, se relaciona, determina la entidad del ser; la propaganda es una acción lícita, siempre que sea legítima, y se propone el efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores, DRAE. No es legítima la propaganda, si es engañosa, falsa, fraudulenta, obscena. No es discutible la relación de dependencia de una empresa con la publicidad, a más propaganda más recaudación y más beneficio. Los políticos lo traducen a votos: a más propaganda, más clientes, más obedientes.

La confusión llega a su cenit cuando nos intentan convencer, los que parecen querer lo contrario, de que todo es cultura y de que la propaganda es necesaria para la cultura. Son los topos antisistema que viven de lo contrario que defienden, luchan de boquilla contra el capital, para hacerse, si no capitalistas, ansiosos por llegar a serlo. La cultura no necesita más que seres humanos inquietos, que se pregunten a qué han venido a esta vida y en relación a qué construyen su andadura por ella.

La propaganda tiene fines, perfecto. Si una empresa, o un individuo, gasta su dinero para anunciar esto o aquello, nada que objetar. Otra cosa son los gobiernos, estatal, autonómico o municipal. Los políticos deberían gestionar, no gastar el dinero de nuestros impuestos, en vanaglorias personales o encubrir conductas ineficaces, delictivas y macarras. El nulo respeto al dinero público es escandaloso, antidemocrático. El Sr. Sánchez Castejón, como el gasto en publicidad no era suficiente, ha elevado un 32% los costes en propaganda. ¿Qué tiene que vendernos el Sr. Sánchez Castejón y sus secuaces? ¿Cómo es posible la complacencia general con los trileros?

La cultura no necesita propaganda, sino interés, entidad, densidad, claridad, legitimidad, audacia, luminosidad. Ya decía Federico García Lorca que la poesía no necesitaba adeptos, sino apasionados. Hay medios que se dedican a promocionar la cultura y que tienen que vivir de la publicidad, lo que es una anomalía, pero mientras esa publicidad sea legítima y la información no se adultere, nada que oponer. Para Odisséas Elyris: “la transparencia tiene mayor importancia en la vida que cualquier clase de líquido”, lo decía observando agua en un vaso de cristal.

En octubre del pasado año, pandemia mediante, durante veinte y tres días, expuso su obra el pintor y arquitecto Charles Villeneuve, Nantes 1971,  en Casa de Vacas del Retiro madrileño. Pues bien, sin publicidad alguna, sin promoción de nadie, sin propaganda, en ese corto lapso de tiempo, la muestra tuvo 92.193 espectadores. Además de vender todas las obras expuestas. Un hecho insólito, que no apareció en ningún periódico, para más inri y vergüenza de estos medios engolfados con la política y con los chismes.

Grand-Paris-in-progress. Charles Villeneuve. Credito Juan Carlos Dongil Garcia

 

Es terrible cuando se traviste la propaganda con las vestimentas de la cultura, utilizando a esta de modo partidista e ideológico. Y aquí están todos en la lista, y más veces lo que gobiernan sean del signo que fueren. La cultura es libre, y si no goza de libertad para expresare deja de serlo. Eso no quiere decir que todo lo que se hace en nombre de la cultura lo sea. La cultura no es ideología, ni endogamia, ni dogmatismo. Se repite la idea de que la cultura es política, si el hombre es un animal político, lo que haga será político, relación a la polis, al ciudadano, pero sin tintes sectarios.

A todo esto, el ministro D. Miquel Iceta ha comparecido el día 23 de enero en el Senado, a petición propia, para explicar toda una fanfarria de medidas con sus correspondientes cantidades de gasto, para forzar el “renacimiento de la cultura y el deporte”. ¡Ahí es nada, el gobierno va a propiciar un “renacimiento de la cultura”! Ha prometido tantas cosas que, aunque solo ejecute algunas, sería un triunfo. Pero, veremos si no es un acto de propaganda monda y lironda. ¡Y, cuidado, si va a auspiciar un renacimiento del deporte, no sé si podremos aguantarlo!

Acaba de aparecer un libro, Horror en el hipermercado. Poesía y publicidad, Luis Bagué Quilez y Susana Rodríguez Rosique (editores), Universidad de Valladolid, 2021, que va en la misma dirección de lo que apunté de suso. Una suerte de antología de poemas y opiniones a fin de hermanar poesía y propaganda y de justificar a los comparecientes.

Uno de los autores, crítico de poesía (¿) del periódico independiente. Los antologados, opinadores, poetas de la capilla prisaria y todos con poemas (¿) y opiniones falaces y primarias, con la excepción de Aurora Luque, que se expresa sin ambigüedad alguna, rechazando esa coyunda de poesía y propaganda. Un libro que olvida otros ejemplos de poetas considerables. Pero, parece que siempre hay que repetir los mismos nombres: Elena Medel, Manuel Vilas, Beltrán, Luque…¡Si esa es la gran poesía actual, yo quiero cambiarme de lugar y de tiempo!

A los que llaman poeta a cualquiera, yo les recomendaría la lectura de Juan Ramírez Ruiz, Jacobo Fijman o Miltos Sajturis. A los que llaman escultura a los archiperres, les ruego que contemplen la obra de Alcántara. A los que llaman música al ruido, les sugiero que escuchen la armónica de Sonny Boy Williamson II, poeta, compositor, músico y ángel…

Existe una acción ejemplar de difusión cultural, bien alejado de la propaganda. ¡Si no lo han visto nunca, inténtelo, se lo agradecerán! Se trata de unos videos que difunde la Galería Estampa de Madrid, en los que Luis Mayo se da un paseo por la Dehesa de la Villa y presenta, con severa brevedad, un libro de artista, una escultura, una pintura. Es una forma entre cándida y campechana de invitar a cultura; una performance gloriosa, desenfadada, cordial, sencilla, generosa.

Luis Mayo, Madrid 1964, es profesor titular de la Universidad Complutense; activo docente entregado a su función, que pinta y expone con regularidad en galerías privadas e instituciones, que da cursos y recibe premios por su pintura; lector insistente, escritor, amante de la edición y generador de actividades culturales. Luis es amabilidad y hurmiento, un militante de la belleza y el arte allí donde esté. Vean esos videos, que monta su mujer, María José Gómez Redondo, profesora y excelente fotógrafa creativa, y se quedarán con una sonrisa de admiración con su labor, que pareciendo ingenua es importante.

Luis Mayo, tríptico después de Patinir. temple sobre tabla, tríptico de 73x30cm, 73x60cm y 73×30 cm 2021

 

Cuanta más sea la propaganda y menos la cultura, más ausencia de libertad para el ciudadano. A más propaganda, menos libertad de decisión. Estamos presos, poseídos por la propaganda. El consumismo no es más que un efecto de la misma. Nos dicen lo que tenemos que consumir- contamos con un campeón de la memez- y cuantas veces. Los que quieren equiparar cultura y consumo, están trabajando subrepticiamente a favor de la carencia de libertad. Algunos museos se encargan de numerar a sus visitantes, pero ninguno nos dice el tiempo de la visita ni la impresión que obtienen sus visitantes.

Cada vez veo menos lectores en el Metro. Cada vez hay menos lectores en las bibliotecas, donde van a utilizar los ordenadores. Se exigen cada vez más salas de estudio, pero para preparar exámenes y oposiciones. Ha desaparecido el cine de arte y ensayo: tanto salas, como pelis. Se ha expulsado a la música sinfónica. Las galerías sobreviven entre la soledad y la miseria. Las librerías agonizan. No se puede ver danza. Sólo el teatro y las exposiciones mediáticas cuentan con asistencia. ¿Es para echar las campanas a vuelo o estamos asistiendo a unas exequias? ¡Y, entre tanto, el Sr. Iceta está alumbrando pomposamente el “renacimiento de la cultura”!

Me despertaré engañada 100X150 impresión fotográfica sobre tela 2002 y Esperaré un logro más dulce 100X150 impresión fotográfica sobre tela 2002, María José Gómez Redondo

 

En su discurso de aceptación del Premio Nobel, afirmaba Odisséas Elytis: “si alguna certeza puede ofrecernos la poesía en los tiempos de “durftiger” (indigencia) que nos toca vivir, es, justamente, la de que nuestro destino, a pesar de todo, está en nuestras manos”. La propaganda sirve para el consumo, para el mercado consumista, para domeñar la sociedad gregaria. La cultura es lo opuesto, genera dimensión, debate, búsqueda. La propaganda es lucrativa y eso hace que tenga tantos novios. Pero, ¡si nuestro destino está en nuestras manos, qué hacemos callados y sometidos!

José Ángel Sánchez Asiaín, hasta hace poco citado y venerado, historiador y mago de la economía, bancario y académico, profesor universitario y calderoniano, decía que si las leyes de la oferta y la demandan alimentan el mercado, en los dominios de la cultura no era igual, pues en cultura la oferta crea demanda. Pero la mejor forma de ofertar cultura, no es la propaganda, sino permitir que surja con la mayor limpieza y libertad, porque ella sola se fortalece y regenera. La cultura es palingenésica, como podemos comprobar a lo largo de los tiempos. Es como un hermoso bosque que se tala una y otra vez y que siempre retoña y se rehabilita por su intrínseca necesidad de germinar.

La empresa del hombre es rebelarse, decir no a lo que le imponen contrario a la razón y la dignidad. Agitar, no la demagogia, sino los misterios que cuajan de belleza la vida y nos ayudan a vivirla, a sentirla. Vivir la vida implica compromiso existencial y oponerse a los truhanes, a los estafadores sociales, a los pseudointelectuales.

Desnudo», 2000, piedra de Colmenar, talla directa, 80x32x162 cm,  y «Dama de Elche», 2002, piedra de Tamajón, talla directa, 48x30x33 cm, Andrés Alcántara

 

No es lo mismo anunciar y prometer subvenciones, que motivar a los adolescentes en la escuela. No es igual crear el nombre de un banco que hacer poesía. Ni pintar que jugar con un programa industrial en un ordenador. No tiene las mismas consecuencias sentir una escultura de Pedro Quesada que ver programas banales en la tele. Es sintomático el destrozo de un soneto espléndido de Lope de Vega para anunciar una playa en tv. O utilizar unos versos de Juan Ramón Jiménez para que beban una marca de cerveza.

¿Dónde queda el decoro, la ética, la estética, la vergüenza, el comportamiento, el compromiso de una persona normal con la decencia? ¿Qué tiene que ver la poesía con Ikea, Coca-Cola, El Corte Inglés, Leroy Merlín o la Thermomix? ¡Elevemos un poco el listón, aunque sólo sea por vergüenza torera! Siento alipori y desazón y desconsuelo por este nivel tan elemental y primario de nuestras elites oficiales y oficiosa ¡Huyan de la propaganda y elijan según su criterio!

 

                                                                                                                   Tomás Paredes

                        Presidente H. de la Asociación Española de Críticos de Arte/AICA Spain

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

En el charco de la cultura

Hay una expresión, de cumplido tránsito en el habla coloquial, meterse en un charco, que vale por buscar una complicación, un lio, tratar algún asunto complejo. Meterse es un verbo pronominal o reflexivo, que indica movimiento y decisión, introducir o aventurarse a hacer, muchas veces con la connotación de atrevimiento o de falta de idoneidad para ello. Confío en no ser ejemplo.

Hay otras frases, que se emparentan con esta. Es habitual oír que alguien se mete, o pisa, todos los charcos, para indicar que entra al trapo en todos los temas discutidos, comprometidos, candentes. Además, están meterse en camisa de once varas, que no es lo mismo, pero tiene semejanzas; meterse en un berenjenal, meterse en boca de lobo…

Por cierto, meterse en un charco no lo recoge el Diccionario Fraseológico de Manuel Seco, quien falleció el 16 de diciembre. Manuel Seco, padre de todos los diccionarios de la Academia Española, es autor de obras fundamentales como Diccionario de dudas y Diccionario del español actual. Un lexicógrafo de lujo y un caballero. A su muerte, excepto una columna de Amorós en ABC, se le ha aplicado el silencio: claro signo de ignorancia de los medios y de los lectores que deben exigir calidad a sus medios. Comprar un periódico es un contrato por el que adquirimos información contrastada y fundamental a cambio de un precio. Si no es así, te están estafando.

Manuel Seco Reymundo

 

La cultura en la antigüedad era el canto mélico, la mitología, las artes, los saberes admitidos en célebres repertorios. Fueron Herder, de una parte, y de otra Kant quienes estructuraron el concepto de cultura que hemos venido admitiendo como válido hasta ahora, que se ha implantado el guirigay, la bazofia mental y la más cultivada ignorancia.

He decidido meterme en el charco de la cultura, porque está en peligro. Y sin cultura somos salvajes. La cultura en España y con referencia a Madrid, que es donde resido. En muchas autonomías la cultura agoniza -caso de Barcelona, no de Cataluña-, si no está solemnemente muerta, a excepción de Valencia, el influjo del Guggenheim de Bilbao, Málaga, Lindbergh en Coruña…

El artículo 44 de muestra Carta Magna, Constitución española de 1978, consta de dos epígrafes: 1.- Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho. 2.-Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general.

¡Papel mojado! Al menos en relación a la actividad que vemos del Ministerio de Cultura, de las Consejerías de Cultura autonómicas y de los concejales del ramo en los Ayuntamientos. ¡Por supuesto que siempre hay excepciones, pero tan escasas que…!

El primer problema está en saber qué refiere el vocablo cultura. Gustavo Bueno, abusado por unos y por otros, publicó en 1996, El mito de la cultura, tratando de explicarla desmitificándola con conocimiento de causa. La cultura hoy está considerada como lo más elevado, el estado supremo del hombre, el reino de la gracia, pero había que preguntar qué entiende cada uno por cultura, porque no todo es cultura.

Portada del libro « El mito de la cultura », de Gustavo Bueno

 

En realidad, hace relación a la agricultura, que labra y cuida la tierra para obtener feraces cosechas. Así, el cerebro virgen del ser humano es moldeado por los saberes, afectos y perspectivas de conocimiento, formando una mente para convivir y compartir. La cultura está determinada por aquello que modula, ahorma nuestra inteligencia con un cariz positivo, por la sensibilidad, por el medio. La gastronomía per se, no es cultura, puede serlo la forma de consumirla; el espectáculo no es cultura, el deporte no es cultura, el cine de masas no es cultura, el turismo no es cultura, y no por ello hay que denostarlos.

¡Nos quedamos sin cultura y eso envilece y asilvestra aún más al ser humano! Se ha puesto en pinganitos ese invento de las industrias culturales. No hay mayor aberración. La cultura tiene que ver con la organización de la vida y sus comportamientos, con la espiritualidad, no con la industria, ni con la cantidad, ni con la estadística. La cultura sublima la sensación, vehicula nuestra idiosincrasia, nos dispone a la eticidad, a la epiqueya, hace de cada hecho un acto enriquecedor.

En manifestaciones a Europa Press, 18.XI.21, el académico Félix de Azúa afirma: “Poner a Iceta en Cultura es como poner a Chiquito de la Calzada”. ”Tenemos uno de los Gobiernos más ignorantes de la Historia de España y ahí están los resultados”. Que yo sepa ni el Ministerio ni nadie han rectificado al Sr. Azúa y no seré yo quien lo haga.

Bodegón de Álvaro Delgado en la tapa del catálogo de su exposición de Conde Duque

 

No es admisible, aunque si posible, que un señor que no tenga un concepto claro de lo qué es cultura, dirija un Ministerio, que además lo es del Deporte. Cuesta un triunfo que te reciban y cuando lo consigues, si no vas a por una subvención, ni te escuchan. Tengo nombres y apellidos de damnificados. No hay promoción para el arte, sino migajas; sin embargo, para el cine rebosan las subvenciones, hasta tal punto que la Academia del Cine, por esta vía, hace exposiciones de actores y directores y de lo que le echen.

Los Premio Nacionales se ha convertido en un circo de jurados obedientes, para estar a bien con todos. Los últimos nombres agraciados con el Premio Velázquez, son una conmoción tenebrosa; como los del Cervantes, convertido en el Premio de los Difuntos. Los premios no son ni una jubilación, ni una beca, ni una compensación. Los premios son distinción a la excelencia, al talento, un reconocimiento. ¿Quién evalúa la eficacia de esta política caprichosa y nefasta, injusta y despectiva, arbitraria e ignorante? ¿Una sociedad tan ignara como sus mentores políticos? ¿No hay nadie que levante la voz?

Álvaro Delgado

 

¿Para qué sirve un Ministerio de Cultura? Si no es para agilizar los proyectos de los ciudadanos, que así se cultivan, y facilitar que la diversidad luzca sus mejores galas. ¿O hemos vuelto al Ministerio de Instrucción y Propaganda? ¿Quién cuida nuestro patrimonio material e inmaterial? ¿Para qué sirve la Dirección General de Bellas Artes? María Dolores Barreda, secretaria general de AEPE, hizo un listado de los premios nacionales y de trescientos sesenta y cuatro, sólo cinco eran parar el arte.

¿Podría explicar la consejera de Cultura, Turismo y Deporte -¡ahí es nada!- de la Comunidad de Madrid cuál es su objetivo cultural? La oposición, como tampoco tiene un concepto claro, se lanza a críticas personales en lugar de señalar las deficiencias. Marta Rivera de la Cruz está en manos de sus asesores, que pagamos todos, y que acomplejados hasta el tuétano, acatetados, sólo quieren ser modernos, “muy modernos”, pero la responsable de la inacción y de la ignavia es ella.

¿En qué consiste ser moderno? No en apoyar la creatividad de nivel existente o que surge, sino en apostar por ocurrencias vacías y estrambóticas con la pretensión de epatar a los pazguatos. La banalidad, la frivolidad, las ideas estereotipadas de igualdad, las idioteces de algún atrevido parecen distinguir la modernez de estos sujetos. La gente que no tiene nada que ver con el arte no debería tener nada que ver con el arte, ¿Me explico?, reza de una de los Pensamientos despeinados de Stanislaw Jerzy Lec (Lwöw 1909-Varsovia 1966). Sustituyan la palabra arte por cultura.

Retrato de Leopoldo María Panero , por Álvaro Delgado

 

La Comunidad de Madrid no tiene un proyecto cultural, la oposición mucho menos, pues de tenerlo evaluarían las carencias, en lugar machacar con consignas marujiles. ¿Qué hace Marta Rivera de la Cruz por Madrid en el ámbito cultural? Nada. Subvenciona a grandes museos, colabora con la Academia de Bellas Artes, programa la sala de Alcalá 31- con manifiesta arbitrariedad y desacierto- y preside no sé cuántos patronatos. ¿Cómo influye en la oferta cultural de Madrid? No influye. ¿Cómo se evalúan el gasto de esta Consejería y su idoneidad? Podría ser que se dedicara a la conservación del patrimonio histórico, pero tampoco.

En Madrid influyen las exposiciones de Mapfre, El Museo del Prado, Telefónica, cada vez menos el “Reina Sofía”, la colección del Thyssen, el museo Sorolla; para una franja joven de edad, Matadero, La Casa Encendida, cada vez menos. El tour del Bernabéu, que es más visitado que cualquier museo y pagando. Si la Sra. Ayuso deja a Madrid sin entidad cultural, consintiendo la ineficacia de la Sra. Rivera de la Cruz, lo pagará y restará atractivo a la Comunidad y a la ciudad.

El caballero, la muerte y el diablo, mixta s/papel pegado a fibrapán 164 x 130, 1998

 

En 2022 se celebra el centenario del nacimiento del pintor Álvaro Delgado, madrileño de Antón Martín, y pintor determinante del expresionismo español del s. XX. Paseó el nombre de Madrid por el mundo, fue creador de la “Escuela de Madrid”, miembro de varias Academias, el artista que más intelectuales inmortalizó. Bien, pues la Sra. Rivera de la Cruz, lo ignora, no contempla esta efeméride. Me consta que, hace unos meses le presentaron un proyecto sobre este centenario y para la Sra. consejera y su equipo de ilustres no había nada de interés, ellos quieren “cosas muy modernas”.

Y si miramos al Ayuntamiento de Madrid, igual: errático, sin rumbo, dejado de la mano de Martínez Almeyda y sin una idea de lo que hay que hacer. Y la oposición, de picos pardos, sin centrarse, escorándose al vapuleo ideológico general y a la descalificación sistemática. El Ayuntamiento hizo exposiciones magníficas- tiempos del denostado Álvarez del Manzano-, muy visitadas, en el Centro Cultural de la Villa, en Conde Duque. ¿Qué hace ahora, para qué sirven Centro-Centro y Conde Duque?

Portada del libro «Pensamientos despeinados», de Stanislaw Jerzy Lec

 

Las instituciones culturales públicas no deben estar secuestradas por las ideas personales de sus directores. Se deberían elegir para ellas, no personas por un determinado tiempo, sino proyectos e ideas, de modo que se pudiera contemplar una sucesión de brillantez en lugar de una decadencia sectaria. Y las propuestas que se seleccionaren no deberían estar pagadas en su totalidad, sino en parte, para obligar a tener los pies en la tierra, cosa que no sucede hoy. No se trata de doblegarse a lo comercial, pero tampoco a la mente de un iluminado o varios. No incluyo a los Museos Nacionales, pero si al resto.

En fin, los que se proclaman de izquierdas, auténticos o espurios, dicen que sí, que es cuestión de derechas e izquierdas. Y no es verdad, es cuestión de ignorantes y menos ignorantes. Lo que el ciudadano pide hoy, mayoritariamente, es libertad, gestión, menos impuestos, menos Estado, eficacia, seriedad, limpidez, gestión, gestión…y que cada cual piense como le venga en gana.

Lo que hace el ministro Iceta no es gestión, es contentar a los suyos y ponerse a favor de corriente. El Sr. Iceta es un generador de mediocridad. Quería desmantelar los Museos Nacionales y cuando se le han echado encima, se ha escondido como una comadreja asustada, como la tenista china, negándolo todo. ¿Y qué hace Marta Rivera de la Cruz? Nada, vegetar, vivir de lo que hacen otros. Aún, no se han dado cuenta estos dirigentes floreros y superfluos que el dinero público es de todos y que, si sus acciones no generan feracidad cultural, el dinero para sus juergas ideológicas y serviles se acabará.

Madrid es una meca del teatro de toda laya y condición, hecho a espaldas de las instituciones. Pero debería serlo de la edición, de la poesía, de la música, de las marionetas, de los concursos de pensamiento, de danza, del diseño, de la creatividad, de la performance… y no lo es. Hay espectadores, pero faltan ideas, programas, gestores.

Felipe II, por Álvaro Delgado

 

La lectura es importante para la cultura. Pero no se excita gastando dinero en propaganda para que se lea. Necesita otros planes y otros profesionales. No hay que dar subvenciones a libreros, editores y distribuidores, sino premiar con compras de material para bibliotecas a quienes mejores ideas exhiban. Hay que cuidar a los lectores y a los escritores, los intermediarios son necesarios, pero sin los primeros qué harían. Porque soy un asiduo de las librerías puedo decir esto.

La cultura es la semilla más fina del espíritu humano, la herencia más valiosa del hombre, sin mitificar nada, sólo hay que sembrar, dejarla crecer; regarla, abonarla, no pisotearla, mirar como emerge en todas direcciones, porque la cultura es plural como el arte, como los humanos. Indomable como el aire. La ideología es totalitaria, dogmática, sectaria. Las instituciones deben incitar a marchar, pero no exigir que sea en una dirección concreta. La cultura sirve para muchas causas, la incultura para ninguna, es yerma, baldía, vacía, huera. La cultura construye, nos hace progresar; la incultura es reaccionaria, genera caos y desasosiego.

Álvaro Delgado es un maestro del arte, más avanzado que toda esa patulea de modernos. ¡Que no se revise su obra en su centenario y en su ciudad indica en que estado se encuentra la cultura; muestra un gran desprecio a nuestra historia, caso de que se conozca, y una falta de respeto al presente y a las nuevas generaciones, que deben conocer lo que les precede, también lo de su tiempo, pero sin quemar el pasado!

   Tomás Paredes

                                Presidente H. Asociación Española de Críticos de Arte/AICA Spain

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

Vilató,

100 Obras para un centenario 

 

Vilató en su estudio. Archivo Vilató

 

Al hablar de Vilató, de Javier Vilató, siempre recuerdo la escena de Zorba el griego en la playa con su amigo y jefe, éste le pide que le enseñe a bailar y Zorba – ¿has dicho bailar? – eleva los hombros y los brazos y le dice, ¡vamos!, y comienza el ritmo lento, cadencioso, misterioso, impresionante, de la música de Mikis Theodorakis.

O cuando estuvimos oyendo a Antonia La Negra, ella alzaba los brazos antes de entonar unos tangos y Vilató se levantaba como en un rapto ascensional. Javier le pidió a la vida que le enseñara a bailar y la vida le tomó de la mano, se puso las suyas en la cintura, y comenzaron a coreografiar los sabores, los amores, los dolores, los ardores y el duende de la existencia por alegrías.

Vitalista, seductor, abierto, auténtico, campechano, mollar, jugoso como una chirimoya o una granada, que tanto gustaba y pintó. La sonrisa delataba su carácter empático, amable, cordial, incisivo. Sólo le vi una vez enfadado, cuando nos mandó llevar al bronce un barro, que se había secado y al tratar de hacer el molde para la fundición, se abrió como como una flor y lo que era una mimosa cabeza de Ishikawa se redujo a un pequeño cúmulo de polvo. Alcántara lo había advertido, pero las catástrofes son caprichosas y fatalistas.

Hijo del doctor Juan Vilató y de Lola Ruiz Picasso, creció en la casa barcelonesa de los Picasso entre obras cubistas, en la Barcelona de los años treinta y desde niño su inclinación fue el arte. Quiso ser torero, pero dejó los trastos del toreo para tomar los pinceles con ahínco y construir una obra, que fue ahormándose con el tiempo y las circunstancias, hasta conseguir un lenguaje que le distingue y ensalza.

Femme debout, 1946-47, óleo/lienzo, 195×97 cm

 

Javier Vilató Ruiz (Barcelona 1921-París 2000) fue alumno de la vida, buscó denodadamente una expresión propia, ambientada entre las obras de Picasso que tenían en casa y luego voló hasta el borde de todos los acantilados. Tras la guerra, huye a Francia con su hermano Fin y Picasso, su tío carnal, tiene que rescatarles de los campos de refugiados que habían conformado los franceses.

Ante la invasión alemana, vuelve a España, donde le espera una larga “mili” y ya mediados los cuarenta con una beca del Gobierno francés regresa a París, donde se establece. En los cincuenta era una especie de cordón umbilical con el que el Maestro se relacionaba con el mundo, con sus visitas, con los españoles que querían conocerlo. Durante largos años su contacto fue asiduo y eso marca, en lo artístico y en lo personal.

Se han dicho tantas memeces sobre su estilo y sobre su trayectoria que merece un excurso el asunto de su influencia picassiana. Lo cierto es que sus mayores huellas estilísticas no vinieron del genio de Picasso, sino de Klee, Miró, siendo un consumado postcubista que emigró hacia una figuración biomórfica en la que construye su figura con la dislocación mágica de los miembros. Fue amigo de Wifredo Lam y eso se siente.

Y sin perder el hilo, pregunto: ¿quién no fue picassiano en los cincuenta/sesenta/setenta y aún? ¿Acaso Domínguez deja de ser un primera fila por su picassismo? ¿Y qué decir de Fernández, Viñes, Peinado, Bores, Clavé, por no citar sino a españoles? En 2016, en el Grand Palais se inauguró la muestra Picasso.manía, que daba cuenta de la gran influencia de Picasso en el arte posterior a su eclosión. Cuando a Barjola le acusaban de picassiano se sentía reconfortado y respondía: “es tanto lo que admiro a este hombre que me hacen un honor diciendo que tengo influencia de sus obras”. Vilató, fue el que más cerca lo tuvo y el que más luchó, no por alejarse de su sombra, sino por buscar ese icono que revelaba el ángel y la gracia que atesoraba.

Matsie au pull bleu, 1.I.1949, óleo de 81×65 cm

 

Tenía veneración por Picasso, como hombre y como artista; respeto, cariño, reconocimiento, sabiendo con quién se conjugaba. Cuando Kahnweiler quiso representarlo, no aceptó su invitación, no por miedo, sino por evitar confusiones.  En 1995, la Fundación Arte y Tecnología de Telefónica, en su sede madrileña, montó una de las mejores exposiciones que se han hecho de su obra: “Vilató. Colecciones europeas”. En la rueda de prensa de su presentación, ante tanta pregunta sobre Picasso, Vilató comentó: “Ayer murió un magnífico pintor español en Francia, en lugar de tanta preocupación por Picasso, alguien debería haberme preguntado por la vida y obra de ese artista excepcional”.

Vilató se inicia en la figuración, pero en seguida revela su ansia de renovación y con ecos cubistas, ya en 1939, deja constancia de una forma de hacer que tendrá normas singulares. Sigue hurgando en las estructuras cubistas, pinta excelentes retratos de la poeta griega Matsie Hadjilazaros, pasa por el divisionismo y luego, cuajado de ternura, se entrega a una figuración vanguardista y exquisita. Hay retratos de Marianne Torstenson que son un primor, pintura genuina, elegancia plástica y sensual espiritualidad.

En el catálogo de la exposición de Telefónica, hay textos magníficos de Juan Manuel Bonet, André Verdet, Douglas Cooper y uno, del abajo firmante, sobre el retrato. Telefónica además editó otro volumen de consideración sobre su Escultura. Quiero recordar la figura de Roberto Velázquez, director general de la Fundación Telefónica, que fue un gran admirador y difusor de la obra de Vilató. Y no sólo eso, inicio varias colecciones de interés plástico e histórico, convirtiéndose en el mejor momento de esta Fundación, que se fortaleció gracias a la inteligencia de Roberto Velázquez.

Le bikini rose, 1977, óleoi/tela, 100×81 cm

 

Vilató es un creador plástico de largo alcance, de entidad consistente, porque si es un pintor importante, en la escultura fue un innovador y en el grabado un maestro. Muralista variado, realizó obras con azulejos y en cobre repujado. Y no sólo eso, íntimo de poetas como Jacques Prévert, Andrée Chedid, Verdet, Hadjilazaros, Embirikos, Elytis, Althen, Porcia, Holguin, dibujó y grabó para libros de poemas que han quedado como luminarias de la bibliografía.

El Museo Casa Natal de Picasso de Málaga exhibe la exposición central de esta conmemoración, 61 obras, comisariada por su hijo Xavier Vilató; el Centre Pompidou de Málaga le dedica una sala con 9 obras. Museo del Grabado Español Contemporáneo de Marbella muestra su obra gráfica, con sus magistrales maneras negras. El Museu Picasso de Barcelona los “dibujos de teléfono” a los que tan asiduo era nuestro pintor. Y la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Almoradi, obras relacionadas con el paisaje levantino y con Lo Mompeán, donde Vilató veraneó los últimos treinta años de su vida.

Desde luego que el impulsor de todo esto ha sido su hijo Xavier, pintor y grabador de reconocido prestigio, con la colaboración de su hermana Adela y de la segunda esposa de Vilató, Marianne Torstenson. Pero no puedo dejar de felicitar a José María Luna, director del Museo Casa Natal de Picasso y de los otros museos municipales de Málaga- Centre Pompidou, Museo Ruso, etc- por su decisión y su clarividencia a la hora de organizar esta magnífica celebración.

Buste, 1980-81, óleo/lienzo, 73×60 cm

 

Tanto Barcelona, como Málaga y Marbella deben mucho a la familia Vilató Ruiz. Y más que a nadie a la figura de Javier Vilató, por hacer de puente entre instituciones y familia, cuando no existía relación, y por las piezas, objetos y recuerdos que donaron sin lucro alguno a las mencionadas instituciones malagueñas y barcelonesa. Esta era una ocasión de lujo para mostrar elegancia. Y ha sido el Ayuntamiento de Málaga, a través de su Alcalde y de José María Luna, quien más elegante se han mostrado.

La blouse blanche, 1981-83, óleo de 92×73 cm

 

Javier Vilató es un pintor, escultor y grabador de consideración de la segunda mitad del siglo XX y requería una revisión a los veinte años de su fallecimiento y a los cien de su nacencia. Y que quede bien claro, una cosa es su altruismo, y otra la dimensión de su obra. Y, sin un ápice de nacionalismo cutrero, manifiesto que en España no defendemos como debiéramos la obra de nuestros talentos plásticos. No se trata de encerrarnos, sino de abrirnos a todo, pero mostrando lo que tenemos de más valía. Y, ¡helas!, eso no lo sabemos hacer y no lo hacemos. ¿Dónde está el “Reina Sofia” en esta celebración?

Asistí a muchas de sus exposiciones y presentaciones, conocí a distintas personalidades de su mano, sé en los museos del mundo donde está representado, en las colecciones de Europa donde brilla, la bibliografía que generó y todo eso son elementos objetivos de su dimensión. Sus colegas: Guansé, Pierrette Gargallo, Subira-Puig, Segovia, Lucien Freud, por citar lo que he presenciado, hablaban de su obra con admiración. Igual sucedía con críticos, poetas, galeristas.

Nu assis, 1999, 81×65 cm, la última obra que pintó

 

A la exposición de la Casa Natal acompaña un cumplido catálogo con la imagen de las obras expuestas, textos institucionales y de Xavier, Minteguiaga-Guezala, el poeta Rafael Inglada y Germán Borrachero. Ahí está una síntesis de su vida y de su obra; desde las primeras piezas que pintó o esculpió al último cuadro que hizo, Nu assis, septiembre-diciembre de 1999, óleo sobre tela, 81×65 cm.

Les invito a ver esa exposición, a verlas todas claro, pero ésta y las piezas del Centre Pompidou son suficientes para disfrutar de un arte limpio, de un ejercicio de depuración hasta lograr su idiolecto. Vemos como lucha para salir de la figuración inicial, como se engancha al cubismo, haciéndole suyo, y como navega por el puntillismo hasta que las aguas se aclaran en las playas de Klee, para hacer una pintura intimista, poética, lírica, una meguez en las mejillas del espíritu.

Tocó todos los géneros, deshizo todas las formas para darles un sesgo nuevo, hizo del blanco un mundo donde cabe la sensualidad, la luz, el misterio, la emoción y la magia. Erotiza con inocencia, deconstruye para armonizar, colorea para traer tonos usados a la luminosidad. Diluye la luz en albura del óleo permitiendo una sonrisa en sus cuerpos de cal ardiente.

Hay en la exposición malagueña una tela pintada al alimón con Picasso. Creo que se puede ver la mano de uno y otro. Es Naturaleza muerta, s/t, 1947, óleo/lienzo, 81×65 cm. Se cuentan con los dedos de una mano las obras que Picasso hizo a cuatro manos- Max Jacob, Braque, Luis Fernández, F. Gilot y Vilató- Un honor que cupo a un selecto grupo de familiares y amigos, que resulta confortante y aleccionador.

En el retrato destacó Vilató con aire muy personal e incisivo. Entiendo que cien obras para cinco sedes obligan a una contención y estricta selección, por lo que son escasos los retratos expuestos, pero los hay. Era un profundo conocedor del retrato en la historia del arte, con predilección por los maestros renacentistas italianos y alemanes. Y eso se deja ver en muchos de su autoría.

Antes de pintar un retrato, hacia cientos de dibujos, sin exagerar, algunos serían menos, pero por hábito, dibujaba a su retratado con fragmentos de su rostro y perspectivas desde distintos ángulos. Los ojos, la boca, los pómulos, el pelo, la sonrisa; en fin, hacía un estudio exhaustivo que luego sintetizaba con los trazos de su pincel. Los hay en todos los formatos, pero siempre captando el carácter y la fisonomía de sus modelos: Marianne, maître Roger Huaert, la baronesa Alix de Rothschild, el marchante Joshua Araw; Carmen Juste, que tanto gustaba a Giacometti; Matsie Hadjilazaros en el Venaken Museum de Atenas; Portrait de Germaine, Marie-Pascal Widemann, Madame Simone Sandoz, Prof. Pierre Vidal-Naquet…

Había nacido en la misma fecha que su amigo Matta, diez años después, para dejar constancia en la historia de un arte con carácter y con poesía. Su obra no ha dejado de crecer desde su muerte y ahora reclama una mirada natural, amiga, clara, sonriente, como su vida. Fue un valiente ante la enfermedad y ejemplo de hombre de una pieza. Los que fuimos testigos de ello debemos recordarlo. Y agradecerlo. Hoy vuelvo a escuchar la voz de cobre y terciopelo de Manuel Agujetas, que tantas veces le cantó, entonando unos martinetes por su gloria.

Tomás Paredes

                   Presidente de H. de la Asociación Española de Críticos de Arte/AICA Spain

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

La pluralidad del arte:

Tres exposiciones memorables

 

(CANOGAR, CALLERY, VILLENEUVE)

 

 

En un librito de aforismos, Piedra para mi tiempo, 1919, dice Lucien Blaga: “Con las plumas de otro puedes adornarte, pero no puedes volar. Eso poca gente lo sabe, pero no lo ignoran los pájaros”. ¡Aviso para críticos, artistas, curadores, furtivos!

¡Que el arte es plural, poca gente lo advierte, pero no lo deben ignorar ni sus amantes, ni creadores, ni intermediarios! Tenemos la manía de etiquetar, compartimentar y establecer un orden para el arte que resulta imprudente, rutinario, que frena su desarrollo y deturpa su libertad. Hemos pasado del “arte es lo que yo digo que es arte” al “arte es lo que el mercado dice que es arte”. ¡Y los profesionales sin inmutarse!

El arte es plural, como la sociedad, como la vida, como el paisaje, como el mar a pesar de su aparente igualdad ¡Las aguas son semejantes, pero todos los mares distintos! Nada mejor para probarlo que estos escolios a tres exposiciones distantes, memorables, que se pueden contemplar en Madrid, octubre/noviembre 2021: Rafael Canogar en Galería Álvaro Alcázar(galeria@galeriaalvaroalcazar.com) , Simon Callery Galería Rafael Pérez Hernando(info@rphart.net) y Charles Villeneuve en Casa de Vacas, parque del Retiro(charlvilleneuve@gmail.com).

Las tres son excepcionales, diversas, incomparables, con contenidos que producen sensaciones incontroladas, que conmueven, emocionan y reconfortan el espíritu. Las dos de galerías privadas con escasos visitantes, la de Casa de Vacas con 92.193 espectadores. Aunque el número de asistentes no sea determinante de calidad.

A pesar del desprecio que están sufriendo las galerías privadas de arte, son necesarias. Con toda probabilidad las galerías necesitan cambiar, adaptarse al ahora (alguna lo hace ya), pero, de momento, cumplen una función: la de poner en contacto al público con lo que van generando los artífices plásticos.

Estás líneas son homenaje a José de Castro Arines (Tuy 1911-Madrid 1997), crítico de arte, recordando sus crónicas del panorama expositivo de Madrid en su tiempo. No voy a considerar todas las exposiciones actuales, sino tres destacables: una, la consagración de la pintura mediante la pintura pura; otra, la recuperación de un sesgo arqueológico y telúrico de la pintura a través de telas desgarradas y cosidas. La tercera, manifestación de belleza y sensibilidad imbricando virtuosismo, maestría y talento plástico.

Los misoneistas pueden tener virtudes, igual que defectos los filoneistas. Para los que se postulan líderes de la modernez, los materiales duros son reaccionarios y los procesos viejunos y extemporáneos. Nada más absurdo, reaccionarios son aquellos que manipulan el pasado imponiendo sus criterios al margen de la sensibilidad y la inteligencia. Fidias hizo de la piedra un milagro para la eternidad. ¿Es Jan van Eyck un reaccionario por inventar y difundir la pintura al óleo? Antes que Rafael Sanzio, Alberto Durero pintó a la acuarela creando una técnica gloriosa a la que se suma con desparpajo Charles Villeneuve.

RAFAEL CANOGAR


Canogar, Toledo 1935, es el más internacional de los artistas españoles vivos. Se formó con Vázquez Díaz, cofundó el grupo El Paso y ha desarrollado una obra impresionante, hija de su búsqueda incansable y de la experimentación; continua con una alta exigencia autocrítica para no caer en el academicismo. Para conocer el grado de internacionalidad de un creador no hay más que ver sus cotizaciones en el mundo y los museos e instituciones donde está presente: Canogar supera la prueba con holgura.

Son datos objetivos, los interesados pueden buscar y verán sus obras en más de ciento cincuenta instituciones de cinco continentes. Es verdad que El Paso le dio visibilidad, pero no lo es menos que su obra ha crecido al margen de aquella estética y que su iconografía es tan feraz, tan plural, que alcanza una densa complejidad.

Durante la pandemia, se aisló en Marbella y, en absoluta soledad, dio un nuevo giro a su quehacer, sin cejar nunca en la inquietud de expresar la pintura a base de pintura, sin repetirse. Y creó una amplísima serie de trabajos abstractos, que pueden verse como paisajes donde el cielo y la tierra se abrazan, se consuelan la luz y la oscuridad, se miran las aguas y los vientos. Recurrió al metacrilato, pintándolo por ambas caras, y obtuvo un resultado espléndido: un canto en el que el horizonte se hace íntimo y remoto al tiempo, surcos que airean la tierra, abren el sol o afloran la luz de la noche. También telas y papeles surcados por el esplendor. Es complicado decir más con tan pocos elementos.

Hay obras decadentes al margen de la edad de sus autores y obras que rezuman descaro adolescente en creadores provectos. ¿Cuándo entra en decadencia un autor? Cuando se expresa con torpeza, repitiendo fórmulas que, aun siendo propias, ya experimentó. El caso de Canogar es llamativo, no sólo por su noble aspecto físico, sino por su capacidad creativa, por su constante frenesí para reinventar la pintura con la rebeldía de su trazo.

Rafael Canogar es una personalidad que desborda el oficio. Pintor, escultor, grabador, escritor, habla y escribe con solercia y con solvencia. Es un hombre ponderado, inteligente, sagaz. Nunca le he oído levantar la voz, ni perder la compostura, para defender aquello que creyere digno de defensa o aclaración. Es un caballero toledano con algo de azoriniano, elegante, capaz y al día, como un sempiterno amanecer.

Toda esta pintura se expuso a principios de año en el Museo Infanta Elena de Tomelloso, como deferencia a la labor cultural que hace Rafael Torres Ugena en el orbe Virgen de las Viñas. Ahora se muestra en la Galería Álvaro Alcázar, con una presencia imponente y rubro Orígenes: un espacio hermosísimo, amplio, techos altos, luminoso, dedicado entero a la exhibición de esta entrega con la que Canogar se reafirma, retrocede para avanzar, retomando aquellos Orígenes de Lezama Lima, donde se inventaba un nuevo cosmos lirico y poético ¡Pintura rimbaudiana adolescente!

Hay piezas magistrales, en su esencia, en su despojamiento, como Pivote, Fausto, Axial, Barda, Calima, Atavío, Éxodo, Péndulo…La pintura se desnuda y engrandece, se hace naturaleza y se muestra como un canto de vida y esperanza. No precisa ni un dato de apoyo quien pinta con esta majestuosa sencillez y probidad, con esta belleza sensual y tal capacidad de ensoñación ¡Canogar ha regresado a donde siempre ha permanecido!

Armazón Acrílico sobre metacrilato 200 x 150


Cruzada Acrílico sobre metacrilato 255 x 150

 

 

Fausto Acrílico sobre metacrilato 150 x 150

Leyenda Acrílico sobre metacrilato 255 x 155

 

 

S.P 38 Acrílico sobre metacrilato 70 x 50

 

SIMON CALLERY

 

Rafael Pérez Hernando es un galerista especial, siempre dispuesto a sorprendernos con lo que muestra y cómo lo exhibe: montajes propios, sobrios, elegantes, limpios. Su estética preferida es ascética, ática, sorda, tierna, genuina, de ebria sensibilidad. Ahí está su compromiso con Griffa, Viallat, Saytour, Hernández Pijuán, Beatriz Olano, el más puro Lamazares. Ahora incorpora por vez primera la obra de Simon Callery.

Que Simon Callery, Londres 1960, sea aquí un absoluto desconocido, no quiere decir que no haya desarrollado un lenguaje particular, ni que su obra no esté en el Btitish o en la Tate Gallery, o que tenga una andadura internacional, exponiendo en Zurich, Bélgica, París, Los Angeles, Turin y por supuesto, adunia en Londres y otros enclaves ingleses.

Su modo de trabajo es de arqueólogo de campo, extiende sus telas en yacimientos y ahí las impregna de naturaleza, historia y antigüedad. Allí, sobre el terreno excavado, las tinta y agujerea, las rasga, las cose, las remienda hasta conseguir un icono que relaciona el proceso ¡Un mosaico arcaico y de ahora mismo, iluminado de cromías silenciosas!

Simon Callery trabaja “para que la pintura vuelva a ser lo que era y, como resultado, obtener una mejor conciencia de nosotros mismos”. No es malo el propósito, ni fácil. Para que el arte nos transforme, ha de interesarnos, hemos de necesitarlo, contemplarlo. Ahora no se dan esas circunstancias en la sociedad. O se dan con escasez. Nuestros coetáneos prefieren el espectáculo, el entretenimiento, antes que el arte, que cuestiona.

El espectador verá, en Rafael Pérez Hernando, un montaje depurado, escueto, con cinco piezas mayores y cinco formatos breves frontales. Lienzos desgarrados, con grandes o pequeños agujeros, cosidos y remiendos, con cuatro caras: anterior, posterior y dos interiores, formando una suerte de túnel o ámbito o útero; el haz y el envés. Y gamas de colores sufridos, intensos, callados, verdes militar, tierras, tintos, cobrizos, ocres pardos.

Es como una máscara terrosa, impresión de restos de los terrenos excavados; cartografía arqueológica de vida y prehistoria. Acaso vestigios positivados de otras civilizaciones, signos y formas, sobre la piel de unas lonas, que empapa de pintura al temple. Al ver estas piezas me han venido a la mente algunos nombres- Rivera, Farreras, Fontana, Burri- de creadores muy distintos, que también se ligaron al misterio de la naturaleza con hurmiento, con magia, con don, experimentales.

Simon Callery, vive y trabaja entre Londres y Turín, es un excavador de yacimientos del sentido, un arqueólogo del espíritu. Busca y descubre en los orígenes, saca a luz lo que no sabe que encuentra y nos hace tomarnos en serio lo que aparenta una obviedad. Un arte diferente, que agarra, que sujeta la mirada y que nos hace pensar. No parece brillar, pero tiene luz, es como leer a Homero a través de Odysseas Elytis, o el Cantar de Mio Cid revisitado por Claudio Rodríguez.

Graduado en arte en el Cardif College, desde 1992 ha intervenido en veinte y siete individuales y en cientos de colectivas, como ArtNow’19 en la Tate Gallery. Becario de diversas instituciones de Inglaterra, Italia, India o Francia, forma parte presente de prestigiosas colecciones europeas y norteamericanas.

Dark Green Pocket Painting, 2020. Tela, pintura al temple, hilo y madera. 54 x 40 x 10 cm

 

Nesscliffe 19 Vertical, 2020. Tela, pintura al temple, lápiz, hilo y madera. 242 x 105 x 28 cm

 

Red Mantle, 2020. Tela, pintura al temple, cuerda, hilo y madera. 220 x 180 x 25 cm

 

Simon Callery en el sitio arqueológico de Nesscliffe (UK) en 2019

 

CHARLES VILLENEUVE

Se define a sí mismo como un artesano que comenzó trabajando la madera como ebanista, estudiando después diseño y como remate, arquitectura. Por tanto, arquitecto, diseñador, ebanista y pintor. Pero cuando contemplamos su obra, asohora, vemos que se trata de un virtuoso del dibujo y la acuarela. Pareciera que pinta el rumor del agua y el bisbiseo del viento, que hace titilar la luz, que espejea como un arcano.

Durante el mes de octubre ha expuesto en Casa de Vacas del Retiro, con éxito descomunal: 92.193 visitantes. Cuando lean estas líneas, ya no podrán ver sus obras, pero entren en internet y youtube y se asombrarán con los videos y referencias visuales de su trabajo. Ha causado conmoción su imaginario y, sobre todo, su proceso de ejecución. Él ha montado la exposición, así como las vitrinas y el mobiliario, diseñado y hecho por él mismo.

Charles Villeneuve, Nantes 1971, pertenece a una familia de ebanistas y artesanos y en ella se forma. Pero, quiere ir más allá, hace diseño y Arquitectura. Comienza a trabajar como arquitecto, pero lo que le satisface es la pintura. Deja todo lo demás y se consagra a la acuarela a través de sus evidentes dotes de dibujante. Una estancia formadora, en la Casa de Velázquez, le ligan a Madrid y desde los inicios de siglo reside entre nosotros, exponiendo regularmente.

A todo esto, le precede la obtención del Premio Nacional de Arquitectura de la Academie de Beaux Arts de París, en 1997, lo que antes fuera el Prix Roma. Luego ha obtenido numerosos galardones, que no voy a referir, pues internet está repleto de sus referencias. Si voy a comentar su sensibilidad y osadía, su chispa creativa, su capacidad de crear nuevas sensaciones al espectador.

¿Qué hace de Charles Villeneuve un artista diferente? Su obra, claro; su dibujo, su maestría al componer grandes panorámicas, con una sutileza y elegancia manifiestas. Su material, el papel y la acuarela. Su procedimiento, pintura del natural. Toma infinitos apuntes in situ, en cuadernos que exhibe, y luego en el estudio, con la morosidad del tallador de diamantes, da vida a esas enormes instantáneas, que subyugan. Paisajista urbano, a modo, pero también de interiores, retratista y calígrafo chino madrileño ya.

No trata de poner la pintura a merced de la acuarela, sino de hacer realismo con la ductilidad de la acuarela. A menudo vemos pintura a la acuarela con un carácter obsoleto, enmarañado y confuso. Hay algunos acuarelistas que han rescatado esta técnica del amaneramiento, del torpe manoseo, del aburrimiento, es el caso de Juan Díaz o de Charles Villeneuve, gigante y riguroso.

Con él, la acuarela se limpia, se poetiza, se atreve, vibra, aspirando a la perfección y la belleza ¿No es eso al arte? Villeneuve, en este trabajo de los últimos años que ha presentado en Madrid, alcanza un nivel difícil de igualar. Su pulcritud, su valentía, su acierto, sus novedosas soluciones hacen de su obra un idiolecto que le distingue y le ensalza. Une al rigor de sus formas la sensación mágica de los ambientes, que transforma en vistas espectaculares maravillando al espectador.

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

Grand Paris in progress Crédito Juan Carlos Dongil García

 

London Acuarela y tinta sobre papel 56 x 200

 

Paris. Rive Gauche Acuarela y tinta sobre papel 80 x 71

 

COLOFÓN

He reunido en este texto tres estéticas distintas, pero en su fin no tan diferentes. Canogar hace magia de la pintura con la pintura. Callery nos provoca una sensación arqueológica con una exquisita manera de entender el temple. Y Villeneuve renuncia a toda retórica para decir con la acuarela que el paisaje lo hacemos nosotros y nos acompaña en nuestros movimientos como una sutil sombra poemática, para demostrarnos que no hay técnicas caducas o modernas, sino arte o artificio ¡Y logra hacer del gris un paraíso!

¿Acaso alguien puede asegurar que el arte es sólo figurativo? O ¿abstracto, conceptual? ¿Es por ventura la rosa sólo roja? ¡Que unos trazos gestuales de óleo o acrílico nos sugieran sensaciones semejantes a las que nos producen unas telas agujereadas o una vista del Sena a la acuarela, no sólo es posible sino natural! ¿Es, o no, plural el arte?  ¿Quién se apasiona con Velázquez no lo puede hacer con Rothko o con Manolo Rivera? ¡El aroma de la rosa no esta condicionado por un color! Y que ningún crítico sienta la tentación de pensar que un autor ha tenido suerte porque él escriba de su obra, muy al contrario, la suerte es del crítico que sigue encontrando obras que le motiven, le conmuevan y le fuercen a compartir sus sensaciones ¡Ya saben con las plumas de otro no se puede volar!

                                                                                                                   Tomás Paredes

                   Presidente de H. de la Asociación Española de Críticos de Arte/AICA Spain

 

El impecable trabajo del Jurado del 88 Salón de Otoño

El impecable trabajo del

Jurado del 88 Salón de Otoño

El pasado 5 de octubre de 2021, se llevó a cabo la reunión del Jurado de selección y calificación del 88 Salón de Otoño de la Asociación Española de Pintores y Escultores, el certamen artístico más antiguo y prestigioso de los que se convocan en España, que ya mantuviera su cita anual el pasado año, cuando nos encontrábamos en lo peor de la pandemia y que para este supone una renovación de intenciones y claro estímulo para el sector del arte.

En esta ocasión, el jurado ha estado formado por José Gabriel Astudillo López, Presidente de la AEPE, Mª Dolores Barreda Pérez, Secretaria General de la AEPE, actuando como Presidente y Secretaria del mismo y ambos con voz pero sin voto, y teniendo como Vocales a los pintores Paula Varona y Ricardo Sanz, al escultor José Luis Fernández, a Mª Dolores Chamero Moyano, Directora del Centro Cultural Casa de Vacas y a Tomás Paredes, Presidente de Honor de AICA Spain.

De izquierda a derecha: Mª Dolores Barreda Pérez, José Gabriel Astudillo López, Dolores Chamero Moyano, Ricardo Sanz, José Luis Fernández, Tomás Paredes y Paula Varona

 

La reunión estuvo marcada por el impecable trabajo de revisión de todas y cada una de las obras presentadas al certamen, con el debate y la discusión que su selección o rechazo generaban, pero en el convencimiento de que el arte mismo triunfaba por encima de todo.

Un trabajo perfecto y detallado el que ha realizado el experto Jurado y que se mostrará al público a partir del día 28 de octubre de 2021, cuando se lleve a cabo el fallo del jurado, entrega de premios e inauguración de la exposición de obras seleccionadas y premiadas del 88 Salón de Otoño, en la Casa de Vacas del Parque del Buen Retiro de Madrid, que se prolongará hasta el 28 de noviembre.

El 88 Salón de Otoño, se mantiene en el panorama artístico español con la misma filosofía con la que nació, de forma firme y decidida, para apoyar y fomentar la creación de los pintores y escultores de España.

Como explica José Gabriel Astudillo, Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores, “el mayor mérito de la convocatoria es su continuidad en el tiempo y su celebridad, y por supuesto, seguir existiendo pese a las múltiples convocatorias de premios caudalosos y opulentos que compiten en renombre y repercusión, pero no arrastran nuestra historia y nuestros logros”.

Las últimas ediciones –continúa Astudillo- han confirmado el nivel de calidad de obras y artistas, y sobre todo, de coherencia con la realidad artística española, reafirmadas por el elevado número de visitantes que las exposiciones han tenido. Pero si hay algo que caracteriza a este certamen, es el mantenimiento de su objetivo principal: acercar al público el mejor arte actual de la mano de sus creadores”.

Para el Jurado ha sido muy difícil realizar la selección de obras, en parte fruto de la exclusión por la falta de espacio disponible, porque si hay algo que debe quedar muy claro en este certamen, -subraya Astudillo- es la riqueza y abundancia de nuestros artistas, cada día mayor y con mayores ímpetus, con más fuerza y mejores ansias de llegar al gran público”.

A través de las 88 ediciones del Salón de Otoño se puede rehacer un completo estudio de la Historia del Arte Español de las ocho últimas décadas a través de las obras premiadas y seleccionadas, y de las tendencias observadas, que han formado parte de los sucesivos salones.

En esta edición han participado más de 200 artistas de muy diversos lugares de todo el territorio nacional, con una gran calidad, que ha hecho muy difícil el impecable trabajo realizado por el jurado.

En total se han concedido 16 premios que contemplan las disciplinas de pintura, escultura, dibujo, grabado y acuarela, y de los mismos, seis premios son específicos de escultura, lo que explica la altísima participación de artistas en esta disciplina que hasta hace unos años vivía momentos difíciles y francamente preocupantes.

Además, ha habido siete premios específicos de pintura, dos de acuarela,  y uno de dibujo, además de la Medalla de Pintura “Síndrome de Down”, que por quinto año consecutivo incluirá, junto a profesionales del sector, la obra de uno de los alumnos que asisten a clases de arte en Down Madrid y todos ellos, junto a las 69 obras seleccionadas, 50 pinturas y 19 esculturas, conformarán la exposición cuya entrega de premios tendrá lugar el próximo día 28 de octubre de 2021, a las 19 h.

No será hasta ese día cuando se den a conocer los premiados en una gala que reúne a grandes personalidades del mundo de las artes plásticas en España.

 

 

José Gabriel Astudillo López

Presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores y

Presidente del Jurado del 88 Salón de Otoño

«El impagable esfuerzo que están haciendo los artistas por demostrar su talento queda recompensado en este certamen, que contiene una variedad estética y técnica muy marcada, con obras increíbles y artistas entregados».

 

Mª Dolores Barreda Pérez

Secretaria General de la Asociación Española de Pintores y Escultores y

Secretaria del Jurado del 88 Salón de Otoño

«Que hayamos tardado más de cuatro horas en visualizar todas las obras presentadas ha sido un gran trabajo del que estoy verdaderamente satisfecha. Va a ser una magnífica exposición».

 

Paula Varona

Vocal del Jurado del 88 Salón de Otoño

«Este año está todo muy claro y no hay tanto debate como en otras ocasiones. Lo que es bueno y de calidad, salta solo a la vista»

Ricardo Sanz

Vocal del Jurado del 88 Salón de Otoño

«En todo lo que hemos visto hay obras muy buenas, aunque también haya de todo. Pero las realmente buenas son indiscutibles».

 

José Luis Fernández

Vocal del Jurado del 88 Salón de Otoño

«Veo que hay un poco de todo, aunque los artistas deberían tener en cuenta lo que significa y lo que es el Salón de Otoño, al que desde siempre recuerdo como una muestra muy renombrada y prestigiosa. La escultura está bastante bien representada».

 

Mª Dolores Chamero Moyano

Vocal del Jurado del 88 Salón de Otoño

«Quizás no sea una selección tan pretenciosa como otras, pero es indudable el arte y la calidad de las piezas más representativas de estilos, tendencias y técnicas».

 

Tomás Paredes

Vocal del Jurado del 88 Salón de Otoño

«Lo cierto es que en las circunstancias en las que estamos, ya dice mucho que se presenten tantas piezas, porque en realidad, la situación del arte que vivimos es un poco dramática y al final afecta a todos, sobre todo a los artistas».

 

 

 

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

¿Es Óscar Domínguez un universo por descubrir?

      Escolios al estudio de José Carlos Guerra Cabrera

 

No pocos, al leer el rubro que antecede, sonreirán y me tacharán de ingenuo. ¡Cómo un pintor tan cotizado, con una obra que ha generado tan inmenso caudal de bibliografía, que ha tenido una vida novelesca y aventurera, un surrealista genuino posee aún algo por descubrir, seis décadas después de su muerte!

Y sí, hay mucho por descubrir y poner en claro en la vida y obra de Óscar Domínguez, a pesar de las variadas monografías que le han dedicado sus especialistas. ¡Si en España hubiere amor por el arte, visión de futuro y un poco de decencia intelectual, hace mucho que Óscar Domínguez se habría convertido en una estrella del firmamento arte, como lo son Picasso, Dalí, Miró, Warhol, Matisse o Magritte! ¡Ni un ápice menos!

José Domínguez

Aunque no ignoro la atención que le presta el TEA de Tenerife y las antológicas que se han hecho en España, quiero ir más lejos, pues ya deberían haber llegado a un acuerdo el Reina Sofía y el Centro Pompidou, con otras colaboraciones necesarias, para realizar un gran lanzamiento internacional, un gran evento cultural en torno a su obra. ¿Para qué sirve el Ministerio de Cultura?

Lo que de suso digo, lo que seguirá no es producto del capricho sino del conocimiento y, sobre todo, de la lectura de una obra monumental: Óscar Domínguez. Obra, contexto y tragedia, José Carlos Guerra Cabrera, Islas Canarias 2020. ¡Qué un libro de esta enjundia sea una autoedición, aunque colaboren instituciones del archipiélago, ya indica cómo estamos culturalmente y con qué infraestructuras de difusión cultural contamos!

¿Qué hace ese pobre y desnortado Ministerio de Cultura y Deporte? ¿Cultura y deporte? Es como mezclar agua y aceite. Ningún ministro del ramo ha hecho gran cosa, pero don Miquel de las Mercedes se dedica a repartir migajas entre los adeptos y a quedar bien con todo el mundo y con todas las lenguas oficiales, menospreciando la principal. El Ministerio de Cultura y Deporte no está interesado en potenciar y difundir la cultura que se crea en España, sólo se ocupa en conceder subvenciones para parchear agujeros y acallar descontentos. ¡El señor Iceta ha demostrado, en el lapso de su reinado, que lo más cerca que está del arte es cuando baila o lee a J. D’O en francés!

José Carlos Guerra

 

El libro que referencio, de José Carlos Guerra, es monumental -por formato, peso, extensión, hondura, contenido, imágenes, 456 pp. gran folio- Es apabullante por la cantidad y calidad de la información que exhibe, por la veracidad del detalle, por la investigación que ha exigido, por la seriedad que rezuma lejos del postureo crítico, por la totalidad que abarca tanto en los temas felices como en los controvertidos.

¿Y qué difusión se ha hecho a este trabajo excepcional y arriesgado? Por lo que he podido comprobar, escasa, localista y limosnera. A mis manos ha llegado por la mediación de Jorge Rodríguez de Rivera -encargado de realizar el catálogo razonado de la obra gráfica de Domínguez y amigo- que me lo recomendó y pidió a su autor que me lo enviare, lo que generosamente ha realizado. Pero no es el regalo contundente lo que propicia estas líneas, sino el influjo que desprende el libro y mi compromiso intelectual y estético. ¡Si te ponen un sol en las manos, no puedes desentenderte, sino gozar de su luz y compartirla con todos!

Arrivée de la Belle Époque. 1935. Escultura-objeto: figurilla femenina pintada de rojo, marco de madera y algodón. 45 x 20 x 5 cm. Colección particular

Don Quijote. 1949. Óleo sobre lienzo. 61,5 x 46 cm. Colección particular

José Carlos Guerra Cabrera (guerrajc@movistar.es), Canarias 1947, doctor por la Universidad de La Laguna, tesis: Los encargos pictóricos narrativos de las cofradías venecianas (1490-1535) Pintura, religiosidad y sociedad.  Catedrático de bachillerato hasta 2008, es autor de varios títulos entre ellos: Biografía de Marmaduke Rawdon. Un mercader inglés en Tenerife en el siglo XVII y este gigantesco estudio global acerca de la vida y obra de Domínguez.

Antes de adentrarnos en el terreno propio del caimán– apodo de Domínguez entre sus colegas y amigos- tengo que afirmar que el libro se lee con gran facilidad, cuál si fuere una novela de fluida narración, un argumento airoso trufado de fechas y datos técnicos, que te atrapa y no te deja. Lo he leído en tres sesiones consecutivas, porque Guerra te pone la miel en los labios y la succionas o se pierde. Es preciso matizar que la facilidad se trabaja y que está siempre aliada a la sencillez y por eso resulta majestuosa, convirtiendo en máxima expresividad la identidad de lo mínimo, en lo que fue maestro incomparable Azorín.

Es verdad que, en este ensayo, que participa de otros géneros, no están bien estudiadas las exposiciones colecticas en las que participó, como advierte el autor. Si, todas las personales. En ocasiones no se menciona la ubicación de la obra que se comenta, porque quizá se ignore el paradero. Hay algunas erratas, como una reiterada s final en el apellido de Szyszlo. Casi siempre se menciona a los mismos pintores españoles, o no, en su ámbito parisino y, por ejemplo, tuvo más relación con Javier Vilató- no Xavier-, Antonio Clavé y otros de lo que se cuenta. Se citan autobiografías y memorias, sin contrastar las citas.

Erotica. 1954. Óleo sobre lienzo. 230 x 156 cm. Colección particular

La famille. 1950. Óleo sobre lienzo. 85 x 112 cm. Colección particular

Dicho esto -que no es sustancial, ni empaña la luminosidad de la propuesta, ni deturpa su hurmiento- la obra es el gran archivo donde está todo Domínguez: su iniciación, lo que fue y lo que es, aunque más basado en el mundo de las últimas cotizaciones en subastas que en el lugar que ocupa en la memoria colectiva, que desde mi óptica no es el que debiera ocupar.

Óscar Domínguez (Tenerife1906-París1957), es uno de los sempiternos volcanes canarios, que desde 1929 se instaló en París, con perspectivas comerciales primero, que se disolvieron ante su inclinación apasionada hacia el arte, llegando a formar parte de la elite del arte contemporáneo, entre los años treinta y cincuenta del s. XX. Es un creador de amplios registros, ángel del objeto, pintor, escultor, grabador, escritor que hizo brillar su talento en el orbe surrealista.

No es un pintor más del entorno de Breton, es un genio peculiar que despliega una fantasía y una imaginación soberbias de las que se sirvió el Papa del surrealismo. Si en un principio su técnica no fue solvente, la fue afinando hasta convertirse en un maestro capaz de crear, copiar- con tal perfección que burló a los expertos- y poner luz donde sólo había oscuridad.

Su agitada vida no debe distraernos respecto a la dimensión de su obra plástica. Es una tentación adentrarnos en su compleja vida erótica, pero no debemos dejarnos llevar de lo anecdótico.  Se convirtió en icono surrealista, plástico, sexual, genial, comercial, etílico. Se codeó con Picasso, Paul Eluard, Breton, grandes marchantes, críticos de fuste, poetas, historiadores. Tuvo varias mujeres, comblezas o legítimas, siendo la última Marie-Laure Bischoffsheim, vizcondesa de Noailles. Plagió a Picasso, De Chirico, Miró y todo lo que se le puso en el camino. Un hombre de genio desbordado por encima de las convenciones que acabó suicidándose.


Le Minotaure amiral. 1951. Óleo sobre lienzo. 41 x 33 cm. Colección particular

Les siphons surréalistes. 1937. Óleo sobre lienzo. 100 x 73 cm. Colección particular

La obsesión de Domínguez con el suicido data de 1933. Ernesto Sábato comenta otra intentona en 1938. Falto de dinero, deprimido, alcohólico y acromegálico, el 31 de diciembre de 1957, mientras le esperaban para una cena de fin de año, se cortó las venas, poniendo fin a su vida. Es sintomático de la estrella abandonada que, casi todas las necrológicas que aparecieron en los periódicos franceses fueren anónimas. Le debemos una reparación a este genio por lo que construyó, no es admisible que quien había sido un ídolo muriese tan al desnudo, en precario, y sin un pizco de ternura.

Domínguez fue un surrealista convicto y confeso, natural, carismático; sus cartas son poemas surrealistas, como los títulos de sus obras. Y sus libros, Les deux qui se croisent, 1947. Todo ello está estudiado y editado, pero disperso y se cubre de lejanía y silencio.

No puedo desmenuzar el ambicioso contenido del libro, hay que leerlo. A pesar de su volumen, es un enorme placer. La sensación que produce es tan feraz, tan hermosa, que merece el esfuerzo de adentrarse en este Paraíso, que también tiene su Purgatorio y su Infierno. José Carlos Guerra ha escrito la Divina Comedia de Domínguez, que no sólo tuvo un Virgilio.

Violette Nozières. 1934. Óleo sobre lienzo. 81,5 x 100,3 cm. Colección particular.

Tauromachie. 1947. Óleo sobre lienzo. 70 x 100 cm. Galería de Moravia. Brno

Pero, ¿dónde está situado hoy Domínguez? En la frontera; a un extremo de los más grandes y en la cúpula de los regulares. Bien es cierto que el mercado, tan denostado siempre, es quien más le ha puesto en pinganitos. Estando ahí, no está en la primera línea y eso no es culpa de su obra sino de nosotros y de los vedetismos.

En contra de una corriente muy extendida y cansina, aberrante, que defiende que interesa más lo que se dice de la obra que la obra, yo defiendo la obra, por encima de todo, pues sin ella no hay nada. ¡Si nuestro autor ha sido la fuente de una grandísima bibliografía, cómo no está en el Olimpo? No pretendo insinuar que está olvidado, ni descubrir nada; si, que está mal valorado, sin el cariño ni la devoción que se presta a otros gigantes. Se ha escrito de él más que se ha expuesto y la fuerza del arte plástico entra por los ojos y sube al alma, o al cerebro, ocasionando un chispazo donde se origina la poesía.

Reitero mi agradecimiento al autor por dedicar su tiempo y su atención a poner en claro el caos dominguesco. Las páginas que dedica al pastiche y las copias son oportunas y deliciosas. Contemplen las imágenes que se adjuntan y los cientos de ellas que el libro contiene y se preguntarán conmigo: ¿si existe un genio plástico nacido entre nosotros, por qué no proclamarlo? ¡Qué la leyenda no opaque su esplendor!

 

Tomás Paredes

                                                              Presidente de H. de AICA Spain

Firmas con sello de lujo: Tomás Paredes

Jean Anguera

La escultura en una milonga y siete tangos

 

La escultura no habla, pero dice; no suena, pero tiene melodía y entrelaza los cuerpos hasta borrar los bordes y convertirlo todo en naturaleza. No se mueve, pero tiene ritmo. Así la escultura de Anguera, con Laure al fondo, dentro. En Para las seis cuerdas, escribe Jorge Luis Borges: Milonga para que el tiempo/ vaya borrando fronteras.

Portrait Jean Anguera par Laure de Ribier

 

La milonga es baile emparentado con el tango, de cuerpos que se funden, vivo vaivén y sentimiento desbocado. Y es música, que surge de la guitarra.  Y es cante de ida y vuelta. Pepa de Oro la popularizó en su Cádiz, 1904, cuando la hizo flamenca sin dejar de americar. Pepa de Oro la bailaba con su canto haciéndola lisura.

La milonga nace del gaucho, áspera, pero se torna ternura, meguez. De la arquitectura mozárabe de la guitarra surge un misterio pampero, que se abraza al corazón hasta que la percepción estalla en una orgía de sentires y emociones. Estas piezas de Anguera tienen algo de mineral, de cante, de naturaleza que se hinca de rodillas para ser; de abrazo telúrico y humano, de encuentro de sensibilidades.        

El primer tango de Anguera es con el destino, lo musica el exigente bandoneón de Astor Piazolla. Ser nieto de Pablo Gargallo y dedicarse a la escultura ya es un tango canalla, provocador y suicida ¡Valentía rayana en la heroicidad o canto a la más acendrada inocencia! Mas, lo que parecía atrevimiento es ya celebración, pues Anguera ha pasado de promesa a presencia, de iniciante a iniciador, de sombra a resplandor. Ha logrado sacudirse esa pesada carga de la tradición y aflorar un lenguaje actual y personalísimo.

2001 Homme replié sur lui-même

 

Decía Enrique Santos Discépolo que el tango es “un pensamiento triste, que se baila”. Visto y oído, es más que eso, el tango es un deseo que bracea hasta dar forma y ritmo al sentimiento. Una coreografía que desconsuela y embravece, que desespera y fortalece, que se rinde a la belleza y al pensamiento, como el arte.

Con el arte danza Anguera el segundo tango. Ese milagro esquivo tan difícil de asir, tan misterioso y determinante. No es lo mismo descubrir el desierto que nacer en el desierto, ni cantar que ser canto. Naces en un medio y te habitúas a un modo de vida, pero cuando vas creciendo tienes que elegir. Ya no puedes mirar hacia los lados, tienes que ver en ti mismo, en tu interior.  Y es cuando te obligas entre la posibilidad y tu querencia, entre el jazmín y la basura, entre la presencia o el pastiche.

Oyes la música del arte, como melodía de alfoz, y buscas de dónde procede y no lo encuentras. Y luchas por saber qué pasa en ti y sólo averiguas que quieres conquistar la expresión libre de tus sentimientos. El arte es una aspiración, cuyo camino nos transforma, que no se danza sola. El arte como el tango es cosa de dos, o de más: una llama que ilumina, rescoldo ardiente; ascuas, no ceniza. Somos lo que hacemos.

El tango, ese que suena a que la vida va en serio, letra de Borges o de Greco, es el tercero y Anguera lo dibuja con la escultura. Ahora que hemos logrado con ahínco no saber qué es la escultura, porque todo es susceptible de ser escultura, viene Anguera con sus túmulos, sus plegarias, sus poemas de plata envejecida, y nos reta y nos para y nos dice: ¡atención a la sensibilidad, aquí hay algo que orienta el espacio y lo habita!

2013 Homme assis, entre air et terre

 

Si los idiotas supieran bailar tango, este no existiría, se habría transformado en un ajetreo vulgar sin cadencia y sin trasmundo, en un rozamiento sin hambre y sin magia. Lo mismo sucede con los que juegan con la escultura como si no tuviere entidad propia. No, no todo es escultura, la escultura es cultura y la decoración entretenimiento.

La escultura no depende del material que la soporta, sino de su relación con el concepto escultórico, que concita el movimiento, la presencia, el proceso, la orientación del espacio, la fuerza de su latencia, el ritmo de su concepción, la sensación de la materia que se eleva por encima de su materialidad y se hace vuelo. No es más moderna una videoinstalación que una escultura en piedra, ni un haz de tubos fluorescentes que un bronce. La dimensión está en lo que nos hace sentir, en la emoción y el misterio que contiene, en ubicarnos en las almenas de su castillo y permitirnos respirar aire puro.

El cuarto tango es esta primera individual en Madrid, Galería Leandro Navarro, C/ Amor de Dios 1, tlf.: 914 298 955, abierta entre mayo y julio. Un conjunto- dibujo, pintura y escultura- que nos permite disfrutar, oír todo eso que enriquece el melancólico fraseo musical que identifica lo universal, con letra de Homero Manzi.

Cuando uno accede a bailar este tango no sabe muy bien dónde se halla, pareciera una secuencia de vestigios primitivos, una expresión ancestral del bronce, que simula piedra, herida por milenios y sus avatares. Hombres que andan erguidos, mujeres en el regazo de la tierra, cantos cenicientos que emergen de un infinito. Es la grandeza de la soledad existencial que se hace presencia, el Oriente fértil redivivo, un sabor a eternidad.

2016 L’homme approché

 

Breves montañas que son cuerpos; picachos que cabezas, senos que laderas por donde discurren formas de pasos silentes. Huellas, testimonios de antaño, de un tiempo anterior que muestra vitalidad y energía, como un grito sordo y exergónico; fragmentos misteriosos humanizados, coreografía para la geografía de la vida, un frenesí sosegado.

Esculturas y dibujos, que Anguera pone a transitar como en diálogo con el Giacometti más existencialista. La silla de Freud, desde la que se observa ese enigmático tango que se marcan la realidad y el sueño. El hombre marcha soledoso, cadencioso, tras una cometa que pretende jugar y que el viento le arrebata y la maneja.

Obras venales, que esperan una mirada singular, un espacio para enraizar. Piezas destinadas a acompañar un sentimiento, cuando la emoción aflora y se evidencia sin palabras, como un tangazo de Horacio Ferrer -siempre con un clavel en el ojal de la solapa-, como un clavel persa que crece entre la soledumbre.

Su lenguaje, el quinto tango, hecho de ritmo, personalidad, originalidad, presencia. Lo importante no es ser diferente, sino ser. Ser complementario en la pluralidad del arte. El arte es plural y se compone de infinitos micromundos que ahorman un cosmos cuajado de tiempo y presencia, que nunca dejar de ser contemporáneo. Aquí se ve a Heidegger, pero Anguera, probo, prefiere mentar su intuición, amando sin poder definir el amor.

Decir Anguera es mencionar el paisaje, la verticalidad de lo horizontal, la figuración de una naturaleza que se pliega a ser humanizada, la plenitud de la planitud, lo ascensional. ¿Por qué no recordar a El Greco? Anguera se identifica con el horizonte, con la gran llanura, con el camino de la esperanza, con el ascetismo, pero subiendo. Por eso tiene que experimentar La Mancha, inmenso espacio sin curvas, pasear por donde lo hicieren El Quijote, Cervantes, Azorín o Víctor de la Serna. Y Toledo, al entrelubricán, cuando el ruido deja paso a la pulcritud del abandono de la multitud y luce el joyel de sus misterios.

De la presencia y el lugar, la separación 1996

 

Cuando se descubre la obra de Anguera, surge un tango que nunca deja de bailarse. Se amarra uno a un deseo, que gira y se contorsiona sin descomponerse. Pareciera un ejercicio de golpes secos, pero es un dechado de armonía, de ductilidad, de sentimientos como una milonga de Eladia Blázquez, “si no me marra la cuenta”.

La escultura esencial, texto de Juan Manuel Bonet para esta exhibición es el sexto tango. Tango muy “agarrao” que danzan el poeta e historiador del arte y el escultor y que debiera ser recogido en libro. Por su intensidad, su belleza, por enseñar deleitando, por historiar y hacer crítica de arte a un tiempo, por poetizar y posibilitar la visibilidad de lo invisible. Por hablar del perfume de un arte, utilizando su propio aroma.

Bonet conoce bien la obra de Anguera y su entramado familiar. Aquí parte de la toma de posesión, numerario de la Academia de Bellas Artes de Francia, historiando sus relaciones con autores españoles o de ascendencia hispana; analiza el hurmiento angueriano; revisa la trayectoria de su madre, Pierrette Gargallo y deja constancia de la luminaria de su abuelo, Gargallo, que transitó del noucentisme al cubismo, derrochando gracia en sus terracotas, ternura en esas máscaras vanguardistas de cobre repujado.

Jean Anguera e Laure de Ribier

 

Y el séptimo tango es la progresión del mismo Jean Anguera, París 1953, que partiendo de un estado evidente de timidez arma una estructura emocional para la escultura moderna, enraizada en el mundo de la antigüedad, en aquel amanecer glorioso de las culturas mesopotámicas.

Tras estudiar Arquitectura, que no ha ejercido, y escultura con César, comienza a exponer en 1977, y, sin prisa, pone las bases de una obra profunda, existencial, misteriosa y germinal. Las obras actuales son de bronce, pero cuando le conocí estaba más tentado por la resina y otros materiales. Una estética que formaliza sus conceptos de hombre solitario en la vastedad del mundo, como una imagen virgiliana traducida al piano más místico de Erik Satie.

Anguera ha realizado numerosas individuales en capitales de Francia y España y obtenido distintos premios, entre ellos el de Simone y Cino del Duca. Hoy preside la Academie de Beaux Arts y tiene responsabilidad respecto a las instituciones artísticas francesas en Italia y España, pero su reto sigue siendo la escultura como eje de cultura; su idiolecto, originario y genuino, en el que consigna que el hombre es naturaleza y, en consecuencia, que la naturaleza jamás es ajena al hombre. Aquí se funden el alma, el espíritu y la materia como el oro en el crisol.

                                                                                                                   Tomás Paredes

                                                                                   Presidente de Honor de AICA Spain

 

Tomás Paredes, Vocal del Jurado del 56 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Fue una reunión entrañable la del 6 de julio de 2021. Una tarde-noche intensa de más de seis horas, en las que hubo anécdotas, criterios, argumentos y debates de todo tipo, que giraban en torno a todas y cada una de las obras que se habían presentado al 56 PREMIO REINA SOFIA DE PINTURA Y ESCULTURA que convoca la Asociación Española de Pintores y Escultores con la colaboración de Google.

Y entre descanso y respiro, también hubo tiempo de comentar las impresiones de cada uno de los miembros del Jurado respecto a lo que estaban viendo y sintiendo.

Esto es lo que comentó

Tomás Paredes

Vocal del Jurado

del 56 Premio Reina Sofía de Pintura y Escultura

Crítico de Arte. Comité de Premios de AICA

Medalla de Honor de la AEPE

 

«Me encanta poder colaborar un año más con la Asociación Española de Pintores y Escultores y darle un poco de sentido a este premio, que se está encauzando muy bien.

En esta edición hay mucha concurrencia. Sin embargo, veo que en algo ha variado la estética, con algunas obras con las que sí ha habido una empatía, lo que es lo normal y ocurre en un jurado.

Me llama mucho la atención la cantidad de personas que se han presentado, tanto en pintura como en escultura. En todas ellas hay detalles en cada una, como no podía ser de otra forma. Algunas obras están bien pintadas, y en otras se nota que son menos profesionales.

La pandemia está presente, sí, y creo que ha variado en algo el certamen, es muy difícil decir en qué cosas ha variado, pero yo creo que hay una discontinuidad con lo que se ha hecho antes.

No hablamos de temas sociales, sino de temas oportunistas, porque a este premio que se llama Reina Sofía que se presenten retratos de la Reina Sofía y de sus nietas, me parece un poco oportunista. Y en otros temas también hay un poco oportunismo con los mantras que hay hoy en la sociedad.

Más que mis gustos, yo he apoyado lo que creo que está bien pintado y estéticamente tiene más nivel y emocionalmente. No quiere decir que yo apoye una cosa y que sea mi gusto propio o particular. Yo creo que en un jurado tienes que ver, tener la idea clara de que el arte es plural y entonces tienes ahí muchas estéticas que son diferentes y las puedes apoyar, y no quiere decir que te emocionen igual o que te gusten igual.

Me gusta apostar por obras que de verdad merezcan la pena y defender lo que crea que merece el premio.

Cualquier jurado tiene unas connotaciones diferentes, pero al estar formado por tantas personas, es mucho más abierto y plural. Representa a los que formamos parte de esto y serán los demás quienes tendrán que decir si lo que ven les parece mejor o peor, aunque sea muy difícil, porque claro, los jurados revisan infinidad de obras y ves todo lo que se ha presentado, pero el público no ve lo que se ha rechazado, por lo que es muy difícil la comparación.

Valoro como extraordinario lo que está haciendo la AEPE en el mundo del arte y la cultura, porque en estos momentos, hacer que un premio de la importancia del Reina Sofía no se posponga como está pasando en todo tipo de ámbitos, pues ya tiene un enorme valor. Además, pienso que todos los premios tienen un gran componente social, porque ayudan a los artistas premiados, les ayudan a seguir trabajando, a mantener la ilusión en su arte».

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